JULLS.
En la última semana, todo había ido bien.
Los jinetes había sido derrotados, la gente volvió al pueblo y todo había vuelto a la normalidad. Inclusive con la manada.
Era raro, eso no podía negarlo. Después de todo lo que sucedió ahí estaba yo, dándoles una oportunidad más a todos. Creo que todos la necesitábamos, incluso yo, no tenía a nadie más, Theo seguía allá abajo y ya casi se cumplía dos años desde la muerte de mis padres. Ellos eran mi única familia, los necesitaba. Hubieron varias conversaciones y muchos acuerdos que entre todos colocamos, pero, al final de todo volvió a la normalidad.
Un nuevo inicio fue lo que dijo Scott. Y vaya que tenía razón.
Por otro lado, los chicos por fin se habían graduado de la escuela. Yo había quedado con Stilinski que asistiría al último año de escuela.
Claro, tenía que hacer escuela de verano. Para así reponer todo lo que perdí del segundo año, lo cual, creo que no era mucho. Pero sin duda que necesitaría ayuda de Mason y Corey para llegar al último año.
También, fue una semana en donde no me había despegado de Liam para nada, bueno, tampoco era que él me soltase mucho que digamos.
Era como un hábito estar con él, un hábito de ojos azules y cabello rubio, que cada vez me gustaba más y más.
Ya no podía negar que ese maldito Dios Griego me seguía gustando. No sabía si él también sentía lo mismo, pero estaba claro, que mis sentimientos por él, volvían poco a poco. Y aunque quisiera no podía evitarlo.
Las clases ya habían finalizado, por los que fue el último día de clases para todos ellos, menos Malia, que también tenía que asistir a escuela de verano. Ellos por fin se habían graduado y la vida universitaria ya iba a comenzar para algunos de ellos, como Stiles, que en dos días empezaba la pasantía en el FBI. Scott y Lydia se irían a sus universidades después del verano, mientras que Malia seguía en espera.
—Muy bien Liam, ahora que eres el alfa, –comenzó a decir Stiles parándose frente a nosotros mientras soltaba un suspiro.
—No soy un alfa, –negó Liam de inmediato.
—Claro, un alfa en entrenamiento.
—Pues tendría que matar a un alfa, para ser uno, –se encogió de hombros.
—Liam, como te encargaras de todo. Lo más importante que debes recordar; es que Mason, –señaló al moreno, —Siempre estará ahí para salvar tu trasero, y ahora, por obra del destino, Julls también.
Sonreí levemente, mirando al rubio a mi lado.
—Bueno no siempre, –comentó Scott torciendo los labios.
—Bueno casi siempre, y por eso, –sacó un bate de la guantera del Jeep a un lado de nosotros y se lo entregó a Mason, —Te doy esto.
—Uhm, no juego béisbol, –negó Mason mirando con el ceño fruncido el bate.
—Si, yo tampoco, esa no es la idea.
—Okey, gracias, –recibió este con una sonrisa.
—Y Julls, considerando que Liam necesitará a alguien que le informe sobre reportes de la policía, –sacó un aparato de la guantera, —Te dejo el comunicador por donde los policías de Beacon se comunican, solo no le digas a mi padre que lo tienes, te lo quitará enseguida.
Solté una risita y lo recibí. Luego Liam, Mason y yo nos fuimos de ahí, dejando al par de mejores amigos solos.
Después de caminar por el patio escolar, mientras Mason nos contaba algo sobre una película que había visto, el moreno se despidió de nosotros para irse a su casa. Dejándonos a mi y a Liam solos.
—Entonces..., –habló Liam mientras caminamos, —¿Qué harás ahora que eres libre?
—Uhm, no mucho, –hice una mueca, —Considerando que aún soy menor de edad y me faltan algunos meses para cumplir los dieciocho, Stilinski será mi tutor legal.
—¿Vivirás con los Stilinski?
—Prácticamente, –me encogí de hombros, —Ya he vivido con ellos así no es nada nuevo, pero esta vez Stilinski quiere hacerse cargo de mi.
Sonreí mirándolo.
—De verdad me alegra eso Julls, –confesó Liam sonriendo.
—Gracias...ahora podré seguir ayudándote cuando estés en aprietos.
—Siempre me has ayudado a salir de aprietos, –reconoció burlón, —Aún no puedo creer que me tiraste a un elevador y atacaste tu sola a los jinetes.
—Bueno al menos ya sabes que puedo defenderme sola.
-—Siempre lo supe –respondió, con un tono orgulloso, —Eres demasiado fuerte, Julls.
