HABIT โ†ป liam dunbar

Autorstwa b-rekkerbarnes

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๐‹iam dunbar | โeres el hรกbito que necesito โž donde todo cambia despuรฉs de un beso en medio ataque de pรกnico... Wiฤ™cej

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Autorstwa b-rekkerbarnes

JULLS.

El día de hoy nos habíamos dividido en dos grupos. Por un lado iríamos Liam, el Sheriff y yo, y por otro lado, Lydia, Scott y Malia.

Ellos iban a intentar recordar a Stiles mientras que nosotros iríamos a la comisaría en busca de más personas en Beacon Hills o cosas que simplemente nos ayudaran.

Al llegar a la comisaría, nos dimos cuenta que estaba hecha un desastre y, que realmente ya nadie quedaba en Beacon Hills además de nosotros.

Papeles por todos lados, ventanas y escritorios rotos, y como no, una parte de la pared quemada.

Seguimos caminando, y si, definitivamente ya nadie más que nosotros quedaba en Beacon Hills.

De un momento a otro comencé a escuchar unos ruidos provenientes de unos aparatos, claramente que el Sheriff supo desde un principio de que se trataba y no dudó en tomar una de las radios tiradas en el suelo. Me pregunto cómo después del todo desastre había algo funcionando aquí.

—Aquí Stilinski, ¿alguien me copia?, –dejó presionado el botón, esperando una respuesta. Pero no hubo ninguna, —Habla el Sheriff Stilinski del departamento de Beacon Hills, ¿alguien me copia?, –de nuevo, no hubo respuesta, —Habla el Sheriff-

—No hay nadie, –Liam le interrumpió y
puso su mano en su hombros, —Todos se fueron.

—No es posible que todos se hallan ido, –Stilinski se giró hacia nosotros, —Es imposible.

—Ahora todos se fueron, –dije, —Solo quedamos nosotros en Beacon Hills.

***

—Tenemos que seguir el plan.

—El plan de Scott es que ataquemos a todos los jinetes sin ser llevados, –contra ataqué, —¿Cómo resultará eso?

—Tenemos que mantenerlos alejados de los chicos, –argumentó Stilinski, —Hasta que puedan recordar a Stiles.

Suspiré exasperada, —Y cómo hacemos que lleguen a aquí.

—No será necesario, –dijo Liam viendo al suelo, —Ya están aquí.

—¿Qué tan cerca?, –preguntó Stilinski y miré a Liam.

—Demasiado.

—¿Cuántos?

—Uhm, escuche un par de caballos, tal vez cinco, cinco máximo.

—Muy bien, tres de nosotros, cinco de ellos, –el Sheriff cargó su arma.

—Esperen, ¿de verdad vamos a hacerlo?, –frunci mis cejas preocupada.

—Podemos con ellos, Julls.

—¿Con los cinco?, –ambos suspiraron y asintieron.

—Si...

—Andando, –sin esperar más, el Sheriff abrió la puerta. Dejando ver a más de cinco jinetes frente a nosotros.

Enseguida ellos sacaron sus pistolas y empezaron a disparar. Logré hacerme a un lado cubriendome al igual que Liam, pero el Sheriff no se pudo salvar y de todas formas fue llevado por lo jinetes.

Liam me miró asustado y no dudó en estirar su mano hacia mi y sujetar la mía para así llevarme junto con él al otro lado de la puerta.

—Bueno dos contra mil, –murmure, sarcástica.

—Maldición, –mejoró el agarre en mi mano y ambos salimos corriendo de ahí con tal vez los jinetes ya siguiendonos el paso.

Cuando salimos de la comisaría, vimos un montón de autos pertenecientes a la estación. Y Liam ni siquiera lo pensó.

—¿De casualidad sabes manejar?

—De que sé, sé, –soltó mi mano y ambos corrimos a uno de los autos. Liam se subió a la parte del copiloto, mientras que yo a la parte del conductor.

—Las llaves, busca las llaves, –le ordené.

