Vivía pero no vivía.
Andaba como un caminante sin rumbo.
Iba a la escuela y no podía prestar atención a las clases.
Ocupabas toda mi mente, lo único que quería era verte, aunque fuese en la lejanía.
Te quería pero no me querías.
Jamás había sentido dolor así, me asustaba, me confundía, me quemaba.
No sabía que hacer con él.
.
.
.