P.O.V AVRIL
Emprender una misión en busca de "ingredientes satánicos" para el ritual de destrucción de un maldito amuleto, con miles de criaturas oscuras buscando lo mismo, ya es bastante horrible. Ahora intenta viajar con dos pijos en guerra por un drama amoroso; una amiga bruja poseída, que se despierta de un sueño profundo gritando o a punto de aplastar a algún humano y a su propia prometida; Dinah y Normani comiéndose todo el tiempo, porque para esas dos no hay un mal momento; y por supuesto... mis propios dramas amorosos.
Quizás por eso todos me han irritado profundamente, porque aunque casi siempre están confundidos y gritando, al menos saben lo que están haciendo. Lo ignoran, pero lo saben. Ya pasaron por esto y tarde o temprano lo resolverán. ¿Pero yo? Joder, ¿Cuántas veces me burlé de las parejas y he jurado que nunca sería uno de ellos?
Lo responderé... ¡miles y miles! Y créeme, en la vida de un vampiro el tiempo corre. Y nunca, nunca, nadie llegó a descubrir que mi corazón, aunque frío, de hecho todavía existía. ¿Pero Ariana? Cielos... la maldita no sólo lo encontró, ella lo hizo latir de nuevo.
Es estúpido pensar que en medio de una guerra, que pone en riesgo todos los mundos, mi mayor preocupación sea el de saber cómo lidiar con mis nuevas emociones e inseguridades de adolescentes.
¿Qué siento por ella?
¿Ella siente lo mismo?
¿Qué tengo que hacer?
¿Cuánto tiempo me soportaría?
¿Y que hay de nuestro futuro?
Además, nunca he estado en algo así, no sé qué pasos dar o retroceder y...
- ¿Av?
La voz, siempre dulce y tranquila, resonó justo abajo como música, aunque mi corazón hubiera saltado de miedo y cosas a más.
- ¿Por qué estás despierta?
Desde lo alto del árbol donde había estado sentada hace unas horas, Ariana se veía aún más adorable con su manta - ridículamente rosada - sobre sus hombros, encogidos por el frío.
- Estoy vigilando.
Mi voz sonó estúpidamente ridículo, pero ignoré el hecho de que me había sorprendido, justamente la persona en la cuál estaba pensando.
- Selena hizo hechizos de protección, no tienes que quedarte aquí. - replicó, de forma astuta.
- Prefiero mantener los ojos bien abiertos, alguien relevante puede pasar. - me encogí de hombros y salté de la rama, aterrizando justo frente a ella.
- ¡No deberías haberte tomado a "Batgirl" tan en serio! - bromeó, derritiéndome con esos hoyuelos de ángel.
Suspiré y me acerqué, tocando el borde de la manta y cubriéndola un poco más, ya que podía ver que temblaba ligeramente y, desafortunadamente, no podía ayudarla con eso.
- Y tú deberías volver a la tienda, hace mucho frío aquí. - Murmuré, inclinándome para pegar mis labios en su frente.
Sus brazos me rodearon al instante por la cintura y su rostro se posó en mi hombro, en un encaje tan natural que me asustaba.
- No hace tanto frío... - dijo.
Me reí.
- Ari, te tiembla la barbilla.
Recibí un cosquilleo en forma de puñetazo y me reí aún más fuerte.
- ¡Puedo hacer chocolate caliente y quedarme aquí contigo!
Sonreí y mi corazón pareció salir por mi boca.
Ella sabía que yo era lo suficientemente terca, como para quedarme allí afuera, cuidando el sueño de los demás para que no pasara nada malo. Y ella estaba allí, queriendo pasar ese tiempo conmigo aunque tuviera frío, sin intentar hacerme cambiar de opinión.
¡¿Quién en su sano juicio no se enamoraría de esta mujer?!
- Entonces volveré a encender el fuego.
Después de lo que dije, su rostro se alejó lo suficiente como para que sus ojos color caramelo se clavaran directamente a los míos, brillantes. Me sentí noqueada y lo suficientemente estúpida, como para no apartar la mirada de ella, sin importar que ella ahora esté concentrada en acomodar el gorro en mi cabeza. La forma en que frunció los labios cuando se concentraba en algo me dejaba extasiada.
Entonces se rió.
- ¿Qué? - pregunté, perdida.
- Puedes besarme, ya sabes...
Tragué con fuerza y ciertamente me habría sonrojado por completo, al igual que sus mejillas en ese momento.
