Pequeño loto blanco «BingQiu»

By _HannaStar_

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En apariencia, todo es calma y felicidad. Maestro y discipulo han aprendido a demostrar su amor a su manera y... More

¡Antes de empezar!
Sistema activado: 1%
El origen de la misión
Misión desbloqueada: 100%
Ingenuo pobre Shen
Pronta resignación
Traumas futuros
Shizun opuesto
¡Feliz cumpleaños, Binghe!
Factor sorpresa
La visita del abuelo
Shizun consentido
Cuento para baobei
Cuentos para el BingQiu
Ondea, ondea, adiós amor paternal
Shizun solo quiere tranquilidad
Pesadillas y temores
Misión cumplida: ¡Bienvenido baobei!
Extra 1: Estaré contigo
Extra 2: La travesura del abuelo
Extra 3: Solo un día común
Extra 4: ¿Qué es el amor?
Extra 5: ¿Nos volveremos a ver?
Extra 6: Lo que algún día seremos
Extra 7: Las no citas de Liu Qingge
Extra 8: Nos volvemos a encontrar Qi Ge
Extra 9: Lo que seremos
Agradecimientos
Anuncio expres
Arte visual de mis OC

Regalos de improvisto

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By _HannaStar_

—¡Oh sí! ¡Sí, ahí! ¡Ah, tan delicioso! —Shen Qingqiu gimió apoyando su cara contra la loza blanquecina mientras una sonrisa se extendía por sus labios.

—¿Aquí? —Binghe empujó suavemente y Qingqiu gimió.

—¡Oh sí! ¡Definitivamente ahí! —Y soltó un suspiro de alivio.

Ambos yacían sumergidos en la poza de agua caliente, el inmortal de espaldas a su esposo mientras que el rey demonio masajeaba suavemente la cintura y cadera de un hombre que gemía extasiado por el masaje recibido a sus doloridos músculos.

Y es que ¿cómo no sentir cansancio cuando su barriga había crecido más conforme el parto se acercaba? Shen Qingqiu recordaba que su cuñada no había generado tanto vientre cuando nació su sobrino, él se sentía enorme e incluso tenía que echar la espalda alta hacia atrás con sutileza cuando caminaba para evitar sentir que el peso le ganase y terminase cayendo de rodillas.

Binghe deslizó nuevamente su mano con suavidad, jaló la cintura de Shen Qingqiu y tras apoyarlo contra su pecho, deslizó ambas manos debajo de su vientre para sujetarlo con suavidad creando con ello que el inmortal de ojos verdes suspirara de alivio al sentirse liviano por un momento.

—¿No duele?

—No, se siente muy bien —descansó del peso y cerró los ojos—, en un mes baobei nacerá pero siento que entre más pasa el tiempo más crece y a este paso terminaré dando a luz a un niño de dos años.

Binghe sonrió y se inclinó para besar la mejilla regordeta; producto de comer tanto. Sus dedos se movieron en forma de abanico mientras sostenía el peso y sintió como suaves golpes le indicaban que su hijo quería atención.

—Baobei, tranquilo. —Presionó su mano contra los movimientos causando que el menor detuviera toda acción.

Por suerte, desde aquel día en que había pasado el límite y había herido a Shen Qingqiu; baobei se calmó después de escuchar a ambos padres regañarlo severamente sin embargo ante quien reaccionó fue a Luo Binghe quien inyectando firmeza y severidad bastó para que su hijo dejara de causar daños.

Y es por eso que ahora sus movimientos eran suaves y sutiles, haciendo que Shen Qingqiu sintiera que ahora si esperaba un hijo un humano; lo que no contó fue con el dolor de espalda baja, la hinchazón en sus piernas y su hambre desmedida pero como negarse ante lo último si su esposo se la pasaba consintiéndole cualquier antojo por muy absurdo que fuera. Era inevitable negarse a la comida de Luo Binghe y él no lo desaprovecharía.

