La historia humana, tan violenta como ninguna, pero, al igual que siempre, la lucidez prevalece como de costumbre dentro de ella...no?
Piensa que tu hogar se ve amenazado por tus vecinos, los cuales desean arrebatarte el fruto de tu esfuerzo y trabajo...sabiendo que tú fuerza no es suficiente para pararlos...enviarías a tus sobrinos pequeños a pelear?...a tus nietos...a tus hijos?
La mayoría contestaría de inmediato que no, pero...es eso realmente cierto?
La historia está lleno de estos ejemplos, las columnas del ejército romano en muchas ocasiones tenía a jóvenes de entre 14 y 19 años para complementar sus formaciones, las múltiples revoluciones del mundo necesitaron la fuerza conjunta de hombres y niños para llevarse a cabo, en la segunda guerra mundial, hombres, mujeres, ancianos y niños defendieron Alemania con sus vidas por igual, siria, Irak, Afganistán, Vietnam, la guerra del golfo, la guerra de Corea, las múltiples guerras en África...todas y cada una de ellas vieron marchar a la batalla a las generaciones más jóvenes en nombre de sus respectivos pueblos...por ello...la pregunta sigue en pie.
Enviarías a los niños a pelear en una situación desesperada?
La historia y naturaleza dicta que sí, por ello, Tanya esperaba eso de sus crueles líderes de estado en el imperio...pero la niña quería creer que su destino sería distinto al servirle a un ser diferente...no esperaba que un esqueleto andante tuviera los mismos impulsos naturales que los humanos al enviar tan tranquilamente a una niña a pelear en su nombre y viendo su reacción en el congreso al enterarse de que ella servía como tropa de primera línea, sus esperanzas crecieron un poco más.
Todas esas cosas eran pensadas mientras Tanya se volvía a poner un uniforme nuevo, reluciente y elegante, sus pequeñas manos masajeaba la tela en un intento sin energía de vestirse.
El cuarto en el que se encontraba era el más vigilado y privado de todo Nazarick, un lugar en el que el supremo atendía en persona los eventos y leyes relevantes para su país, su despacho
Detrás de la niña, parada junto a la puerta del cuarto, lugar en el que la niña cambiaba su atuendo a petición de Ains, se encontraba entoma, silenciosa y atenta, su bello rostro artificial presenciaba cada movimiento, meneando de vez en cuando las patas que fungían como su cabello.
Una vez Tanya estuvo completamente vestida, la maid reverenció con humildad y permitió la entrada de su gobernante, Ains-sama, quien caminó sereno y sin siquiera mirar a la niña hasta su escritorio, en el que se sentó usando una de sus poses previamente ensayadas.
"waaah...este tipo... seguramente práctico mucho ese movimiento..."
"Hmm...bien, parece que no sospecha nada"
Tanya era una militar entrenada, por lo que, siguiendo su adiestramiento de etiqueta, se acercó al escritorio hasta estar frente a él y se posicionó firmemente dando un saludo militar, el cual, Ains vio complacido.
No había una jerarquía militar moderna en su país, ni en ninguno de este mundo, por lo que ver ese acto tan moderno le llenó de un sentimiento de frescura.
-bien, señorita Tanya, antes de exponerle los puntos de su siguiente tarea...hay algunas cosas que me gustaría tratar con usted-
-entendido, Ains-sama-
El esquelético gobernante señaló una silla acolchonada frente al escritorio, dando su permiso para que la niña lo acompañará sentándose frente a él.
-umu...pero antes de comenzar... entoma!-
El llamado de su amo atrajo a la maid hacia Ains, esperando recibir órdenes al responder con un simple "si, Ains-sama?"
-retírate, asegúrate de que nadie entre a la habitación a partir de ahora y tienes completamente prohibido entrar o difundir cualquier cosa que puedas llegar a escuchar-
Su rostro cubierto por esa máscara era incapaz de revelar su estado de ánimo, pero la manera en la que frotaba las mangas de su traje y agitaba ligeramente las antenas sobre su cabeza revelaban su preocupación.
