Always you [Michaeng]

By Strxwrret

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❝Estoy perdiendo el tiempo, porque siempre fuiste tú. Buscando otras emociones, pero siempre fuiste tú. Nunca... More

00 ; Prologue
¡!
01 ; I love you Seoul, I hate you Seoul
03 ; Trance
04 ; Walls
05 ; Hide
06 ; "Love story"
07 ; Blue
08 ; The person who ever hurt me the most
09 ; An opportunity
10 ; Conversation
11 ; "We were too young"
12 ; "What are you thinking, Mina?"
13 ; Everything about her
14 ; Holding hands
15 ; A decission
16 ; Truth
17 ; Heartbeat
18 ; Eye contact
19 ; "If you only knew"
AVISO
20 ; Oportunity
21; Start it all over again
Epilogue ; Sweet creature
Epilogue pt. 2 ; Sweet creature
Explicación + agradecimientos

02 ; Your name

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By Strxwrret

── "A veces te veo. Te estaba olvidando poco a poco con un dolor imparable que no se va. No sé qué hacer, fui lento en este momento. Si continúo viviendo así, puede que un día se elimine todo. No sé qué otra cosa hacer".

Mina.

Estaba a punto de tomar un suéter disperso en el montón de ropa pendiente a doblarse, mas algo capturó mi atención de inmediato. Con ojos entrecerrados, me acerqué poco a poco al objeto que se encontraba entre todas las cosas que que habían sobre la cama y lo tomé.

Parecía una polaroid. 

Giré de esta para examinarla, ya que lo que mis ojos observaban era el reverso de este tipo de fotografías instantáneas.

Menos de dos segundos para que mi expresión cambiase totalmente y callera en cuenta de la mala idea que había sido el tomar y haber visto la fotografía que sostenía actualmente con mi zurda.

— Mierda.

Era su foto.

Nuestra foto como tal, porque yo también aparecía ahí.

Vaya manera de volver a Seúl.

Si me lo preguntara alguien, a decir verdad, no logro recordar a la perfección cuándo fue que aquella polaroid quedó entre las cosas que traje en mi maleta.

Yo no la puse ahí... Estoy casi segura.

De hecho, creí que la había perdido.

Esto era raro.

Demasiado raro.

Luego de unos segundos más, finalmente dejé aquella foto a un lado, soltando el agarre de esta con un poco de molestia ya acumulada.

"Dejar el pasado es lo mejor".

"En un par de meses verás como olvidas todo".

"Encontrarás a alguien mejor".

Las frases recibidas hace un par de meses, retumbaban y hacían eco sin parar dentro de mi cabeza.

Quería que parasen, o que en el mejor de los casos lograsen desaparecer para siempre.

La gente suele decir que no todo lo que uno quiere puede suceder y que no basta solo con desear algo para que un acontecimiento se vuelva realidad. Confirmo aquellas palabras frecuentemente usadas por como aprendí aquello de la manera más dolorosa posible.

Pude haber hecho algo más.

Al menos por ella, no necesariamente por mí.

Sin saber desde cuándo, antes de sentarme en la orilla de la cama que estaba frente a mí, me percaté de cómo de mi pecho emanaba un dolor punzante e incómodo.

Dejé salir un quejido ante esto.

Mordí mi labio inferior ligeramente y llevé mi mano hacia aquel lugar. Me mantuve así hasta que un sonido proveniente desde la puerta hizo que llevara mi atención hacia esta.

Parecían voces.

Probablemente sean mis compañeras de habitación.

Chaeyoung.

Mis ojos permanecían sobre el castaño, quien se encontraba actualmente en llamada con la que deducía que era su progenitora.

— Así es. Sí, mamá, todo bien. Pues, ya terminé las clases que tenía para hoy; solo tengo tres el martes. Ahorita probablemente vaya a comer algo. 

En el momento en que acompañó tal frase llevando sus orbes hacia mí, me señalé a mí misma con mi dedo índice, preguntándole de esa manera si yo estaba involucrada en su plan. En respuesta, simplemente asintió viéndome directamente.

Y yo que planeaba visitar a Rosé más tarde.

