El diario de James Mildway

By JafetMalcos

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En el año 2050 la humanidad enfrenta una infestacion de criaturas creadas por la ambición de la misma raza hu... More

PRÓLOGO
CAPITULO I UN MUNDO LLENO DE CAOS
CAPITULO II JAMES MILDWAY
CAPITULO III LAS ARENAS
CAPITULO IV: Maximillium Cleever Parte sin título 5
CAPITULO V: Allice y Annie Cleever
CAPITULO VI: EL SECRETO DE LA FAMILIA CLEEVER
CAPITULO VII: UNA NOCHE EN DERYVILLE
CAPITULO VII: UNA NOCHE EN DERYVILLE
CAPITULO IX: LA ESPADA DE LA FAMILIA CLEEVER
CAPITULO X: LA FAMILIA KOKONE
CAPITULO XI: ALEXANDER KOKONE
CAPITULO XII: EL PASADO DE JAMES
CAPITULO XIV: UN OSCURO RECUERDO
CAPITULO XV: ¿LA FAMILIA DE JAMES?
CAPITULO XVI: JAMES VUELVE
CAPITULO XVII: ALEXANDER Y JAMES

CAPITULO XIII: EL NUEVO JAMES

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By JafetMalcos

Alexander tenía razón, el maldito tenía razón, yo era un monstruo, pero lo que no acepté fácilmente es que Maximillium aun sabiendo quién era yo quiso que los protegiera, quizás tiene miedo de que el alquimista demonio que vive en mí, el que mató a ese Cold Hunter sin piedad, se revele contra él y mate a su familia y a todos en el pueblo, por eso quería someterme a proteger a sus hijas, por eso me enamoré de Allice. Maximillium lo sabía y me lo ocultó, no soy perfecto pero mentirme sobre mi pasado y encima ese maldito Alexander ya lo sabía todo, apuesto a que Allice también ya lo sabía, por eso fue amable conmigo para evitar que el monstruo saliera y los lastimara.

Estaba oscuro, era tarde, pero yo podía ver claramente todo el bosque a mí alrededor, esto era un nuevo poder que quizás he recordado. No sabía qué hacer, decidí ir por un trago quizás eso me ayudaría, el mejor lugar en el que pensé fue ir al bar de Howard, quizás eso me iba a tranquilizar.

Al entrar al bar vi que Howard estaba feliz de verme, tenía tiempo que no paraba mi detestable cara por ahí.

-Buenas noches señor James dígame ¿qué le sirvo?

-Hola Howard, dame una cerveza, de preferencia en el tarro más grande, y por favor dime solo James, tanta formalidad me pone nervioso.

-De acuerdo James en seguida sale- Sirvió mi cerveza en un tarro grande, supongo que notó mi falta de ánimos.

-Aquí tiene James- puso el tarro en la barra- dígame ¿pasa algo malo?

-Nada malo Howard, solo es ese momento que descubres que te han mentido y utilizado para los beneficios de personas en quienes creías confiar.- Bebí mi cerveza completa de un solo trago.- ¿Te importaría servirme otra?

-Claro en seguida- agarró el tarro y lo rellenó, lo puso en la barra cuando llegó otro cliente y Howard fue a atenderlo mientras yo recordaba lo que había dicho Maximillium, no podía dejar de pensar que sólo me estaban utilizando tratándome como animal al cual domesticar para que no le hiciera daño a nadie.

-simplemente la mejor cerveza que pueda haber en el mundo- dije al otro cliente sentado en la barra- No sé cómo la hacen pero es la mejor Howard, se la recomiendo mucho caballero- Al terminar de hablar me perdí de nuevo en mis ideas mientras Howard y el otro sujeto hablaban, las ideas iban y venían una y otra vez como hojas de otoño guiadas por el viento, recordaba las palabras de Maximillium atacándome una y otra vez, yo era ese alquimista demonio que atacó a esta ciudad hace 200 años.

-Howard...- dije casi sin pensar

-Dígame James-

-Dime ¿tú sabes qué pasó hace 200 años en éste pueblo?

-Sí, hubo un incendio que destruyó gran parte de la ciudad, pero la familia Cleever nos ayudó mucho para superar esa tragedia

-Ya veo...-

-¿Por qué? ¿Acaso recuerda algo de eso?

