Agradecer a pao_potter por el capitulo doble hoy!!!!!
Capítulo 5
Santana amaba ir por su sobrina y escucharla hablar de todas las cosas que había hecho en su dia de escuela, incluso disfrutaba de las canciones infantiles que habían hecho en las actividades de arte y música, literalmente se había convertido en la ruta de su sobrina, pero detrás de aquello había una razón que para su pensar era realmente loca: la maestra de su sobrina.
Aquello había sido lo que se había convertido en la mejor actividad de Santana, sentía en su pecho algunas punzadas cuando veía a la maestra de Elizabeth interactuar con su sobrina y a eso no le encontraba nada de sentido, estaba siendo una rara frente a la escuela de su sobrina para mirarla despedirla y así volver al día siguiente hacer lo mismo.
Pensaba que estaba loca por hacer eso, pero no le hacía daño a nadie.
-¿Me demoré lo suficiente tía?
-¿Qué?
-Mami Patt me dijo que me demore con la señorita Brittany así tú la miras más -decía la niña alzando sus hombros y Santana colocándose como un tomate.
-Tu mamá está loca -santana salía de la escuela y solo pensaba en las mil maneras de matar a su cuñada -¿Quieres ir a la pizzería? Podemos llevar pizza a tus mami, hoy regresan un poco tarde.
-¿De nuevo? -la niña miraba triste a su tía -Hoy es día de películas.
-Lo sé cielo, pero podemos hacerlo mañana, es que hay cosas complicadas en el trabajo de tus mamis. -aparcaba fuera de la pizzería y la cogió en brazos dándole un beso en la mejilla -, mira, podemos comer aquí y comprar algunos dulces para mañana a la noche... así le haremos una sorpresa a tus mamis.
-¿Sorpresa?
-Si, le preparamos esos bocadillos que tanto les gustan, y veremos la película que tú quieras.
-Está bien tía, podemos llevar pizza a casa, ¿Me puedes ayudar con mi tarea? La señorita Quinn nos ha dejado algunos dibujos y podemos decorar como queramos. -sonreía mientras comenzaba a decirle su día en la escuela.
-¿Tu maestra no es esa que se llama Brittany?
-Ay tía, ponme cuidado. -la niña rodaba sus ojos.
-Mi maestra tutora y de matemáticas es la señorita Brittany, la que siempre está conmigo a la salida ¿entiendes? -tomaba las mejillas de Santana haciendo que la viera a los ojos y Santana asentía -Y la profe de artes es la señorita Quinn.
-¿Y cual te gusta más? -le preguntaba mientras hacían la fila para hacer su pedido.
-La señorita Brittany.
-¿Por qué?
-Porque es muy buena y linda.
-¿Y Quinn? ¿Es mala?
-¡No! -la niña reía -Es buena también, pero la señorita Brittany es muy alegre y nos hace siempre reír. -Ay tía, tú haces muchas preguntas, y tengo hambre. -se quejaba la niña y la persona detrás de ella no pudo evitar reír.
-Cierra el pico, eres igual de preguntona que yo. -santana tenía las mejillas coloradas.
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En el laboratorio de las oficinas del FBI se encontraba Patt revisando los documentos que uno de los chicos del equipo habían dejado para ella, mirando el reloj, se estaba haciendo tarde, y solo quedaba ella en el lugar, con una cajita de comida china a un lado y los documentos sin prestarle la más mínima atención, en la mente de la rubia no salía ni un solo minuto todo lo que estaba pasando en la vida de Santana desde el primer momento en que la conoció.
Santana se veía perdida, y eso era cómo estaba en realidad, despertar de un dia a otro y no reconocer a tu propia hermana, no recordar si alguna vez se enamoró, no saber nada de lo que era su completa vida anteriormente, Patterson había conectado al instante con la que era su cuñada, y si ver mal a Santana le afectaba, ver a Tasha pasarla tan mal era devastador para ella.
Veía la frustración en la mirada de su esposa y el dolor que sentía al no poder encontrar respuesta a lo que había pasado con su hermana.
Pasó su mano por su pelo corriendo hacia atrás y mordiendo sus labios rápidamente como hace cada vez que se encuentra nerviosa o presionada, los casos que cada dia se presentaban en el trabajo no la habían hecho sentir así cómo lo hace el caso de Santana, no habían podido dar con ninguna pista y cuando se sentían cerca de lograr algo cuando querían investigar más, las cosas que creían seguras de tener desaparecen.