Sin contradecir a Ains, entoma se precipitó a la salida, cerrando la puerta tras de ella y dejando a su señor con una niña capaz de rivalizar con varias de las pleyades.
-muy bien...ahora...usted mencionó que provenía de un mundo diferente al de su residencia actitud, cierto?-
-si, eso es correcto, solía vivir en un mundo con mayor tecnología que el imperio, pero me vi obligada a reencarnar en ese mundo tras ser asesinada-
Ains escuchaba en silencio a la niña, pareciese que dentro de su cráneo, analizaba cada palabra en busca de incongruencias, aunque lo que en verdad sucedía era que su intriga por saber si ella pertenecía a Japón también lo mantenía expectante.
El muerto cuerpo de Ains reprimía la mayoría de emociones fuertes, pero no hacía nada por suprimir una sensación que en sí misma no podía considerarse una emoción...curiosidad. La curiosidad se había vuelto algo adictivo para Ains, pues la sensación de resolver y averiguar información sobre temas que le intrigaban era placentera y agradable sin llegar a ser felicidad en si...uno de las pocas sensaciones fuertes y agradables que su cuerpo podía permitirle
-ya veo...podrías decirme el nombre de este mundo tuyo?-
El momento de la verdad, Ains había decidido que esa niña era demasiado peligrosa como para permitirle vivir, si daba una respuesta que a Ains no le complaciera, la usaría para reducir al imperio a un nuevo vasallo, luego la eliminaría, pero si su mundo de origen era el que Ains deseaba, podría inclusive permitirle unirse a Nazarick como una miembro oficial, dependiendo de las futuras circunstancias, un todo o nada que dejaba en claro que Ains, pese a no ser la persona más perspicaz, comprendía la magnitud del problema entre sus manos y Tanya, podía sentir el aura peligrosa impregnada en las palabras de ese poderoso ser, por lo que, sin más que poder hacer, soltó el nombre de su antigua nación...la nación del sol naciente
-yo...provengo de un país llamado Japón...-
Las luces en los ojos de Ains se iluminaron con intensidad mientras que de él brotaba una poderosa y sonora risa, si, había encontrado lo que buscaba, un indicio, una prueba de que el camino que había tomado era el correcto para volver a su viejo mundo...aquella niña pasó de ser un peligro potencial a una camarada caída en desgracia, una compatriota perdida en los remolinos de las circunstancias y el tiempo.
Ains se levantó con velocidad para esquivar su escritorio y acercarse a Tanya, quien vio todo con gotas de sudor frío recorriendo si frente.
El silencio y la tensión se cortaron de golpe cuando Ains puso su esquelética mano en el hombro de la niña, diciendo casi con una sonrisa en su rostro.
-yo también soy japonés!-
-...eh?...EEEEEEHHHH!?-
La impresión de la niña provocó otra gran y sonora risa en Ains, la cual fue interrumpida por la supresión de emociones, que terminó por acabar con aquella gran y espontánea alegría, pero sin desvanecer los vestigios de tenue felicidad que prevalecían en el corazón del supremo
-jajaja, ahora veo porque eres así de fuerte!-
-espere, espere, espere...usted también viene de Japón?-
-por supuesto!-
Tanya aún dudaba de si debía confiar en un ser que múltiples veces había ordenado que la apalearan, pero su reacción parecía tan natural que la niña optó por seguir sus instintos y confiar en su esquelético compañero
-vaya...si que es un mundo pequeño-
-Mundo?...yo más bien la nombraría realidad, llevo bastante tiempo buscando a alguien que provenga de nuestro mundo...supongo que eres la prueba viviente de que voy por buen camino-
La actitud del supremo se vio más tranquila y amigable tras la revelación de la niña, por lo que su charla se desvío por algunas horas en recopilar información mutua para asegurarse de que ambos decían la verdad, la niña descubrió la búsqueda del supremo por sus camaradas, que su línea temporal era diferente al de ella, así como su profesión y su historia en general; Ains aprendió de igual forma la historia de Tanya, sus circunstancias que la llevaron a convertirse en mujer, su anterior trabajo y su deseo de perseguir a ese tan mencionado ser X
Entre asombrados y felices, ambos encontraron similitudes en sus contrapartes que los hacían ver cómo 'compañeros' atrapados en situaciones fuera de su control, que los habían empujado a pelear por su supervivencia y la de aquello que deseaban proteger.