-Algo así Howard...- llamaron a Howard mientras yo terminaba mi cuarto tarro de cerveza. Entonces la familia Cleever había ocultado todo lo que tenía que ver con ese accidente, no podía creer que pudieran hacer eso...

-Howard, ¿sabes algo sobre los alquimistas?

-No señor solo sé que el único alquimista es usted-

-¿Crees que los alquimistas sean malos?

-Lo conozco a usted y sé que no es malo

-Gracias Howard.- acabé mi cerveza y le dejé el dinero a Howard. -Descansa y gracias por todo.- salí del bar y pensé que debía entrenar, no me cabía duda de que Maximillium solo quería utilizarme para sus propios fines. Decidí hacerme más fuerte y luego investigar qué planeaba Maximillium, además no quería estar cerca de ellos, me sentía incómodo después de lo que hicieron.

Fui a casa un poco mareado por esas cervezas, me acosté en mi cama y cerré los ojos, me quedé dormido en poco tiempo. Esa noche tuve un sueño raro sobre algo que viví como asesino, había muchas cosas borrosas pero las recuerdo, recuerdo que en esa aldea en llamas una persona me llamaba, era la voz de un hombre que me decía "date prisa, los Cleever no tardarán en llegar" después de eso estaba en el bosque con ese sujeto, no le podía ver bien la cara, solo recuerdo lo aquella decían "Vamos a matar a los Cleever, míralos salvar a esos malditos humanos que mataron a nuestras familias, James cuento contigo"

Desperté sudando frío y nervioso, ese sueño terminaba lleno de muertes y sufrimiento de muchas personas, no podía creer que yo hice todas esas cosas pero la pregunta era ¿por qué esa persona sabía de una familia que yo no recuerdo? ¿Acaso estaba viendo la vida de alguien más? El sol comenzaba a salir, era muy temprano decidí bajar a desayunar yo solo, preparé un pedazo de carne con especias y desayuné sin que me vieran, debo admitirlo esa carne estaba deliciosa. Llegó Maximillium y como de costumbre saludó de una manera amable.

-Buenos días James- dijo con ese tono amable

-Buenos días- dije un poco frío e indiferente

-Espero tenga buen día y se divierta con Annie- dijo Maximillium

-Sí señor gracias, estaré en el jardín por si me buscan.- tomé mis espadas y fui al jardín a entrenar, fue una mala decisión, cuando llegué al jardín, Alexander y Allice estaban besándose, sentí celos y una rabia inexplicable, volví sobre mis pasos y por suerte no se percataron de mi presencia.

Fui a otro lugar del jardín, nunca me había puesto a apreciar el jardín, tenía muchas rosas bonitas, arbustos bien podados con rosas amarillas y rojas, era un lugar en verdad hermoso, llegué a un lugar que estaba seguro que no me molestarían. Era hora de entrenar, usando una técnica de tierra pude crear pequeñas montañas en el jardín, para poder entrenar más duramente debía reforzar esas pequeñas montañas así que usé un poco de mi energía para darles más fuerza, empecé mi entrenamiento con mis espadas sin ningún hechizo, era difícil romper las rocas sin hechizos, pero no podía darme por vencido, primero debía reforzar mi energía física para aumentar mi energía espiritual e incrementar el poder de mi magia, intenté duramente pero no podía romper las rocas, en ese momento en mi mente vino un recuerdo extraño, era como si empezara a recordar cómo usar bien mis espadas, las tomé con fuerza y concentrando toda mi energía física en las hojas pude cortar una roca sin problemas, pero fue cansado hacerlo, debía entrenar más para poder controlar ese poder.

-Entrenas duro desde que te ganaron verdad James- volteé para ver quién me hablaba.

-Señorita Annie hola, sí debo entrenar más para poder ganarle a lo que sea.

-Jejejeje a veces no te entiendo pero bueno James vayamos a pasear.

-Como usted quiera- era todo muy extraño, ella jamás había sido amable conmigo además quería investigar cómo Alexander podía usar su energía sin ser alquimista, tal vez si yo encontrara el mismo libro que él leyó, podría controlar mi energía y aumentar el poder de mis hechizos. Fuimos al centro de la ciudad.

