PERDEDOR [Kookv]

By kinaghoul

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A sus 21 años Taehyung se encuentra en el punto más bajo de su corta vida. Se siente como un perdedor. Esta h... More

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By kinaghoul

Jimin entraba nuevamente a la casa de los Min, caminando como si fuera el rey de la casa. Ignoró a la empleada y subió al segundo puso, buscando al chico de piel pálida. Sonrió con molestia al ver la puerta de su habitación, recordando como había sido ignorado los últimos días. Decidido ir a buscarlo porque necesitaba saber como iba el plan, había visto a Taehyung durante el horario de clase y el chico lucía bastante contento. Había hecho una rabieta al no saber que estaba pasando, así que estuvo bombardeándolo con mensajes, los cuales no recibieron respuestas.

Entró a la habitación con una mala cara, sin siquiera preocuparse por tocar. Al entrar se topó a Suga con una toalla alrededor de su cintura, su cuerpo estaba bastante marcado.
Obtuvo un fuerte sonrojo en sus mejillas, pensó que era una imagen bastante agradable. Fue imposible no recordar a aquel hombre, el primero hombre que había visto desnudo en su corta vida. Recordó lo difícil que fue dejarse llevar por sus instintos, había sido criado por una familia muy estricta y conservadora. Creció con muchas restricciones, no pudo verlo hasta que ese hombre se cruzo en su camino.

Su nombre era Wonhu y tenía 28 años, era un socio de su padre. Se conocieron en los baños de la empresa, perdió el aliento de inmediato. El hombre había sonreído divertido al ver lo impactado que estaba ese niño, no dudo en coquetear descaradamente. Era un profesional en destruir a las personas, le encantaba tener el poder.

Sin darse cuenta, había estado fantaseando sin despegar la vista de aquel cuerpo pálido.— L-lo siento... — Exclamó luego de regresar a la realidad, se dio la vuelta con torpeza, quedando con la frente apoyada a la puerta. Le pareció una escena bastante bochornosa y un poco excitante, deseaba salir corriendo de ahí.

Suga rodeo los ojos con una sonrisa altanera, supo que había logrado llamar la atención de Jimin. Fue a recostarse en la cama, con sus brazos por detrás de la cabeza. — No seas infantil. — Lo regaño con molestia, dando un corto vistazo al cuerpo.
No podía negar que Jimin era bastante atractivo y tenía un cuerpo increíble, sin duda era su tipo físicamente.

— Esta bien. — Contestó apenado mientras se daba la vuelta, aun con las mejillas calientes. Miro a su alrededor, buscando un sitió para sentarse cómodamente. Arrugo la nariz al ver todo el desastre que había en la habitación, no estaba acostumbrado a tanto desorden. Camino con cuidado de no pisar la ropa que estaba en el suelo, terminó sentado en la silla que estaba frente a su escritorio.

— ¿Se puede saber a que has venido? — Pregunto con su típico tono de voz, siempre sonaba bastante arrogante. Mirándolo intensamente, preparado para jugar con el.

— Quiero saber como van las cosas, creo que tu plan no funciono. Hoy vi a Taehyung y no se veía afectado. — Dice Jimin enojado mientras cruzaba sus brazos, se molesto aun más al ver la brillante sonrisa del chico.

— No te desesperes, lindo. — Se burla Suga,  ganando un bufido de Jimin. Tomo su teléfono e ignoro por completo la mirada asesina del chico, dispuesto a darle lo que quería.

Jimin se sorprendió al sentir su teléfono vibrar, frunció el ceño al ver que Suga envió algunas fotos por mensaje. — ¿Qué es esto? — Pregunto asqueado al ver las fotos, bloqueo el teléfono de inmediato al ver a Taehyung desnudo en la pantalla.

— ¿No querías arruinar a Taehyung? ¡Entonces hazlo! — Contesta con falso desinterés, sin embargo una sonrisa maligna se escapó de sus labios.