Entre más hablaban, más notaban un patrón, ambos habían sido enviados a diferentes mundos luego de eventos completamente diferentes, pero su lucha se centraba en un mismo eje, lograr establecerse.
Ains encontró fascinantes las historias de la niña, que se explayaba con un léxico que Ains jamás hubiera imaginado, sus ideas y la forma de explicarse dejaba claro que su educación era similar a la de su amigo touchme, pero a la vez parecía poseer la perspicacia y astucia de ulbert, peligrosa, pero muy interesante.
2138, el año en el que Ains había estado viviendo, mientras que Tanya habitó el 2013.
Ains escuchó con maravilla la descripción que la niña daba de su época, un Japón más amigable, con amplios bosques y bellos lagos, montañas con árboles de docenas de colores y un cielo tan azul como el océano, por su parte, Tanya sintió intriga y cierta lástima al oír el grisáceo futuro que le esperaba a su mundo, donde gente como Ains trabajaría sin descanso por una miseria en un mundo roto por la contaminación y la sobrepoblación.
Su charla finalmente llegó a un punto en común, en el que ambos coincidían, debía ser el eje principal de sus problemas.
El ser X
Un ente desconocido que se moviliza entre dimensiones alterando la naturaleza principal de las mismas, sonaba como el principal sospechoso del estado actual del rey de Nazarick, y aunque Ains disfrutaba mucho su actual vida, su deseo era el de poseer el poder definitivo, la capacidad de saltar entre mundos ya le pertenecía, pero no así la de brindarle nuevos cuerpos a sus amigos, si alguna vez volvía a verlos.
-ya veo, entonces, este llamado ser X es el responsable de que ahora luches siendo una niña-
-si, es horrible tener un cuerpo pequeño de nuevo, sin mencionar el cambio de género...no sabes lo mucho que eh esperado para poder compartir mis penas con alguien...-
La voz de Tanya sonaba melancólica, casi al borde del llanto al por fin haber encontrado a alguien que pudiera comprender su situación, pero su deseo de llorar se vio suprimido al sentir como la mano huesuda de su captor acariciaba ligeramente su cabeza, no era un acto de desprecio o superioridad, solo un intento genuino por consolar a la niña que parecía haber pasado por mucho hasta ese momento.
"te entiendo mi pequeña amiga...yo también perdí a mi escalibur..."
Las cosas se calmaron finalmente y Tanya pudo sentir como su espíritu y corazón se renovaban, listos para una pelea más.
-entonces, qué hacemos ahora, Ains-dono?-
-umu, el imperio parece decidido a pelear hasta el último aliento según lo que me cuentas...pero desperdician muchos recursos en su anticuada guerra de trincheras...qué opinas al respecto?-
-hmm...creo que podemos terminar la guerra si nos enfocamos en enfrentamientos más rápidos, proponer una guerra de movimiento con vehículos como nuestra columna de avance será un buen primer paso-
-una guerra relámpago?-
-en efecto, podemos impartir la idea en los altos mandos del imperio y usar las fábricas para producir más tanques y aviones, así desviaremos la atención de la infantería y los magos aéreos-
Parecía que la niña sabía de lo que hablaba, pero Ains aún se encontraba algo perdido mientras intentaba entender la totalidad del plan, por lo que el esquelético mandatario pensó en una solución para su ineptitud estratégica.
-te importa si llamó a algunos de mis subordinados para discutir este plan?-
-eh?...oh, en absoluto-
Ains actuó enseguida, llamando al despacho a 2 de las 3 mentes más brillantes de Nazarick, Albedo, coordinadora de los guardianes y Demiruge, el mejor estratega del gremio.
