ShinKami- OS +18

By Migicali97Sonai

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OS dedicados con principal tema: Sexo. Algunos OS podrán tener incorporados temas sensibles como lo son las d... More

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En las duchas

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El silbatazo en medio de la cancha desató en las gradas un retumbar formado completamente por gritos, aplausos, cornetas y un sinfín de porras para celebrar el final de un partido. El lugar estaba enardecido completamente pues la casa había ganado.

Sus compañeros de escuela no podían con la alegría del triunfo, Kaminari muy alegre disfrutaba del momento igual o más que cualquiera en el recinto, pues su novio, uno de los jugadores estrella, había dado el ultimo tiro y otorgándoles la victoria de último segundo. Sin embargo, verlo cruzar la cancha con un ceño fruncido y pasando de largo a sus compañeros de equipo, no fue precisamente como imaginaba su celebración. Tal vez solo confundió la imagen; ya lo iría a buscar después de felicitar al resto de integrantes.

Por su parte, Shinsou Hitoshi, miembro estrella del aclamado equipo alfa, esquivaba a cualquiera que se encontrara en su camino, pues lo que tenía en sus pensamientos no era para nada sano y mucho menos podía dejarse llevar con toda la situación del momento. Estaba realmente cabreado.

A su paso llegó hasta los vestidores del lugar. Con movimientos rápidos, logró tomar un par de objetos de su casillero y antes de cerrarlo, recargó su palma izquierda con el brazo estirado en la puerta de un lado, suspiró fuertemente ensanchando sus narinas y trató de liberar parte de su enojo.

—Ese imbécil...—dijo casi como un gruñido.

El recuerdo de un tipo hablando tan cerca de su novio llegó de nuevo hasta sus pensamientos, haciéndole fruncir nuevamente el entrecejo. El hecho no era que se acercaran al rubio, sino lo que tenía seguramente planeado con ese vaso de soda y la imagen que daría como resultado.

Hizo una mueca de frustración con su boca, llevando la comisura derecha a elevarse y rechistar sus dientes al recordar cómo es que después de "ese accidente" el otro tipo seguía hablándole como si no hubiera pasado nada.

—¡Jodido idiota!

En esta ocasión a la par de su frase azotó la puerta del casillero para posteriormente dirigirse a las duchas del gimnasio. Eso seguro le ayudaría a relajar su mente. O al menos eso esperaba...

Por supuesto, aquellas acciones no eran siquiera del mismo volumen del festejo que se realizaba fuera del lugar, por lo que nadie sospechaba que estaba dentro.

Mientras tanto, Kaminari seguía con sus amigos comentando lo grandioso que se había visto su novio en esa jugada, con balón próximo a él y como mandó al carajo ese empate en tan poco tiempo. No podía estar más de acuerdo que era un excelente jugador, pero al ser mencionado en cada comentario y no verlo cerca de sus amigos o compañeros de juego, le hacían preocuparse, ya que cava vez que lo buscaba con la mirada seguía sin obtener algún resultado.

Por unos minutos más esperó a su llegada, sin embargo, desistió cuando la gente comenzaba a despejar el área para seguir con la celebración en otro lugar.

Tomó la chaqueta de su amigo y jaló del brazo a su amiga para informarle de la situación.

—Tengo que ir con Hitoshi —elevando el volumen de su voz.

—Claro —le guiño el ojo izquierdo—, nos veremos mañana.

El rubio solo soltó una risita y negó suavemente con su cabeza. Se dirigió hasta las escaleras de las gradas y pudo ver como todo el equipo seguía en parte de la cancha bromeando y relajándose, pero el peli-violeta no estaba formando parte del conglomerado.

Entre risas, comentarios varios y bromas cruzó un par de metros hasta que alcanzó a ver a su amigo.

—Oye, Tetsutetsu, que gran juego —decía mientras le sonreía amablemente.

—Asombroso juego, diría yo. ¡Tu novio es un Dios! —exclamó enérgico con brazos al aire.

—Lo sé —dijo acompañado de alzar repetidamente sus cejas.

—Por cierto, ¿lo robaste o por qué no está por aquí? —preguntó mientras echaba un vistazo detrás del rubio.

—A eso mismo venía yo —comentó algo desanimado—. Vi que atravesó el lugar y pasó de largo de ustedes, pero creí que solo era por un momento.

—Quizá está en el gimnasio o en el casillero, ya sabes, relajándose del bullicio —tratando de justificarlo.

