Conviviendo con el Enemigo

By ggiobaez

653 90 220

Dicen que la línea entre el amor y el odio es muy delgada, y Delilah y Collin tendrán la experiencia de prime... More

holus, hols :)
Sinopsis
Capítulo 0. Antes
Capítulo 2. Collin :p
Capítulo 3. Delilah <3
Capítulo 4. Collin :p

Capítulo 1. Delilah <3

138 17 51
By ggiobaez

Presente

Hay momentos en la vida que nunca se olvidan. Para mí, esos momentos son con una pelota entre mis pies.

Como ahora, en el primer partido de la temporada.

Miro a mi derecha y paso la pelota hacia Holly. Ella esquiva al defensor con mucha facilidad y se posiciona para patear.

Su pie toca la pelota y con un suave movimiento, lleno de potencia, patea.

No entra.

El silbato suena indicando el fin del juego.

Perdimos.

Mierda.

―Está bien ―le digo a Holly cuando me acerco a ella―. Hicimos lo que pudimos. El próximo partido será.

Ella suelta un suspiro frustrado.

―De verdad quería ganar.

Caminamos fuera de la cancha para encontrarnos con el resto del equipo dentro del vestuario. Todas se encuentran tomando grandes sorbos de sus botellas y las caras tristes no carecen.

―Que esta derrota sea una lección ―habla la entrenadora McGonnly cuando entra―. Subestimamos a nuestro contrincante y este fue el resultado.

De verdad creí que íbamos a ganar. Pero ellas jugaron tan bien.

―Retírense y nos veremos el lunes después de clase ―la entrenadora sentencia.

Ubico mi bolso sobre mi hombro y salgo del vestuario. Mis pantorrillas están adoloridas pero es algo a lo que ya estoy acostumbrada. Todavía tengo mis canilleras puestas y mi camiseta toda sudada. Cualquier persona que me vea en este estado deplorable se alejaría de mí y no la juzgaría. No me quiero imaginar como huelo.

―Me había olvidado que se sentía perder ―Cam murmura a mi lado.

―Tú y yo, Cam.

Caminamos por el estacionamiento hasta llegar al auto de Holly. Ella ya se encuentra allí, con su celular en mano. Seguramente le está contando a su novia sobre nuestra derrota.

―Saluda a Rach de mi parte ―le digo cuando me siento a su lado mientras Cam sube atrás.

Ninguna dice nada a lo largo del camino. Estamos muy decepcionadas como para hablar. Nos tomó desprevenidas. Lo peor es que estábamos demasiado confiadas, muy seguras. Y así nos fue.

Holly conduce hasta llegar a mi casa y me despido de mis amigas.

―Papá, ya llegué ―grito cuando entro.

―En la cocina ―me responde y me dirijo allí.

Ahí se encuentra papá con Andrew, comiendo frutillas, que en mi humilde opinión son la mejor creación del mundo.

Dejo caer mi bolso y tomo asiento junto a mi hermano.

―¿Pensaban guardarme alguna?

Le arrebató una frutilla a mi hermano y me la como. Él se queja y mi padre me da una mirada amenazadora, a la cual le respondo con mi sonrisa más dulce.

―¿Cómo estuvo el partido? ―pregunta, olvidando lo sucedido.

Suelto un suspiro agotado.

―Perdimos.

Los ojos avellanas de papá y Andrew se abren como platos.

―¿Perdieron? ―dice mi hermano sorprendido.

―Eso es algo que no veía venir ―comenta papá.

―Nosotras tampoco, pero no voy a dejar que me afecte. Este fue el primer partido de la temporada. No dejaré que esto defina a nuestro equipo. ―No sé si lo dije para convencerme a mí o a papá. Mi primer partido como capitana y ya perdimos. ¿Qué pensará el equipo de mí?

Papá me da una sonrisa orgullosa.

―Hablas como una verdadera capitana.

Le devuelvo el gesto, recordando el día que me nombraron como capitana del equipo de soccer femenino de la secundaria de Myrtle Beach. Ese día juré no decepcionar a mis compañeras de equipo y planeo cumplirlo.

Permanezco un rato más con mi familia antes de subir al baño para darme una ducha. Una vez bañada me pongo un jean azul con una remera blanca escotada. Tomo una campera abrigada y ya estoy lista para irme.

Agarro las llaves de mi auto y antes de salir le aviso a papá que hoy me quedaré en lo de mamá ya que queda más cerca de donde es la fiesta.

Un par de horas después, estamos en camino a la casa de Tony.

Cuando salí de casa, me dirigí a lo de Holly, donde nos preparamos bien. La ayudé a ella y a Cam con sus vestuarios y terminamos de darnos los últimos retoques.