Shen Qingqiu se dejó consentir mientras su esposo sostenía su barriga por un momento, sonrió con los ojos cerrados y tras apoyar su cabeza contra el hombro ajeno, alzó una mano para acariciar el rostro masculino; dedos delgados y elegantes recorrieron la mejilla sonrosada y los labios color fresa, un toque tan íntimo como gentil.

—Deberíamos salir, comienzo a sentirme cansado. —Murmuró tranquilo.

Binghe asintió y soltó suavemente a su hijo, con esto ayudó a su esposo a salir de las aguas cálidas para retirarle la túnica interior mojada y colocarle una seca, pronto le colocó la túnica exterior negra y secó su cabello con total calma mientras que el embarazado ajustaba sus ropas del frente evitando a toda costa perder el diminuto cinturón que solo marcaba más su vientre.

Tras un relajante baño, la pareja salió para caminar directo hacia su habitación, el inmortal se sentía lo suficientemente cansado como para pedir cama y buscar una posición cómoda, pero aquello se vio obstruido cuando Gongyi Xiao se aproximó a ellos.

—Señor Luo, maestro Shen —hizo una reverencia cortés—, en la entrada se encuentra el líder de la secta Cang Qiong junto con tres de los maestros.

—¿De verdad? —Shen Qingqiu se mostró animado al sonreír— ¡Voy a verlos!

El inmortal por un momento se vio renovado ya que últimamente su rostro lucía cansado, sumado a ello unas delgadas y finas ojeras habían comenzado a acompañarlo causando que se notara incluso triste, aún cuando su sonrisa era animada y radiante.

Avanzó tan rápido como pudo o bueno eso quiso intentar creer ya que se tambaleaba ligeramente en cada paso, su cuerpo se mecía de un lado a otro mientras avanzaba, tanto que Luo Binghe iba detrás de él con las manos estiradas por si el peso le ganaba al inmortal.

Tras llegar al patio principal pudo vislumbrar a sus amigos quienes observaban curiosos el palacio dorado con los nuevos colores de la secta.

—¡Shidi! —Yue Qingyuan sonrió y abrió los ojos asombrados al ver al nombrado caminar hacia él.

—¡Una albóndiga negra viene en camino! —Qi Qingqi rió bajo sin perder de vista el vientre ajeno.

—Esa cosa lo va a explotar. —Liu Qingge hizo una mueca que oscilaba entre la sorpresa y el terror.

—¡Shidi, te ves radiante! —El amable líder de secta no pudo evitar mirar con detenimiento a su casi hermano— ¿Cómo te has sentido?

Shen Qingqiu soltó el aire, cansado y alzando la mano pidiendo un segundo de tiempo para poder recomponer su postura, Binghe llegó tras él y lo sujetó con suavidad por la cintura.

—Yo... me siento bien pero muy cansado.

—Ya hemos notado que te ves cansado, esa pequeña bestia exótica es enorme —la sutileza de Qi Qingqi causó que el inmortal Shen riera y asintiera— ¿Cuántas pequeñas bestias llevas? ¡Por todos los dioses!

—Esa cosa —Qingge habló serio mientras señalaba con curiosidad su vientre— ¿Cuándo nacerá? ¿No te lastima?

—Oh falta poco para su nacimiento y no, no lastima. —Ladeó el rostro para ver a Binghe quien solo asintió y sonrió.

—Pasemos dentro por favor, el cansancio de mi Shizun es tal que no puede permitirse el estar de pie tanto tiempo.

Finalmente, y tras haber guardado mucho tiempo silencio, Mu Qingfan habló dando un par de pasos hacia Shen Qingqiu.

—Shen shixiong, ¿Puede este maestro acompañarte hasta el final del alumbramiento o acaso ya tienes un médico personal?

—En absoluto, me encantaría tener a Mu shidi como mi médico y acompañante.

—¡Nuera de mi corazón! —El grito nada sutil de Tianlang Jun hizo que las visitas giraran el rostro hacia la entrada principal para ver llegar a un apuesto ex rey demonio acompañado de su subordinado.

—Aquí viene de nuevo. —Murmuró entre sonrisas Shen Qingqiu.

