—¡Espera! ¿Qué? —Mikasa abrió los ojos ante las palabras de la rubia quien solo sorbió su bebida, la azabache ya creía que su mejor amiga se estaba volviendo loca.
—No me regañes Mikasa, créeme al ver ese tipo es tan altanero hasta tú hubieras querido matarlo. —Le respondió y Mikasa solo se frotó las sien para poder entender a su mejor amiga, ya ni sabía que creer de aquella chica quien el azabache había sido la razón de su existencia desde que lo vio en pantalla ahora jugaba a pelearse con él.
—No es con quien te pelees, es que es él, ¿qué pasó con la ferviente devoción que le tenías? —Le preguntó tratando de entender la extraña situación pero Harumi levantó los hombros y se encogió en su lugar.
—Aun sigue ahí, el problema que descubrí lo celoso que es con su hermana, no la deja vivir, tenías que verle la cara a Risu. —La azabache rodó los ojos, sabía sobre la infinita imaginación de su mejor amiga y tomó su celular revisando la hora.
—Haru, deja el tema y más te vales que te disculpes con él o yo te obligaré a verlo. —La rubia hizo un puchero y miró a la azabache tomar sus cosas lista para abandonar su casa.
De todas maneras Harumi quería hablar con el azabache al menos para decirle sus verdades a la cara. Aunque si hacía eso sentiría que una parte de ella muriera, la que lo admiraba como a nadie sentía que se extinguiría la llama que poseía cada vez que lo veía actuar donde aquellas noches se desveló hasta las tres de la mañana pensando en él.
—No se si quiera encararlo como se debe —suspiró para dejarse caer en el sillón y mirar el cielo de su habitación sí porque ellla había dibujado un cielo en el techo porque le ayudaba a relajarse y pensar en situaciones de crisis.
Miedo ese sentimiento envolvedor que te deja sin aliento, aquella sensación que tiene el poder de detener los latidos del corazón con solo sentirlo, Risu estaba experimentado esa sensación, entre todas las que podía pensar, si por primera vez en su vida estaba admitiendo que le gustaba alguien y aunque parecía deprimida o enajenada en su propio mundo en realidad estaba más pendiente a lo que ocurría a su alrededor.
—Qué amor problemático. —Se dijo ocultando entre las palmas de sus manos la cara avergonzada puesto que en ese momento estaba debatiéndose entre tocar o no el timbre del rubio, sabía que estaba ahí pues lo había sentido llegar hacía menos de diez minutos y no era que Risu fuese acosadora solo que quería hablar con él pero los nervios no la dejaban—. Bien tocaré.
Cuando iba dispuesta a tocar la puerta esta se abría dejando ver a Armin con outfis que básicamente ocultaba su manera de verse, ella lo miró sonrojada no se esperaba que saliese así por poco se le salía el corazón al verlo y eso que pensó que iba a ser de otra manera.
—Risu —pronunció su nombre con calma, haciendo que miles de emociones surgieran en su pecho. Odiaba esa sensación la de no poder controlarse por más que quisiese—. Lo siento iba de salida ¿necesitabas algo? —Ella negó con pena, cuando por fin se había armado de valor.
—No para nada, era para saber como estabas y si estabas vivo —trató de bromear sacando una leve carcajada de la garganta del chico.
—Si estoy vivo. —Sus mejillas se pusieron rojas cayendo en cuenta de lo que estaba diciendo, no pensaba verse tan ridícula a su parecer, aunque a los ojos de Armin lucía mucho más adorable que de costumbre.
—Ya veo me alegro que estés bien, bueno te dejo que pareces que tienes prisa. —Él la detuvo justo antes de que ella se marchara y lo miró intrigada— ¿Qué ocurre? —Le preguntó confundida ante la acción del rubio quien dejó escapar una sonrisa.
—Ven conmigo, no es trabajo solo iba al cine a ver una película vieja —mintió aprovechando el momento, no era el trabajo pero si iba al departamento de su hermana porque esta parecía no estar bien emocionalmente, lo sentía por su hermana pero tenía que aprovechar aquel bug.
—¡Oh! Claro que me gustaría acompañarte. —Le dijo Risu mordiéndose la mejilla interna y repitiéndose en su mente una y otra vez que solo era una salida de amigos.
—Entonces ve a tu casa y vuelve cuando estés lista. —Le dijo sonriendo, la chica solo podía tratar de parar los latidos alocados que su corazón daba de vez en cuando.
Una cita para ver una película eso fue lo que pensó el rubio cuando la invitó y al verla tan linda parándose en la puerta de su casa con un hermoso vestido rojo con un escote de corazón y una trenza hecha a un lado, hasta pensó como fue que se arregló tan rápido y que más que él ella parecía la idol que debía esconderse.
—Te ves hermosa. —Le dijo sonriendo mientras la invitaba entrar en su auto para conducir hacia el cine, ya le había mandando un mensaje a su hermana diciéndole que no iba a poder ir a su casa porque iría con Risu al cine y esta solo le respondió mandando muchos stickers de corazones partidos.
—Gracias... Tú a también aunque sigo pensando ¿está bien que estés así? ¿y si te reconocen? —preguntó suspirando y él solo le brindó una sonrisa tratando de calmarla algo que extrañamente consiguió.
Se subieron al auto colocándose el cinturón de seguridad y él le sonrió dispuesto a arrancar para perderse en la carretera hasta llegar al cine. Armin buscó un lugar donde aparcar entre las multitudes de autos pues por ser fin de semana muchas personas habían ido a ver una película con sus seres queridos o algunos amigos, parecía como si el cine se fuera a llenar.