Vi como sacó una caja de metal de la guantera y la abrió, mostrandome un montón de llaves. Ambos nos miramos indignados.

—¿Es enserio?, –me quejé.

El rubio agarró una al alzar, —Ten esta.

La sujete y e intenté introducirla, pero ésta ni siquiera entró.

—Dame otra, –le ordené de nuevo.

—¿Cuál?, –dijo desesperado.

—Cualquiera de esas.

—Hay muchas llaves aquí, –me dio otra, pero esa tampoco era, y eso me llevó a la desesperación.

—Siento que ni siquiera te estas esforzando Liam.

—¡Lo intento!, –me entregó otra.

Tampoco.

—No, Liam dame o-, –lo miré mal al ver la llave que quería darme, —¡Esto ni siquiera es una llave de auto!

Alcé la mirada por el retrovisor y vi a varios jinetes caminar hacia el auto lo que incrementó mi desesperación y nervios.

—Ya vienen, Liam date prisa, –dije entrando en más desesperada.

—Muy pequeña, muy pequeña, ¡prueba con esta!, –me entregó otra y la probé.

Esta vez sí funcionó.

—¡Sí, si!, ¡Vamos, vamos!, –exclamó Liam y lo miré con una sonrisa emocionada.

Arranqué el auto y corrí la palanca hacia atrás para poder salir, ya que había otro auto enfrente.

Pero no conté con que me haría demasiado para atrás, y que uno de los jinetes ya estaba demasiado cerca.

Por lo que terminé atropellando al jinete.

Bueno, al menos ya podría agregar a la lista que atropellé a un jinete fantasma con un auto de policía. Liam y y nos miramos. Una sonrisa se escapó de sus labios mientras que yo solté un bufido sorprendida, luego volví arrancar y salimos de ahí de una vez por todas.

Todo estaba vacío y eso me causaba escalofríos, no había ni una alma, ni un auto, la única luz que me dejaba ver el camino era la del auto ya que todo estaba apagado o las luces tibuteaban.

—¿A donde lleva este camino?, –le pregunté al oji-azul cuando me vi perdida en el trayecto, sin saber realmente a donde íbamos.

—Al hospital.

Lo mire de reojo frunciendo el ceño. Tenia que ser una broma.

—¿Qué demonios haremos en el hospital? ¿Perdile ayuda a un doctor?

—Tenemos que mantenerlos alejados de Scott, –me recordó él, —El hospital esta muy alejado del búnker, ellos estarán a salvo.

—¿Y nosotros? ¿Somos de espuma o qué? 

—No podemos escondernos de ellos, si encuentran a Scott y a los chicos y aun no han recordado a Stiles estamos acabados...

—¿Y....?

—Entonces todos, –hizo pausa demasiado dramática que me hizo fruncir el ceño, —Seremos olvidos.

—Eso fue muy reconfortante de tu parte, enserio, Dunbar.

El rubio rodó los ojos y yo seguí concentrándome en el camino. Luego de varios minutos más de trayecto finalmente llegamos al hospital. Estacione el auto cerca de la entrada y apenas el auto se detuvo ambos bajamos del auto para así entrar lugar.

Pero antes de que Liam entrara detrás mío,  lo vi detenerse y ver una ambulancia enfrente de nosotros, luego como corrió hacia ella y encendió la sirenas de aquella como si nada.

Frunci el ceño y me detuve justo en la entrada para así girar un poco mi cabeza para mirarlo, —¿Por qué hiciste eso?

—Te lo dije, tenemos que mantenerlos lejos de Scott, –mencionó y me giré hacia él completamente con el ceño fruncido.

—Y tu mejor idea es que los traigamos a todos al hospital y que nos lleven solo a nosotros dos.

—¿Tienes un mejor plan?, –alzó ambas cejas, —Mira conozco este hospital perfectamente, cada habitación, cada rincón, podemos detenerlos.

—¿Entonces no te importa que vengan por ti?