No muy convencidos por esa respuesta hizo una mueca de decepción por lo que estaba haciendo Shinsou.

—Voy a buscarlo. No creo que desapareciera por arte de magia —trató de bromear para mejorar el ambiente que había decaído en ellos.

—¡Adelante! Merece celebrar con alguien y qué mejor que su novio.

Kaminari soltó una risa que definitivamente mejoró su humor por completo. Se despidió con una seña en mano y continuó el camino hasta donde se esperaba encontrar al de pelo violeta.

Entre su recorrido trataba de imaginar lo que le sucedía a su novio, pues hubo muchos momentos que tenían contacto visual, besos volados y mucho más coqueteo durante el partido, pero desde que un chico de la escuela contraria derramó aquél vaso lleno de refresco de cola disminuyó todos esos pequeños detalles, que desaparecieron cuando el otro chico insistía en disculparse con él tantas veces le era posible.

Quiso analizar la situación de los eventos y en conjunto parecía apuntar celos por todo aquello acontecido, pero jamás habían tenido algún problema parecido en su relación, ni siquiera cuando sabe que la mayoría de sus compañeros son atletas llamativamente visuales y elabora proyectos con ellos, aunque... siempre hay una primera vez.

Terminó el camino al gimnasio llegando directamente a la zona donde se encuentran los casilleros. Entre todas las bancas del lugar, logró ver una donde reposaban las prendas de su novio y pudo escuchar como una de las regaderas se encontraba funcionando, seguramente era quien buscaba.

Se acercó tranquilamente hasta donde tomaba la ducha que parecía relajarle con cada gota de agua que caía en aquel cuerpo tan fornido y detallado como muy pocos consiguen.

Cuando sus pisadas se hicieron un poco más evidentes, Shinsou volteó a verlo un par de segundos para volver a su relajante baño con los ojos cerrados.

—No debes entrar con ese calzado a las duchas, sabes que está prohibido —comentó tranquilamente.

—Lo que está prohibido es el hecho de no celebrar con tu equipo.

—Estoy algo cansado como para celebrar hoy.

—¿En serio? Porque cuando estabas coqueteando conmigo parecías más enérgico de lo usual.

Trató de provocarlo aleatoriamente, pero parecía que Shinsou estaba resistiendo y podía jurar que algo le está ocultando al ver como se tensaba al escuchar esas palabras.

—Tú...—alargando la palabra pensando lo siguiente— te comenzaste a comportar extraño después de que aquél chico derramó soda sobre mí.

Tras esa pregunta, vio como dejaba de lavar su cabello por un segundo, para luego continuar.

—¿En serio? —trató de disimular sus nervios.

—Toshi, jamás te habías comportado así cuando un chico me habla, incluso cuando me has visto hacer los proyectos con mis compañeros —guardó silencio un par de segundos para lanzar una pregunta directa—. ¿Te pusiste celoso de aquél chico?

El peli-violeta estaba algo tenso, no era realmente su idea de pasar así el tiempo después del partido con su novio, pero a pesar de que podía pensar que estaba celoso por hablarle aquél chico, no era realmente ese el problema.

—Por supuesto que no —dijo mientras seguía duchándose aun mostrando nervios.

—Me dices eso, pero no suenas convencido ni para ti mismo. Parece que no confías en mí — comentó desanimado.

Eso puso en alerta al peli-violeta, por lo que debía responder algo que claramente conectara con él. Aun si no tenía celos realmente, debía seguir con su hilo original para aparentar sus impuros pensamientos. Lo que realmente no sabía, es que aquella frase y forma de decirlo era una trampa para destapar la verdadera causa de todo y los celos no eran si quiera una razón válida y creíble para el rubio.

—Confío en ti, pero en esos pervertidos, no —comentaba mientras enjuagaba nuevamente su rostro—. Tiró una soda encima de ti para que te quitaras el jersey superior —volvió a pausar un momento—. Estaba claro que no era un accidente.

—Sabes que puedo defenderme si intentaban algo.

—Lo sé, pero eso no significa que no me preocupe. Si algo te llegara a pasar, jamás me lo voy a perdonar —suspiró prolongadamente al finalizar su respuesta.

El rubio sabía lo mucho que su novio se preocupa por él, también lo mucho que lo ama. Estaba encantado de tener un novio el cual se encargaba de mejorar aspectos de su persona como en su relación, pero los celos jamás se plantaron frente a ellos en todos esos años de relación; se conocían bastante bien y sabía que Shinsou estaba mintiendo.