— Taehyung es una puta, no creo que le importe que haya visto estas fotos. — Dice con obviedad, dudando de sus palabras al ver la gran sonrisa que tenía el chico.

— Quizás le importe si todos en la escuela ven esas fotos. — Responde Suga con un toque de maldad, sabiendo que se estaba ahorrando una parte importante del plan.

— ¿No crees que sería demasiado? — Cuestionó Jimin con un poco de miedo, el estaba consiente que había hecho cosas malas. Aun así, pero el consideraba que no eran cosas graves.

— ¿Quieres joderlo o no? — Contracta con fastidio.

— Si. — Contesto muy inseguro, mordiéndose las uñas por la ansiedad. Estaba a un paso de destruir a Taehyung y posiblemente hacerlo huir de la escuela, necesitaba mucho coraje para actuar.

Yoongi se levantó de la cama al ver al chico perdido en sus pensamientos, se acercó a su rostro con cautela. Sonriendo en grande al ver las mejillas rosadas, Jimin se sorprendió al verlo tan cerca.

— ¿Que diablos haces? — Exclamó Jimin avergonzado, sintió escalofríos cuando sus ojos se encontraron con los de Yoongi. De inmediato aparto la mirada, era tan intimidante como cuando Wonhu se le acercaba.
Sus
— Siempre me has parecido muy atractivo. — Susurro con picardía, disfrutando de lo nervioso que ponía a Jimin. Se permito observarlo mejor, apreciando cada detalle de su bello rostro.

— ¿Qué? — Cuestionó perdido, sin poder procesar la situación.

— Dije que me pareces atractivo... y muy sensual. — Le dijo con la voz ronca, Jimin no pudo evitar emocionarse con la sensual voz. Sus pupilas se dilataron al ver los rosados y delgados labios del chico, había una descarada sonrisa en ellos.
Mando todo al diablo y terminó con la distancia entre los dos, lo sujetó con fuerza de la nuca para darle un beso profundo.

Yoongi fue tomado por sorpresa, sus labios estaban siendo asaltados por aquel chico engreído. Trató de seguirle el ritmo, pero Jimin era demasiado bueno. Siempre creyó que era un santurrón, no esperaba que tuviera ese lado atrevido.
Se dejo llevar por Jimin, su lengua se imponía dentro de la suya, exigiendo el control. Podía escuchar algunos gemidos durante el beso, sintió como se ponía duro por debajo de la toalla de baño.


La señora Kim sonrió al recibir la copa de vino, su nueva conquista estaba resultando mejor de lo esperado. Recibió una invitación a su casa luego de varias citas, pensó que era una buena señal.
Sus curiosos ojos recorrieron la elegante casa del hombre, era todo lo que siempre había soñado desde la universidad.
Tener a ese hombre le hacía pensar que aun no era tarde para ella, era como un pequeño rayo de esperanza.

"Aun no es tarde." Se dijo a si misma con seguridad.

La grave voz del hombre la hizo salir de sus pensamientos, de inmediato recupero la compostura. — ¿Te gusta? — Pregunto refiriéndose a la casa, admirando la decoración con mucho orgullo.

— ¡Por supuesto! Debo admitir que tienes buen gusto. — Admitió la mujer, solo podía pensar en cuanto deseaba vivir con el. Necesitaba ser parte de su vida, y estaba dispuesta a lo que sea con tal de conseguirlo.

— ¿Quieres conocer mi habitación? — Propuso el hombre sin más, la señora Kim lo miro con una ceja alzada. Tenía la suficiente experiencia para saber como manejar la situación, estuvo con cientos de hombres luego de ser abandonada por su esposo.
Se había topado con todo tipo de hombres y sabía como manipularlos para obtener lo que quería.