—Julls tenemos que mantenerlos lejos de los chicos, hasta que puedan recordar a Stiles, –volvió a repetir. Negué.

—Déjame decirte, que esta es la peor idea que he escuchado.

Me di la vuelta y sin esperar alguna respuesta de su parte, entré al hospital.

Sinceramente, vamos a morir.

Caminé por varios pasillos hasta que llegué a la recepción. Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo que mirara a uno de los pasillos largos detrás mío. Al reconocer aquel lo miré sin expresión alguna, logrando que un recuerdo golpeara mi cabeza.

Theo y yo peleando por ver quien llegaba primero a la manada, él para matarlos  y yo para salvarlos.

Créeme Julls, no me gusta seguir con esta pelea de hermanos, –dijo mientras intentaba clavar sus garras en mi abdomen.

Yo tampoco, pero tu actitud psicópata no te ayuda mucho, –contesté antes de que un rayo lo golpeara, y cayera al suelo, —Debiste ser inteligente al crear una quimera más fuerte que tú.

—Julls, –sentí como Liam tocó mi hombro, y enseguida volví a la realidad, —¿Estás bien?

—Si... solo estaba recordando algo.

—¿Qué cosa?

—No... no importa, –intenté restarle importancia e ignorar el nudo que de había instalado en mi estómago. En eso escuché el ruido de los caballos de los jinetes viniendo hacia el hospital. Miré a Liam.

—Dijiste que podíamos ocultarnos, ¿dónde es?

—Sígueme.

***

La brillante idea de Liam era hacer una barricada en la morgue y escondernos en donde guardaban los cuerpos pero, ninguno de los dos se atrevería a meterse ahí.

No sé cuanto tiempo llevábamos aquí, pero no nos habían encontrado, lo que era un progreso. Liam estaba vigilando la puerta y, como solo había una a la cual vigilar, yo estaba sentada en un banco de metal en medio de la habitación.

Me atrevía a decir que cuando puse un pie en el hospital, empecé a sentir algo diferente, algo que para mi, no era bueno.

No podía evitar tener esa desesperación y preocupación de que podían encontrarnos. Sabía  que podíamos al menos atacarlos, pero ese sentimiento me impedía pensar positivo.

Sumergida en mis desesperados pensamientos, sentí un mareo, por lo que entre cerre los ojos esperando a que este se pasara.

Al sentirlo pasar dejé ir la tensión en mi cuerpo, pero esa sensación horrible en mi pecho volvió. Intenté mantener la calma y para así no alarmar a Liam.

Suspiré profundamente cerrando mis ojos. Y comencé a negar con mi cabeza.

Sabía que que sí o sí aquello pasaría y siempre tenía que ser en el peor momento.

—¿Julls?, –Liam se percató de mi comportamiento, —Julls ¿estás bien?

Me desespere. Moví mis manos al aire mientras sentía mis mejillas arder por el calor inmenso que lograba sentir, y llevé mi mano a mi pecho.

—Creo... –tragué saliva, y mis manos temblaron, —Creo que es un ataque de pánico

Buen momento para tener un ataque de pánico, Raeken.

Liam se acercó a mi rápidamente.

—Okey, Julls ven, –me sujetó y me levantó de la silla. Pero mis piernas flaquearon y terminé por arrodillarme al suelo. Liam hizo lo mismo.

—Trata de pensar en otra cosa, –habló Liam también desesperado al no saber que hacer.

—¿Cómo qué?

—Uhm, no lo sé, como en cosas bonitas, perritos, amigos, familia, –lo miré mal por lo ultimo que dijo, —Digo no, no famlia, agh.

—Solo respira conmigo Julls, vamos, respira.

—Liam... si pudiera respirar.... ya lo hubiera hecho.

—Vamos Julls, sé que puedes.

—No puedo... –de pronto Liam sujetó mis mejillas con sus manos e hizo que lo mirara.

—Shh, shh, Julls mírame, mírame.

