Heart of the Darkness [Dean W...

Por LauraWinchester26

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Intentaría convencer de que no es la típica historia de amor, pero en el fondo, debajo de toda la oscuridad q... Más

Capítulo 1. "Paper Crown"
Capítulo 2. "When The Darkness Comes"
Capítulo 3. "Cut"
Capítulo 4. "Slip Away"
Capítulo 5. "First Defeat"
Capítulo 6. "Life Is A Highway"
Capítulo 7. "Desperado"
Capítulo 8. "Make It Rain"
Capítulo 9. "In My Time Of Dying"
Capítulo 10. "Hey Hey My My"
Capítulo 11. "Lights"
Capítulo 12. "Crossroads"
Capítulo 13. "Weight Of The World"
Capítulo 14. "Angel By The Wings"
Capítulo 15. "Silent Lucidity"
Capítulo 16. "Dreaming With A Broken Heart"
Capítulo 17. "Hymn For The Missing"
Capítulo 18. "Black"
Capítulo 19. "Good Luck, Bad Luck"
Capítulo 20. "Wicked Game"
Capítulo 22. "Way Down We Go"
Capítulo 23. "Comfortably Numb"
Capítulo 24. "Who Wants To Live Forever"
Capítulo 25. "Hurts Like Hell"
Capítulo 26. "Send Me An Angel"
Capítulo 27. "Scars"
Capítulo 28. "Silence"
Capítulo 29. "War Of Change"
Capítulo 30. "Losing My Religion"
Capítulo 31. "Vultures"
Capítulo 32. "Watching Over Me"
Capítulo 33. "Don't You Worry Child"
Capítulo 34. "When The Levee Breaks"
Capítulo 35. "In The Water"
Capítulo 36. "The Four Horsemen"
Capítulo 37. "Night Moves"
Capítulo 38. "Catch The Rainbow"
Capítulo 39. "Tears In Heaven"
Capítulo 40. "Half Hearted"
Capítulo 41. "Hollow"
Capítulo 42. "Oh Death"
Capítulo 43. "Acid Rain"
Capítulo 44. "Running Out"
Capítulo 45. "Let This Haunt You"
Capítulo 46. "The Butterfly Effect"
Capítulo 47. "Take You Down"
Capítulo 48. "Calm Before The Storm"
Capítulo 49. "Barely Alive"
Capítulo 50. "My Heart Will Go On"
Capítulo 51. "Broken Parts"
Capítulo 52. "Feel It In Your Heart"
Capítulo 53. "Broken Bones"
Capítulo 54. "Madness"
Capítulo 55. "I Put A Spell On You"
Capítulo 56. "Tears Of An Angel"
Capítulo 57. "No One Knows"
Capítulo 58. "Jenny Of Oldstones"
Capítulo 59. "Bitch"
Capítulo 60. "My Least Favorite Life"
Capítulo 61. "Shadow Of Mine"
Capítulo 62. "You're Somebody Else"
Capítulo 63. "Power Over Me"
Capítulo 64. "As Time Goes By"
Capítulo 65. "Times Like These"
Capítulo 66. Everything I Wanted
Capítulo 67. "Fell From Heaven"
Capítulo 68. "Play The Game Tonight"
Capítulo 69. "Blessings"
Capítulo 70. "Hold On"
Capítulo 71. "David"
Capítulo 72. "Footprints"
Capítulo 73. "The Whistler"
Capítulo 74. "Atlantis"
Capítulo 75. "Dark Side"
Capítulo 76. "Jekyll and Hyde"
Capítulo 77. "Headstrong"
Capítulo 78. "Carry On Wayward Son"
Capítulo 79. "Cold As It Gets"
Capítulo 80. "Brighter Days"
Capítulo 81. "Daylight"
Capítulo 82. Only You
Capítulo 83. Monster
Capítulo 84. Orpheus

Capítulo 21. "Sisters Of The Moon"

