Pudieron haber pasado 9 años desde la muerte de aquel albino, pero en la cabeza de la joven no paraban de caer recuerdos junto a él o la simple necesidad de querer mandar a la mierda todo para ir a buscarlo. Pero sabía que esto último sería imposible en su condición actual.
Su dorada mirada había perdido su brillo y algo en ella estaba vacío. Puede que se haya negado al matrimonio en primer lugar, pero aquel chico albino y de mirada azulina había logrado llenar su ser de un cálido sentimiento que ninguno de los dos comprendía realmente, pero que eran extrañamente agradables y hacían que tuvieran la necesidad de verse a cada segundo, aunque sea sólo para quedarse viendo el uno al otro sin hacer nada. Para ellos era suficiente.
Pero había una cruda realidad: nada de eso existía ahora. Todo se había esfumado de un día para el otro. Aquellos sentimientos tan agradables que sentía quedaron enterrados en lo más profundo de su persona y a cambio surgieron nuevos. La ira, la nostalgia, el rencor, todo despertó en ella.
Pero no era momento de pensar en eso, no ahora. La joven sacudió su cabeza mientras sus finos dedos recorrían sus mejillas secando las lágrimas que se formaban a causa de sus recuerdos. No creía que le doliera tanto, pero así era.
Aun así intentó concentrarse nuevamente en patrullar como se debía. Eran altas horas de la noche y debía estar atenta, más en la zona que le habían asignado esa noche. Solía haber ataques de villanos durante la noche y con ella sola era muy dudoso que no hubiese al menos uno.
Con cada paso que daba más insegura se sentía. Era como si alguien la estuviera vigilando, pero era una sensación familiar.
—Tōya...
Se detuvo bruscamente y con la mirada empezó a buscar algo, a alguien. Pero se encontró con la persona que menos quería ver.
—¿Qué pasa, Moonlight? ¿Es muy aburrida la noche?
Esos ojos azulinos se les hacían familiares cada noche cuando lo veía, sin saber el porqué. Solo sabía lo que ella sentía, la confusión que crecía cada vez que él la visitaba. ¿Que tan importante era su razón como para arriesgarse de tal manera? ¿Siquiera la había?
No sabía mucho de él. Los informes solo decían que era un villano conocido por tener sus llamas azules, capaces de superar a las del actual héroe número uno, Endeavor.
—Que gusto verte, Dabi. —hablo sarcástica— ¿Me extrañabas?
—Extrañaba ver tu piel llena de quemaduras, ¿Te las hizo él?
A veces le sorprendía las cosas que ese chico sabía. No estaba segura de si lo hacía a propósito o en verdad era consciente de lo que él hablaba, supiera de lo que ella vivía. Sentía como si su voz le diera la misma sensación de rencor que ella.