Hice lo ordenado. Alce la mirada y sin quererlo perdí mi mirada en sus ojos azules mientras él trataba de calmarme acariciando mis mejillas.

Pero no llegaba a ningún lado, pronto esa sensación de morir me invadió, lo que estaba por empeorar todo.

Pero, cuando menos lo esperé, Liam sujetó firmemente mis mejillas y sin dudarlo más estampó sus labios contra los míos.

Me sorprendí de inmediato, abrí mis ojos hasta su tope sorprendida. Eso era tomarme desprevenida.

Después de unos segundos, y al ver que no se detenía tan rápido, le seguí el beso. Sus labios eran suaves y tibios. Me daban una sensación increíble, que ni siquiera podía describirla.

Esperé tanto para un momento así, pero jamás creí que iba a ser en medio de un ataque de pánico.

Luego, lentamente ambos nos separamos. Abrí mi boca ligeramente y lo miré sorprendida por lo que acaba de pasar.

Aparte de todo, justo cuando sus labios estuvieron besando los míos, el ataque de pánico se detuvo, cosa que también me sorprendió y confundió aún más.

—¿Por qué... por qué lo hiciste?, –pregunté en voz baja.

Mi ahora ligera respiración chocaba con la suya, y era una bonita sensación.

Él mojó sus labios y dijo:

—Lydia... una vez dijo que conteniendo la respiración... puedes parar un ataque de pánico, así que, cuando te besé... contuviste la respiración.

—¿Lo hice?

—Lo hiciste, –asintió, sonriendo un poco. Tragué saliva y le di una sonrisa de boca cerrada.

—Gracias

—No... no hay de que.

Por una extraña razón, esto no era incómodo, porque si lo fuera, probablemente me hubiera dado otro ataque de pánico.

—Y... ¿ya te sientes mejor?, –Liam rompió el silencio, y ambos nos alejabamos un poco.

—Sí, sí, ya me siento mejor, –asentí.

—Me alegro, –ambos sonreímos.

De un momento a otro escuchamos un trueno, y noté que Liam agudizó su audición para poder escuchar lo que pasaba ahí afuera.

Alzó la mirada preocupado.

—Están aquí, —informó levantándose, para luego ayudarme a mi, —¿Podrás pelear?

Suspiré profundo y asentí, —Sí, puedo hacerlo.

Liam soltó el agarre en mis brazos y caminó a la puerta. Donde echó un vistazo y luego se volteó hacia mi, alarmado.

No tuve que preguntarle para saber que había un jinete fantasma justo afuera de la morgue.

Le indiqué a Liam que se acercara a la camilla que pusimos para cerrar la puerta, y cuando conté hasta tres, ambos empujamos ésta. Abriendo la puerta y acorralando el jinete con la camilla.

Salimos de la morgue, para encontrarnos con más jinetes caminando hacia nosotros.

—Creo que estoy reconsiderando esconderme entre los muertos, –dije retrocediendo.

—Vale la pena.

Los jinetes empezaron a disparar, y en cuestión de segundos Liam y yo empezamos a correr lejos de ellos.

Pero éstos de igual manera nos alcanzaron.

Liam batallaba para quitarse a uno de encima, mientras dirigía su pistola a diferentes direcciones para no ser disparado por ésta, pero luego el jinete apuntó hacia él.

Mo dudé en lanzarle un rayo al jinete y luego lanzarlo adentro de la habitación.

Luego Liam se acercó y puso una muleta para que así no pudiera abrir la puerta.

Ambos suspiramos aliviados.

Escuchamos más pasos de los jinetes, pero sin embargo ninguno llegaba a donde estábamos.

—Están en todos lados, –me informó Liam.

—¿Que vamos a hacer?, –pregunté. Y justo vimos la sombra de un jinete acercarse.

—Dijiste que puedes pelear, ¿cierto?, –preguntó Liam, mientras ambos mirábamos a los jinetes ponerse en grupo frente a nosotros.

—Sí, sí puedo, pero no quiero que nos lleven Liam, –comenté nerviosa.