— Sería un placer. — Analizo al hombre con una mirada coqueta, ya conocía a los hombres de ese tipo. Les gustaban las mujeres atrevidas, pero no lo suficientemente atrevidas como para llevar el control. Ella sabía como adaptarse, era como si ese fuera su trabajo. Así era como conseguía el dinero, esa había sido su fuente de ingresos desde que fue abandonada.

El hombre se levantó sin apartar la mirada de la señora Kim, ella imitó su acción y se dirigieron hasta el segundo piso. Pudo observar que habían varías habitaciones ahí, vio como el entraba en la primera y lo siguió.

— Veo que eres amante del minimalismo, me agrada. — Suelta el halago acompañado de una sonrisa coqueta, puede apreciar que el está complacido con su comentario.

— Lo soy, también soy amante de la belleza. —  Le dice al mismo momentos que se acerca a ella, sus miradas no han perdido en contacto en ningún momento. Su cuerpo se estremece al sentir las fuertes manos en su pequeña cintura, sin dudarlo rodea su cuello con sus brazos.

Luego de varias citas, al fin puede besarlo. Lo usual era terminar en la cama durante la primera cita, el hacía que rompiera todas las reglas que se había impuesto y honestamente lo estaba disfrutando.

El beso se intensificó con el pasar de los segundos, sus lenguas recorrían toda su cavidad bucal. Soltó un gemido desprevenido al sentir como el hombre arrancaba la camisa de botones que estaba usando, sintió el frío recorrer su torso desnudo. Al terminar el beso se vieron a los ojos con lujuria, vio al hombre relamerse los labios.

Se congeló al verlo recorrer su cuerpo con la mirada, sintió que iba a morir cuando vió la expresión de terror en su rostros. Olvido un gran detalle por la emoción del momento olvido, acaba de tirar a la basura todo el esfuerzo que hizo durante semanas.
A ese punto no supo si mentir sobre su hijo había sido una buena idea, se enfocó tanto en impresionar al hombre que no pensó en las consecuencias que podría traer en un futuro.

— ¿Que es esa marca? — Pregunto incrédulo, tratando de negarse la realidad. Su mente se rehusaba a ver la verdad, se preguntaba qué debía pensar.

— Yo... — Por primera vez en su vida, su mente estaba en blanco. No sabía que responder, por más que pensaba no encontraba una buena respuesta. Simplemente porque no existía una buena respuesta, estaba acabada. — Te dije una mentira. — Confesó con miedo, el pudo ver el terror en sus ojos.

— No se que decir. — Dijo dándose la vuelta, negándose a seguir viendo esa cicatriz en su vientre.

— Lamento haberte mentido. — Pidió disculpas mientras trataba de evitar las lágrimas, con vergüenza recorrió su ropa del suelo. No se sentía humillada, se sentía molesta consigo misma. Estaba consiente que todo fue su culpa, cometió tantos errores a lo largo de su vida que ya le estaban cobrando factura.

— Necesito tiempo para pensar, será mejor que te vayas. — Dijo el hombre mientras se acercaba a la mesita de noche para servirse un trago, lo tomo de golpe e ignoro a la mujer en la habitación.

La señora Kim suspiró derrotada y salió del lugar con lentitud, con la pequeña esperanza de ser detenida. Pudo sentir en sus mejillas las lágrimas que bajan, apretó sus puños con la poca fuerza que tenía y se marcho de la casa.

Caminar se le hizo difícil por lo fuerte que temblaban sus piernas, las lágrimas habían acaparado todo su rostro. Se permitió caer al suelo, cubriéndose la cara con las manos.

"¿Así de fácil lo perdí?" Murmuro para si misma en el frío suelo, su ropa quedo completamente arruinada. El tiempo paso sin que se diera cuenta, la noche estaba ahí y debía regresar a casa.

Taehyung suspiro de alivio al salir de la cafetería, estaba agradecido que ese terrible día terminara de una buena vez. Tenía mucho cansancio tanto emocional como físico, se quejó en silencio mientras caminaba hasta su casa. Moría de ganas por tomar un taxi y poder llegar lo apenas posible a casa, pero sabía que debía ser estricto con sus gastos.