-Disculpe señorita Annie -dije un poco intrigado y algo frío

-¿Qué pasa James? -respondió sin darle importancia a mi frialdad.

-Usted sabe por qué Alexander tiene la capacidad de liberar energía espiritual sin necesidad de ser alquimista.

-Eso es un secreto James, la verdad sé qué hizo para conseguir ese poder pero no puedo hablar al respecto pero si quieres información siempre hay bibliotecas abiertas -después de decir eso rio como la niña que era, debo admitir que por un momento me pareció linda, pero solo eran mi distraída mente.

Seguimos caminando un buen rato yo distraído en mis pensamientos pero al mismo tiempo preparado para evitar cualquier accidente que pudiese ocurrir. Llegamos a una cafetería algo extraña para mí gusto.

Supongo es una cafetería para jóvenes alocados como Annie, pensé, no estaba muy emocionado por eso.

Entramos y nos sentamos en una mesa junto a la ventana me sentía incómodo estando en un lugar tan extraño, eran niños en romances estúpidos quizás yo estaría igual por Allice, pensarlo así parecía estúpido, yo no tenía tiempo para eso.

-¿James? ¿Me has escuchado?

-perdone señorita Annie, estoy distraído- no sé cuánto tiempo tenía hablándome.

-Solo te decía que te noto algo distante y frío conmigo, con Allice, bueno con todos pero en especial con mi padre, ¿Qué te pasa?

-No es nada señorita no se preocupe, es una cuestión personal no tiene por qué preocuparse por mí-Ella me vio con cara de no creer nada de lo que decía. Llegó el camarero y Annie se encargó de pedir un par de bebidas, no escuché lo que pidió a mí me hubiese encantado tomar un poco de cerveza fría, Annie empezó a mirarme raro.

-James contéstame algo-

-Qué pasa señorita dígame-

-Em...bueno yo quería saber si tienes no...Novia... -Me quedé atónito al escucharlo, pero ella estaba muy sonrojada ¿Por qué demonios Annie preguntaría algo así?, siendo sincero no me esperaba que me preguntara semejante cosa.

-No señorita Annie no tengo novia.

-Ya veo...entonces supongo no podrías ayudarme...

-¿Ayudarle? Mi deber es ayudarle dígame qué le pasa

-Em...bueno es que alguien me gusta... -En ese momento el camarero trajo un par de bebidas amarillas, no sabía qué eran pero se veían deliciosas; Annie se puso muy roja

-Gracias es todo -Dije al camarero antes de que la cara de Annie explotara. Miré a Annie -Déjeme adivinar señorita le gusta Alexander ¿o me equivoco?

Annie seguía roja, estaba a punto de responder pero en ese momento escuché un ruido que venía de afuera, había gente corriendo, al verlo en la calle lo supe, era una Rivens Beast, salí corriendo desenfundando mis espadas, me puse delante de la Rivens Beast cuando escuché otro ruido detrás de mí, era un maldito Cold Hunter.

-¡Señorita Annie corra! -Le grité a Annie y pensé rápidamente en cómo detener a ambas bestias. -No he estado entrenando a lo estúpido, los mataré a ambos. -Pensé que iban a pelear entre ellos así que debía alejarlos de la ciudad, usé un hechizo de tierra para llevarnos a los tres fuera de la ciudad, fuimos al bosque donde había enfrentado al último Cold Hunter, no podía ir a un lugar que no conociera.

Las bestias se atacaron entre ellas, la Rivens Beast era un pájaro gigante, el Cold Hunter parecía un lobo, eran peligrosos y más juntos, estuve a poco de quedar atrapado en medio de su ataque, por suerte brinqué y los esquivé fácilmente subiendo a un árbol, sabía que no podía usar la fuerza física a mi voluntad, en mi entrenamiento costó bastante trabajo pero si no lo hacía podría morir debía arriesgarme a usar esa energía o morir sin intentar. Miraba que el Cold Hunter era más fuerte y listo, lo cual me resultó extraño se suponía tenían la misma inteligencia, debía atacar al Cold Hunter y debilitarlo, viendo desde el árbol concentrando mi magia de fuego en las hojas de mis espadas, no pasó mucho cuando concentré todo mi poder en ellas, me lancé contra el Cold Hunter para atacarlo al corazón y como si supiera que iba esquivó mi ataque pero pude dañar un poco sus patas delanteras, se me quedó mirando fijamente y como si nos conociéramos por un segundo creí reconocer esa mirada era como la de un viejo amigo; el Cold Hunter abrió su hocico para matarme y la Rivens Beast me jaló con su pico salvándome de que me mataran.