Incluso era algo tonto pensar que incluso cuando Eijirou y Katsuki los mostraban de un ejemplo claro para una relación llena de confianza y libre de celos y arrebatos tontos.

Dentro de sus pensamientos comenzó a enlazar puntos. En un partido hay energía y adrenalina activadas, la emoción del juego, los gritos de la gente apoyando y el coqueteo que estaban haciendo parecía que culminaría en una noche de amor desenfrenado con la unión de sus cuerpos, pero... ¿por qué enfadarse si alguien moja su prenda superior?

Cruzó sus brazos y con algo de obviedad, siguió analizando todos los hechos por algunos segundos, hasta que concluyó definitivamente algo que encajaba mucho mejor con su novio. Si bien sabía no le iba responder por más que preguntara, debía intentar otros métodos.

—Entonces... ¿no vas a decirme la verdadera razón por la que viniste a las duchas? —preguntó con tono acusador.

Shinsou sintió como se le drenaba la sangre del cuerpo. Su novio sabía que estaba mintiendo. Dio un trago grueso de saliva y meditó su respuesta. Simplemente no puede decirle que se lo ha imaginado tantas veces con esa camiseta húmeda, debajo dé el con su rostro sonrojado, ojos llorosos, mejillas enrojecidas, pidiendo por más. ¡Contrólate Hitoshi! pensó en un intento para frenar todos esos pensamientos. Mierda. Esos pensamientos casi me hacen perder el partido y ahora me están evidenciando en frente de mi novio.

—Olvídalo, Den. Solo fue un mal rato —trató de salvarse.

Es mejor que siga con mi farsa de los celos o definitivamente va a pensar que soy un enfermo. Pensó el peli-violeta con los nervios a punto de desbordarse.

Kaminari no estaba siendo convencido, sabe que es algo que lo involucra de forma sexual y por supuesto que no le desagrada que eso piense su novio, porque a él también le encanta esas experiencias nuevas y sobre todo que lo desee, pues sabe que también hay amor de por medio, pero no puede hacer mucho si el otro no le comenta sus pensamientos.

Arqueó una ceja y posteriormente elevó sus hombros restándole importancia.

—No me digas si así lo quieres.

El otro sabía que lo que viniera de esa frase no iba a ser nada bueno.

—Entonces...como todo está en orden, podemos seguir con nuestra rutina.

Comenzó a caminar hasta una de las bancas cercanas y haciendo creer a Shinsou que por fin podría estar libre de estar mintiéndole. Sabía perfectamente que las mentiras nunca resultan de forma positiva en una relación, pero tampoco podía exponerle aquellos sucios pensamientos como si nada sucediera.

De pronto, cuando menos lo esperaba vio ingresar al rubio a la regadera donde él se encontraba. Tenía puesto su bóxer negro, aquél que se amolda completamente a su forma y ahora con el contacto del agua se adhería a la piel como si fuera parte de su cuerpo.

Desvió la mirada y siguió con lo suyo. ¿Por qué meterse a la regadera únicamente con un bóxer? Pensaba Shinsou, mientras que Kaminari sabía que el morbo le podría funcionar.

—No es la única regadera disponible, ¿sabes? —trató de convencerlo para que se pasara a otro cubículo, pero no obtuvo respuesta por parte del chico que se encontraba frente a él. Se estaba haciendo el de oídos sordos.

Intentó seguir ignorando lo mejor posible esa cabellera rubia y sedosa, la piel blanquecina que tanto tenía ganas de llenar a besos; esos brazos delicados pero firmes, las largas piernas torneadas que se movían delicadamente en el agua y por supuesto como olvidar las curvas de cintura, caderas y trasero que tanto le gustaba delinear con la punta de sus dedos hasta que se le erizara la piel. Sí, todo lo enloquecía.

Se juraba hacer lo posible por ignorar todo eso, pero su cuerpo estaba respondiendo a todo lo visual que destellaba y esos roces que seguramente el rubio hacia a propósito con su trasero para incitarlo. ¡Dios, quiero sumergirme en él! Quería gritar a los cuatro vientos. ¡Mierda, mierda! Su cuerpo ya estaba entrando en sintonía con el del rubio; tenía una erección.

Por su parte Kaminari lo seguía atormentando hasta hacerlo ceder. Sabía que la camisa mojada era lo que lo había provocado y para él,  añadirle la adrenalina por ser descubiertos en las duchas con un jugador de futbol tan ardiente como el mismo infierno, era una fantasía en su máximo esplendor, pero su novio no quería que lo viera como un pervertido, cuando realmente nunca le hacía daño y lo trataba como fina porcelana.