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Por LauraWinchester26

"Intense silence as she walked in the room and a black widow spider makes more sound than she and black moons in those eyes of hers. It was hard to breathe as she called to me, and so I followed. She asked me, be my sister, sister of the moon"

La noche anterior había caído rendida después de todo el cansancio acumulado y a pesar de que había dormido bien, me desperté antes de lo que quería. Antes de abrir los ojos, ya tenía una sonrisa en mi cara; el brazo de Dean estaba rodeando mi cintura y su respiración en mi cuello erizaba mi piel. Sabía que en cuanto me levantase, el momento se desvanecería como el humo tras una calada, así que me di la vuelta lentamente, intentando no despertarle. Ahora que estábamos cara a cara, no podía dejar de sonreír al verle durmiendo tranquilamente. Era extraño verle así, pero me gustaba. Podía notar la paz, como nada le preocupaba mientras dormía y saber eso me hacía feliz. Odiaba verle cuando estaba triste o preocupado, lo que era la mayor parte del día.

Aprovechando que se colocó boca arriba en la cama y me soltó, con la misma lentitud de antes, me levanté de la cama y entré en el baño. Me apoyé en la pica del baño y me miré en el espejo. Esta persona había conseguido tener sexo con Dean Winchester. Suspiré y me sonreí a mi misma. Nunca había sido considerada una persona guapísima, ni mucho menos, pero la confianza y la personalidad, eran muy importantes y con mucho trabajo, había conseguido ser consciente de ambas.

Cuando salí de la ducha, lo primero que hice fue vendarme de nuevo el corte que me habían hecho los dioses paganos en el brazo. En el momento no lo pensé, pero justo me lo hicieron en medio de un tatuaje que tenía en el brazo; un lobo, mi espíritu animal con el triskel, un símbolo celta que siempre me había llamado la atención. Iba a dejar cicatriz y ahora el tatuaje estaría partido en dos. Me sequé con la toalla y me vestí con ropa que tenía guardada en la mochila. Estaba poniéndome la camiseta, cuando escuché unos movimientos en la cama.

-Buenos días -murmuró Dean con una voz ronca mientras se frotaba los ojos.

-Buenos días -respondí acercándome a la cama, carraspeé la garganta y empecé a notar algo de vergüenza- ¿Cómo has dormido?

-Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien.. -respondió con una mirada traviesa, lo que me hacía pensar que lo que había dicho era una indirecta.

-¿Crees que Sam nos escuchó?

-El silencio no fue tu punto fuerte anoche -empecé a notar como mis mejillas se sonrojaron, lo que provocó una sonrisa en su cara.

-En la ducha todavía queda agua caliente, por si te apetece.. ya sabes -ofrecí tímidamente.

-¿Quieres un segundo asalto, eh? -Dean se acercó poco a poco, con una sonrisa burlona, hasta que consiguió rodearme con sus brazos y acercarme a él.

-¡Laura! ¡Vamos, es hora de irnos, Bobby nos ha dado un caso!

Joder. Sam. Por supuesto era la voz de Sam. Dean estaba desnudo en mi cama y Sam estaba a punto de entrar. Los brazos de Dean estaban rodeándome cuando Sam abrió la puerta. Los ojos de Dean se abrieron mientras intercambiamos una mirada perdida.

-¡Ahora salgo! -grité en un intento de salvar la situación- ¡No entr..

Y Sam abrió la puerta. Agaché mi cabeza, intentando esconderla bajo las sábanas pero sabía que no serviría de nada. No necesitaba ver la cara de Sam. Estaba segura de que su boca estaba entreabierta, sus cejas levantadas intentando procesar lo que estaba viendo.

-Sam, normalmente se entra después de llamar -Dean le regañó.

-Tío.. esa es ¿Laura? ¿Tú y Laura? ¿Laura y tú? -repitió.

-Sam, ¡sal de aquí!