— ¿Por qué nací pobre? — Murmuro mirando el cielo obscuro, tembló al sentir el fuerte viento en sus brazos. Apresuro el paso y se colocó los audífonos para disfrutar de la tortuosa caminata. Miro con nostalgia el teléfono, fue inevitable no recordar a Jungkook mostrándole como usarlo.

— ¿De donde salieron esas fotos? — Se preguntó a si mismo, durante la jornada laboral estuvo tratando de recordar cuando le sacaron esas fotos. Durante los meses pasados había estado en cientos de fiestas, en todas terminaba inconsistente. Así que sabía que era imposible dar con lo que buscaba, la única manera de averiguarlo era preguntándole directamente a Jungkook.
Lo cual iba a ser difícil luego de la acalorada discusión, estaba claro que debía aprender a controlarse y no explotar al más mínimo problema.

Continuó caminando hasta toparse con su canino amigo, esa noche en particular no estaba de ánimos para convivir con el. Por lo que solo se encargo de servirle un poco de croquetas y seguir su camino, acompañado de algo de culpa al escuchar como el perro sollozaba.
Se prometió que iba a recompensarle el tiempo mañana, así se tuviera que despertar más temprano.

Festejo en silencio al ver su casa a unos metros de distancia, apresuro el paso con emoción. Nunca había extrañado tanto su cama como ese día, planeaba dormir como un oso.

Abrió la puerta sin cuidado, desesperado por llegar a su cama. Se sorprendió al ver a su madre alcoholizada en el sofá, luciendo como un verdadero desastre. Con los ojos rojos y las mejillas llenas de lágrimas, bebía la botella sin ningún control. Su madre jamás bebía en la casa y mucho menos lloraba mientras se alcoholizaba, usualmente siempre tenía con quien salir a beber y reía mientras decía incoherencias o mientras tenía sexo.

Pasaron algunos segundos y ella notó su presencia, un escalofrío recorrió su cuerpo al ver como su expresión cambiaba de tristeza a odio. Soltó la botella y en seguida se puso de pie, Taehyung desvió la mirada y entro a la casa.

— Quiero que hoy mismo te vayas de la casa. — Dijo su madre con desprecio, con la mirada clavada en su nunca.

Se dio la vuelta sorprendido, su estómago se revolvió al ver la mirada sería de su madre.
— Pero me diste unos días más, aun no tengo suficiente dinero para irme. —

— No es mi problema. — Respondió regresando al sofá, tomo de nuevo la botella. Tratando de que todos los suceso del día desaparecieran, solo quería beber hasta quedar dormida.

— Nunca he sido un problema para ti. — Le reclamó con rabia, la indiferencia en su rostro lo hacía enojar. Paso toda su vida preguntándose que había hecho mal, no quería seguir así. Debía enfrentarla de una vez por todas y cortar ese lazo que tanto le había hecho daño, hoy sería ese día.

La señor Kim se levantó de golpe del sofá, sin importarle que la botella se estrellara en el suelo. — ¡Siempre has sido un maldito problema! ¡Me arruinaste la vida! — Por un momento se asusto al escuchar el desgarrador gritó, pero no se dejo intimidar.

— Mi vida también ha sido difícil, pero no lo sabes porque eres la persona más egotista que he conocido. — Respondió con coraje, retándola con la mirada.

— ¿Difícil? Eres un maldito niño que solo sabe ir a fiestas. — Soltó una risa irónica y se cruzo de brazos, ella lo veía con disgusto. Por primera vez veía a su madre como una persona con sentimientos, tal vez negativos, pero prefería eso que su indiferencia.

— Es lo único que he aprendido de ti, jodida puta. — Contesto de inmediato, no creía que estuviera bien sentir satisfacción por discutir con su madre. Al fin podía decir todo lo que estuvo callando durante años, tenía tanto acumulado que posiblemente tardaría días en terminar.