Hizo algunas otros movimientos sensuales y eróticos con sus extremidades y un contorneo de caderas que le hiciera tener mucho más deseo, pero cuando pasaron algunos minutos sin obtener respuesta, comenzó a desesperarse un poco, por lo que decidió acercarse hasta chocar con el ya despierto miembro del peli-violeta, robándole un suspiro a este último.

Con parte de su objetivo realizado, el rubio giró su rostro hasta ver el de su novio y como en los coqueteos del partido, le guiñó el ojo derecho y mordió su labio inferior de una forma tan sexual que Shinsou lo tomó enérgicamente de las caderas sin pensarlo y lo acercó hasta presionar fuertemente su erección en el trasero todavía cubierto por aquella prenda negra.

El rubio arqueó la espalda a tiempo que soltaba un gemido suave y alargado mientras que el otro comenzó a besarlo desde la línea de la mandíbula, siguiendo un trazo por el cuello, el hombro y parte de la espalda para culminar con en la parte trasera de su cabeza, pues quería demostrarle cuanto lo deseaba siempre, pero más que eso, cuanto lo ama.

—Me encantas completamente.

Aquellas acciones por el peli-violeta, le estaban produciendo demasiadas sensaciones placenteras, tanto físicamente por las gotas de agua que recorren lo ya marcado, quemando aún más de lo que provoca, como emocionalmente, pues sabe que más allá del encuentro físico, lo hacen con amor y pasión verdadero.

Sin perder más el tiempo Shinsou poco a poco fue introduciendo la mano derecha en el bóxer para comenzar a masturbarlo, mientras que con la izquierda le hace girar el rostro para iniciar un beso cargado de deseo. Por un par de segundos se mantienen hasta que se separan un poco y gracias al efecto del agua les da un toque especial en sus miradas.

Sin dejar de contemplarse, sigue con sus movimientos de forma lenta pero asertiva en toda la extensión, mientras el rubio estiró su mano para tomar el jabón y frotarlo entre sus palmas. Cuando están lo suficientemente jabonosas giró gradualmente hasta quedar frente aquella mirada violeta.

Lentamente acercó ambas palmas hasta el miembro ajeno, sintiendo el calor corporal que irradiaba por el momento aún sin tocarlo. Suavemente las colocó en la punta, haciendo gemir al peli-violeta un par de veces. Fue deslizando la mano izquierda hasta tocar la unión de la base para después deslizar el dedo índice en medio de los testículos y masajearlos delicadamente mientras que la mano derecha hacía un vaivén rítmico en cada segundo que pasaba por un par de minutos.

—Den —alargó su apodo con voz profunda y ronca.

Quitó el jabón sobrante, se arrodilló para estar a la altura del miembro más que despierto del otro. Estaba tan erguido que tuvo que alinearlo con la mano izquierda y posteriormente comenzar a lamer la punta en pequeños círculos para después introducir toda la extensión en su cavidad bucal hasta parte de la garganta, procurando rozar intencionalmente el glande con sus dientes mientras que su lengua se amoldaba perfectamente y masajeaba el resto.

Shinsou estaba colapsando completamente por el placer que le ofrecía su novio, liberando gemidos y suspiros incontrolables, pero que al rubio le excitaba escuchar siempre.

Con sus respiraciones alteradas, mejillas sonrojadas por todas sus acciones y el deseo visible en aquellos ojos cristalinos, levantó al rubio, juntó sus frentes y cerró las llaves del agua dejando completamente en silencio todo el lugar.

—Me estás haciendo perder el control —apenas pudo formular.

—Eso quiero —dijo con una sonrisa orgullosa.

Con aquella respuesta, no pudo contenerse más y se abalanzó directamente a esos suaves, rosados y provocadores labios que le estaban tentando desde tiempo atrás en las gradas. Era un beso un tanto salvaje; mordidas, lengüetazos, suspiros y chasquidos de saliva aumentaban cada segundo que duraba, mientras sus manos recorrían desde la nuca hasta tomar por completo su trasero.

Sin ser suficiente, comienza a darle un recorrido de besos desde los labios hasta la curvatura de su cuello, donde arrastra sus dientes simulando una mordida. Kaminari le rodea el cuello con ambos brazos mientras siente como es invadido por aquellos labios humedecidos en sus clavículas y parte de sus hombros, así como un par de dedos se hacen presentes en el elástico de su bóxer, deslizándolo poco a poco para perderse entre sus pies y luego, aquellos comienzan a juguetear entre sus nalgas para poco a poco delimitar su entrada.