—¡Nuera, nuera! ¡He llegado! —Se giró para levantar la mano— Entren, entren y dejen todo adentro.

Todos observaron como un grupo de demonios entraban al palacio más aquello no fue novedoso, lo que asombró al matrimonio fue que el ex rey demonio trajo a estos monstruos cargando diversos objetos, todos bañados en oro, jade y obsidiana negra.

Tianlang Jun caminó airoso digno de un rey hacia la pareja, saludó cortés a los invitados y sonrió animado hacia Shen Qingqiu quien solo arqueó una ceja claramente confuso.

—Nuera de mi vida, este suegro apuesto y guapo trajo regalos para su nieto directo de mi antiguo palacio.

—¡Oh!

—No lo necesitamos. —Binghe soltó un gruñido.

—¿Quién? —El padre sonrió.

—Nosotros.

—Te preguntó —ensanchó la sonrisa—, no hablaba contigo mi querido hijo, me dirijo solamente hacia mi nuera que es la razón por la que soy feliz, así que nuera de mi vida, estos son algunos pocos regalos de mi palacio para que mi nieto tenga su propia habitación rodeado de lujos y comodidad.

Sus palabras pegaron directo al orgullo de Binghe ya que él como padre no había pensado en la comodidad de su hijo al nacer, frunció el ceño y estrujó una mano hasta volverla puño. Su padre le había dado un golpe bajo haciéndolo quedar como un desinteresado en su heredero.

—Shizun, prometo conseguir un regalo para baobei.

—Está bien, no hay porqué pelear, Tianlang Jun solo está emocionado.

La pareja e invitados vieron como el suegro metiche ingresaba al interior del palacio guiando así a los demonios obreros que llevaban exóticos y muy lujosos muebles al interior. Ante esto el matrimonio se sintió extraño y curioso sobre la decoración de la habitación.

—Ahora que el señor Tianlang Jun ha mencionado aquello —Yue Qingyuan habló suave—, nosotros también trajimos unos pequeños obsequios.

—¿Qué? —La sonrisa del inmortal se congeló.

—Sí, sí, regalos que superan los de tu suegro. —Qi Qingqi habló orgullosa.

—Y mucho más caros. —Liu Qingge se cruzó de brazos imponente.

—Los más grandes llegarán al atardecer, los pequeños los traemos con nosotros. —El líder de secta sonrió causando que Luo Binghe frunciera más el ceño.

Internamente el rey demonio comenzó a tener una pelea consigo mismo:

¡Puta madre!

¡Todos traen regalos y yo que soy el padre no le he dado nada!

¿Shizun aceptará como regalo un masaje con uno de sus antojos raros?

¡Ah, mierda!

¡Iré por cigarros como mi padre!

—¿Binghe? —Shen Qingqiu frunció el ceño.

—¿Mh?

—¿Todo bien?

—Sí. —Tosió fingiendo tranquilidad— Vayamos dentro por favor.

Los cuatro invitados siguieron al matrimonio a una sala exclusiva, llena de oro, tapetes elegantemente bordados y con una vista panorámica hacia el bosque que a Shen Qingqiu encantaba.

Los invitados tomaron asiento en sus respectivas mesas, Binghe ayudó a Qingqiu a tomar asiento, colocando diversos cojines en su espalda para ayudarlo a descansar; los cuatro maestros observaron curiosos como un rey demonio que a sus ojos seguía siendo un niño, cuidaba con esmero a un maestro que aunque sonriente lucía en verdad cansado y con ello también notaron algo extraño.

—Shen shixiong —Qingqi señaló los pies ajenos con sutileza— ¿Dónde están tus botas?

El nombrado alzó ambas piernas para mostrar sus zapatos blancos que no eran más que piezas creadas de tela fina con una elegante suela negra. Movió los pies mostrando cuando hinchados estaban y se encogió de hombros.

—Mis botas no me entran, mis pies están tan hinchados que no entra ni siquiera mi empeine. —Admitió sin vergüenza.

—Shidi, nos enfocamos tanto en tu hijo que no trajimos obsequios para ti. —El líder de secta admitió avergonzado.