— ¡Esta jodida puta te dio un techo, mal agradecido!  — Gruño la mujer con furia, acercándose peligrosamente a Taehyung.

Se negó a retroceder o bajar la mirada, ella no podía intimidarlo. — Gracias por cumplir mediocremente tus obligaciones. — Contesto con cinismo, jamás la había visto tan cerca.

La señora Kim arrugo el ceño al ver que no podía intimidarlo, no sabía como lidiar con su propio hijo. — Deberías estar agradecido que no te mande a un orfanato. — Le dijo antes de regresar al sofá, buscando desespera un cigarro en su bolsa. El día se volvía más y más estresante, no recurría al cigarro tan seguido.

— Me habría sentido más querido en un maldito orfanato. — Dijo con ironía mientras avanzaba hasta su habitación, solo tenía planeaba tomar sus ahorros y toda la ropa que pudiera caber en su mochila.

— Que lástima que no se me ocurrió antes. — Gritó su madre desde la sala en lo que el empacaba la ropa con coraje, solo podía pensar en todas las cosas que quería gritarle a su madre.

Antes de salir le dio un ultimo vistazo a todas sus cosas, se lleno de nostalgia al saber que le estaba dando fin a una etapa de su vida. Esperaba que fuera la peor etapa, necesitaba encontrar estabilidad por primera vez en su vida.
Estuvo muy tentado de llevarse sus utensilios de arte y todo su maquillaje, pero estaba consiente que no eran una prioridad.
Iba a pasar un camino duro para poder establecerse en su nuevo apartamento, estaba ansioso por esforzarse y conseguir su objetivo.

Al salir de la habitación volvió a encontrar a su madre con una nueva botella en la mano, sonrió al ver lo acaba que se veía. — Ojalá pudieras lo patética que luces. — Se burlo mientras caminaba hasta la salida, con una sonrisa de superioridad.

— No soy yo la que se va a la calle. — Contestó de inmediato con una amarga carcajada, dándole el trago final a la botella.

— Tengo un novio con dinero, sin duda voy a estar mejor que tu. — No le importaba si tenía que mentir, no se iba a ir de ahí como un perdedor.

— Hasta que se aburra de ti. — Contraatacó su madre con una risa divertida, sabiendo como eran los hombres.

— ¿Como el tipo que se aburrió de ti hoy? — Soltó una fuerte carcajada, sintiéndose satisfecho por lo que había causado en ella. Su mirada ahora lucía sombría, había dado justo donde quería.

Se levantó alterada del sofá, sorprendiéndolo por un segundo. — ¡Cállate, maldito bastardo! — Exclamó con la voz llena de furia, con fuerza lanzó la botella contra la pared. — ¡Todo es tu maldita culpa! ¡Arruinaste mi vida! — Reclamó apretando sus dientes con fuerza.

— No es mi culpa que no supieras usar un estúpido condón. — Respondió con altanería, disfrutando el desastre que era su madre. Estaba de rodillas en el suelo, jalando su cabello con fuerza. Las lágrimas no habían tardado en salir, las venas resaltaban en su enrojecido rostro.

— ¡Los odio! ¡Ustedes dos arruinaron mi vida! ¡Los odio! — Gritó con todas sus fuerza, como si su garganta fuera a desgarrarse. Sintió que al fin había tocado fondo, que era el peor momento de su vida.

— El sentimiento es mutuo. — Contestó con frialdad, se veían a los ojos con odio. — Me alegra que vayas a terminar sola, te lo mereces. — Le dijo con burla antes de por fin salir de esa casa, se apoyo contra la puerta y cayo hasta el suelo sobre su trasero. Pudo escuchar el llanto de su madre, preguntándose porque aun no sentía esa paz que pensó que sentiría al confrontarla.
Cubrió su rostro entre sus manos, había angustia en su corazón. No estaba seguro de lo que ocurría con el, esperaba otra cosa.