—Al parecer, no tenías muchas ganas de resistirse —soltando una risita al final.

El peli-violeta estaba encantando con lo aferrado de su novio a él. Sentía como el agua que permanecía en la piel del otro estaba fría, provocando que los pezones se mostraran erectos como si le incitara a lamerlos para que el calor volviera a esas zonas.

Los besos, el frío, estar siendo preparado y ahora la lengua del otro sobre sus pezones, era una combinación altamente peligrosa para llegar a un orgasmo. No podía contener todas esas sensaciones, desahogándose al dejar un rastro desde la mitad de la espalda hasta los hombros de Shinsou.

—Hitoshi... —suspira fuertemente— Toshi-ah... Mmm...

Volvieron unir sus bocas para un nuevo lujurioso beso, tratando de dominar al otro por medio de sus lenguas, provocando sonidos tan obscenos que seguramente se escucharían hasta fuera del gimnasio.

En medio de aquella lucha, el más alto lo va empujando lentamente hasta que la espalda del rubio choca con la fría pared del cubículo, haciéndole romper el beso y soltar un gemido mezclado entre placer e incomodidad. Su piel se vuelve a erizar y sus pezones vuelven a estar erectos.

—Parece que alguien realmente está excitado —dijo orgulloso.

De un solo movimiento, Shinsou lo volteó, estiró su brazo por completo hasta que su palma se coloca al tiempo que recarga en la pared al rubio, haciéndole curvear la espalda a ese último cuando entra en contacto con la superficie fría. Con la derecha va de un pezón a otro, masajeándolos tortuosamente y su miembro es restregado entre aquellas nalgas que tanto le encantaban.

Perdidos entre su deseo pasional, emocional, carnal y ese mantra donde ambos mencionan el nombre del otro, toman la manija izquierda, aferrándose duramente a ella hasta sus nudillos quedan blanquecinos. El peli-violeta le hace doblar el brazo derecho tras la espalda y con la suya le toma la pierna derecha, elevándola a la altura de su cadera. Toma su miembro y lentamente comienza a introducirse entre las paredes del rubio.

Estaban en un delirio; un limbo total que apenas comenzaba. La velocidad fue aumentando a la par que empujaba fuerte, para después hacerlo lento y profundo.

—Toshi, Toshi, To-oh-shi —decía con tono lastimero el meloso apodo.

La mano y pierna derecha del rubio se reubicaron detrás de la peli-violeta. Todo con el fin de que llegara más a fondo; en aquel sitio que su novio conoce perfectamente.

Comenzó hacer presión con ambas extremidades para empujarlo más a su cuerpo, mientras que su cadera y trasero se alzan y mueven en círculos para que lo llene por completo.

—Así, precioso —le besó la nuca.

Kaminari estaba más desenfrenado cada que recibía gustoso a su pareja y el contacto del frío con su miembro le ofrecía descargas eléctricas que le excitaban mucho más. Sin resistir más su placer, ambas manos ahora estaban en las manijas del agua y tomó impulso para estirarse y acomodarse de manera que el peli-violeta le sujetara fuertemente de las caderas para romperlo completamente.

Por su parte, el otro había entendido de inmediato el mensaje, por lo que no dudó ni un segundo para hacerlo. Aferrado a ellas sin moderación dejaba las marcas de sus manos en la piel lechosa del rubio.

Mientras lo tomaba con tanta energía, veía como las delicadas manos de su novio resaltaban las venas por la presión ejercida, de verdad lo enloquecía. En un movimiento rápido, vuelve a posicionarlo, de manera que ahora está cargándolo frente a él. Instintivamente es rodeado por el otro con sus piernas alrededor de su cadera, mientras que sus manos se colocan por encima de sus hombros y se deslizan hasta la espalda.

—Me encanta cuando te pones rudo —susurró sobre los labios.

—A mí me fascina enloquecerte de placer.

Con aquella nueva posición alineó su miembro nuevamente y poco a poco fue introduciéndose para continuar con su placentero encuentra, pero ahora añadía dar pequeños apretones al miembro necesitado de Kaminari mientas le masajeaba la punta de manera acelerada.

—Ngh-ah.

Shinsou estaba tan excitado por el momento y la imagen de su novio con aquella camiseta le hizo embestir profunda y rápidamente a su novio, haciéndole perder su estabilidad y obligándole apoyarse en la pared nuevamente.

