¿Podía ser su cabeza jugando con ella? Una falsa percepción de la realidad no le haría sentirse mejor. Pero era seguro, esa chica era la misma que le habló en un puente en vez de ir a algún sitio a tener una cita con el chico de los tenis rojos.
ー¿Por qué es negro?
Una posible mala elección para su primera pregunta.
Claramente se refería a su cabello. Si hubiese puesto un pie en esa escuela con el pelo rubio la habrían corrido al instante. Su no tan buena persona le permitió imaginar a alguna colega con pose de autoridad intentando reprenderla al punto de tener el rostro rojo cuando Soojin la ignorara.
Sí, era posible que la rubia se hiciera de oídos sordos, o sólo huyera hacia algún lugar como un salón de clase. A pesar de estar entre muchas chicas ordenadas, su corbata era un desastre, siquiera llevaba fajada la camisa y la falda era notoriamente más corta.
ー¿Te gusta?- Preguntó sin vergüenza cuando notó que sus ojos la inspeccionaban a detalle.
Shuhua la miró de nuevo, nada pasaba desapercibido y la contraria ya había entendido que no conseguiría fácilmente una conversación. Con un segundo vistazo la información sobre los errores en su vestimenta se fue ampliando. Como el hecho de que llevaba desabotonada la camisa del cuello, y que sus uñas tenían un color obviamente antinatural.
ー¿Cómo llegaste aquí?
ー¡Hola, Soojin! ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien? Gracias por venir a verme. Sí, bueno también estoy bien. Mi día estuvo perfecto, ¿El tuyo?
No se perturbo en absoluto. Sólo quería saber.
ーDuh, obviamente entré por la puerta. Y el cabello... me queda bien, ¿No? Aunque tranquila, se lo mucho que te gusta verme de rubia.
Yeh no tardó en notar como su compañera de en frente le lanzaba miradas sospechosas a su no tan silenciosa no nueva amiga. Inmediatamente se levantó llamando la atención de la mayor.
ーVamos a otro lugar.
ーWow, estamos yendo muy rápido. ¿No?
ーSólo camina.
Ni Miyeon en sus locas alucinaciones de las posibles persecuciones a la rubia en una realidad alterna llevaron a Soojin tan rápido a la sala del consejo. Nadie iba a pasarse por ahí el resto del día. Ella misma se había encargado al quedarse tarde de todos los pendientes para la semana. Tal como un robot lo habría hecho.
ー¿Y qué? ¿Aquí planeas darme mi primer beso?
Ya había aprendido que sus estupideces saldrían cada que intentara tener una conversación seria. Shuhua no era muy paciente cuando se trataba de lidiar con gente problemática.
ー¡¿Qué demonios haces aquí?!- Soltó con voz firme causando la perdida de la sonrisa de su posible no nueva amiga.
ーCálmate, sólo vine a ver a alguien. Duh, pero si venía aquí como normalmente ibas a correrme.
ーSiquiera te has vestido como se debe.
ーY siquiera me he pintado el cabello. ー Afirmo con ironía y se quito la peluca que llevaba. ーMe la prestó una amiga. Deberías conocerla, es tu compañera de hecho y...
ーNo me importa. Estás yendo demasiado lejos con éste acoso.
Y aunque fuese difícil de imaginar. Su mente ya había pre seleccionado a las chicas de su clase que podrían ser la amiga a la que la coreana había ido a ver.
ーNo cuenta como acoso si no vine a verte a ti. No es mi culpa que Minnie vaya en tu clase.
Y no podía decir que estaba intentando zafarse de la situación porque para su desgracia siquiera se había tomado el tiempo de recordar los nombres de sus compañeras. Ahora tenía que decirlo, no era menos directa que la rubia.
ー¿Quién es Minnie?
ーWow, y yo me sentía mal porque no recordaste mi nombre la primera vez...