-Está bien -respondió con una risa baja- No hace falta que lo digáis más veces, ya me he ido.

La puerta se cerró otra vez y Dean se dejó caer contra las almohadas otra vez, soltando un suspiro exasperado.

-Esta no es exactamente la manera que hubiese elegido para decírselo.. -dije, deslizando mi mano sobre su pecho desnudo- Al menos ahora sabemos que no nos escuchó anoche.

Dean me miró, una sonrisa creciendo en su cara mientras jugaba con mi pelo mojado. Colocó sus manos en mis mejillas y se me acercó para darme un beso apasionado de buenos días.

***

Esta vez, las credenciales falsas que teníamos que enseñar eran las del Centro de Control de Enfermedades. Una mujer apareció muerta en su baño, sacando sangre por la boca sin motivo aparente. Su marido se la encontró, así que mientras Dean y Sam examinaban la casa, yo me encargué del interrogatorio.

-He hablado con la policía y el médico forense y nadie puede explicarlo.

-Por eso nos han llamado a nosotros, Señor Dutton.

-¿Cree que se trata de un virus? -preguntó preocupado.

-Todavía no hemos descartado ninguna posibilidad -respondí mientras apuntaba en una libreta- Señor Dutton, ¿Janet tenía enemigos? ¿Alguien que tuviera algún motivo para perjudicarla?

-¿Qué está diciendo? -se levantó de la silla y se acercó- ¿Que alguien la envenenó?

-Tenemos que considerar todas las posibilidades.

-¿Qué clase de veneno? -preguntó, como si se hubiese quedado con que la habían envenenado, que era la explicación más lógica.

-¿Alguien querría envenenarla? -insistí, ya que evadía la pregunta.

-¿Cómo? No, nadie -apartó su mirada de mí y se quedó callado unos segundos- Todo el mundo quería a Janet.

Los chicos abrieron la puerta del baño, la escena del crimen, y se apoyaron en el marco de la puerta. Intercambiamos una mirada rápida, en la que me hicieron un gesto conforme habían encontrado algo.

-De acuerdo, muchas gracias -me despedí- Tenemos todo lo que necesitamos.

Saliendo de la casa y de camino al coche, nos pusimos al día.

-¿No os ha parecido un poco evasivo?

-No lo sé, nosotros estábamos debajo del lavabo -entonces Sam metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacó una bolsa pequeña- Cogiendo esto.

-Una bolsa de hechizos -explicó Dean, ya que yo nunca había visto una.

Deshice el nudo que había en la parte de arriba y la abrí en la palma de mi mano.

-Huesos de pájaro, dientes, seguramente la tela es de algo que perteneció a Janet Dutton -Sam repasó todo lo que había dentro- Brujería.

-Exacto y cómo no, las brujas también existen -exclamé.

-Sí, y no se trata de algún aficionado de la Nueva Era -Sam añadió- Esto es magia negra del viejo mundo.

Abrimos las puertas del Impala y nos metimos dentro justo en el momento en el que empezaba a llover. Como siempre, cada uno teníamos nuestro sitio asignado.

-Odio a las brujas -soltó Dean, colocándose de lado para mirarnos- Siempre derramando fluidos corporales.

-¿Y no te quejaste ayer de los fluidos corporales de Laura? -soltó Sam, a lo que los dos intercambiamos una mirada con la boca abierta. Esa frase era tan impropia de él, que no lo podíamos creer- Está bien, lo siento, tenía que decir algo sobre el tema.

-Volviendo al caso.. -recuperé la conversación después de reírme- ¿A quién buscamos? ¿A una bruja vieja en el bosque?

-Podría ser cualquiera, son humanos como todo el mundo.

-Entonces, ¿cómo la encontramos? -preguntó Dean.

-No ha sido un ataque casual -respondí- Alguien en la vida de Janet Dutton quería hacerle daño. Con el motivo, encontraremos al asesino.