Estuvo sentado ahí por un par de horas, el llanto de su madre se había detenido. Se levantó un poco sin ánimos, no tenía ningún lugar a donde ir. Lo más lógico sería ir a su supuesto apartamento, pero no tenía la llave y no podía simplemente sin el permiso del dueño.
También podía ir a un hotel, pero sería un gasto fuerte y no podría dar el último pago del departamento.

Por un momento pensó en llamar a Jungkook, pero no estaba seguro si dejaría su orgullo para ayudarlo. En otro momento no habría duda en correr hacía el, pero ahora ya no confiaba tanto en el.

Camino sin ningún rumbo, pensando en un lugar seguro para pasar la noche. Pensó que pasar la noche en el aeropuerto, podía fingir que esperaba un vuelo y nadie iba a mirarlo mal.
El aeropuerto quedaba a tres horas caminando, y si ganaba tiempo en alguna tienda que abriera las veinticuatro horas, no tendría que pasar mucho tiempo ahí.

Unos ladridos lo sacaron de sus pensamientos, su pequeño amigo canino le movía la cola con mucha energía.

— Perdón por no pasar tiempo contigo. — Se disculpo acariciando su pelaje, el animal se retorcía de alegría en el suelo. Por un momento su día mejoro, le pareció increíble como el canino podía ponerle de buen humor.
Veía con alegría al animal y con una loca idea en la cabeza, quito la correa de su cuello mientras éste seguía retorciéndose en el suelo.

— Quédate quieto. — Murmuro con una risa traviesa, el canino se lanzo sobre el cuando al fin pudo estar libre.
Lo tomo entre sus brazos y salió a pasos rápidos de ahí, el vecindario se mantenía en silencio. No era para nada seguro estar ahí por la noche, apresuro el paso para llegar pronto a el centro de la ciudad. Necesitaba la luz artificial para sentirse un poco más seguro, eran las dos de la mañana, así que probablemente habría algunas personas ahí.

Las luces neón decoraban todas las calles, era una vista que no podía disfrutar por la situación en la que estaba. — Mierda. — Maldijo al ver los letreros que prohibían a los animales, no podría entrar al aeropuerto a pasar la noche. Necesitaba pensar en una nueva solución, no iba a pasar el resto de la noche caminando.

Luego de un rato sus pies comenzaron a doler, resignado decidió entrar a un callejón.
Acariciaba al pequeño animal para tratar de calmarse, estaba a punto de terminar durmiendo en ese callejón.

— ¿Por qué a mi? — Pregunto al sentir pequeñas gotas de agua en su cabeza, una ligera lluvia estaba cayendo del suelo.

Desesperado sacó su teléfono y marco a Jungkook, estaba desesperado por encontrar una solución. Los segundos se hicieron eternos, los tres pitidos terminaron y tuvo que colgar. Decidió intentar un par de veces más, pero obtuvo la misma respuesta.

Reviso sus contactos para encontrar otra persona a la cual recurrir, escogió llamar a Jennie. Ella no iba a dejarlo en un momento así, confiaba en ella.

Pero tampoco contesto.

Solo le quedaban dos opciones más, Hoseok y Suga. También confiaba mucho en ellos, además ya lo habían ayudado antes en otras situaciones. Opto por llamar primero a Suga, festejo al recibir respuesta de inmediato.

— ¿Que pasa, Taehyung? — Pregunta Suga con una risa divertida, preguntándose si ya sabía de las fotos que había tomado.

— Me da mucha vergüenza pedirte esto, pero ¿Puedo pasar la noche en tu casa? — Pide muy apenado, las pequeñas gotas ya tenían húmedo su rostro y cabello.

— ¿Donde estas? Voy a hablarle a un taxi, envíame tu ubicación. — Fingió preocupación mientras su cabeza ya había ideado un plan nuevo para joder no solo a Jungkook, también lo haría con Hoseok.