Bueno, eso puede esperar.

Fue cuestión de tiempo para que el que estaba frente a mí colgara la llamada y terminase preguntándome qué era lo que quería comer el día de hoy.

— Cualquier cosa está bien para mí, siendo sincera.

— Okay. De hecho, en el camino igual me puedes ir diciendo sobre cómo es que comenzó todo entre Rosé y tú, ¿no lo crees? 

Reí ligeramente ante su comentario. Asentí luego de mirarle y fijarme en cómo prácticamente me estaba suplicando que aceptara con la forma en que me veía. 

Me ayudó a levantarme y, de un momento a otro, ya habíamos comenzado a dirigirnos hacia uno de los tantos locales de comida cercanos a la universidad.

Él había terminado ya sus clases, mas a mí aún me faltaban dos horas de la última materia del día de hoy.

— ¿Entonces, Chae?

— A veces puedes ser un poco pesado, Jun, ¿no lo crees?-. Solté mientras le di un suave codazo con mi brazo derecho.

En respuesta respondió con un "solo en ocasiones especiales" entre carcajadas.

— Bien, uh... No sé realmente si estás esperando que te cuente la mejor historia del mundo o algo inolvidable, pero bueno, por si acaso, te voy avisando que fue bastante casual el cómo nos conocimos-. Comienzo a decir a la par que seguimos avanzamos al local de pollo frito.— Sabes perfectamente que Park Rosé es un tanto "famosa" en el campus, ¿no?

Un sonido afirmativo hace que asienta y carraspee antes de continuar.

— De acuerdo. Yo la conocía solo por su nombre, mas te juro que nunca había tenido la oportunidad de verla en persona. Solo escuchaba que hablaban de ella y de sus amigas: Jennie, Lisa y Jisoo. Un día, en vacaciones, yo vine por unos papeles que tenía pendientes a recoger; eran los promedios que había obtenido en segundo semestre. Cuando salí, me apeteció ir por un helado, así que me la topé en una de las heladerías que hay por aquí.

Me mantuve en silencio luego de haber finalizado mi breve historia.

— ¿Y ya?

— Sí, Yeonjun, ¿qué más esperabas? Te dije que no esperaras tanto, porque fue un encuentro demasiado casual-. Le dedico una sonrisa burlona antes de negar varias veces por su cuestionamiento.

— No, no, no, Chaeyoung. Me refiero a que no me comentaste cómo fue que se fueron conociendo como tal y eso.

— Vaya, vaya... Parece que alguien quiere la historia con todos los detalles posibles.

— Estás viéndote con Park Chaeyoung. Admitámoslo, cualquiera daría lo que fuera por estar en tu lugar-. Dejo de avanzar por la manera en que me hace verle y mantiene una expresión demasiado tierna a mi parecer.— ¿Al menos puedo saber cómo es que sucedió todo? ¿Por favor?

El mohín en su boca le dio el toque final.

Accedí luego de unos milisegundos. Era muy lindo como para negarle algo.

— Está bien. Pero sigamos, que tengo hambre y ahorita tengo clase-. Añadí indicándole con un movimiento de cabeza rápido que continuásemos nuestro camino.

Diez segundos para que volviese a tomar la palabra.

— Si te soy honesta, estuve un tanto dudosa sobre si intentar algo o no con ella en un principio; es decir, lo que yo me mantenía en mente era: ¿Acaso una chica como ella se fijaría en mí? Y... No lo sé, eso fue lo primero que me hacía dudar sobre todo, así que opté por ser amigas antes que nada. Comenzamos a salir en plan de amistad y, con el paso del tiempo, en cada salida llegaba a la conclusión de que realmente me gustaba pasar tiempo con ella; en sí, creo que es una persona demasiado linda y agradable. El hecho de que compartamos gustos sobre comidas, artistas y pasatiempos creo que fue clave para que se diera poco a poco todo. Y bueno, después, hace dos semanas aproximadamente...

Hice una pausa al momento en que, sin planearlo, comencé a recordar cómo fue que sucedió aquello.