Decidimos seguir al marido de la víctima, ya que nos daba la sensación de que nos estaba ocultando algo. Por suerte, estábamos en lo cierto. El marido de la víctima salió corriendo de su coche y se arrodilló en la cera, tosiendo, como si intentase expulsar algo de su organismo. Dean le ayudó a respirar, mientras que Sam y yo registramos el coche. Encontramos una bolsa de hechizos bajo su asiento, así que la quemamos y volvió a la normalidad.

-¿Estás bien?

-¿Qué me está pasando? -preguntó asustado.

-Alguien mató a su mujer y ahora van a por ti, eso es lo que pasa.

-Si no te hubiéramos seguido ahora estarías muerto -indiqué algo cabreada, esperando a que nos contase la verdad- Ahora, ¿quién quiere verte muerto?

-Una mujer.. tuve un lío, fue un error. Estaba desequilibrada y me hizo chantaje. La dejé hace una semana.

-¿Cómo se llama?

-Amanda.

Como era lógico, enseguida pusimos rumbo a la casa de Amanda para pararle los pies. Después de abrir la cerradura principal con la ganzúa, entramos preparados para cualquier cosa. La casa estaba a oscuras, sólo habían un par de velas en el centro de la mesa, así como el cuerpo de la chica encima de ella. Muerta, lo que fue todo una sorpresa para nosotros. Sam encendió las luces y nos acercamos. La chica estaba desangrada sobre la mesa con tres cortes verticales en cada muñeca. Todo indicaba un suicidio.

-No lo entiendo -murmuré, negando con la cabeza- Si quería vengarse, ¿por qué suicidarse?

-Bueno, lo consiguió con Janet Dutton, creía haber acabado con Paul y decidió acabar con su vida como gesto final de desdén amoroso -razonó Dean, guardándose la pistola- Además, esto no parece el salón de una persona normal y equilibrada.

-No, pero también está esto -Sam se levantó del suelo y levantó una bolsa de hechizos escondida bajo la mesa- ¿Brujas contra brujas?

-Puede ser que estemos tratando con un aquelarre.

***

Sin tener referencia alguna sobre dónde debíamos seguir, continuamos haciendo investigación de calle de policías de verdad. Con nuestras identidades falsas, fuimos llamando puerta por puerta por gran parte del vecindario en busca de información, hasta que parecía que dimos con la clave. Algunos vecinos que conocían a Amanda, nos indicaron que tenía muy buena relación con una chica del vecindario, así que fuimos hacia su casa y nos la encontramos en el jardín. A la hora de identificarnos como agentes, la chica se asustó.

-Investigamos la muerte de Amanda Burns, estamos hablando con los vecinos y conocidos -Sam indicó- Hemos oído que usted era amiga de la fallecida.

-Sí, supongo.

-¿Sabía lo de sus prácticas? -preguntó Dean directamente- Su casa estaba llena de objetos satánicos.

-No, pero si ella era episcopalista -murmuró la chica nerviosa.

-Entonces estaba usando la Biblia equivocada -añadí, en un intento de tranquilizarla.

-Elizabeth -una voz de mujer que provenía de nuestras espaldas nos llamó la atención. Dos mujeres más, de la misma edad, se acercaron a nosotros- ¿Todo bien?

-Sí, Renee, ellos son agentes -informó la chica- Dicen que Amanda estaba, estaba practicando..

-Perdonen agentes, como ven Elizabeth está un poco aturdida -se excusó la mujer rubia mientras le acariciaba el hombro a la pobre chica- Lo de Amanda ha sido muy difícil para Liz, para todas nosotras.

-Sí, crees que conoces a una persona.. -añadió la otra chica.

-Bueno, supongo que todos tenemos nuestros secretos, ¿verdad? -Dean desafió con una mirada a la chica rubia, la que parecía llevar la voz cantante en el grupo.