Liam dio unos pasos hacia los jinetes, —No lo harán.

Sacó sus garras y rugió, luego empezó a correr hacia ellos.

Suspiré ladeando mi cabeza, y mis ojos cambiaron de color a uno gris, la electricidad empezó a desprender de mi cuerpo y entonces corrí hacia ellos.

Apenas llegar a un jinete lancé un pequeño rayo que lo golpeó e hizo que cayera al suelo

Seguí dando algunos golpes, y cuando menos me di cuenta, Liam ya no estaba conmigo, y ahora solo quedaba un jinete en pie.

El cual sacó su látigo y tiró de éste intentando golpearme.

Lo esquive haciéndome para atrás, pero por accidente tropecé con algo en el suelo y empecé a hacerme hacia atrás con ayuda de mis codos.

Estire mi brazo y una cuerda de electricidad se creó, la cual sujetó al jinete fantasma por el cuello.

Hice que éste chocara con una mesa y cuando lo tuve suficientemente cerca le clavé un cuchillo (que estaba en el suelo), en su cuello. Entonces el jinete cayó al suelo desangrándose

Miré sorprendida la escena, no me creía capaz de vencerlo.

Cuando me di la vuelta, otro jinete estaba detrás mío, y sin que pudiera golpearlo éste sujeto mi cuello.

Empezó presionarlo con fuerza, debilitando mi cuerpo poco a poco.

Giré la mirada y me encontré a Liam peleando con otro jinete dentro de la morgue, pero estaba muy ocupado como para poder ayudarme.

Pronto el aire me empezó a faltar, y golpeé su brazo intentando que lo quitara.

Logré contener toda mi energía acumulada y apreté mi mandíbula, luego dejé salir una sonda eléctrica que lanzó al jinete al suelo.

Cuando vi que el jinete iba dispararle a Liam, creé una cuerda de electricidad y lo sujete sus brazos con ésta.

El rubio aprovechó el movimiento y tomó su pistola, para luego dispararle haciendo desaparecer.

—Gracias, –dijo Liam acercándose a mi, —No sabia que podías hacer eso.

—Ahora que estoy recuperando el control puedo hacer más cosas, –solté un suspiro y sonreí.

Miré el pasillo. Ya no había más jinetes a los cuales atacar. Miré a Liam y ambos chocamos los cinco pero, toda celebración se acabó cuando vi a más jinetes caminar hacia nosotros.

—Mierda, –noté como Liam se preparó para atacarlos pero, al menos Liam, no sobreviviría a tantos, sin ser llevado.

Así que busqué otra alternativa. Detrás de nosotros vi un ascensor, y no lo pensé dos veces para correr hacia el y tocar el botón, haciendo que se abriera.

Luego corrí hacia Liam y lo sujete con fuerza, llevándolo conmigo hacia el elevador.

Y sin más lo lancé dentro de éste.

—¿Qué estás haciendo?, –preguntó en el suelo.

—Salvando tu vida como por trigésima vez, –sonreí de lado.

—¡No Julls espera!, –fue lo último que escuché antes de que el elevador se cerrase.

Suspiré. Cerré mis manos en un puño y empecé a correr hacia ellos. Lancé un rayo y golpeé a un jinete lanzadolo lejos de mi. Los rayos que salían de mi cuerpo, los empezaron a electrocutar, lo que me hacía más fácil golpearlos y dejarlos en el suelo.

Hasta que un jinete logró sujetarme y lanzarme hacia unos escritorios de la recepción.

Me apoyé de un escritorio y me levanté, —Eso no fue amable

Los jinetes volvieron a correr hacia mí pero creé una pequeña bola de electricidad en mi manos y golpeé el suelo, enseguida una sonda de electricidad los golpeó a todos, lanzando a casa uno al suelo y dejándolos inconsciente u algunos muertos, nunca se sabe.

Pero la batalla, lamentablemente, no había acabado. Aún quedaban tres en pie.