Sonreí aún más.
Dios, Dunbar lo que me haces con solo una mirada y una sonrisa.
—Bueno...tengo que ir con Stilinski, veremos todo lo que necesito para empezar la escuela de verano y poder ir al último año.
—Oh si, escuche que asistirías con Malia.
—Si...espero no morir en el intento.
—Igualmente, sabes que si necesitas ayuda, solo pídemela, soy bueno en algunas materias.
—¿Como cuáles?
—Uhm, ¿educación física?, –ambos reímos y dejamos de caminar.
Sabía que Liam era bueno en algunas materias, aunque su promedio estaba igual que el mío, pero con tal de verlo todo los días para que me ayude, aceptaría.
—Nos vemos luego, Dunbar.
—Nos vemos, Raeken.
Le di una última sonrisa, y empecé a caminar en dirección contraria, ya que la casa Stilinski quedaba hacia el otro lado.
Pero apenas di unos tres pasos cuando sentí como Liam tomó con suavidad mi brazo e hizo que me detuviera y girara mi cuerpo hacia él.
Lo noté indeciso, ya que su rostro reflejaba aquello. Como si estuviera debatiendo algo interinamente.
Frunci un poco el ceño, —¿Qué pasa?
—Yo... -mojó sus labios y balbuceo un poco.
Antes de que yo pudiera decir algo, el rubio estampó sus labios con los míos, empezando a besarme.
De nuevo, me tomó desprevenida, pero esta vez decidí seguirle el beso desde un inicio.
Era... una sensación agradable y linda, me hacia sentir los famosos fuegos artificiales.
Sus labios se movían en sincronía con los míos, con una lentitud que me daba una linda sensación en mi estómago.
Sujete la parte posterior de su cuello reforzando el beso. Liam puso sus manos en mi pequeña cintura, apegándome a su cuerpo.
Nuestras lenguas hicieron un leve roce, dandome una electricidad increíble que recorrió todo mi cuerpo.
Pronto mis pulmones empezaron a pedir aire, pero a la vez no quería detenerme. Hasta que fue Liam quién lo hizo.
Él se separó lentamente, quedando cerca de mi rostro unos segundos.
Luego se alejó un poco mas para poder mirarme.
—Lo siento...yo...actué por impulso, –murmuró y solté una leve risita sonriendo.
—No tienes porque disculparte, está bien, –respondí, sintiendo que mi corazón estaba por explotar.
—Entonces...¿no está mal que te haya besado?
—No Liam, no está mal. Al menos no fue en medio de un ataque de pánico.
Rió un poco, —Menos mal, pero al menos ya sé como ayudarte cuando tengas otro.
Asentí. Mirándolo a los ojos con una suave sonrisa.
—¿Puedo decirte algo?, –preguntó el rubio, y asentí de nuevo con mi cabeza.
—Creo...creo que me gustas, –confesó con una sonrisa ladina.
—¿Crees?
—No lo sé, pero siento algo diferente cuando estoy contigo, es...totalmente diferente, como...mágico, no, sinceramente no puedo explicarlo.
—Así que todo este tiempo que me trataste así, no era solo porque querías ser buena persona conmigo.
—En parte si, –soltó un risita, —Pero desde un principio lo supe.
—¿Saber qué?
—Que siento algo más que amistad por ti, ¿sabes?, y no solo desde el día que te vi correr a mis brazos en el hospital o que te besé, si no que también desde que te conocí, –dijo sin apartar sus ojos azules de los míos, logrando hipnotizarme por completo, —Y sé, que tambien te gusto.
—¿Tan obvia era?, –mordi mi labio inferior, nerviosa.
—Tan obvia sos, –corrigió, —Porque sé, que estando allá abajo no dejaste de sentir nada, y sé, que yo sentía algo desde un inicio, solamente que algo en mi no quería aceptarlo, pero ahora, lo hago, y quiero entender que es lo que realmente siento, pero lo que ya sé, es que me gustas.
Sonríe de lado, —Tu también me gustas.
Liam soltó mi cintura y sujetó mis mejillas.
—No tenemos que empezar algo si no quieres, solamente disfrutemos de la adolescencia que nos queda, juntos, porque créeme, no dejaré que te lleven a ningún lado, nunca más, –sin poder evitarlo, mis pálidas mejillas se sonrojaron, ——Eres muy especial para mi, Julls.
Desde ese día, algo más que amistad surgió entre nosotros dos, algo más que disfrutaríamos sin duda alguna.
Amigos con derecho diría Lydia.