Una sonrisa se plasmó en mi cara de inmediato.

— Hace dos semanas aproximadamente, ella me acompañó a casa. Cuando llegamos conversamos un poco y, antes de que yo entrase a esta, me confesó que le parecía una persona diferente a las demás y me propuso si accedía a ver si de esto podía salir algo más que una amistad-. Finalizo asintiendo, repasando nuevamente en cómo es que todo había sucedido; no podía creerlo, sinceramente.— Cabe aclarar que todo lo que acabo de decir lo traté de relatar de una manera muy superficial y rápida, porque obviamente hay más cosas. Mas lo más importante ya ha sido dicho, así que, eso.

— Ah, qué lindo todo~. 

Rio en voz baja por cómo es que canturrea tales palabras luego de un suspiro.

Igual no me sorprendía, Yeonjun es una persona que le encanta todo lo relacionado con el romance en general.

— Oh, mierda. Olvidé traer conmigo mi cartera-. Maldigo en voz baja al darle un vistazo rápido a mi mochila. 

— ¿Por qué no me sorprende?

Lo miro mal durante los segundos que me mira divertido a la vez que ríe.

— ¿Puedes esperarme? No tardaré nada.

— Sí, claro. Igual por mi parte no hay prisa, eh.

Asiento. En base a la última frase que me comunica, llego a la conclusión de que por mi parte, sí había prisa. Aún tenía clases a las que asistir a diferencia del castaño.

Tenía que apresurarme.

Mina. 

No sabía qué hacer o decir ante el par de chicas que estaban frente a mí. Ya se habían presentado, mas estaba pendiente el que yo lo hiciese.

— Uhm... Mi nombre es Myoui Mina.

— ¿Myoui?

— Mina-. Completo el cuestionamiento de la castaña frente a mí. Ante esto, me dedica una sonrisa mientras logro percibir como suelta después un "tierna" en voz baja.

— No eres coreana, ¿o sí?

— Soy japonesa.

— Eso explica muchas cosas~.

Asiento sin saber ahora qué más añadir.

Odiaba estar en este tipo de situaciones. El quedarme sin tema de conversación como tal era algo que aborrecía y siempre buscaba evitar. 

¿Qué podía decir? 

Afortunadamente, por mi mente pasó lo que podría servirme para mantener las cosas menos incómodas en menos de cinco segundos.

— Miyeon.

— ¿Sí, Mina?

— ¿Crees que en algún momento del día de hoy puedas mostrarme el campus? Es que, realmente no he tenido la oportunidad de conocerlo y mañana no quisiera perderme, ya que además tengo mis clases y...

— Oh, ¡claro!-. Su respuesta animada logra que tire de una sonrisa de mi boca.— En estos momentos, de hecho, estoy libre. ¿Quieres comenzar a ver todo desde ahora o te apetece hacer algo antes?

— La verdad es que no sé qué se puede hacer como tal por acá, así que...-. Respondo un tanto avergonzada.

Por este tipo de cosas es que no me agradaba la idea del ser nueva.

— ¿Qué tal si vamos a comer algo primero y luego le damos el recorrido?-. Volteo a ver hacia la pelinegra que ahora llega al lado de a quien le cuestioné lo de mostrarme los alrededores de por acá hace apenas unos segundos.

— Esa es una buena idea.

— ¿Ves como siempre tengo buenas ideas? Tomaste una buena decisión al tenerme como compañera de habitación-. Observo como la de mayor estatura le cuestiona tal cosa a quien está a su lado en un tono suave.

— Sí, sí veo. Cálmate, Eunha.

— ¿Eunha?-. No puedo evitar soltar aquella pregunta por la clara confusión que tenía en estos momentos.— ¿Su nombre acaso no es Eunbi?

— Ah, cierto. Se me pasó comentarte-. Suelta seguido de dedicarme un levantamiento de comisuras leve.— Mi nombre como tal es Jung Eunbi, pero comúnmente suelen decirme Eunha.

— Comprendo-. Suelto rápidamente.

Bueno, entonces de ahora en adelante le diré Eunha.