—Está bien, lo importante para mí es saber que pensaron en baobei.

—Yo si traje algo para ti. —Liu Qingee soltó con orgullo.

Binghe inmediatamente observó a su rival, entrecerró los ojos y se colocó detrás de Shen Qingqiu para observarlo mejor, todos estaban quedando bien con su esposo ¿Dónde estaba su lugar? ¿Él qué le podría dar a su amado?

¡Mierda!

¡Puta madre, estoy quedando como un imbécil!

Tensó los puños contra el borde de la silla de bambú y contuvo una sonrisa que era todo menos feliz.

—Toma hijo. —Tianlang Jun apareció sorpresivamente con un frasco vació— Aquí, viértelo todo que le haré a mi nuera un nuevo tipo de encurtido, no te detengas y vacía todo ese vinagre.

—¡Vete a la mierda! —Alzó la voz con enojo.

Todos en el salón quedaron boquiabiertos y entonces... Luo Binghe supo que había cometido un gran grave error al decir una grosería frente a su amado Shizun.

Shen Qingqiu fue atravesado por un rayo al escuchar esa sucia palabra salir de los labios de su amado, de su loto blanco; ¿Cuándo él le había enseñado un lenguaje tan vulgar? ¡Él se contenía a expresarlo para no manchar la inocencia de su esposo y este de la noche a la mañana lo habló con tal naturalidad que fue imposible hacerle sentir que su esposo había perdido su pureza!

¿Quién mierda le había enseñado tan vulgar palabra?

¡Con una chingada!

¡Yo conteniéndome y este niño me sale con esto!

(ノಠ益ಠ)ノ彡┻━┻

Haciendo acopio de su auto control para no soltar un jadeo de asombro, Shen Qingqiu tensó los labios mientras trataba desesperadamente de no sufrir una desviación de qi ante tal impacto.

—Luo...—Musitó tenso.

—Shizun...

—Binghe... —Lentamente Shen Qingqiu fue girando su rostro para encararlo.

—Shizun... —El joven sudó frío al ver la tétrica expresión de su esposo. Bajó el rostro y de inmediato se lanzó hacia el frente para arrodillarse ante él— No fue mi intensión.

—¿Quién te enseñó esa vulgaridad? —Shen Qingqiu sonrió pero todos sabían que esa sonrisa no era de felicidad.

¡Esa era un maldita sonrisa de una esposa furiosa, encabronada, endiablada, poseída por el diablo dispuesta a desmembrar sin piedad alguna!

¡Todos por favor corran que un esposo hormonal y embarazado se enojó!

Padre nuestro que estás en el cielo...

Inmediatamente los invitados fingieron que el té y los bocadillos eran más interesantes que el problema ante ellos, incluso Tianlang Jun se giró hacia Zhuzhi Lang con fingida calma, nervioso y evitando contacto visual con el maestro enojado.

—Oh mira, este tarro esta dañado, vamos por otro.

—Ah sí... sí... Junshang recuerde que también las verduras están rotas ¿qué tal si vamos muy lejos de aquí a comprar más?

—¡Oh sí, buena idea! —Tosió un par de veces desapareciendo del lugar junto a su sobrino.

La elegante sala de un momento a otro se vio sumergida en el frío pabellón personal de Binghe, todo se enfrió a tal grado de que los invitados sintieron que pese al calor del clima, aquí mismo podían hacer paletas de sabores variados. Todos bajaron la mirada sintiéndose incapaces de enfrentarse ante un hombre elegantemente enojado.

—Responde.

—Yo...

¡Hola Dios, soy yo de nuevo!

Habla Binghe para pedir y suplicar piedad ante lo que se avecina, dile al pequeño baobei que no estaré con él en su nacimiento y dile a Liu Qingge que se vaya a la mierda, por favor.