Ambos entraron por la puerta con un ánimo especialmente tranquilo, acompañados por entoma quien, para este punto, se sentía algo incomoda al ingresar a la misma habitación que Tanya, el ánimo de los guardianes se vio eclipsado al ver cómo la niña y el supremo conversaban de una manera tan familiar
Al presentarse frente a su señor, ambos se arrodillaron inclinando sus cabezas de manera respetuosa, aunque detestaba mostrar debilidad frente a una simple humana, mostrar su respeto al último supremo no debía verse como debilidad en si
-pueden levantarse, Demiruge, Albedo, los llamé para conocer su opinión respecto a mi plan para el imperio-
-Ains-sama, planea doblegarlo al igual que al imperio Bahamut?-
-umu, pero para ello debemos terminar primero con el conflicto que los aqueja, suprimir al enemigo de nuestros aliados es una buena forma de mostrar fuerza y buena voluntad a la vez-
-Es como dice Ains-sama, en ese caso, cuál será el plan de acción?-
Ains señaló gentilmente a Tanya, en una indicación de que ella explicaría como se debía proceder a partir de ahora; que el supremo compartiera sus planes con sus subordinados era raro, pues usualmente solo se daba la pauta para que ellos descifraran solos el resto, por lo que nuevamente una sensación de desprecio y molestia se generó por parte de ambos guardianes hacia la infante que se levantaba de su asiento para explicar su idea, una que fue discutida aparentemente en privado por junto a su amo.
-bien, Ains-dono y yo coincidimos que la guerra que el imperio libra actualmente es tanto una ventaja como una molestia, si la aprovechamos mientras la llevamos a su conclusión podremos tomar completo control del imperio e incluso adherir nuevos territorios al mismo-
-y cómo planeas hacer eso humana?-
El desprecio en las palabras de Albedo solo era superado por la sensación de asco que emanaba de ella al escuchar a la humana referirse a su señor con un honorifico tan familiar y cercano, por su parte, Demiruge mostraba un rostro serio y más crítico, no le gustaba lidiar con humanos, pero la voluntad de su amo era absoluto y si él deseaba que la niña formará parte de sus planes, el demonio no lo contradeciría
-Ains-dono y yo discutimos que es buena idea hacer que el imperio abandone los estancamientos inútiles en las trincheras para enfocarnos más en una Blitzkrieg-
Por la mirada de ambos guardianes, Ains podía saber que ninguno podía entender a lo que su gobernante se refería, pero por algún extraño motivo, quizás vergüenza, ninguno exponía sus incógnitas.
- Ains-dono, no creo que estén familiarizados con los términos que utilizamos, tal vez sea una mejor idea simplificar las cosas-
Tanya exponía una sonrisa triunfante, pues ahora era ella quien miraba hacia abajo a los guardianes de piso
-vaya...que atrevido de una simple basura humana llamarnos a nosotros incultos cuando ni siquiera puedes usar hechizos básicos de nivel 3-
La niña parecía sumamente cómoda mientras discutía con albedo
-Vaya señorita degurechaff, pensaba que el imperio entrenaba a sus soldados para tener al menos una pizca de clase...pero me doy cuenta que pese a tu rango no puedes mostrar la más mínima educación-
Demiruge sonaba más como un anciano que como un estratega, llamando a Tanya mal educada mientras mantenía un rostro serio y acomodaba sus gafas, aunque Tanya no parecía querer ceder
-Vaya, que usted hable de educación me resulta gracioso demiruge-san, después de todo, que no se digne a ver a su rey directamente a los ojos ocultándose tras unas gafas me resulta sumamente de mal gusto-
El demonio permaneció en silencio con una cara complicada, parecía que finalmente su molestia se expresaba en su rostro, aunque prefería disimularlo al mirar en otra dirección
-y que la primer ministro mantenga una actitud tan narcisista y grosera frente a los invitados de su rey...inaceptable...-
Las miradas iracunda de ambos guardianes no titubearon en mirar acusatoriamente a Tanya, dejando escapar un sonido chillante desde la boca de Albedo, quien apretaba sus dientes con una presión inimaginable
-bu...bueno...creo que es normal...nuestro conocimiento de estos asuntos va más allá de lo que el mundo de yggdrasil nunca tuvo... Albedo, Demiruge, espero esto no les importe-
Intentando cambiar el ambiente hostil, Ains propuso volver al tema principal; quizás fue la ternura de ver a su señor excusando la mediocridad de su gente o pensar que avergonzaba a su Amo con una actitud tan indigna, por lo que ambos se mostraron inmediatamente más sumisos y relajados, de manera que tanto Ains como Tanya pudieron continuar analizando el plan.