-Muchas gracias, estaremos en contacto -nos despedimos.

En el camino de vuelta al motel, comentamos en el coche nuestras sospechas en el caso, como solíamos hacer. Era parte de la rutina a estas alturas.

-Esa Elizabeth me parece sospechosa -comentó Dean- ¿Has visto su jardín? Belladonna, aconita, mandrágora.. Sin hablar de la cara que puso cuando mencionamos el ocultismo.

-Puede ser, pero no creo que esté sola -opinó Sam- Parece que la señora Renee Van Allen, ha ganado todos los concursos de cerámica últimamente.

-Creo que hemos hablado con el aquelarre entero chicos, excepto con un miembro -ambos me prestaron atención- Amanda. Quizá se estaba sobrepasando y la mataron para mantenerse en un perfil bajo.

-Si han matado a una de ellas, ¿deberíamos darles las gracias? -cuestionó Dean.

-Ellas también hacen magia negra, tenemos que detenerlas.

-¿Detenerlas, "detenerlas"? Son humanas, Sam.

-Son asesinas.

Estaba totalmente de acuerdo con Sam y al parecer, Dean decidió no discutir así que siguió conduciendo. Sin embargo, unos pocos minutos después, el coche empezó a fallar y se detuvo en mitad de la carretera. Gracias a las luces del coche, pudimos ver quién había provocado ese fallo del coche. Ruby, el demonio que nos ayudó con los pecados capitales, hizo acto de presencia.

-¿Ruby? -murmuró Sam cuando bajamos el coche.

-Sam, escúchame, no tenemos tiempo -advirtió cruzada de brazos- Aléjate de la ciudad.

-Así que esta es Ruby -entonces Dean sacó el Colt y apuntó hacia ella- No había tenido el placer. Esperaba que aparecieras de nuevo.

-Apunta hacia otro lugar -amenazó ella, lo que provocó una risa en Dean- Sam, Laura, por favor, iros. Subid al coche y no miréis atrás.

-¿Por qué? -pregunté- No lo entiendo.

-Oye, guapa -Dean llamó su atención de nuevo- Nos encargaremos de esas brujitas.

-No estoy hablando de brujas, capullo, las brujas son fulanas -contestó cabreada- Me refiero a quién ellas sirven.

-Demonios -Sam pensó en voz alta- Obtienen su poder de los demonios.

-Sí y hay uno aquí mismo, ahora.

-¿Además de ti? -Dean continuó apuntándola.

-Sabe que estáis aquí y va a venir a por vosotros -advirtió de nuevo, y por sus palabras me parecía sincera- Es más fuerte que vosotros.

-¡Os está comiendo la cabeza, quién sabe por qué! -gritó Dean sin tranquilizarse.

-Perdón, ¿pero por qué te metes en esta conversación? -Ruby dio unos pasos adelante, acercándose a él.

-Pues porque son mi hermano y mi chica, mala puta -contestó Dean sin darse cuenta de lo que había acabado de decir.

Hubo un silencio profundo durante unos segundos, en los que las miradas volaban. Ruby me miró de reojo y poco después, negó con la cabeza como si no se lo hubiese podido creer. Sam, que me tenía al lado, me miró pensativo y con las cejas levantadas, sorprendido ante la confesión de su hermano. Evidentemente, mi mirada fue a parar a Dean. Con la boca abierta y los ojos brillantes, estaba esperando a que me devolviese esa mirada, pero nunca lo hizo. No era por vergüenza, ni mucho menos. Sabía que lo había dicho sin pensar, lo que significaba que realmente lo sentía así y esa era la debilidad que quería evitar.

-Te preocupas mucho por tu hermano y tú "chica".. -repitió Ruby- ¿Por eso te vas y los dejas solos en unos meses?

-Cállate -Dean se había cansado.

-Al menos deja que les salve el culo ya que tu no estarás aquí para hacerlo.

-¡Que te calles!