Con la cabeza gacha y la mirada de perro arrepentido, suspiró y justo cuando estaba por confesar, una risa entusiasta llenó el lugar, un par de pasos y ante los invitados y el matrimonio aparecieron Shang Qinghua junto a Mobei Jun, este último llevando entre sus manos dos bandejas con comida elaborada por el señor del pico An Ding la cual era de su mundo echa a su manera para pasar desapercibida.

Pero en el momento en que estaba por hablar para anunciar que traía la comida de Shen Qingqiu observó o más bien fue atacado directamente por la sonrisa y la mirada de Shen Qingqiu, misma que era tan letal que el recién llegado dio un paso hacia atrás sin saber el porqué.

—Tú. —Lo señaló directamente.

¡Claro! ¿Cómo no pensé en él?

¡Solo Shang Qinghua mancharía a mi amado esposo con su lenguaje vulgar!

¡Te voy a freír esa pequeña cosa inservible que tienes entre las piernas!

¡Manchaste la pureza verbal de mi amado!

Gaaaaaaasssssp.

—¿Yo?

—Tú. —Una nueva seña y después le hizo una línea de cortar su cuello— Hablaré contigo más tarde.

Shang Qinghua quiso tirarse al piso y suplicar piedad pero al ver a los invitados tuvo que contener sus ganas por lo que lenta y tímidamente saludó y dejó la comida para el hombre de mirada esmeralda.

—¿No gustas acompañarnos, Shang shidi? —El falso tono dulce del anfitrión hizo que el nombrado negara.

—Eres muy amable Shen shixiong, este maestro se retirará porque tiene muchas cosas que hacer. —Dio un par de pasos hacia atrás protegiéndose detrás de Mobei Jun.

—¡Oh! Está bien, te buscaré más tarde, gracias por la comida.

—¡Je, je! Ya sabes, lo que sea por baobei... ah —se rascó la cabeza nerviosamente—, creo que iré con Mobei Jun a ver si ya florecieron mis plantas.

—¿Se pueden florecer plantas en el hielo? —El demonio pregunto serio e ingenuo.

—¡Claro, claro que sí! —Pretextó al borde del colapso— Vamos, vamos que estoy ansioso por ver mis plantas. —No esperó más y salió corriendo.

La pareja desapareció dejando a Binghe solo y sin poder defenderse, los invitados seguían viendo todo menos al hombre de mirada aterradora, incluso jugaban con sus manos encontrándolas como lo más interesante del mundo.

—Hablaremos más tarde. —Puntualizó entrecerrando los ojos.

—Si Shizun.

—¿Y bien? —Arqueó una ceja hacia Liu Qingge— Dijiste que me trajiste un regalo.

—¡Ah! ¡Ah sí el regalo! —El hombre más violento y poderoso físicamente de la secta Cang Qiong, de momento se volvió suave y manso, procurando evitar a toda costa pisar en los lugares correctos para no morir decapitado ante un hombre embarazado— Si, el regalo.

Binghe giró el rostro para observar como el hombre sacaba de su bolsa qiankun otra bolsa de igual tamaño para levantarse y entregársela al hombre de mirada curiosa.

—Te traje dedos de demonio, son tus favoritos.

El animo de Shen Qingqiu mejoró de inmediato, sonrió y abrió la boca al tomar la bolsa, extasiado y lleno de gozo, extrajo un dedo para morderlo y sentir que su paladar iba a explotar de sabor.

—¡Delicioso! Gracias Liu shidi. —Habló contento.

Luo Binghe frunció los labios y el ceño, se levantó con dignidad y posó a lado del hombre que yacía sentado, inclusive su mal humor y su castigo fue olvidado ante la atención que suponía ese dichoso manjar.

—Shizun —intervino cauteloso—, ¿deberíamos comenzar a comer?

—¿Mh? ¡Oh sí, es una gran idea!

Para suerte de todos, el mal humor de Shen Qingqiu se vio parcialmente olvidado gracias a la comida, Binghe actuó tranquilo mientras masticaba pequeños pedazos de carne; los invitados no perdieron detalle en ver como el inmortal que antaño era delgado y esbelto ahora se debatía entre comer primero los bollos o los fideos.