—Hay mucha gente hoy —dijo la chica mirando a su alrededor topándose con niños, padres, adolescentes, jóvenes todos para disfrutar su fin de semana.
—La peli que vamos a ver es vieja. —Le sonrió mirando a los profundos ojos grises de la chica y esta asintió con la cabeza pensando que tal vez no haya mucha gente y pudieran al menos ver la películas tranquilos sin que lo molestaran.
—Iré a comprar los tickets tu espera aquí. —Le dijo ella para que él no llamara mucho la atención aunque Armin ya no sabía si era ella la que lucía más con la ropa que llevaba.
La azabache se fue a comprar las entradas tratando de salir de la sensación de nervios que la rodeaban cada vez que estaba cerca controlando los temblores de su cuerpo y utilizando las palabras necesarias, si antes estaba paralizada pues ahora la parálisis se habían convertido en temblores y de momento se le ocurrió como llamar a su libro y sonrió debido a que solo necesitaba admitir sus sentimientos y ese brillo saldría a relucir por si mismo.
—Hola preciosa ¿estás sola? —Por qué no se lo predijo, esa escena cliché salida de un libro barato que casi siempre sucedía en la realidad, el idiota que intentaba coquetear con la chica linda, aunque Risu no se considerara como tal una belleza si sabía que llamaba un poco la atención de algunas personas.
—No lo estoy. —Le dijo fría y cortante mostrando el semblante más poderoso de un Ackerman, el hombre retrocedió ante la voz seca de la chica perdiendo el interés en ella, si porque Risu no era de las que esperara a que llegase un príncipe a salvarla, ella misma encaraba al dragón.
Se dirigió donde había dejado a Armin suspirando de alivio al ver que seguía donde mismo pero con algunas botanas compradas, se rió al verlo con aquella bolsa de palomitas extragrande y los refrescos, le saludó tratando de llamar la atención del chico quien enseguida fijó sus ojos azules en ella y la hermosa sonrisa que traía en el rostro.
—Risu compré algunas cosas pero la que vendía me dio de más porque me reconoció enseguida, me prometió guardar silencio si le firmaba una foto. —Le dijo y por un momento Risu sintió celos de la mujer, porque ella era su amiga pero las fans podían expresar su amor abiertamente en cambio ella no quería atormentar al rubio con sus sentimientos.
—Me alegro Armin, vamos a ver la peli debe estar a punto de empezar. —La chica tomó las botellas de refresco y miró al rubio como se mecía de un lado al otro con aquella bolsa.
Entraron al salón y se sentaron en los asientos del final para no llamar la atención acomodando las cosas dispuestos a esperar la peli, hablaron de sus carreras antes de iniciar la película ella le comentó como al fin se le había ocurrido un título para su nuevo libro y él sobre su álbum que pronto saldría a la venta solo necesitaba terminar de grabar el videoclip que por eso las semanas se le estaban haciendo eternas y cansadas. Hicieron silencio cuando empezó la peli, demostrando que ambos podían concentrarse si se lo proponían, solo haciendo vagos comentarios y riéndose de manera cómplice cuando sus teorías se cumplían. Era el ambiente perfectos ambos estaban prácticamente solos y se sentían nerviosos pero bien en compañía del otro.
—Estuvo genial, sobretodo la parte del final los guionistas fueron bastante increíbles. —Él asintió mirando a la chica.
—Debes saber mucho de pelis ya que tu hermano es actor. —Ella sonrió recordando como había ayudado a Levi a estudiarse muchas cosas para sus películas.
—Bueno dígamos que sé unas cuántas cosas, aunque mi hermano lo que quiere ser es director. —Armin abrió la boca y no se imaginó al antipático Ackerman dirigiendo una película.
—Espero que lo logre, aunque si te soy sincero no me lo imagino. —Le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.
—Ya le he dicho que debe tratar de ser más sociable. —Le dijo suspirando para ir a la cafetería de aquel lugar para comer algo ambos tenían hambre.
Pasando por una vitrina ambos chicos se veían tan amigables charlando para los ojos de los demás, pero entre esos ojos estaban unos oliva que parecía querer estallar en rabia al ver la escena, jamás se lo esperaría encontrar a su hermana de manera tan linda en el cine y menos si era acompañada del rubio de ojos azules hasta creía que era una trampa preparada previamente por la hermana del idol quien lo había citado ahí ese día.
—Siento hacerte esperar Levi —dijo la rubia llegando con una cara de desánimo, el azabache solo podía tratar de tranquilizarse para no hacer una escena ahí mismo.
—Si parece que la puntualidad no es una de tus virtudes. —Ácido era lo único que podía soltar por la boca después de haber visto que vio, ella se sentó ignorando el comentario tratando de no estresarse con el azabache desde temprano.
—Te preguntarás por qué te cité aquí. —Le dijo acomodándose y el azabache la miró con deseos de querer ahorcarla por cínica e hipócrita a su parecer.
—Al principio sí, pero cuando los vi pasar por esa vitrina me di cuenta que todo era parte de tu estúpido plan para hecerme enojar. —Ella lo miró extrañada, no sabía de que demonios hablaba.
—¿Ver quiénes? —Le preguntó y Levi se aguantó porque era una chia y por muy mal que se llevaran era un caballero.
—Pues quien más tu hermano y mi hermana. —La chica abrió los ojos a más no poder.
Se sintió traicionada por su sangre, por su mejor amiga que la había obligado a esa situación pero al mismo tiempo feliz por Risu que por fin empezaba a comprender el amor.