Uno se lanzó sobre mi, pero estire mi brazo liberando rayos que lo sujetaron y me ayudaron a lanzarlo a uno de los escritorios.

Otro golpeó mi espalda tirándome al suelo, enseguida sujete su tobillo y lo tiré al suelo. Levanté mi brazo hacia el techo e hice que un rayo golpeara su pecho.

Me levanté del suelo para así ver al último jinete fantasma que quedaba en pie. Éste se puso frente a mi y sacó látigo.

Sonreí de lado, —¿Qué esperas?

Él tiró de su látigo y con una cuerda mía logré sujetarlo, no me haría desaparecer ya que, éste no hacía contacto conmigo.

Ambos batallabamos, jalando con fuerza, para ver quién se quedaba con el látigo.

Al final con mi otro brazo creé otra cuerda y lo sujete de sus piernas, haciéndolo caer al suelo.

Finalmente el látigo fue mío e hice que el jinete desapareciera.

Dejé caer el látigo al suelo y jadee recuperando el aliento mientras guardaba toda la electricidad.

Ya me hacía falta pelear así.

Me aseguré de que no hubieran más jinetes cerca, y fui al ascensor en donde dejé a Liam.

Toqué el botón y las puertas se abrieron. De donde salió un Liam, notablemente preocupado.

Y sin que pudiera decir algo, él se lanzó sobre mi, abrazándome con fuerza.

—Tonta no vuelvas a hacer eso, –me regañó mientras correspondía el abrazo, —Me diste un susto.

Reí, —Sustos que dan gusto. Ya no quedan más jinetes aquí.

Él se separó de mi y sujetó la parte posterior de mi cuello.

—Julliet Raeken, pudo pasarte algo.

No sabía por qué, pero adoraba que se preocupara así por mi, adoraba que fuera así conmigo, aunque aveces se le escapaba lo idiota.

—Estoy bien tonto, –sonreí burlona, —Y si vuelves a llamarme Julliet, te mataré.

El rubio suspiró con una sonrisa de lado y soltó mi cuello.

—¿Estas segura que acabaste con todos?, –preguntó mirando a nuestro alrededor.

—Bueno, de los que estaban aquí sí, no sé cuantos más queden allá afuera.

Ambos empezamos a caminar por los pasillos vacíos, esperando que de verdad ya no hayan más jinetes.

Llegamos a la recepción, (donde anteriormente me encontraba peleando), y Liam vio asombrado a todos los jinetes en el suelo.

Realmente ya no quedaba ningún jinete aquí.

De pronto, empecé a escuchar un leve ruido cerca de nosotros. Lo busqué con la mirada y finalmente observé como habían unos tableros en la pared con nombres en el.

Y como uno de los nombres iba cambiando rápidamente hasta que se detuvo en uno.

Beacon Hills.

Golpeé levemente el brazo de Liam con mi mano, y señalé el tablero frente a nosotros.

Él lo miró confundido, y luego me miró a mi.

—Tenemos que ir por Scott.

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ยซยฟQuiรฉn dijo que un Black no se enamora? Ella se parecรญa a รฉl, y a รฉl no le agradaba esoยป N/A: Soy consciente de todos los errores y malas narracione...
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ยฟษดแด แด›แด‡ ษขแดœ๊œฑแด›แด€ษด สŸแด๊œฑ แดŠแดœแด‡ษขแด๊œฑ แด‡ษดแดขแด? ยฟแด€ แดร? แดแด‡ แด‡ษดแด„แด€ษดแด›แด€ษด...ยฟแด›แด‡ ษขแดœ๊œฑแด›แด€ส€รแด€ แดŠแดœษขแด€ส€ ส€แดแดษชษดแด€? . . . . Inicio:22/01/2023 Final:26/02/2023
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ยฟY si Lorelai Gilmore tuviera gemelas? Frankie y Rory, gemelas fraternas con muy poco en comรบn. Rory es callada, Frankie es ruidosa. Rory ama la escu...
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Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraรฑo. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...