Al final terminó mezclando ambas cosas sintiéndose satisfecho de su elección, incluso añadió un par de albóndigas de carne y verdura al vapor para complementar su plato.

Para Luo Binghe aquello ya era normal pero para los invitados no, ellos miraron anonadados como el maestro acababa con la comida normal para dar paso a comer lo que había traído Shang Qinghua que aunque se veía rara para los demás para Shen Qingqiu no eran más que hamburguesas con papas fritas y helado de frutas.

—Shen shixiong, tu bebé exótico si que pide mucha comida. —Qi Qingqi mencionó observando como el maestro comía con calma.

—Shidi debo admitir que estoy sorprendido de verte así pero creo que todos estamos equivocados y temo decirte que debo regresar a la secta —Yue Qingyuan habló pensativo. Bajó el rostro y suspiró notoriamente afectado—, shidi, la ropa que traemos para tu hijo no alcanzará para los niños que esperas.

En ese momento Shen Qingqiu tosió mientras masticaba rápidamente para evitar escupir la comida; tomó un trago de té de sakura y tras aclarar su garganta no pudo evitar mirar a su hermano mayor.

—¿Para todos los niños?

—¿No esperas más de uno? —Cuestionó curioso.

—Yo... —ladeó el rostro antes de dedicar su mirada hacia su vientre— bueno, no lo sé, Binghe y yo hemos intentado detectar su energía pero nos es imposible y sus movimientos ahora se ven reducidos.

—¿Solo es uno?

—Quiero creer que sí. —Confesó dudoso.

—Yo digo que es más de una bestia, mira nada más el tamaño de ese vientre —la mujer tomó un trago de té—, descuida que estos maestros duplicarán los regalos.

—No creo que sea necesario... —Shen Qingqiu bajó su taza de té.

—¡Claro que es necesario! ¡Tus hijos no se verán menospreciados! —El líder de secta habló determinado— ¿Cuántos niños crees que estén ahí dentro?

—Cinco. —Habló el ingenuo Liu Qingge.

—Tres. —Fue el turno de la mujer.

—Uno. —Señaló Mu Qingfan.

—Yo creo que ahí dentro mínimo hay dos y máximo tres —habló analizando el cuerpo de su shidi—, dos al frente y uno atrás bien escondido, eso confirmaría el porque Shen shidi está tan circular y enorme.

—No estoy tan gordo —el embarazado habló mirando a sus invitados, giró hacia su esposo y negó— ¿O si?

Inesperadamente todos fingieron que sus platos vacíos eran lo más interesante del mundo, picotearon sus tazas y observaron los detalles.

—¿O si? —Sus labios temblaron anunciando un pronto y largo llanto.

—No Shizun, solo estás... un poco... —Binghe sonrió intentando arreglar la situación.

—Gordo. —Concluyó Qingge.

—Pero es que me da mucha hambre.

—¡Oh shidi puedo comprenderte! —Qingyuan habló entre asentimiento.

—¿De verdad?

—Bueno en realidad no porque no tendré un hijo pero puedo comprender un poco —suspiró mirando hacia la nada—, en realidad no comprendo...

—Shen shixiong —intervino Mu Qingfang—, es normal subir de peso sin embargo creo que no has seguido una dieta estrictamente correcta por lo que es natural tener antojos de todo tipo y eso se ha visto reflejado ahora, no se preocupe que todo ello concluirá con el parto, sin embargo le recomiendo comer en pocas cantidades.

—¿Es necesario? —Lentamente jaló su tazón de helado para colocarlo en su vientre y comer así sin necesidad de estarse estirando hacia la mesa.

Mu Qingfang solo fue espectador de como un maestro inmortal considerado un hombre guapo y refinado similar a una hermosa escultura de jade, ahora se atascaba de helado, tenía las mejillas regordetas y una determinación a no dejar de comer.

—Olvídelo, solo coma saludable.

Shen Qingqiu asintió y concluyó su postre con entera felicidad.

