Rubén
Al despertar aquella mañana y darme cuenta que no había nadie junto a mí, mis alarmas se dispararon. Un extraño malestar me abrazo el pecho, pero trate de mantener la calma, Genave pude haber ido a cualquier lugar dentro del hotel y además no podía haber salido por la puerta sin que mis hombres se dieran cuenta. Marque rápidamente el número de Jotrov y este tomó la llamada al primer timbrazo.
—Está conmigo —se apresuró a decir aunque lo sentí algo extraño —Salió a encontrarse con alguien —No sé porque demonios había hecho una estupidez como esa, pero me escucharía desde que pusiera un pie en esta habitación.
—Pasamela —dije y escuche a Jotrov decirle que era yo.
—Se niega hablar con usted —tome una larga respiración controlando mis instintos de todos modos en poco tiempo estaríamos frente a frente. Puse fin aquella llamada y lleve mis pasos al baño, pero un alboroto detrás de la puerta detuvo mis pasos.
Josephine entró en la habitación como perro por su casa y me miró de arriba abajo con poco recato. Les hice un gesto a mis hombres para que nos dejaran solos si apartar la mirada de aquella mujer. Mi historia con esta mujer iba más allá del hecho de que ella se hubiese convertido en la quinta esposa de mi padre, había puesto mis ojos en ella mucho antes que él y no me había importado que arrastrara aquel niño con ella, pero Josephine era ambiciosa y yo no contaba con el poder que tenía mi padre por aquel entonces.
—Fue muy buena tu jugada lo debo admitir, pero tú mejor que nadie sabias que no iba a quedarme de brazos cruzados—tome una toalla que se encontraba sobre una silla para cubrirme.
—No debiste retarme en primer lugar—dije con ironía y cambio inmediatamente el semblante de su rostro.
—Veo que estás jugando al ¨novio¨ con la abogada, no te queda para nada ese papel de hombre fiel y entregado—se aproximó de manera seductora hacia mí y no sabía porque todavía su sola presencia me afectaba, trataba de ser frio y calculador frente a ella, pero esta mujer sabia como provocar intranquilidad.
—Con ella no te metas—dije muy cerca de su rostro y esta rozó sus largas uñas en mi mejilla.
—Debes entender que no puedo permitir que ella se quede con lo que es mío y debo agradecer por lo que hiciste con los italianos, me has hecho un gran favor—Sabía que su presencia aquí tenía una razón de ser, una que quizás cambiaría las reglas del juego.
— ¿Qué demonios quieres?—la mire de manera amenazadora, pero esta ni siquiera pestañeó.
— ¿Cuánto crees que tarda en darse cuenta del monstruo que eres? —Dijo tentándome—Puedo hacerlo fácil y rápido para ella, como también puedo hacer que desaparezca—pude sentir el peso de sus palabras, pude sentir el peso de la verdad en ellas—Y no puedes jugar amenazarme Rubén, porque si me llegara a pasar algo todos sabrían que fuiste tú. Y tu padre no dudaría en matar a tu madre —la sujete con fuerza por la barbilla y sabía que el odio por ella se reflejaba en mi mirada.
—Déjate de rodeos y dime ¿Qué es lo que quieres? —aparto mi mano de su rostro y rozo sus labios con los míos.
—A ti—dijo de manera descarada, sus manos viajaron por debajo de la toalla y sujeto firmemente mi pene—Quiero que te alejes de ella ahora y que le hagas entender que solo fue una más de tus aventuras, recuerda que tu hermosa madrecita puede pagar las consecuencias de tu negativa o podría al fin deshacerme de ella, necesito que absolutamente todo sea mio.
La puerta se abrió y Jotrov entró seguido de una Genave molesta, pero su rostro cambió cuando miro la escena que tenía frente a ella. Josephine sacó la mano de debajo de la toalla y sabía que su única intención era lastimar a la mujer que nos miraba, sentí como algo dentro de mí se quebró, pero existía una prioridad más importante en mi vida y sabía que había jurado protegerla, pero en este preciso momento era imposible cumplir mi promesa.
—Creo que es mejor que me vaya—dijo aquella mujer, dejando un beso en mi mejilla ante la atenta y desconcertada mirada de Genave. Y trate de mantener neutral no podía evidenciar cuánto me afectaba lastimarla.
—No debiste arriesgarte a salir—dije con frialdad y pude ver el dolor dibujado en su rostro.
— ¿Es lo único que dirás?—preguntó con voz inestable— ¿No me dirás quien es esa mujer? —continuo y sabía que lo que saliera de mi boca iba a dañarla mucho más.
Aparte mis ojos de su acusadora mirada y los lleve a la ventana. No tenía opciones de donde elegir, Josephine sabía que mi madre era mi punto débil y que nunca la abandonaría, también sabía que Genave era más importante que una aventura de una sola noche y por eso me había atacado de aquella manera, pero ahora lo realmente importante era mantener a salvo a mi madre, sin importar si debía sacrificar mi relación con la mujer que espera una respuesta detrás de mí.
—Eres muy ingenua Genave y fue tan fácil envolverte—sentí sus pasos acercarse a mí y quería pedirle que se detuviera, pero eso solo la haría darse cuenta de que estaba mintiendo.
—Entonces, todo esto que hiciste—dijo y tomando fuerzas me giré hacia ella para hacerla entender que no existía un nosotros, que ella no me importaba.
—Fuiste la presa perfecta, necesitaba deshacerme de la mafia Italiana y fue perfecto saber que tuviste un relación con Marco, así que una cosa llevó a la otra, así son estos negocios—vi como una lágrima rodaba por su mejilla, pero esta la apartó rápidamente. Genave era orgullosa, testaruda y sabía que no me perdonaría esta humillación.
—Espero que lo haya disfrutado y que nunca olvide este día señor Patrovick, porque en lo que a mí respecta lo tendré siempre presente en mi memoria—me dio la espalda y caminó hacia la puerta, mis hombres trataron de detenerla, pero les hice un gesto para que la dejaran marchar. Y me juré allí mismo hacer pagar muy caro a Josephine aquella sucia jugada, pagaría cada una de las lágrimas de Genave.
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Aunque no responda todos los comentarios, si que los leo jejeje, aqui les dejo dos nuevos capítulos y recalcó que esta novela no es como la anterior, asi que adelantó que se avecina una tormenta. Gracias por sus votos y comentarios nos estamos leyendo♥
Besos y Abrazos
YG♥