-entonces... planeamos mecanizar la guerra del imperio y aprovechar esa mecanización para integrar la tecnología del reino hechicero en el imperio?-
-umu, si podemos hacer que el imperio dependa de nuestra mano de obra para sus esfuerzos bélicos tendremos un flujo constante de recursos, sin mencionar la capacidad de controlar las fuerzas armadas de nuestros aliados-
-sorprendente, Ains-sama, ciertamente, controlar las fuerzas del enemigo en base a proveerles tropas es un plan estupendo, pero creo que nuestras ofertas se verán rechazadas al principio...si me lo permite, sugiero entregar piezas de equipo que sus soldados puedan usar y poco a poco integrar más y más cosas hasta que podamos integrar soldados a sus filas de manera natural-
La propuesta de Demiruge era buena, pero presentaba una dificultad en particular, la producción de armaduras y armas rúnicas, la principal atracción bélica del reino hechicero, se creaba en tan solo 5 talleres rúnicos, muy pocos como para suplir la inmensa demanda que se tendría al intentar surtir a un ejército entero, cosa que dejaba en mala posición al reino y al mismo Ains.
-hmm...creo que nuestra producción no está al nivel para poder proveer esas cantidades de equipo Demiruge-
Esta vez fue Albedo quien salto para complementar el plan con una idea en particular
-Ains-sama, si me permite agregar...nuestras relaciones diplomáticas con el reino enano son bastante buenas, si podemos convencerlos para que ellos fabriquen el equipo y nosotros insertemos las runas en nuestro territorio es posible suplir la demanda a nivel industrial, si usamos los portales en lugar de las rutas comerciales tradicionales ahorraríamos tiempo y recursos de igual manera-
El sonido de un único aplauso complacido resonó desde las huesudas manos de Ains, que escuchaba alegremente las soluciones de sus subordinados, pero, aun así, deseaba conocer la opinión de la niña, por lo que de inmediato pidió su punto de vista respecto a lo que se había hablado allí.
-...si me lo permite, Ains-dono?-
-adelante, por favor-
Tanto Demiruge como Albedo aguardaban con una actitud autoritaria la opinión de la niña, pero realmente solo esperaban el clásico tumulto de 'si, me parece bien' que la mayoría de insignificantes humanos decía en cadena sin siquiera analizar las propuestas, al encontrarse frente a intelectos que rebasaban su comprensión, sin siquiera percatarse de que ellos en sí mismo caían en esa categoría cuando se trataba de cualquier plan elaborado por su Rey
-bien, me parece que la idea en si está bien fundamentada-
"claro...patético..."
-pero es errónea y está destinada a fracasar-
Parecía que los guardianes habían quedado estupefactos mientras vislumbraban a la niña, no esperaban que desafiara los planes de dos de las mentes más brillantes de Nazarick y mucho menos la de un supremo.
La rabia creció en el interior de Albedo, pues Demiruge sentía más bien curiosidad y con una voz más grave de lo usual la guardiana declaró
-insecto, acaso insinúas que el supremo se equivocó?-
-SUFICIENTE ALBEDO!-
El sobresalto en Ains venía de la idea de que su más confiable sirviente, al igual que todos, tendía a ver a Ains como una especie de dios, cuya palabra era ley y debía llevarse a cabo tal cual, sin detenerse a analizar si los planes del overlord realmente eran lo mejor para Nazarick.