Dean apretó el gatillo, pero justamente Sam levantó el brazo de su hermano, lanzando el disparo al aire y malgastando una bala. Ruby desapareció segundos después, así que continuamos nuestro camino como si no hubiese pasado nada. Dean abrió la puerta del motel con la llave y Sam y yo le seguimos detrás. Como era evidente, el tema no podía pasar desapercibido.

-¿Pero qué cojones estabas pensando? -murmuró el hermano mayor- Es un demonio, Sam. Se acabó. Ellos nos quieren ver muertos y nosotros a ellos.

-Mira, ya sé que es peligrosa pero te guste o no, es útil.

-No, la mataremos antes de que nos mate ella -Dean insistió.

-Dean, si quisiera vernos muertos, solo tendría que dejar de salvarnos.

-Estoy con tu hermano -indiqué en voz alta, provocando que Dean se diese la vuelta y pasase de nosotros- Tenemos que empezar a planear una estrategia si queremos salvarte. No es tan fácil, Dean. No estamos cazando, estamos en guerra.

-¿Os encontráis bien? -preguntó Dean después de secarse la cara con una toalla- Para empezar, le pedís consejo a un demonio y cada vez os preocupa menos matar a gente, antes os repugnaba. Antes nos metíamos en el coche y lo discutiríamos.

-Espera, ¿te estás cabreando con nosotros porque empezamos a estar de acuerdo contigo? -preguntó Sam con una sonrisa.

-No, no me cabreo -Dean se sentó en la cama mientras se acariciaba la barriga, al parecer tenía molestia- Estoy preocupado, eso es todo.

-Eso es verdad -Sam y yo nos miramos rápidamente- pero no tenemos elección.

-Dean, ¿estás bien? -pregunté mientras me arrodillaba delante de él, ya que se estaba retorciendo de dolor.

-No lo sé -un par de segundos después, soltó unos quejidos- Algo va mal. Es como si tuviera cuchillos dentro de mi.

-El aquelarre Sam -esa idea cruzó mi mente.

Alarmados, Sam se levantó de la cama y empezó a remover toda la habitación en busca de la bolsa de hechizos. En mi caso, no sabía qué hacer; quedarme con Dean o ayudar a Sam. Finalmente, ayudé a Sam a buscar, ya que tampoco podía aliviar el dolor de Dean de ninguna forma, así que hice lo más práctico. En un despiste, escuché algo caer al suelo. Dean estaba arrodillado en el suelo expulsando sangre por la boca. No podíamos encontrar la bolsa, así que solo nos quedaba una opción. Era hora de hacerles una visita a esas brujas.

Acostumbrada a ir en el coche con Dean al volante, no sabía cómo era Sam como conductor. Ahora podía confirmar, que si la vida de su hermano estaba en peligro, ni Räikkönen le adelantaba. Llegamos en cuestión de minutos y cuando lo hicimos, pillamos a las tres mujeres practicando brujería. Sam, armado con el Colt y yo con mi arma normal, entramos rompiendo la puerta de la casa. Todas separaron sus manos y se levantaron asustadas al ver tal acto de violencia inesperada.

-Dejadle en paz -amenacé.

-¿Dejar a quién? -preguntó la rubia- ¿Qué haces?

-Si sabéis algo de nosotros también sabéis lo de esta pistola -habló Sam algo desesperado- Estáis matando a mi hermano. Dejadle en paz y alejaros del altar.

-No estábamos haciendo daño a nadie -habló la chica que habíamos visitado horas antes- Ni siquiera conocemos a tu hermano.

-Detened el hechizo o moriréis -me mantuve firme- 5 segundos.

-No, por favor, no nos mates -insistió la rubia- Pedíamos una tasa más baja para la hipoteca.

Sam y yo intercambiamos una mirada. Las dos chicas que habían hablado, parecían convincentes y sinceras de verdad. Entonces, nuestro objetivo estaba claro. La otra bruja, la morena del pelo corto.