Shuhua tenía un buen conocimiento sobre los apellidos de sus compañeras. Además no podía estar segura si ese era su nombre real o un apodo. Justo cuando planeaba descubrir quién era la persona por la que estaba esa chica presente en el instituto, sonó su puerta.
ーSeñorita Yeh, ¿Me dejas pasar?
ーIgnóralo... - Susurró la más alta mientras veía de reojo en dirección de donde provenía el sonido del golpeteo.
ーEscóndete. - Ella obtuvo como respuesta.
Entonces varias cosas ocurrieron en cuestión de segundos. La primera fue que metió a la rubia en la primera puerta que vio. La segunda fue que con la inexistente cortesía que le quedó al reconocer la voz que la llamaba, abrió la puerta.
ーDiablos, en serio no te aguanto. ¿Qué estabas haciendo? ¿Escribiendo un libro o qué?- Pasó casi como si fuera dueño del lugar y fuera una ofensa tardar en abrirle la puerta. De hecho, eso fue lo que reclamó.
ーSi tanto te molesta esperar a que te abran, pudiste dar media vuelta.
ーSí, bueno. Ya empezaste de creída. - Shuhua supo ignorarlo perfectamente y tomó asiento. ーPero no estoy aquí a escucharte ladrar o algo, ¿Sabes? El montón de niñas que suele intentar coquetear conmigo estaba muy activo hoy.
ーSi crees que estoy celosa y vienes a reconfortarme te ahorraré el trabajo. - Ella sabía perfectamente que él era lo bastante estúpido como para no notar que estaba tratando de correrlo lo más rápido posible. Quizá Soojin estaba escuchando.
ーNo, pero... Una de ellas dijo que vio a una chica nueva en tu clase. Y si no mal recuerdo no recibimos nuevas alumnas desde hace meses...
Por más natural e indiferente que se viera, por milésimas de segundo había dejado de respirar. ー¿Y? Una chica entrando a una escuela sólo por gusto, si te causa algún problema sólo encuéntrala y sácala.
No fue difícil adivinar lo que ocurrió. Escuchó cuando el profesor puso el seguro a la puerta. Con pasos extremadamente ruidosos para su activa imaginación. Si estaba ahí era para aprovechar la oportunidad.
ーLe pregunté a la hermana de Sorn, ¿Sabes?ー Al sentir su mano en su hombro se sintió acosada, pero era el contacto más gentil que él podría ofrecerle y lo sabía. Lamentablemente no significaba que pararía ahí. ーDijo que no había ninguna chica nueva en tu clase, pero no pensó lo mismo la chica que se sentaba frente a ti. ー El sentimiento repulsivo, mejor conocido como asco que le provocó al hablar cerca de su oreja la enfermaba. Cada cosa que intentaba era como una infección o alguna plaga intentando meterse en su cuerpo. ーDijo que te vio hablando con una chica de un lunar.
ーEstoy segura de que a diferencia de tu amiga acosadora, la hermana de Sorn es más confiable.
De nuevo su cabeza estaba dividida. Entre sus constantes pensamientos sobre las mil y un formas en que ese hombre podría morir y la necesidad de recordar quién era la hermana de Sajakul.
Era como su muñeca.
Y no puede decir que es agradable ver a un hombre tocando a una adolescente que parece carecer de vida. Hizo su cabello a un lado dejando su cuello al descubierto.
ーSabes que te conviene darme todo esto. Siquiera podrías manejar éste lugar. - Era consciente de sus intenciones desde el inicio. También era notorio que a diferencia de su padre, ella no estaba tan capacitada. ーSería más sencillo si sólo dejaras de hacerte la mártir.
Siquiera intentaba lo típico, no planeaba engañarle y llenarle la cabeza de tontas ilusiones. Desde que se conocieron fue directo a besarla por la fuerza. Fue aún peor cuando la tocó por primera vez. Era como si cada día encontrara una nueva forma de hacerla sentir menos. Tal como se repetía en sus recuerdos, el comenzó a tocarla. "Detente" pidió en voz baja al principio. Pero siquiera movía sus brazos para alejarlo, como si estuviera resignada. Y bien que lo estaba. La puerta donde encerró a Soojin sólo abría por fuera, él puso el seguro a su única salida.