Se formula un extraño silencio por cómo es que nadie parece tomar la iniciativa de seguir con la conversación.

Afortunadamente, Eunha es quien lo rompe.

— ¿Y bien, Mina? ¿Te parece ir ahora?

— Me parece bien.

— Bien, vamos yendo entonces~.

Las tres comenzamos a dispersarnos por la habitación, claramente recogiendo o ya sea arreglando un par de cosas antes de salir. Por mi parte, lo que estaba haciendo se basaba en meter a un pequeño bolso mi cartera, llaves y celular y checar si mi maquillaje estaba aún en un buen estado. Era ligero, mas no estaba de más el chequearlo.

Luego de dar un último vistazo al espejo pequeño, cierro este para concentrarme en la voz de Miyeon preguntando si ya estábamos listas a la vez que abría la puerta de nuestra habitación.

Al levantarme, comienzo a dar un par de pasos hacia la salida, sin embargo, el que se me cayese una prenda de la cama hace que me regrese para regresar esta hacia su lugar.

— Perdón por el desorden-. Digo mientras la pelinegra se adelanta y me pasa la blusa de tela. Hago una reverencia en señal de agradecimiento y rio tímidamente antes de volver a hablar.— Prometo que hoy acomodo todo, es solo que quería esperarme a que llegaran ambas para saber dónde es que podría poner mis cosas en sí para no molestar y-

— Mina, no te preocupes~. Créeme, si hubieras visto cómo es que estaba el cuarto en general el lunes de esta semana, no te avergonzarías.

— ¿De verdad?

Forma una dulce sonrisa con sus labios.— Te lo aseguro.

Le devuelvo el gesto de inmediato.

— Chaeyoung, no corras en los pasillos. 

— Tengo prisa, Miyeon.

Aunque claro, la expresión en mi rostro decayó gradual y rápidamente por el cómo ese nombre había sido anunciado sin previo aviso. Volteé bruscamente tan pronto pude hacerlo, mas para ese momento, mi compañera de habitación ya no se encontraba intercambiando palabra con nadie.

¿Qué había sido eso?

Primero, ese nombre. Y luego, esa respuesta que sonó tan lejana pero a la vez tan clara.

Todo sucedió tan rápido que ni siquiera me dio tiempo para escuchar bien lo que sea que haya sucedido.

¿Estaba alucinando? 

— Bueno... ¿Nos vamos?

Asiento el cuestionamiento de la coreana para finalmente pasar el marco de la puerta. Volteé hacia todas las direcciones posibles, mas no encontré a nadie. Finalmente terminé por a avanzar hacia la salida de la residencia junto con las dos personas que compartirían habitación conmigo este semestre. 

Durante el camino, no pude evitar el volver a intentar recordar lo que había sucedido. Y digo intentar porque no recordaba con exactitud todo.

Claro estaba que todo sería más sencillo si tan solo buscara preguntarle a la castaña con quién era que había hablado en el momento en que se encontraba recargada en el marco de la puerta hace unos momentos, sin embargo, no me animaba. 

No quería quedar como una entrometida o algo así.

Intenté dejarlo pasar nuevamente, pero la duda aún persistía dentro de mi mente.

El nombre Chaeyoung es muy común en Corea.

Cierto. No debe de ser nada.

¿O sí?

Chaeyoung.

— ¿Por qué tardaste tanto?

Chasqueo mi lengua antes de contestarle al castaño.— ¿Tardé? Jun, ni siquiera me ausenté más de diez minutos. 

— Sí, sí, como sea. ¿Qué te detuvo entonces? ¿Fuiste a visitar a tu "novia no novia" acaso?

Reí ligeramente por cómo fue que soltó la última pregunta.

— No. Hice mi recorrido normal y nunca me detuve, te lo prometo-. Hago una pausa mientras que hago un ademán para que sigamos con nuestro camino hacia nuestro destino inicial.— Aunque bueno, ahora que lo mencionas, tal vez ralenticé en un momento, pero nada importante.

— ¿Por?-. Me da un vistazo rápido.

