Jeon Jeongguk
Cuando ya habíamos llegado a una sala antigua y polvorienta el se estiró sobre el pupitre del maestro y cerró los ojos, esperando que yo me acercara. Cerré la puerta detrás de mí y me aproximé al cuerpo del menor.
No quería incomodarlo, pero quería descubrir si realmente este chico que tanto me intriga es Tae. Avance tímidamente hasta su cuello y posicioné mi cara en él, inhalé profundamente sintiendo un suave olor a un perfume dulce. Subí un poco hasta su pelo y atrape uno de los mechones con mis dedos. A pesar de estar teñido de un tono fantasía, estaba bastante sedoso y este tenía un fuerte olor a durazno o alguna otra fruta, sin embargo, debajo de ese fuerte perfume pude sentir su "Verdadero perfume".
Sólo una cosa vino a mi mente; "Taehyung"
Retiré con tranquilidad la bufanda que cubría su cuello, dejando lucir su piel casi en su totalidad, llena de moratones. Sentí un nudo en la garganta. Descubrí uno de sus hombros y observe su clavícula demasiado sobresaliente. Casi parecía que estuviese desnutrido. Ya no podía aguantar más y sentí como mis sentimientos comenzaban a rebalsarse, en mis mejillas escurrían como dos pequeñas cascadas.
Cuando una de mis lágrimas impactó con su piel, esos hermosos ojos conectaron con los míos, su boca se entreabrió y pronunció unas palabras que mis ensordecidos oídos no pudieron escuchar. Solo pude abrazarlo, abrazar su débil y pequeño cuerpo entre mis brazos. No lo soportaba, no soporto verlo así, en estas condiciones... Taehyung, mi gatito... Mi niño... Mi sol.
Pasados unos segundos, sus manos se aferraron a mi pecho y sentí como su escuálido cuerpecito temblaba en mis brazos.
Por fin lo había encontrado, pero... ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué mi corazón me ardía? ¿Por qué quería correr lo mas lejos que pudiera?... Mi cuerpo comenzó a pesar, sentía como mi garganta se secaba, como si alguien me hubiera metido un gran pedazo de algodón en la boca y me hubiera rellenado de este, cual muñeco. Me costaba respirar.
Nos soltamos y nos quedamos mirando un par de segundos. Tenía que salir de aquí lo mas pronto posible o me iba a desmayar. Tomé torpemente mi mochila y salí corriendo del lugar. No podía pensar en nada, no quería pensar en nada... Me dolía, me dolía el corazón, el alma. Me dolía su rostro inexpresivo, su cuerpo dañado, su mirada rota y vacía.
Corrí y corrí sin mirar atrás. Salí del colegio chocando con varios de los alumnos que aún seguían ahí, sólo quería desparecer unos minutos. Sólo quería llorar hasta perder la consciencia para no pensar en nada mas.
Después de unas cuadras recorridas llegué a una especie de parque, estaba casi vacío, a excepción de un par de niños jugando en la parte de los columpios junto a sus padres. Avancé hasta una de las desoladas bancas y sentí como poco a poco mis piernas estaban cediendo ante la gravedad y mi cabeza dolía hasta al punto que parecía que fuese a estallar.
Un golpe, me desvanecí sobre las frías barras de la banqueta. Sentí la cabeza mojada y un suave y casi imperceptible olor metálico. Todo estaba en negro, hasta que volvió a aparecer su cara como un fantasma atormentándome. Sus ojos rasgados y tristes... ¿Esto había pasado por mi culpa? Si no me hubiera ido...
-Taehyung perdóname.
Todo se apagó.