-Todas vosotras, las de vuestro aquelarre, habéis tenido rachas de buena suerte -argumentó Sam- Excepto tú, Tammi. ¿Por qué? ¿No quieres nada para ti o es por qué ya tienes lo que querías? Las almas de estas mujeres.

Mientras Sam hablaba y la estábamos apuntando, hizo el papel de víctima. Llorando y temblando como habían hecho las otras dos mujeres, pero de repente, su cara cambió y sus lágrimas pararon. Relajó sus hombros y sus ojos se volvieron oscuros.

-Deja en paz a mi hermano.

-¿Qué pasa? ¿No habéis encontrado la bolsa de hechizos? -se burló.

Sam apretó el gatillo con rabia, pero el demonio levantó su mano y detuvo la bala antes de que llegase a tocarla. Genial, otra bala desperdiciada y sin armas para combatir al enemigo. Con ese mismo brazo levantado, hizo un movimiento rápido y como de costumbre, nos empujó a los dos hacia la pared. Estábamos paralizados. Las otras dos chicas, sin comprender qué estaba pasando, se abrazaron. Reneé, la rubia, fue la más valiente de las dos y se enfrentó a la chica, sin saber qué era. Un par de palabras después, el demonio partió su cuello sin tan siquiera moverse.

-¿Quién eres? -preguntó Amanda.

-Es una historia interesante -respondió con una sonrisa- ¿Recuerdas todos esos oscuros poderes a los que rezaste cuando prometiste tu vasallaje? ¿A quién crees que estabas rezando? Te has vendido a mí.

La chica se quedó callada sin saber qué responder, ya que sabía que dependiendo de lo que decía, su vida terminaría en cuestión de segundos. Con la tapadera descubierta, el demonio se acercó a nosotros y nos miró por encima del hombro. Con orgullo y una sonrisa malévola dibujada en su cara.

-Sammy Winchester, aquí mismo, en nuestra pequeña ciudad. Mis amigos y yo te hemos estado buscando.

-¿Por qué? ¿Porque se supone que voy a liderar a un ejército de demonios?

-No, en absoluto. No eres nuestro Mesías. No creemos en ti, pero hay un nuevo líder haciéndose fuerte en el oeste. Un líder real, así que apostamos por él. Es él quien va a destrozar el mundo -hizo una breve pausa, en la que aprovechó para acercarse a Sam- Lo que pasa es que a este demonio, no le caes muy bien. No le gusta la competencia.

Estiró el brazo y abrió la palma de la mano contra él, dispuesta a terminar con su vida. Quería moverme, quería salvarle la vida, pero por mucho que intentaba, no podía deshacerme de su fuerza. Cerré los ojos, pero el ahogo de Sam taladraba mis oídos y entonces lo noté. Una energía, recorriendo mis venas y subiendo hasta mi torso. Cuando abrí los ojos, caí al suelo y me quedé parada unos segundos. Miré mis piernas, apoyadas en la madera del suelo y mis manos, libres de moverlas. El demonio estaba tan sorprendido como yo. Primero frunció el ceño, algo preocupada pero cuando vio mi cara de no tener ni idea de lo que estaba pasando, enarcó una ceja y dejó de asfixiar a Sam.

-Esto sí que no me lo esperaba -murmuró manteniendo su brazo en alto- Me lo habían comentado, pero no sabía que lo habías desarrollado aún. Personalmente, no contaba con que lo hicieses nunca. Interesante.

-¿Desarrollado qué? -pregunté por curiosidad.

-De verdad no lo sabes -sonrió de lado- Lo que acabas de hacer, te acaba de convertir en un objetivo, Laura.

Esta vez, fui yo la que frunció el ceño y ladeé mi cabeza, intentando descifrar sus palabras. Entonces, recordé lo que Meg me dijo cuando me secuestró. Al parecer, se suponía que yo era alguien conocida en el mundo de los demonios, pero no le di importancia hasta ese momento. No hasta que noté algo diferente en mi.