— Cho Miyeon. Me la encontré en la residencia, justo cuando estaba yendo hacia mi cuarto. La verdad es que no sé qué era lo que estaba haciendo, ya que estaba recargada en la puerta de su habitación, la cual cabe aclarar que estaba abierta; me dijo que no corriera en los pasillos y en respuesta simplemente le di un "tengo prisa, Miyeon". Y ya-. Me encogí de hombros en cuanto termino de relatar la corta historia.— Cuando volví ya no estaba. Supongo que salió o algo así.

— Oh, comprendo.

De ahí en más, hablamos de temas banales durante el tiempo en que nos mantuvimos caminando hacia el local.

No tardamos en llegar a este. Afortunadamente y de manera sorpresiva para ambos, la cantidad de estudiantes que había acá era notoriamente menor a la que se suele ver. Estábamos acostumbrados a que siempre hubiese un gran número de personas por acá, ya sea comiendo, pasando el rato, estudiando para algún parcial o completando alguna tarea pendiente.

— ¿Será porque apenas es la primera semana y están aprovechando para descansar?-. Articulo desplazando mis orbes hacia el más alto.

— No lo sé-. Mueve su cabeza hacia varias áreas de la zona mientras rasca ligeramente su cuello.— Pero eso sí: hay que aprovechar, no todos los días tenemos la oportunidad de sentarnos por acá sin tener que esperar o sentir que nos están apurando porque hay personas esperando-. Añade plasmando una sonrisa en su rostro.

Tenía razón.

Me apresuro en seguir su paso hacia una mesa cercana. Dejo en un primer instante mi teléfono para después mirar cómo es que se sienta rápidamente. Imito su acción de inmediato.

— Por cierto, Jun.

— ¿Sí, Chae?

— ¿A ti no te ha pasado que hay veces en las que sientes que te falta algo?-. Gesticulo lentamente y sin saber porqué estaba preguntándole eso ahora.— No sé, como si fuera un vacío del que no sabes nada; solo sabes que está ahí, pero no sabes cuál es la razón por la que está en concreto.

— Mmh... Sí. La verdad es que creo que aquello le sucede a muchas personas, ¿sabes? Por ejemplo, a mí me pasó duranta la secundaria; no era mucho de hablar con los demás, como ya te conté hace tiempo, por lo que difícilmente me juntaba con alguien que no fuese mi hermano Soobin. Claro, él tenía a sus amigos, pero yo siempre trataba de estar el mayor tiempo que pudiera con él-. Hace una pausa mientras mueve de un lado a otro su cabeza ligeramente.— Me preguntaba a mí mismo si había algo mal conmigo y realmente me sentía solo. No fue hasta que conocí a mi mejor amigo que dejé de sentirme así, él en definitiva me llenó y ayudó como nadie; siempre estaré agradecido con él por esa y muchas cosas más que ha hecho por mí.

Asiento finalmente, dedicándole un suave gracias acompañado de una sonrisa corta que me devuelve antes de indicarme que iría a pedir lo que ya habíamos acordado antes de llegar acá.

Entonces Yeonjun lo dejó de sentir gracias a su mejor amigo.

Mmh, pero si siento aquello aún cuando recurrentemente hablo con Chenle.

¿Qué será entonces?

Mina.

— ¿Entonces viniste a Seúl para estudiar únicamente?

Doy un asentimiento de cabeza luego de haber dado un sorbo al frappé que me habían entregado hace unos minutos aproximadamente. La cafeína de este incluso podría decirse que me había dado un poco de energías. 

El cansancio que había tenido gracias al vuelo ahora era un tanto menor.

— Así es-. Comento luego de unos segundos.

— ¿Y? ¿Te gusta?

— Siendo honesta, siempre me ha parecido una ciudad muy linda. De alguna manera, todo lo que tiene en conjunto hace que piense que no es tan malo el volver.

— ¿Volver?

No hubiese caído en cuenta de lo que había dicho si no hubiese sido por el cuestionamiento de la de cabello negro. En cuanto escucho la clara pregunta que va dirigida hacia mi persona, mis ojos se agrandaron en cuestión de segundos y podía decirse que casi me atragantaba con la bebida fría que tenía entre mis manos.