Ains deseaba conocer una opinión imparcial y Tanya era su mejor opción ahora, pues no solo era un agente externo al reino hechicero, sino que provenía de la misma tierra que el propio Ains, por lo que sus conocimientos deberían ser similares.
La pregunta que Albedo hizo era a todas luces capchosa, hecha más con el propósito de intimidar que de obtener una respuesta, pero la infante no cedió, con una mirada fría que denotaba un control sobre los sentimientos digno de los veteranos del Rin, Tanya replicó.
-sí...Ains-dono se equivoca-
La rabia invadió a la mujer, pero esta vez su irá fue interrumpida por el sonido sordo de un golpe, el golpe del centro de Ains Ooal Gown contra el piso de mármol, pues Ains, ahora visiblemente molesto, había aclarado todo con ese simple gesto.
"cierra la boca"
La guardiana sintió un escalofrío recorre su espalda al darse cuenta del disgusto que había provocado en su rey, por lo que simplemente inclinó su cabeza disculpándose.
-disculpa a la primer ministro, por favor Tanya, continúa-
-sí, el plan de Ains-dono está bien cimentado, pero eso solo si el imperio accede a remplazar su máquinas con las del reino hechicero...lo cual es un poco...-
-oho...ya veo...-
"eh?...eh?...de que están hablando?"
Ains estaba confundido, por lo que no parecía poder seguir el hilo de la conversación, cosa contraria a Demiruge
-Es un buen punto...cree que el imperio pueda usar nuestra fuerza de trabajo para sus esfuerzos bélicos señorita degurechaff?-
La actitud del demonio se había vuelto más curiosa y menos hostil, optando por interrogar directamente a la niña que cuestionaba el plan de los 3 habitantes de Nazarick, pues bien era cierto que ella poseía algo que el resto no, experiencia con el imperio
-qué tipo de maquinaria de transporte usan?-
La niña interrogaba a los presentes, por lo que Ains y Demiruge miraron a Albedo, que se había limitado a observar en silencio, pues deseaban que se integrará a la conversación, aunque dejando de lado su clara hostilidad, una forma de hacerlo era haciéndola proveer la información que Tanya requería, pues como primer ministro, Albedo era quien estaba más familiarizada con esos temas.
Finalmente y cediendo a la mirada...¨tierna¨ de su señor, Albedo habló
-para transporte terrestre usamos carretas tiradas por no muertos, para aéreo usamos a los dragones de escarcha que Ains-sama sometió...no tenemos costas cerca, así que no usamos nada en cuanto a transporte marítimo, aunque podríamos crear barcos fantasmas de nivel 30 y 40 si se requiriera-
-ya veo...su tecnología es visiblemente inferior a la del imperio...como ya sabrán, mi actual nación es una orgullosa y militarizada, por lo que no cederán si creen que sus métodos son inferiores a los suyos-
-qué transportes usa el imperio?
Nuevamente Demiruge se veía curioso, al igual que Ains, que escuchaba asombrado sobre la capacidad intuitiva de la niña y su habilidad de mantener una conversación estratégica a la par del demonio con traje.
-usamos camiones para transportar tropas y equipo en distancias medias y cortas, trenes para las más largas...también usamos aviones, tanto para transporte como para el combate, sin mencionar que la población civil usa vehículos más pequeños para su transporte personal-
-Es cierto, crees que el imperio pueda mantener una guerra relámpago si les proveemos de vehículos a motor?-
Una duda razonable por parte de Ains, ya que Demiruge aún tardaba un poco en descifrar a qué se refería la niña con camiones y con trenes.
-hmm...tal vez...pero es poco probable... actualmente el imperio lucha por mantener sus pozos petrolíferos en la frontera con la federación rusa...tal vez si pudiéramos conseguir más petróleo...-
-entonces haremos eso-
-entendido Ains-sama, Tanya-san, hay alguna forma de conseguir más de este petróleo?-
Tanya se sobresaltó al escuchar la firme declaración del overlord y la interrogante de Demiruge, pues ni bien conocieron el camino que era más factible, decidieron tomarlo sin dudarlo, aún sin conocer la situación en el continente, lo que obligó a la pequeña soldado a formular una estrategia rápidamente.