Terminada la comida, ahora sí los invitados procedieron a mostrar los regalos, mismos que iban desde artículos minúsculos tales como sonajeros, mariposas de cristal, talismanes protectores y ropa hasta muebles completos tales como una cuna, un moisés e incluso espadas.

La secta Cang Qiong no escatimó en gastos y lujos, las telas iban bordadas de oro y plata, los diseños impresos en el brocado hacían de las minúsculas piezas pequeñas obras de arte, los muebles bañados en oro eran lo suficientemente ostentosos como para incluso alimentar al pueblo de los mortales y no sufrir carencia alguna por al menos un siglo.

Todo era tan hermoso y lujoso a simple vista que el matrimonio ahora tenía un problema:

—¿Dónde vamos a meter todo? Requeriremos de otra habitación. —Qingqiu apoyó una mano sobre su vientre mientras que la otra sostenía su abanico en una pose pensante.

Luo Binghe permaneció de pie con la mirada distante y un suave puchero, observó la habitación que sería de su hijo, llena de colores dorados, blancos y negros, todo deslumbrante y lleno a reventar de juguetes y ropa pero ¿y él? ¿Qué le podía ofrecer a su hijo?

Comparado con su padre y la secta de su esposo, él no tenía nada para ofrecer y eso le causó frustración porque si bien antes se había mostrado negativo, ahora se sentía fatal por haberse centrado en su distanciamiento que su hijo no se lo perdonaría.

¿Qué clase de padre era que no tenía ni un juguete para dar?

—¿Binghe? —Shen Qingqiu giró el rostro para ver a su esposo.

—¿Qué puedo darle yo a mi hijo? Todos le han traído regalos menos yo que soy su padre. —Su cuerpo tembló anunciando una crisis nerviosa.

Shen Qingqiu observó largo rato a su esposo antes de sonreír y acercarse a él para sujetar su rostro con ambas manos, dio una suave caricia y suspiró.

—Creo que le diste un gran regalo cuando perdonaste su comportamiento en el pasado, además de que si tú le quieres dar un regalo entonces yo también debo darle uno para que sea equitativo.

—¿Deberías darle?

—Claro ¿por qué no? Si tu lo haces yo también lo haré. —Jaló suavemente el rostro masculino para darle un suave beso.

—¿Qué le piensas regalar?

—Si lo digo baobei escuchará y ya no será sorpresa —lentamente se acercó tanto como pudo a su esposo y lo abrazó—, se lo daré cuando nazca.

—¿Debería darle mi regalo también cuando nazca?

—Sí, sería una excelente idea.

Y así el matrimonio se alejó de la habitación de su hijo, había cosas por acomodar y mucho por trabajar para expandir el lugar que sería pronto para que el pequeño baobei tuviese solo para él.

Los regalos y las muestras de afecto fueron tales que ablandaron el temperamento de Shen Qingqiu haciendo que olvidara incluso su cansancio a tal grado de hacerlo dormir profundamente y sin preocupaciones, después de todo su pequeño baobei tenía un gran respaldo y eso lo agradecía.

Ahora solo faltaban semanas para que por fin conociera a quien tanto quería solo por ser una mitad suya y por supuesto una mitad del hombre que amaba y eso, le emocionaba.



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¡Wenas noshies!

Actualicé temprano (comparado con otras noches donde lo hago de madrugada :v)

¿Qué creen?

El siguiente capítulo ya será el final de la historia, owww.

Pero no se preocupen, se vienen tres o cuatro poderosisimos extras, tal como lo deseaba, ah esto de los extras me encanta porque ahora sí puedo incluirlos sin alargar más la trama con argumento innecesario xD

En fin, el siguiente capítulo sabremos si es un baobei o varios :v vayan pensando en los nombres que estos weyes andan muy relajados y ni siquiera han pensado en como se llamarán las criaturas. 

Gracias por todo su apoyo, su amor y dedicación, ah, me pongo feels hahahaha, es mi primer fanfic (catalogado long para mí) que acabo en menos de dos meses y eso me enorgullece, osiosi. Ya saben, seguiré escribiendo y ojalá les guste el siguiente. ;u;

Las amo. <3 




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