Mierda.

Silencio de mi parte.

— ¿Dijiste volver? ¿Acaso ya habías venido acá anteriormente?-. Ahora una pregunta por parte de Miyeon.

Genial. Estaba jodida.

Como siempre hablando de más. Gran trabajo, Mina.

— Uhm, bueno...

Ambas ahora me veían directamente. Estaba comenzando a sentirme incómoda por dicha acción; nunca me ha agradado tanto la idea de ser el centro de atención.

— Yo vine a Seúl hace tres años, a estudiar la preparatoria como tal; llegué en tercer semestre. Estuve un tiempo aquí, pero y luego me tuve que ir por motivos externos.

Mentirosa.

Claramente no fue externo, fue personal.

La voz de mi cabeza haciéndome pasar por malos ratos había vuelto. Nada sorpresivo.

Solo quedaba el ignorarla y ya. No había de otra.

— Me fui a Birmingham y estudié inglés en un curso intensivo. Ya sabía el idioma, sin embargo, tanto mis padres como yo coincidimos en que sería una buena idea el reforzarlo para el futuro y ese tipo de cosas. Cuando lo finalicé, viajé a Japón nuevamente y tuve una especie de vacaciones para saber qué cuál carrera es la que me llamaba la atención para estudiarla. De hecho, no estaba previsto el que yo viniese acá; fue algo así como un cambio de último momento el que yo estudiase aquí, ya que, desde hace un par de meses juraba que mi carrera la ejercería en alguna universidad de Japón. Pero bueno, al final no fue así y mis padres optaron porque estudie como foránea acá. Y ya, la historia es sencilla.

— ¿Sencilla? Pero si fuiste a Inglaterra, Mina. No todos los días se tiene una oportunidad como esa.

Estaba a punto de hablar, mas me quedé callada por como nuevamente aquella coreana volvía a tomar la palabra.

— Yo consideraría aquello como unas vacaciones.

— Coincido con Eunha. Debió de ser muy lindo el viajar por allá. Ah~, muy seguramente estuviste sin preocupaciones y tal solo disfrutando del lindo paisaje de allá.

Formo una curvatura en mis labios un tanto forzada. Bueno, no un tanto: muy forzada.

Si tan solo supieran.

Silencio por mi parte. Sin verlas deduzco que seguramente deben de estar enfocando su atención en mí de alguna u otra manera.

No me gusta la atención. La odio.

Vuelvo a dar otro sorbo a la bebida frente a mí por la ligera tensión que se estaba comenzando a generar en mí ante la situación. Se suponía que estaba en Seúl solo para finalizar lo que me ayudaría a tener un buen futuro, no para pensar, analizar o mucho menos desenterrar los recuerdos que se quedaron acá.

En definitiva el volver era más difícil de lo que me había imaginado.

¿Por qué me tenía que pasar esto a mí? No hablaba solo de el volver a Seúl, sino también teniendo a consideración lo que pasó hace unos meses atrás.

— ¿Y tienes pareja?

Vuelvo al presente gracias a tan maravillosa pero inadecuada pregunta para hacerme en estos instantes.

¿Cómo le explico? ¿Qué le digo como tal? ¿"Es complejo todo"?

— ¡Eunha!

— ¡¿Qué?!-. Me alarmo ligeramente por el tono tan potente al que me doy cuenta que puede llegar su voz.— ¿Acaso no puedo preguntarle cosas a mi compañera de habitación?

— No te digo eso. Tan solo no la llenes tanto de preguntas, vas a asustarla.

Reí ligeramente. Ahora me sentía un tanto menos tensa que antes.

— No. No tengo actualmente.

Di tal respuesta porque sencillamente era lo que mejor suponía. Y suponer viene siendo totalmente diferente al saber; una cosa era considerar algo de una manera y otra era el estar seguro de algo. 

¿Había acaso un final en concreto para esa historia? Era difícil el saberlo.

Más cuando el contexto en que sucedió no fue el mejor.

— Pero supongo yo que ya has tenido a alguien, ¿no? Eres muy linda como para no-

— Eunha, para.