Para la rubia las cosas no podían seguir de esa manera, no podrían vivir en un espiral donde nunca dejarían de dar vueltas en un mismo sentido, sin hallar ninguna prueba, sabían que no podían devolverle los recuerdos a Santana, pero sabían que si sabían algo de su pasado, podrían darle la respuesta a Santana de que tuvo algo importante.
Sabian de alguien en la vida de la morena, porque las pocas veces, y la última vez que Tasha había tenido contacto con Santana antes de encontrarla en el hospital que la había encontrado, ella había hecho mención que algo importante pasara, y además Tasha sabía que su hermana estaba con alguien, la relación de ellas no era unida no porque no se quisieran, Tasha adora a su hermana y siempre la quiso proteger, pero la mayor parte de su vida no la habían vivido juntas viviendo siquiera en el mismo estado.
Miraba los documentos de la mesa, les dio una ojeada breve y los firmó, solo eran algunos permisos para poder hacer una actualización al programa que usaba en el laboratorio.
Seguía esperando a Tasha, dijo que la esperara ahí porque tendría que ir a la estación donde conoce a los oficiales que le habían estado ayudando con pistas o personas que le buscaran a su hermana, recibió una llamada y esperanzada había salido después de terminar con el trabajo del día.
Quizá había tenido suerte, al fin tendrían algo más de lo mismo de siempre, Patterson siempre quería tener sus esperanzas arriba, pero aquella esperanza fue como un globo tocar una aguja cuando miró la puerta del laboratorio abrirse, y mostrarle a una devastada Tasha, con su mirada llena de rabia y frustración, peleaba con las lagrimas que querían escapar, pero al tener a su rubia corriendo hacia ella para consolarla en sus brazos no pudo evitarlo más.
-Ay amor, ven. -la rubia la llevaba hasta una de las sillas -Calmate un poquito, así me cuentas. -le secaba las lagrimas. -No me gusta verte así, ¿quieres un poco de agua? -se alejó un poco para ir por el agua pero la mano de Tasha le tomó el brazo.
-No, no te vayas. -la latina se colocó de pie frente a ella abrazándola -No me dejes sola. -Patt cerró sus ojos apretando más a ella en su abrazo.
-Nunca te dejaría sola mi amor, eso lo sabes. -besaba su cabeza repetidamente.
-Estoy cansada, estoy cansada de está situación que siempre pensemos que tenemos algo y al final no sea nada, ¿Por qué sucede esto? Solo quiero darle un poco de esperanzas a Santana, quiero saber qué pasó con ella.
-Yo también quiero lo mismo, y lo lograremos -dio un beso en la frente de su morena y la abrazó más fuerte que la vez anterior. -Ven siéntate, hablaremos.
-No sé qué sería de mi sin ti.
La morena sentó y rodeó a la rubia con sus brazos, dejando su cara en el plano vientre de su esposa, desde el embarazo de Lizzie eso se había convertido en una costumbre, dando pequeños besos justo donde dejaba su cara y acariciando suavemente su espalda, Patterson podría sentir cómo Tasha haciendo eso se podía calmar.
-Es increíble que el tiempo siga pasando y tú sigas haciendo eso -la rubia le decía sonriendo
-Es algo que me calma, tenerte entre mis brazos me da la paz que necesito, Patt. -dio un beso en su vientre de nuevo después de brindarle una pequeña sonrisa.
-Asi me gusta, mira cómo te ves de hermosa cuando sonríes, así con tus ojitos a medio notar. -tomaba su cara entre las manos dejando un beso en sus labios.
-Steve me dijo que no había podido encontrar respuesta de la persona que había estado preguntando por Santana, todo desapareció de los archivos como cada vez que creemos tener algo en nuestras manos...
-Es algo que ya no me sorprende, las cosas nunca están a nuestro favor y yo ya estoy cansada de esto. -Tasha la miró al decir aquello y pensó en que quizá Patterson no querría seguir averiguando acerca de eso...
-Amor, entiendo si estas cansada. -dijo intentado entenderla -yo puedo seguir sola si tu quieres.
-No, Tasha cuando me casé contigo dije que te apoyaría en todo hasta el último momento, y aunque tu quisieras dejarlo intentaría darte un poco más de fuerzas para que siguieras, lo que estoy diciendo es que estoy cansada de siempre llegar al inicio, o sea de no tener nada. -Patterson agarró una silla y la puso al lado de Tasha para seguir hablando con ella. -no podemos confiar en nadie.
-Patt, necesitamos ayuda para poder hacer esto
-No, solo nos necesitamos a nosotras. -dijo la rubia con toda la seriedad del caso. -no podemos estar siempre confiando en las mismas personas que no nos dan nada.