-bu...bueno...quizás...quizás sea posible...-
Albedo parecía haberse interesado cada vez más en el plan que se comenzaba a germinar a partir de los esfuerzos conjuntos de su camarada, su amo y la extranjera, por lo que decidió prestar total atención y analizar la situación lo mejor que su inexperiencia le permitiera
-los pozos de la república rusa son muy tentadores, no podíamos tocarlos debido a que estábamos en una tregua con ellos, pero ahora que estamos en guerra es nuestra mejor opción...tendrán algún mapa para ilustrar con más facilidad?-
A la petición de Tanya, Ains hurgó en su dimensión de bolsillo, extrayendo uno de los mapas que sus hansios habían logrado robar en su primera incursión
-los pozos de la federación están cerca de las penínsulas al sur del ducado de Dacia...o lo que queda de él...si enviamos una fuerza a través del mar rojo podemos hacer un ataque directamente a su fuente de combustible y abasteceremos al imperio con el petróleo necesario para impulsar la guerra relámpago-
-umu, quitarle recursos al enemigo a la vez que lo usas para tu beneficio...suena bien...-
La operación era más compleja de lo que se escuchaba, una unidad del calibre que se necesitaba era fácilmente considerado un ejército de invasión más que una fuerza de ataque, pues una vez capturados los pozos debían asegurar un perímetro a su alrededor, abrir una línea de transporte para el combustible y de nueva cuenta una línea para provisiones, logística que requería cientos de kilómetros de vías férreas, convoys marítimos, artillería, infantería y los tan mencionados blindados, sin mencionar que también tendrían que lidiar con la detestable fuerza aérea de la república.
Tantos factores que podrían afectar el progreso de la misión
Ains tomó un momento para reflexionar si el plan era factible siquiera
Los enanos, en efecto, podían producir los vehículos blindados si lograban conseguir unas cuantas docenas como muestra, luego las runas se grabarían en la carrocería en e-rantel y se venderían al imperio, si lograba convencer a sus aliados germanos de enviar la fuerza expedicionaria, Ains también movilizaría a algunos de sus subordinados, quizás a las pleyades, junto con Tanya para garantizar la victoria, una vez la guerra siguiera, Ains surtiría al imperio con el equipo que necesitaran, ganando la confianza de los altos mandos del ejército y del pueblo en general, usaría a algunos dobles para hacer ver mal al rey y al final fomentar la creación de un golpe de estado que garantizará la sumisión total del imperio ante el reino hechicero y finalmente, tomarían control de las demás naciones de a poco.
En conclusión, el supremo decidió que valía la pena arriesgarse en esa operación
-entonces haremos eso...Albedo, prepara una escolta, llevaremos a Tanya de regreso al imperio, Demiruge, ayudarla a redactar el plan de manera documental para presentarla a los dirigentes del imperio-
- entendido Ains-sama!-
- entendido Ains-sama!-
A la orden, ambos guardianes partieron enseguida para cumplir las órdenes de su señor, pues no debían demorar, los engranajes del destino ya habían comenzado a girar, el sentimiento de haber formado parte integral en la creación de la estrategia que definitivamente acabaría con el imperio dejaba un sabor agrio en la boca de Tanya, aunque poco le importaba, cualquiera con la idiotez suficiente como para no buscar una solución rápida a un problema de la magnitud de una guerra mundial era nada más que un tonto embriagado en su propia ineptitud. Para la niña soldado, un verdadero líder se veía como Ains, aprovechando las oportunidades y evitando riesgos innecesarios.
Muchos pensamientos pasaron por la mente de Tanya, pero rápidamente se despejó al ser llamada por Ains, pues, pese a haberla acogido bajo su tutela, aún quedaba un asunto que discutir.
-entonces... Tanya-san...donde encontramos a los otros 2 que ese ser X también manipuló?-