Niego antes de ver cómo es que la más baja de las tres intenta parar a quien comenzó a hablar nuevamente.— No pasa nada, Miyeon.

Debo de hablarles sobre eso sin tantos detalles. 

Entre más pronto acabemos con esta conversación, mejor. Hablaré de esto de manera general.

— No recuerdo a la perfección todo, siendo honesta. Le conocí cuando llegué acá. Comenzamos con una simple amistad y nos tomó un par de meses el sobrellevar ciertas situaciones, pero finalmente empezamos una relación al finalizar tercer semestre de preparatoria. Desde mi punto de vista, duró muy poco, pero afortunadamente me llevo con recuerdos muy lindos de lo que fue.

Luego de terminar de hablar, ambas asintieron y no dijeron nada más. Probablemente por la expresión seria que mantenía después de dar una corta sonrisa al terminar la última frase.

Había mentido en lo de no recordar a la perfección todo.

Aún lo hacía. Era imposible el no hacerlo. Dolía cada vez que algún recuerdo llegaba a mi mente y permanecía en esta sin pedirlo.

Dolía aún más cuando recordaba las promesas que se destruyeron en cuestión de segundos.

— Hola~.

Luego de terminar mi bebida, miré a quien recién había llegado a un lado de la mesa. Una chica de rasgos finos y característicos había comenzado a hablar con la castaña de la forma más casual del mundo.

— Oh, cierto-. Dice quien está sentada frente a mí luego de desviar su vista de la desconocida y encontrarse con mis ojos.— Rosé, ella es Mina. Mina, ella es Rosé.

— Un gusto.

— Lo mismo digo-. Contesto devolviéndole el levantamiento de comisuras que hace después de la ligera sonrisa que me da.

Luego de aquella corta presentación, volvió a girarse hacia Miyeon y siguió hablando a como estaba en un principio, ahora recargada sobre la superficie de madera. 

Me quedé callada mientras tanto.

Su conversación me estaba resultando irrelevante, por lo que no estaba escuchándoles como tal.

Aunque bueno, aquello no duró tanto.

— Por cierto, ¿has visto a Chaeyoung?

Mi mirada fue directamente hacia quien estaba ligeramente de pie.

Era su nombre. De nuevo.

Ese nombre es muy común en corea, deja de hacerte ideas que claramente no son.

Cierto.

— Ahora que me lo mencionas, sí: la vi en la residencia antes de venir para acá con Eunha y Mina. Estaba corriendo hacia lo que deduzco era su cuarto-. Ante la pausa que hace, comienzo a mover mi pie izquierdo ligeramente debajo de la mesa y dirijo mi diestra hacia mi cuello; estaba poniéndome un tanto nerviosa sin saber porqué.— Pero de ahí en más, ya no sé. Nos fuimos luego de unos segundos de que la viera.

— Típico de Son Chaeyoung-. Comenta la de cabello castaño claro entre risas.

Y fue en ese preciso momento que todo pareció sentirse irreal y sin sentido. Diferente y a la vez confuso. Ahora no solo era ese nombre solamente, sino también ese apellido en específico.

Son Chaeyoung.

— Son Chaeyoung-. Suelto en un tono tan bajo que llega a ser imperceptible para quienes están cerca de mí.

Luego de decirlo, simplemente termino manteniendo una mirada perdida sobre un punto cualquiera de la mesa. Hacía mucho que no había pronunciado su nombre completo, muy probablemente por el hecho de que me prometí a mí misma el dejar de hacerlo para olvidar todo más rápido.

Y claro, muy probablemente sea otra Son Chaeyoung, pero en mi mente ya estaba la única a la que había conocido con ese nombre. Era inevitable.

En medio de todos los pensamientos que había comenzado a evocar, percibí aquel dolor en mi pecho nuevamente.

Dolía, vaya que lo hacía.

Seúl iba de la mano con su nombre y apellido.

Y aunque tal vez todo fuese completamente diferente a como me lo imaginaba, parecía que seguía sin olvidarle. Ni a ella, ni a lo sucedido.

Recordaba todo. 

Absolutamente todo.


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