―¿Le dirás a Anthony? ―pregunta Cam a mi lado.

La miro de reojo antes de volver mi vista al camino.

―No sé. Si la situación se presenta lo haré ―hago una pausa―. ¿Tú hablarás con Finch?

A pesar de que está oscuro, puedo ver como se sonroja por la esquina de mi ojo.

―Deja de insistir, Lilah, jamás se lo dirá ―comenta Holly aburrida en la parte trasera del auto.

―No seas así, Hol ―espeto. Vuelvo a dirigirme a Cam―. No te estoy presionando, solo preguntaba.

Cam se limita a asentir y doy por terminado el tema. Ya veremos qué pasa esta noche.

Luego de unos minutos, llegamos a la casa de Tony. Como siempre, su grande mansión se encuentra iluminada, muy similar al Palacio de Buckingham. Cuando bajamos, Tony nos encuentra de pie en su puerta.

―Señoritas ―dice con una sonrisa seductora. Las luces de afuera resaltan sus ojos y el hermoso oscuro de su piel. Holly entra a la casa seguida de Cam pero no sin echarme una mirada antes.

Haz tu jugada, quiso decir.

Vuelvo mi atención a Tony para encontrarme con él observando. Sus ojos me miran de arriba a abajo y yo hago lo mismo.

―¿Te gusta lo que ves, Laurence? ―coqueteo.

― ¿Lo dudaste, Fitzgerald? ―replica, extendiéndome su mano y la tomo.

Lo primero que siento al entrar a la casa es el intenso olor a alcohol. Miro a mi alrededor mientras posiciono lo que me he sacado en el perchero. Chicos y chicas bailando pegados al ritmo de la música que hace retumbar los vidrios. Tony sí que sabe cómo organizar una fiesta.

Me guía por la casa hasta llegar al patio trasero donde se encuentra su grupo de amigos. Saludo a todos antes de mirar a mi alrededor en busca de las chicas. Holly ya encontró a Rachel y están teniendo un momento muy acalorado contra una pared. Cam está sentada junto al equipo pero sé que sus ojos buscan a Finch.

Tony me ofrece una bebida y se retira dejándome sola con sus amigos. Admito que me pone un poco incómoda estar a solas con ellos. No es que me caigan mal, nada más no nos relacionamos y es difícil entablar una conversación.

―Escuché que perdieron el partido de hoy ―comenta Ryan, el mejor amigo de Tony.

Asiento y estoy a punto de responder pero una voz habla a mis espaldas.

―Vaya manera de empezar la temporada, ¿no?

No puede ser.

Me doy vuelta para encontrarme con el diablo en su forma humana.

Collin Copper.

Lo primero que pienso cuando lo veo es que su rostro quedaría perfecto con una pelota estrellándose en ella.

Pero por favor, no me tomen de violenta. Es que es tan...Ugh no sé ni cómo explicarlo.

No puedo evitar revolear los ojos.

―No creo haber estado hablando contigo, Satán. ―Me cruzo de brazos para enfrentarlo mejor.

Collin sonríe maliciosamente.

―No creo haber pedido tu opinión.

Y otra vez pongo los ojos en blanco

―¿No te cansas de molestar?

Me guiña un ojo

―No cuando se trata de ti, preciosa.

Comienzo a sentir la irritación que despierta en mi cuerpo. Si esto sigue así, no me aguantaré y le daré una piña.

¿Quién se cree con ese aire de superioridad?

―No busques problemas, hermanito ―interrumpe Tony que llega con mi bebida en su mano.

Llega en el momento indicado. Un minuto más tarde y habría sucedido una tragedia.

Tomo la bebida y le doy un sorbo mientras mantengo la mirada desafiante de Collin.

―No busco nada Anthony, solo quería charlar con una colega. ¿Acaso eso es un delito? ―responde Collin observando a su hermano con bronca.

Un delito será lo que le haré si no se va ahora. Yo sé que él quiere humillarme. Quiere mostrar que es el mejor. Y no se lo permitiré.

―No gastes más aliento, Collin.

Sus ojos vuelven a mi con el mismo destello de rabia en ellos.

―Mañana en el campo verás cómo se juega un verdadero partido.

Le doy una sonrisa falsa.

―Espero con ansias.

Y sin más, se da media vuelta para marcharse de una vez por todas.

―Lo lamento tanto, Lilah. Es un idiota ―se disculpa Tony rodeando mi cintura con su brazo libre.

Me volteo para estar frente a frente. Tiene los ojos más hermosos que haya visto. Envuelvo mis brazos en su cuello y él se acerca un poco hasta que nuestras narices están a centímetros.