- Pero... yo...
- ¡Ah! - Puso los ojos en blanco y casi no me reí. - Piensas demasiado.
Y allí estaban sus labios adictivos de nuevo sobre los míos, en una especie de frenesí. Suaves y dulces, aún más maravillosos cuando los tenía entre los míos, en mordidas y pequeños chupetones. Los saboreé lentamente mientras mis manos se perdían en su pelo y espalda, recorriendo cariñosamente por caminos inexistentes.
- Ya no tienes que pedir permiso. - susurró mientras tocaba su frente con la mía.
Sus brazos me rodearon el cuello y sus manos tomaron mi rostro, de modo que la manta se fue al piso. Me reí suavemente al notar eso.
- Me acordaré de ello. - respondí, inclinándome para darle un rápido beso en la boca antes de agacharme para recoger la manta y taparla de nuevo. - Vuelvo enseguida.
Ari asintió y la besó en la mejilla antes de desaparecer en el bosque, regresando en unos segundos con más leña para el fuego y una rosa que casualmente encontré.
Si no estuviéramos tan lejos, diría que fue obra de Camila.
- Es preciosa. - dijo Ariana tan pronto como la tuvo en sus manos, tocando la flor con la nariz. - ¡Gracias! - sonreí en respuesta y comencé a acomodar la leña para encender el fuego. - Me recuerda a Mila... las extraño.
- ¿Ya? - Me burlé, sacudiendo la cabeza. - Mira, yo sólo estaría mejor si no estuviera aquí con Dinah y compañía.
- ¡Avril! - Me regañó.
- ¡Estoy bromeando! - Levanté las manos en señal de rendición, mientras me reía. - Por supuesto que las extraño.
Lauren definitivamente sabría qué hacer. No sin antes burlarse de mí, por supuesto.
- Especialmente de la pequeña vampira. - agregué, suspirando profundamente al recordar a mi sobrina. - Ella habría encendido este fuego hace rato.
- ¡Realmente lo habría hecho! - Ella estuvo de acuerdo y nos reímos.
Si la dejaran, Mia incendiaría todo el bosque.
- Puedo encargarme de esto. - Me volví y encontré a Harry sonriendo mínimamente.
- Por supuesto... ¡que él se encargue de todo! - Louis se acercó detrás, malhumorado como siempre.
Ariana y yo nos miramos y luego le hice un gesto a Harry, quien se acercó y encendió el fuego. Poco después, también aparecieron Liam y Niall.
- ¿Por qué están todos despiertos? - les pregunté.
- Selena... - murmuró Liam.
- ¡Aparte de esos molestos gemidos que me recuerdan que no he tenido una vida sexual activa en décadas! - completó Niall.
Me reí y concordé, de hecho, se podía escuchar todas esas cosas.
Era horrible .
- No sé por qué estás de acuerdo, dentro de un rato serás tú y la pelirroja...
Apreté la mandíbula y sentí que toda mi cara estaba en llamas.
¡Maldito irlandés! Debería haber dejado que Lauren acabara con él.
- Nah, tenemos cierto sentido de la decencia. - Ariana se encogió de hombros y rodeó su brazo con el mío, para poder apoyar su cabeza en él.
Sonreí, apenas recordando que anteriormente estaba avergonzada.
- ¿Por qué no estamos haciendo nada todavía? - pregunté un poco después. - ¿Nos quedaremos aquí en el bosque perdiendo tiempo?
- No sabes de lo que estás hablando, Jauregui. - Niall habló, con seriedad. - Esta ciudad está dirigida por vampiros. Cada rincón, cada bote de basura, tiene sus ojos y sus dedos.
- Eso no es bueno. - murmuré.
- No, no lo es. - estuvo de acuerdo Liam. - Por eso seguimos aquí, tenemos que elaborar estrategias para que nada se salga de control.
- Nadie puede interponerse en nuestro camino. - completó Niall.
- Estamos en diez. - comentó Ariana, frunciendo el ceño. - Sería tan peligroso, incluso si...
No pudo terminar su pregunta, porque enseguida el fuego que teníamos adelante se apagó, así como las antorchas que Harry y Selena habían hecho.
- ¡Dinah! - llamé en voz baja, sabiendo que me escucharía.
Podía escuchar los sutiles movimientos a mi alrededor, así que mantuve a Ariana cerca de mí.
- ¿Qué está pasando? - preguntó Demi, apareciendo con Selena, Dinah y Normani.