Como una especie de enfermo juego donde sabía que tenía el control.
ーSera más rápido si sólo te quitas la ropa. - De la nada escucharon el sonido de la campana en los altavoces. Más fuerte de lo habitual.
ー¿Que mierda?ー El maestro miró su reloj, faltaban cerca de veinte minutos para que terminara el descanso. Incluso ella sabía eso sin ver el reloj.
"¿Hola? Duh, supongo que está grabando..."
Silencio.
Sus oídos habían dejado de funcionar. Sólo vio una especie de representación en cámara lenta tras reconocer esa voz. La expresión en el rostro de ese hombre se estaba deformando mientras apretaba los puños. Y tras ese instante en que su cerebro no recordaba cómo reconectar con su cuerpo, miró en seguida al armario. No había ventanas en ese sitio. De eso estaba segura. Tampoco había alguna forma de que ella pudiese comunicarse... a menos que...
No vine a verte a ti.
Minnie.
Va en tu clase.
"Genial, sólo interrumpiré unos segundos, después pueden seguir con su almuerzo y las estupideces que quieran..."
Ambos se miraron con confusión. Dejando de lado el montón de basura que quisieran decirse entre ellos.
"Aquí algunas cosas que quiero decirles. Primero, sus reglas son un asco. Siquiera me gustan las corbatas y llevar el cabello de un color tan normal no es lo mío. ¡Me veo genial de rubia! Lo siento, chicas. Segundo y más importante... ¡El atractivo profesor Hoetaek está en una relación con una de las alumnas de ésta escuela!"
Más directa no pudo ser.
"Que por cierto éste hombre a penas y puede mantener sus tentáculos alejados. Para asegurarme, quien dude de esto puede recurrir a la sala del consejo donde el profesor está intentando aprovecharse de ella ahora... Bueno, quizá ya pensó en lanzarse por la ventana"
Inmediatamente se hizo un caos dentro de la mente del involucrado. El pelinegro intentó abrir la puerta pero estaba trabada.
ー¡¿Tú estás haciendo esto?!- Le gritó a la única persona que podía culpar.
La grabación seguía sonando fuerte y claro. "La chica está siendo forzada, les pido por favor que se apresuren..."
Shuhua vio el pánico en la mirada del hombre que la había hecho sentirse sucia y decepcionada consigo misma. Y ya no tenía más ganas de hacer nada.
Sólo ver.
ー¡Mierda! ¡¿Te das cuenta de la estupidez que hiciste?!- Y su reacción era más una fotografía. Sólo estaba ahí sentada aún con el cabello a un lado. Inexpresiva. Escuchaba los pasos lejanos de varios corriendo hacia la sala del consejo.
Sintió al hombre tomarla del cuello de la camisa y levantarla.
"Si es que el imbécil logra salir de ahí antes y no me creen, he dejado algo con Nicha Yontararak, y espero que lo revele si es necesario"
Entonces volvió a ocurrir todo como una película. Una en donde los finales felices sí tenían alguna oportunidad. Lo primero que ocurrió fue que abrieron la puerta revelando la escena donde el profesor estaba a punto de golpearla. Lo segundo fue que una chica de su clase entró a la sala del consejo seguida por su abuelo. Ella tenía en las manos un celular. Miró de nuevo al armario y en una comunicación silenciosa ambas supieron que no debían decir que Soojin estaba dentro.
Podía deducir que todo el alboroto que escuchaba afuera era de las chicas intentando enterarse si era cierto o no el rumor. También sabía que su abuelo no iba a permitir que tremendo escándalo saliera a la luz. Imaginó la escena de muchas chicas siendo regañadas por los profesores para volver a sus clases. Era lo positivo de una escuela de élite. Demasiado temerosas de un castigo y una mancha en su expediente.
눈물.