―No pasa nada pero tendrás que compensarlo.

Levanta una ceja.

―¿De qué forma?

Me hago la pensativa llevando una de mis manos a mi mentón.

―Ya se me ocurrirá algo.

Tony me sonríe e intenta cerrar el espacio entre nosotros.

Repito, intenta.

Maldita sea.

―Busquen una habitación. No están solos, tortolitos ―comenta uno de los amigos de Tony.

Los miro y veo a Ryan con su novio, tratando de contener la risa. El que habló es Louis.

―Ve con tu novia Louis, no molestes ―espeta Ryan.

Louis murmura algo para adentro mientras se aleja. Ryan y su novio lo siguen y quedamos solo Tony y yo. Su brazo sigue en mi cuerpo. Sin aviso previo, tira de mi cintura y volvemos a la posición de antes.

―¿En qué estábamos? ―digo casi susurrando.

Tony avanza un poco.

Un poco más.

Y...

―¡Lilah! Tienes que venir urgente. Cam no para de vomitar.

Oficialmente el universo no quiere que bese a este chico.

Suelto un suspiro y pongo mis manos en su pecho. Le doy una mirada cargada de arrepentimiento y él asiente. Rápidamente, giro sobre mis talones para ir a buscar a Cam. Jamás dejaría a mi amiga y menos en este tipo de situación. Amigas antes que todo.

Avanzo unos pasos nada más antes de que una mano me tome del brazo.

―Esto no termina aquí, Lilah ―Tony susurra cerca de mi oído, mandando todo tipo de sentimientos a lo largo de mi cuerpo.

Levanto la cabeza y nuestras miradas chocan.

―¡Delilah! ―grita Holly y me alejo de una vez por todas.

Unos minutos más tarde encontramos a Cam en la cocina con la cabeza metida en el tacho de basura. Verla así, hace que me olvide de todo lo que pasó con Tony hace minutos. Me duele tanto que se encuentre en esta situación.

―Cam, te llevaremos a casa ―digo despacio, mientras recojo su pelo. El olor es nauseabundo pero lo aguanto por ella.

Cam se recompone y me mira con suplica.

―A mi casa no. Mis padres me matarán.

Asiento y, con ayuda de Holly, la sacamos de ahí.

¿Qué mierda habrá pasado?

*****

Al día siguiente, me encuentro haciendo el desayuno para Cam y yo. Antes de regresar a casa de mamá, dejamos a Holly en la suya y traje a Cam conmigo.

Mamá ya estaba dormida, lo cual fue un alivio. Cuando me levanté, me encontré con una nota de ella que decía que tuvo que salir antes al trabajo por una emergencia en el hospital. No sé si está enterada de que Cam pasó la noche aquí.

―¡Camille Victoria Hendez, trae tu trasero borracho aquí abajo! ―grito desde la cocina.

Si no se apura, llegaremos tarde y tendremos que perdernos el entrenamiento. Luego de unos minutos, Cam baja.

―¿Por qué hay tanta luz? ―pregunta tapándose los ojos. Aunque sus manos cubren una parte de su cara, puedo notar sus ojos hinchados y unas leves ojeras debajo de estos.

Agarro unas gafas que tengo por ahí y se las entrego.

―Porque hay algo llamado 'No debo tomar alcohol demás' ―respondo con sarcasmo y ella revolea los ojos―. Perdón Cam, déjame reformular. ¿Qué sucedió anoche que hizo que tomaras tanto hasta el punto de vomitar?

Suspira y sus ojos se entristecen.

―Estaba hablando con Finch y me empieza a contar que le gustaba alguien del equipo de soccer y pensé que se refería a mí, entonces le dije cómo me sentía. ―Mira hacia abajo, concentrándose en su café ―. Cómo me siento.

Oh no.

―¿Resultó ser que no eras tú? ―Tomo su mano a modo de consuelo.

―Me siento como una estúpida ―suelta con una risa sarcástica.

―No sabe de lo que se pierde, Cam.

―Sí, ya sé el discurso de algún día conoceré a alguien que me aprecie y bla, bla ―le da un sorbo a su café ―. Llegaremos tarde, vámonos.

Asiento. No quiere seguir hablando del tema, lo entiendo.

Una vez listas, subimos al auto y, debido al tránsito, después de media hora llegamos al colegio justo a tiempo.

Al entrar, gritos de emoción nos recibe. O mejor dicho a quienes ya están allí.

Collin y su equipo de soccer.

―Mierda, lo había olvidado ―mascullo mientras Cam se pone sus gafas de sol.