- No estamos solos. - informó Louis, igualmente en alerta.
- Está bien, no pueden vernos ni oírnos. - Dijo Selena en voz baja.
- Sel, creo que... - Harry estaba diciendo, cuando surgió un movimiento aún mayor.
Por suerte, Ariana en defensa propia nos protegió con un campo de fuerza, pero nuestros amigos no tuvieron tanta suerte.
Dinah atacó a un vampiro que intentó lastimar a Normani, pero terminó siendo atrapada por otro. Demi terminó en manos de una vampira con una sonrisa prepotente y Louis con otra, al igual que Harry. Estábamos en desventaja, porque terminamos en una trampa. Si hiciéramos algo, nuestros amigos podrían resultar heridos.
- ¿Les sorprende saber que también tenemos brujas de nuestro lado? - Un chico negro habló, sonriendo mientras hacía un gesto a las mujeres detrás de él.
- Suéltenlos. - Niall entrecerró los ojos y apretó los puños.
- Oh sí, pero primero nos dirán exactamente lo que quieren en nuestra ciudad.
Analicé a Normani, Demi, Harry y Louis intentando soltarse, en vano. Por supuesto, podían manejarlo, pero necesitábamos saber quiénes eran esas personas y mantenerlas fuera de nuestros planes.
- ¿Qué hacen los viajeros? - pregunté, irónicamente. - Creo que somos, ya sabes, turistas curiosos.
Él me dirigió una mirada fatal, aunque una sonrisa permanecía en sus labios.
- Está bien. - asintió con la cabeza, caminando con calma hasta que se detuvo frente a Demi y tiró de su pelo con fuerza, haciendo que Selena apretara la mandíbula. - ¿Qué tal si dices la verdad ahora?
- Eso no te incumbe. - la bruja le respondió con dureza. - Y si no sueltas a mi prometida ahora, te haré suplicar por la muerte.
Él se rió y levantó las manos, alejándose.
- Creo que no lo entienden todavía, así que... - Con un gesto, la mujer de ojos amarillos que sujetaba a Louis lo mordió, haciéndolo gritar. - Todo aquí es de mi incumbencia. Y si aún no está claro, tu amigo estará muerto a la noche siguiente.
Y antes de que Selena y Dinah lo atacaran, ellos se fueron. Rápido como un relámpago, justo cuando llegaron.
Harry corrió hacia Louis, que estaba tirado en el suelo, sudando de fiebre.
- ¿Qué es esto? - preguntó el semidiós, sobresaltado.
Le miré a Dinah en su forma humana y ambas intercambiamos miradas con Niall y Liam.
- Mordida híbrida. - Informé entre un suspiro. - Es mortal para un vampiro.
- No... - murmuró, tocando el rostro del chico que comenzaba a susurrar cosas incoherentes. - ¡Debe haber algo que pueda hacer! ¡Que nosotros podamos hacer! Miró a Selena de forma suplicante.
- Sabes que no nos metemos en problemas de vampiros y lobos. - respondió ella, provocando una risa irónica en Niall. - Pero hay algo que podemos hacer.
- ¡Entonces dilo!
Selena me miró y puse los ojos en blanco.
- Sabías que esto pasaría, Avril. - dijo, sabiendo que lo negaría. - Esta es su ciudad. Y si hay alguien que puede hacer algo por Louis, es él.
- ¿Él quien? - Preguntó Ariana, tan confundida como los demás.
Eché mi pelo hacia atrás y respiré hondo al pensar en ello.
- Mi tío.
- ¡¿Por qué carajo no dijiste eso antes?! - espetó Niall. - ¡Ya deberíamos estar allí!
- ¡No es tan fácil como parece! - repliqué, sintiendo que me hervía la sangre. - Mi familia lo abandonó para que no estuvieran relacionas a las crueldades que comete. ¡No es un tío querido que me regala dulces! ¡Probablemente me odia tanto como odia a nuestra familia!
- Pero no hay alternativas. - Demi señaló.
- Sin su sangre, Louis realmente morirá. - murmuré concordando. - Pero prepárense... habrá consecuencias.
- Genial... - Liam puso los ojos en blanco, volviendo a sentarse en uno de los troncos. - Ellos querrán saber por qué estamos aquí.
Y saber el por qué estamos aquí no era bueno. Nadie podía saberlo, y mucho menos las criaturas y seguidores de las tinieblas. Todo podría volverse aún más difícil de esa manera, y lo sabíamos, pero ahora no teníamos más opciones.