La puerta que habíamos reventado al entrar, acabó de romperse cuando Dean entró por ella acompañado por Ruby. Al parecer, Dean volvía a estar bien, lo que me llevó a la conclusión de que Ruby le había salvado la vida.

-¿Qué quieres, Ruby? -preguntó el demonio, por lo visto se conocían.

-Sin ti me siento perdida, acéptame de nuevo -la técnica de seducción falsa se veía venir desde lejos, pero quizá funcionaba- Deja que te sirva de nuevo.

-Fuiste una de mis mejores -en el momento en el que parecía que había funcionado, ya que se había acercado, Ruby sacó su cuchillo para apuñalarla, pero el demonio detuvo su ataque- Pero siempre fuiste una furcia mentirosa.

El cuchillo cayó al suelo y empezó la pelea física. Ambas dieron y recibieron buenos golpes, pero finalmente Ruby salió perdiendo. En el suelo, caída sobre una mesa rota de cristal, el demonio explicó que cuando Ruby era humana, era una de sus brujas. Mientras estaba alardeando de su poder, como hacen siempre, intercambié una mirada con los hermanos, que seguían contra la pared. Amanda tenía demasiado miedo cómo para enfrentarse a ella, así que todo dependía de mí. Aprovechando la distracción con Ruby, cogí el cuchillo mata demonios y la apuñalé cinco veces seguidas por la espalda hasta que cayó muerta al suelo.

Amanda salió corriendo un par de segundos después, lo que me hizo creer que no iba a practicar brujería nunca más después de la escena que se había montado. Ambos hermanos cayeron al suelo, liberados y yo tendí mi mano a Ruby para ayudarla a levantarse. Me dio las gracias con la cabeza y nos ordenó que nos fuéramos, ya que ella se había ofrecido para limpiar el desastre.

***

Volvimos al motel y todos coincidimos en que nos apetecía una ducha. Para ir más rápidos y ser más prácticos, Sam se duchó en el baño de su habitación y Dean en mi habitación. Así que mientras los hermanos estaban ocupados, yo salí fuera para fumar un cigarrillo y darle vueltas a la situación. Apoyada en la pared, dando una calada, me di cuenta de que las farolas del parking empezaron a parpadear, lo que me hizo ponerme en modo alerta de nuevo. Por suerte, apareció Ruby. Cruzada de brazos y con una mirada severa, estaba parada enfrente de mi, esperando.

-Así que tú eras humana.. Moriste, fuiste al infierno y te convertiste en..-empecé, a lo que ella asintió- ¿Así que todos los demonios fueron humanos alguna vez?

-Todos los que yo conozco, aunque la mayoría de ellos ha olvidado lo que significa o incluso que lo fueron -hizo una breve pausa y se acercó- Es lo que ocurre cuando vas al infierno. Eso es el infierno. Olvidar lo que eres.

Por un momento, me imaginé a Dean como demonio. Imágenes recurrentes de él olvidando la persona que fue un día. Olvidando quiénes éramos los que le queríamos. Un escalofrío recorrió mi piel.

-La respuesta es sí, por cierto -habló Ruby- A tu novio le pasará lo mismo. Todas las almas que van al infierno se convierten en otra cosa. Se convierten en lo que soy.

-¿Has venido hasta aquí sólo para decirme esto?

-No, he venido aquí para responder a tu pregunta.

Me dejó callada. No sabía cómo, pero sabía exactamente la duda principal que volaba por mi mente en ese instante. Sabiendo que Ruby sabría la respuesta, probé.

-¿Quién soy? -pregunté en un murmuro.

-Eres una hermana de la luna -respondió con honestidad- Una bruja, Laura. Naciste con ese poder y no es casualidad que estés aquí ahora. Estabas destinada a esto. 

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