𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐃𝐎
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Louis despertó más desorientado que en cualquier otra resaca que hubiera tenido. Sin abrir los ojos, apretó la almohada con perfume bonito contra él.
El perfume de Harry.
Abrió los ojos de golpe y miró al rededor, reconociendo el espacio como la habitación de su mejor amigo.
Frunció el ceño a la vez que un pinchazo atacaba su cabeza. Intentó recordar la noche anterior y, cuando se movió lentamente para sentarse, se sorprendió al ver una tienda en su entrepierna. Se quejó aún más.
Unos minutos después, mientras tomaba una ducha fría, por alguna razón unos labios sandía y unas manos grandes apretando su cadera cruzaron por su mente. Frunció el ceño pero le restó importancia, todavía con un poco de resaca.
Cuando salió, se vistió con unos pantalones de chándal y una camiseta de Harry, pensó que no habría problema en que usara su ropa, es decir, lo hacían desde que tenían trece años.
Vio la hora en su celular y descubrió que ya casi eran las once y tenía unas cuantos mensajes de Eleanor que después respondería.
Se acercó al sofá y allí encontró a Harry, abrazando una almohada y tapado con su frazada roja. Tuvo un deja vù de aquella vez en diciembre y recordó que el chico no le había devuelto su suéter, pero pensó que no había problema; Louis, probablemente, tenía ropa de Harry en su departamento y aún más en la casa de su madre.
Se acercó a su amigo y se enterneció un poco al ver sus labios formando un puchero y sus rizos desordenados. Se paró a su lado y removió su hombro.
—Hazz, Harry, despierta, ya son las diez y media —dijo en voz no tan alta, sin querer alterarlo. El rizado se removió un poco y, después de llamarlo una vez más, finalmente lo enfocó.
—¿Louis?, ¿qué hora es? —preguntó con su voz ronca, típico de cuando recién despertaba y a la que Louis se había acostumbrado.
—Las diez y media —repitió, dándole una sonrisa. El chico asintió y se desesperezó al tiempo que Louis se dirigía a la cocina a hacer dos tazas de té.
Cuando ambos estaban en la mesa, Harry se fijó en su ropa y luego habló.
—¿Recuerdas... algo de anoche?
—Uh... poco —Louis rascó su nuca—, después de que pusimos Back to the Future hay espacios en blanco, creo que fumamos y después me llevaste a tu cama, ¿no?
Vio a Harry fruncir el ceño de manera casi imperceptible y después llevar su taza vacía al fregadero para lavarla rápidamente, aún sin responderle.
—Sí, fue eso.
—¿Por qué la pregunta?
—Por nada —negó con la cabeza—. Escucha, tengo que practicar la canción del proyecto porque la voy a presentar en unos días y tengo la semana ocupada, agradecería que te fueras.
—Tenía pensado que salgamos a desayunar, ¿no quieres un buen desayuno inglés con tu mejor amigo? —insistió, un poco confundido por el tono cortante en la voz de Harry.
¿Me estoy perdiendo de algo?
—¡No, pero gracias! —gritó desde su habitación. Volvió a la sala con unos apuntes y la guitarra en mano. Después se sentó en el sofá sin siquiera mirarlo
Mientras caminaba por los pasillos después de despedirse de él, se sintió un poco molesto; ¿por qué Harry actuó así?, él creyó que todo estaba bien después de que se disculpara la noche anterior.