-Reade está ayud...
-Por favor Natasha... -rodó sus ojos -ese no hace nada, te dice lo que tu quieres escuchar, pero jamás hace algo que pueda servir. Tu podrás seguir con esas ayudas que no sirven para nada, pero yo desde aquí haré sola todo, no diré nada de lo que encuentre o lo que avance.
-¿Me lo dirás a mi?
-¿Se lo dirás a tu amigo? -preguntaba Patterson con los brazos cruzados -Tash, no te estoy diciendo que le dejes de hablar, puedes seguir con él, pero lo único que te pido es que dejes de confiar en todos; eso lo único que nos ha traído es no poder saber nada, yo estoy decidida a que este sea solo un caso donde las dos podamos opinar, que nadie lo sepa. Yo no se lo diré a nadie, ni siquiera a Weller. -la rubia tomaba sus cosas -¿Estás conmigo o no?
-Sabes la respuesta, y se que cuando piensas las cosas me das probabilidades de 99.9% de efectividad. -la morena intentaba reír para hacer que la tensión terminara -solo deja de estar celosa de Reade.
-No seas ridicula, ese tonto no me da en los talones -la rubia reia -pero como se quiera pasar contigo, me va conocer enojada.
-Nadie puede, mi amor. -Patterson sonrió al escucharla y se dispuso a salir del lugar pero Tasha de nuevo la detuvo.
-¿Qué pasa? -dio la vuelta y los labios de Tasha fueron directamente a los suyos, sonriendo en medio del beso pasó sus manos por los hombros de la morena. -Mmm, que eso pase siempre -dijo aún con los ojos cerrados y rió un poco al sentir besos pequeños en sus labios repetidas veces.
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La sala estaba iluminada por la luz de la tele y las chicas miraron el desorden de juguetes y la pizza a un lado, al parecer Santana y Elizabeth habían tenido una noche de películas sin ellas, Tasha miró el reloj en su muñeca y le indicaba que ya marcaban las 2 de la mañana, habían llegado demasiado tarde a casa ese dia.
Santana estaba dormida con la niña en sus brazos y Elizabeth tenía la cara metida en el cuello de su tía, con una pierna encima y su bracito rodeándola, las chicas sonrieron al entrar a la sala y Tasha con un dedo en sus labios le indicó a Patterson que fueran a la habitación.
-No me gusta venir y ver que no pudimos darle un beso antes de dormir -decía Patterson buscando en los cajones una de sus pijamas.
-Lo sé, pero a veces toca. -la latina decía mientras se quitaba la ropa y atrapaba el pijama que la rubia le tiraba -¿Quieres que la traigamos a la cama?
-Tiene mucho tiempo sin dormir con nosotras -dijo la rubia.
Después de ordenar todo en la habitación para poder dormir unas horas antes de volver a trabajar, salieron a la Sala y Tasha cuidadosamente acarició el desordenado pelo que Elizabeth tenía en su carita, y Patt intentaba despertar a Santana.
-Lizzy, cielo. -la latina le decía en tono suave -vamos a la cama.
-¿Mamá? -decía la niña adormecida.
-Si mi amor, ¿dormirás con mami y yo hoy? ¿Quieres? -preguntaba y la niña asiente estirando sus brazos para que la alzaran.
-¿Qué hora es? -preguntaba Santana sentándose en el suelo mirando a su cuñada.
-Las dos de la mañana pasadas, nosotras llegamos hace poco.
-¿Tuvieron muchísimo trabajo?
-Algo así, tenemos un caso muy especial. -la rubia le dijo sonriéndole, y pensando que además del caso sobre Santana, el caso más importante para ella era apoyar a Tasha -¿Se divirtieron sin nosotras?
-Lamento decirte que si -rieron -pero Lizzy se ha puesto triste en la parte en que tu cantas con ella.
-Mi niña -Patterson miró hacia el pasillo donde minutos antes se había ido Tasha con Lizzy en brazos. -Gracias por cuidarla, Tana.
-Sabes que lo hago con todo el gusto. ¡Me olvidé!
-¿Qué pasa?
-Deja de decirle cosas a Elizabeth sobre mi, con la maestra, uno de estos días voy a acercarme a buscarla y dirá alguna cosa y que va pensar esa chica de mi. -la latina se sonrojaba cuando veía la sonrisa traviesa de su cuñada
-¿Que? si estás de acosadora, te debería arrestar.