-Eres un inútil y lo sabes -Escuché esa fastidiosa voz que me despertó de mi lejano recuerdo.

-Alexander

-Yo acabaré con ambos

-Cállate y lárgate yo me encargaré -no tenía fuerzas pero debía acabar con el Cold Hunter, usé de nuevo mis espadas pero esta vez con la energía física que intenté usar antes, el Cold Hunter estaba dañado brinqué contra él, casi me golpea con sus patas pero lo esquivé y pude dañarlo en el pecho donde debería estar su corazón, mis espadas traspasaron sin ningún problema, lo había derrotado.

-Te faltó uno estúpido alquimista -Alexander se lanzó contra la Rivens Beast para matarla

-¡Déjalo en paz! -me arrojé contra Alexander deteniendo la espada de la familia Cleever, me costó mucho trabajo incluso cuando mis espadas tenían el elemento de tierra para hacerlas más fuertes, no había duda esa espada era poderosa en extremo.

-Idiota ¿vas a dejar que una bestia ataque el pueblo?

-Me salvó de morir y ahora mira a la Rivens Beast -La bestia empezó a caminar rumbo contrario al pueblo, volteó y se inclinó mirándome, quizás quiso decir gracias.

-Valla Annie te subestimó, espero que para la próxima que me llame para ayudarte sea algo serio, adiós tengo una cita con Allice.

Me quedé pensando en la batalla que tuve los Cold Hunters eran duros pero los ataques sin magia los dañan más, debía acabar rápido con mi entrenamiento. Volví a casa ya de noche y decidí dormir un poco para pensar más en lo que había pasado...

Llegué a casa con hambre así que decidí comer algo antes de ir a dormir, el refrigerador de la cocina era mío, entré a la cocina con cuidado de que nadie me viera abrí el refrigerador para comer algo.

-James- Me habló una voz femenina que yo conocía; cerré la puerta del refrigerador y vi a Annie con un vestido de noche color negro, muy hermoso y algo corto.

-Buenas noches señorita Annie, lamento lo que pasó hoy en, la tarde.

-Descuida pero ven siéntate y terminemos nuestras bebidas que no terminamos.- tenía dos bebidas como las que nos dieron en esa cafetería, era curioso que aún quisiera seguir platicando conmigo. Me senté a su lado.

-Dígame señorita Annie ¿va usted a salir?- bebí un poco de esa bebida y me di cuenta que tenían alcohol, sabía bien debo admitir nunca pensé que Annie disfrutará de ese tipo de bebidas o más bien, no pensé que Maximillium lo permitiera.

-No James no saldré, acabo de llegar pero... ¿recuerdas esa platica que tuvimos en la tarde?

-Sí señorita la recuerdo dígame ¿fue con esa persona que le gusta cierto?

-No, bueno no es que me guste, fue solo por cortesía porque me invitó a cenar y no quise decirle que no, es un chico que conozco y vive en la ciudad Sayeville se llama Peter y me invitó a salir cuando te fuiste de la cafetería.

-Ya veo...espere ¿es de la familia Kokone?-Peter... Ese nombre me era muy familiar como si supiera quién era pero no podía recordar más que ese nombre.

-Sí James es el hermano de Alexander y bueno James gracias por el día de hoy voy a acostarme, espero te haya gustado el cóctel, descansa.

-Gracias señorita Annie descanse- Annie se levantó y se fue, no vi cuando se terminó su bebida, tomé la mía de un sorbo y me fui a dormir. Llegué a mi cuarto y había. 5 sobres encima de la cama, estaban llenos de dinero, mi paga por cuidar de Annie, decidí darle la mitad a Maximillium ya que no cuidaba de ambas ahora, en ese momento pensé en alguien en quién ya no había pensado, Allice, ¿qué estaría haciendo? En brazos de ese estúpido de Alexander quizás. La pregunta principal era ¿Y ahora qué pasará? Sin saberlo decidí ir a dormir un poco.

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