— Muchas gracias, Suga. Prometo que te lo pagaré. — Le dice con emoción, queriendo compartirle su felicidad al canino entre sus brazos. — Por cierto, llevo a mi perro. No hay ningún problema, ¿Verdad? —

— No te preocupes por eso. — No pudo evitar reír con malicia, sabiendo que lo mucho que le iba a sacar provecho a Taehyung. Mando un taxi hasta el centro de la ciudad, en treinta minutos iba a tenerlo en su casa.
Su teléfono volvió a vibrar, esta vez era un mensaje de Jungkook para el chat que tenían con Hoseok.  Se trataba de un archivo de trabajo con un seco "buenas noches", pocos minutos después Hoseok respondió de la misma manera.
El no lo hizo, no sin Taehyung ahí.

Salió de su habitación para recibir al lindo chico, la casa era tan enorme que podía ir hasta la entrada sin llamar la atención.
Abrió la entrada principal al ver un taxi acercarse, sonrió al ver la delgada figura del chico. Estaba un poco mojado y de todos modos lucía fabuloso, dudaba que pudiera verse mal con algo.

— Hola Yoongi, espero no molestar mucho. — Se disculpo con las mejillas rosadas, consiente que ya había recibido un montón de ayuda de su parte. Se prometió no volver a abusar de su amabilidad, debía ser más autosuficiente.

— No molestas, Taehyung. Acompáñenme. — Dijo con gracia al ver el raro perro que tenía en los brazos, estaba bastante descuidado y tenía un mal olor muy sutil. Prefirió guardar sus pensamientos y solo deshacerse del sucio animal, dio marcha hasta él patio trasero que tenían.

— Aun no le he puesto un nombre. — Trató de terminar con el silencio, el viento y la lluvia recorrían todo su cuerpo.

— ¿Tienes algo en mente? — Pregunta con un falso interés.

— Aun no, debo pensarlo muy bien. — Responde con alegría, no perdió la oportunidad se admirar la enorme casa. Era mucho más grande que la de Jungkook, se preguntaba si habían casa aun más grandes.

— Tu amiguito va a dormir aquí. — Dice abriendo la cochera de sus padres, Taehyung entro en busca de un lugar para dejarlo cómodo.
Por otro lado Yoongi lo observaba a unos metros de distancia, sin la intención de interactuar.

— Estará bien por hoy. — Le contesta con una cálida sonrisa, se despide del canino mientras ve la cochera cerrarse.

— Ya es tarde, vayamos a la cama. — Taehyung no nota sus malas intenciones, no puede evitar soltar un par de risas. Aprovecha cada instante para verle el trasero, los pantalones ajustados marcaban sus piernas a la perfección.

Llegan a la habitación de Yoongi, mira complacido a Taehyung. Le gusta dar buenas impresiones, esta seguro de lo bien que luce su habitación.

— Duermes en ropa interior o te presto una pijama. — Lo mira con picardía, encantado de poder ver como se forma una gran sonrisa en su rostro.

— Si no te molesta, dormiré en ropa interior. — No duda en quitar su ropa, no le parecía intimidante mostrar su cuerpo. 

—. Para nada, ya ven a la cama. — Pide Yoongi metiéndose entre las sábanas, mientras observa al chico sacarse la ropa.
Se apura a entrar a la cama, disfrutando del buen olor de ella. Así como lo cómoda que es.

— Buenas noches... — Dice cayendo rendido ante el sueño, se sintió feliz de por fin poder descansar en paz. Aunque Suga no piensa lo mismo, no aparta los ojos de su presa dormida.

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Lamento la demora, honestamente no tengo tanta inspiración jsjs buuut amo demasiado este fic y si quiero terminarlo 😓

También subi un video a la yutu, es de makeup bsjs me quedo bn culero but igual les dejo el link: https://youtu.be/xbRiqTxdd2E

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