-¡Eso es mentira! -la morena frunció el ceño. -Yo solo voy por Lizzy a la escuela.
-Si, por eso llegas quince minutos antes. -dijo Patterson riendo. -Te gusta la muchacha, solo aceptalo.
-No la conozco.
-Pues te parece linda, si no, no tuvieras las mejillas como dos tomates, quizá un día de estos te toque ir a una reunión de Lizzy, alguna vez Tasha y yo estaremos ocupadisimas, y tu tendrás que ir. -reía la rubia colocandose de pie
-Eres malvada, ¿lo sabías?
-No, soy cupido. -la rubia seguía riendo mientras cada una entraba a la habitación de cada una.
Definitivamente su cuñada estaba completamente loca, lo unico que le había dicho era que la maestra de Elizabeth parecía ser buena porque todos los niños siempre le demostraban cariño antes de irse, y siempre lo notaba al llegar a buscar a su sobrina; pero Patterson desde aquel dia que Elizabeth había dicho que Santana decía que la maestra era linda, no había oportunidad en que su cuñada dijera alguna broma haciendo que sus mejillas se tornaran rosadas, y su hermana más atrás se reía de aquello, no había remedio para ello.
Con las semanas pasando estaban las chicas al igual que cada día, trabajando, pasando el tiempo que podían con Elizabeth, Santana sin animarse a ir hasta donde Elizabeth esperaba por ella.
Brittany seguía sus días pensando en tantas cosas, en discusiones con Sam, y ahora estaba pasando lo que no quería, perder su amistad; ella sabía que cuando tomara el valor para decirle que tenían que dejar aquello que lo que menos para ella parecía era una relación, el chico no iba a tomarlo tan fácil, pediría otra oportunidad para intentar hacer todo mejor pero para la rubia no había nada más que hacer con eso, desde un tiempo después de estar con él se dio cuenta del error que había cometido y que en cuanto pudiera decirle al rubio que no podían seguir con eso él no lo aceptaría tan fácil.
No podía perder a uno de sus mejores amigos, eso era lo que siempre pensaba, pero sabía que no lo amaba no podía mirarlo diferente a cómo lo había hecho desde que estaban en la escuela Sam para ella siempre fue su mejor amigo y pensó que quizá después de un tiempo cuando le dio la oportunidad podría llegar a mirarlo y amarlo de otra forma que no indicara solo amistad, pero se había equivocado con eso.
Admitirlo en voz alta frente a su mejor amiga le costaría muchísimos "Te lo dije" en la voz tan fastidiosa de Rachel, pero sabía que la castaña no iba a desperdiciar su tiempo sin recordarle todas las veces que se lo había dicho y advertido.
-Princesa -susurraba Brittany acariciando las mejillas de Isabella -Cielo, hay que despertar para ir a la escuela.
-Otro poquito mami. -decía la niña acomodándose más con las cobijas -tengo muchísimo sueño; mientras tu te alistas yo duermo. -sonrió con los ojos cerrados.
-Santana, mi amor. -Brittany regresaba a la habitación después de preparar el desayuno -Sanny, llegarás tarde a trabajar.
-Ay, un poquito más Britt -la morena se acomodaba las cobijas hasta sus hombros y seguía dormida.
-Unos minutos más, me iré a cambiar y al volver te levantas si o si -la rubia le dio un beso en la mejilla recibiendo una sonrisa de Santana quien aún tenía sus ojos cerrados.
-Eres igual a ella -dijo la rubia acariciando su pelo -la extraño tanto. -como siempre que podía ver cosas de Santana en Isabella, sentía aquel vacío en su pecho.
-¿Sigue la niña Isabella en la cama? -preguntaba Miriam cuando Brittany entraba a la cocina
-Si, sabes lo difícil que es despertarla.
-¿Quiere que intente? Así no se tarda mucho, el desayuno está listo.
-Miriam, ¿Qué haría yo sin ti? -la rubia le sonreía cuando la señora le daba un vaso con jugo de naranja. -Te lo agradecería, todas sus cosas están en la cama.
-Casi no estas a tiempo ¿No? -tomaba las llaves de la mesa después de que Isabella había desayunado y salían de la casa, gritando un adiós a Miriam.
-Mami, es que tenía sueño.
-Es que eres un osita perezosa -la rubia la acomodaba en la parte trasera del auto.
-¿Por qué vamos en auto?
-Cielo, porque vamos con el tiempo justo y yo tengo que organizar algunas cosas sobre la reunión de papitos para la próxima semana. -besó su mejilla y al fin estaban rumbo la escuela.