- Vamos a entrar. - declaré.
Guardar todas las cosas no fue difícil, como tampoco fue montarlas, ya que teníamos a Harry y Selena. Así que no tardamos y ya estábamos caminando hacia la entrada de la ciudad.
- ¡Ari, espera! - Tomé a la chica de la mano antes de seguir a los demás. - A partir de ahora pueden pasar muchas cosas.
Sus tranquilos ojos marrones estaban confundidos, pero aún serenos.
- Yo... - Cerré los ojos y respiré hondo brevemente. - No quiero perderte. - confesé, por lo bajo.
El tierno toque de su mano se posó en mi mejilla, haciendo que mi pecho se agitara.
- ¿Por qué estas diciendo eso? - Preguntó.
- Porque mi tío juega sucio. No sé qué hará, pero lo hará.
- Avril, te conozco. - Su sonrisa era como morfina, me calmaba. - Y no me apartaré de tu lado.
No sabía qué tan lejos estaría allí, pero por ahora era más que suficiente. A mi cuerpo pareció gustarle tanto la idea que no dudé en besarla de inmediato, acercándola por la cintura contra mí. Fue rápido e intenso como una despedida, pero uno de los mejores que he tenido.
- ¡Ven! - Me giré para que ella saltara sobre mi espalda entre risas que se detuvieron en cuanto corrí, convirtiéndose en gritos.
No era la primera vez que corría con Ariana, pero ella todavía se estaba acostumbrando a la sensación. La mayoría de las personas vomitan las primeras veces, así que ella lo está haciendo bien, lo que me enorgullece.
Poco después, ya estábamos caminando por las calles de esa conocida ciudad.
Nueva Orleans .
Ciudad de las fiestas, artes y los cuentos más macabros que un ser humano jamás haya escuchado. Cada rincón de este lugar está lleno de magia y alegría, lo cual sería increíble si no supiéramos de las obscenidades detrás de las cortinas.
- ¡Av! ¡Mira! - Ariana señaló emocionada a un artista callejero, tocando una versión de Smile, mi canción, en el violín.
Sonreí y me detuve un momento para escucharlo, hasta que...
- Mira el cuello. - murmuró Liam.
La sonrisa se me apagó cuando me concentré en las marcas recién hechas allí en esa área.
- Vamos.
Lo negué con la cabeza y los arrastré para que pudiéramos caminar de regreso a nuestro destino... la mansión en Dauphine Street.
Para los humanos este lugar estaba "embrujado" debido a una masacre que ocurrió en el lugar, en la época, en que el dueño era un príncipe turco que tenía unos gustos peculiares por las orgías.
Pobres mortales... si supieran.
Hoy en día este lugar es más popular que un lujoso club nocturno de Las Vegas. Además de las diversas giras de terror que se realizaban a diario, todo terminaba en una fiesta sin límites .
Era exactamente una de esas fiestas la que estaba sucediendo ahora.
- Cielos... - murmuró Selena, atónita.
- Este lugar es la perdición para cualquier vampiro. - dijo Liam a continuación.
- Tienes que admitir que es un excelente sistema. - Niall se expresó y todos lo miramos seriamente. - ¿Qué? ¡Son turistas! ¡Y ni siquiera saben lo que está pasando porque están hipnotizados!
- Siguen siendo personas. - Ariana negó con la cabeza, estrechándome la mano.
Este era el paraíso para los vampiros rebeldes... alcohol y sangre a gusto. Se aprovechaban de los turistas y disfrutaban de noches y noches a su costa, y por supuesto, nadie tenía idea de lo que estaba pasando allí. Tenían todo bajo control y la ciudad en sus manos.
- Vaya, vaya... un buen Jauregui siempre regresa a su casa. - Esa voz burlona resonó justo detrás de mí, provocando un escalofrío por mi espalda. - Estaba esperando a Lauren, debo confesar. Pero ven aquí... dale un abrazo a tu tío.
Giré lentamente sobre mis talones, preparándome para enfrentar esa expresión irónica, prepotente y desdeñosa de mi tío más famoso que acababa de conocer... Niklaus Mikaelson Jauregui .
Bien, hasta aquí llegamos, por el momento. Como lo había mencionado al inicio, esta historia esta incompleta, por lo tanto ahora dependo de la autora para poder continuar.
Por otro lado, estoy trabajando en una nueva historia que pronto estaré subiendo, estén atentos.