—Mmmm... Den —gemía el nombre de forma gutural.

—Así, así... —repetía una y otra vez como si su vida dependiera de eso.

La velocidad fue aumentando gradualmente, llevándolos al punto cumbre de su apasionado encuentro, mientras que el calor de ambos cuerpos formaba una gota inestable en el azulejo detrás de la nuca del rubio.

Las embestidas aumentaban más y más, el rubio arañaba la espalda con la mano izquierda y con la derecha hacía un desastre el cabello del peli-violeta, mientras que su rostro estaba con las mejillas sonrojadas, pupilas dilatadas y un rastro de saliva apenas era visible en la comisura izquierda de sus labios.

La fricción, la excitación y la pasión llegaron al límite cuando aquella gota inestable se deslizó por la espalda del rubio, provocando una explosión de corriente eléctrica en todo su cuerpo tan sensible, que todos sus músculos colapsaban mientras gemía sonoramente.

La sensación tibia de la semilla blanquecina del rubio fue el añadido extra para que el peli-violeta también llegará al borde de su éxtasis.

El temblor se apoderó de ambos cuerpos, haciéndolos deslizar hasta estar seguros en el suelo un par de minutos para recuperar el aliento y el equilibrio.

Cuando decidieron que era tiempo suficiente, abrieron nuevamente las llaves de la regadera y comenzaron a limpiarse, aunque en realidad, Shinsou hizo todo con suma delicadeza por su novio en cada parte de su bello cuerpo, depositando un suave beso cuando terminaba. Cuando por fin iba a salir del cubículo, observó la única prenda de ambos en el suelo para luego mirar como su novio iba caminando desnudo a su casillero.

—¿Te vas a ir en modo comando hasta el departamento? —preguntó juguetón  con una ceja enarcada.

Kaminari volteó extrañado ante esa pregunta. Al ver su bóxer mojado en la mano izquierda de su novio, solo viró sus ojos.

—Tengo un par extra en mi casillero. Tú también tienes uno extra, tonto —decía mientras seguía su camino.

—Con honestidad, no estoy pensando claramente.

Ambos se cambiaron tranquilamente frente los casilleros y cuando por fin estaban completamente vestidos, el rubio se acercó hasta la banca donde se encontraba Shinsou, se sentó a horcajadas en él y poniendo ambas manos en el rostro contrario, tenía que aclarar todo.

—Sabía que me estabas mintiendo, Toshi. No eran celos claramente, porque tú nunca serías capaz de sentir algo así —pausó un momento para ver esos hermosos ojos violetas con detalle—. Sé que guardas tus deseos y fantasías porque crees que sonarás como un pervertido, pero amor —se acercó hasta casi rozar sus labios— ambos lo somos ... y me encanta.

Después de seguir contemplando sus miradas, un beso corto y dulce selló aquella afirmación.

—Te amo, Den.

—Yo también te amo, mi sexy jugador apasionado. 
















🚿 *~~* 🚿 *~~* 🚿














¡Holaaaaaa mis lindos ángeles!

¿Cómo han estado?

¿Les gustó el OS? Yo espero que sí.

Primero que nada, ¡gracias por hacer llegar este libro a más de 22,000 vistas!

Jamás pensé que mis OS llegaran a esa cantidad, incluso si se tratan de OS+18 no lo esperaba.

Por fin se les hizo a las kiribaku Shippers una mención y la verdad es que ya hacía falta en este libro, porque en el otro ya fueron mencionados y participaron en la historia. ¡Muchísimas gracias por leerme!

Yo leo cada uno de sus comentarios y los que puedo los comento según corresponda, pero créanme, los leo todos y les agradezco profundamente cada uno de ellos <3

Ya pronto tendremos el OS donde nuestro Shinsou es de la casa slytherin y Kaminari gryffindor, esto gracias a una idea propuesta en un comentario, aunque me siento mal porque fue desde octubre y yo apenas vengo actualizando las ideas que tenía desde el año pasado ;--; pero actualmente me encuentro algo ocupada y puede que más a futuro se me complique más, pero de que hay más ideas para el Shinkami, las hay.

Los otros libros si los voy actualizar, no los voy abandonar, solo estoy reordenando ideas de algunos de ellos.

Yo sé que no les interesa esto, pero al estar escribiendo el OS estaba escuchando a SNSD xd

Sin más que decir, cambio y fuera.


28/02/2021

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