―¿Por qué tienen que gritar tanto? Recién son las ocho de la mañana.

Pero así era el espíritu escolar. Hoy el equipo masculino de soccer juega su primer partido de la temporada y luego de nuestra derrota, todas las apuestas están en ellos.

Avanzamos hasta alcanzarlos y rezo internamente que no noten nuestra presencia. No quiero arrancar el día hablando con el idiota de Collin. Y sé que Cam no querrá cruzarse con Finch todavía.

―Fitzgerald, ¿No nos desearás suerte? ―habla a mis espaldas, la voz que quería evitar escuchar a toda costa.

―No creo que la necesites ―contesto, dándome vuelta con un suspiro.

Decir que Collin me desagrada sería mentir. Es más que eso. No lo quiero cerca, no lo quiero ver nunca. Lo único que hace es molestar. Estoy segura que sacarme de quicio es su pasatiempo favorito.

Pero yo no me quedo atrás. Disfruto esos inesperados eventos en los cuales cambiamos roles y yo logro irritarlo.

Collin lleva una mano a su boca en forma de indignación.

―¿Estás diciendo que somos tan buenos que no necesitamos suerte?

―Estoy diciendo que no te diré nada porque ya alcanza con tu enorme ego ―le dedico una sonrisa falsa y él me la devuelve―. Pero no te creas mucho Collin, todo puede pasar.

Levanta una ceja oscura. Sus ojos tienen la misma expresión de anoche. En realidad, la que siempre tiene cuando habla conmigo. Enojo, rabia, resentimiento. Lo cual no entiendo porque él no tiene nada por lo que sentirse así. Nunca le hice nada. Bueno, hasta que él se puso en contra de mí, claro.

―¿Piensas que perderemos?

―Solo digo que el primer partido no lo es todo.

Asiente y sigue insistiendo.

―No respondiste mi pregunta aún.

Pienso por un momento. Su equipo es igual de bueno que el nuestro así que pienso en su oponente. El año pasado se enfrentaron a este mismo equipo y les patearon el trasero. Estoy segura que ganarán pero no le daré la satisfacción a Collin.

―¿Te soy honesta? ―apoyo mi cuerpo contra el casillero como él lo está haciendo―. Creo que empatarán. Tal vez uno a uno o tal vez nadie anotará nada.

Suelta una carcajada al igual que todo su equipo.

Manga de monos. Uno más ridículo que el otro.

―Te puedo asegurar que ganaremos todos los partidos de la temporada.

Tengo que reprimir una risa. Collin se cree el rey de la escuela. Ellos ganaron todas las temporadas desde que él se unió al equipo y se cree que todo fue gracias a él. Me encantaría probar que está equivocado. Me encantaría que dejen de pensar que él es el niño perfecto y bueno que todos aman, porque no lo es.

Y como si fuera un acto divino, una idea brillante me llega.

Enarco una ceja.

―¿Estás seguro? ―Asiente―. ¿Quieres apostar, Copper ?

~

Mi primer n/a AAAAAA

Dudé demasiado en subirla o no, y bueno acá estoy. Me daba mucha vergüenza porque siento que nunca está del todo bien, como que siento que siempre puedo hacer mejor. Pero después me acuerdo que no tengo ningún título en letras ni nada por el estilo y se me pasa un poco.

¿Moraleja? Don't be so hard on yourself. Es obvio que no me va a salir perfecto, que tengo mucho para aprender y mejorar pero hay que darle más crédito a uno mismo.

Bueno ahora les paso mi CBU así depositan porque está fue mi sesión de terapeuta.

Joda, pero sé que no soy la única que piensa esto acerca de si mismo.

Así que, ya saben, amémonos y sepamos apreciar el trabajo que hacemos todxs día a día. Estemos orgullosos de nosotrxs mismxs por llegar a donde estamos.

Si llegaste hasta acá te lo super agradezco y ya tenés un lugar en mi corazón <3 *abrazo virtual*

Si tenés ganas y te gusto, compartí.

Si pensás que la estrellita se vería mejor rellena, vota.

Y si solo querés seguir leyendo, pues nos vemos en el próximo capítulo.

Nunca dejen de sonreír,

Gio :)

Continue Reading

You'll Also Like

34.6K 4.8K 13
Violeta solo tiene un objetivo, arruinarle la vida a West White. Los libros que Violeta lee promueven el perdón, la compasión y el olvido. Tres pala...
38.6K 2.2K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
55.8K 4.2K 35
¡FINALIZADA! Papulince x panafresco, un chico sumamente enamorado y otro que no sabe lo que quiere, además de negar rotundamente su amor por Luis, cu...