Narrador:
Por fin la casa de los recién casados ya estaba lista para ser ocupada, una casa en una Villa lujosa de Italia.
Contaba con oficinas para cada uno, salas amplias y elegantes, 6 habitaciones muy espaciosas y completamente cómodas y equipadas, contaban un enorme gimnasio y muy moderno, una sala de danza a petición de Donna, piscina, cancha de tenis, jardines al rededor de toda la mansión, garages para varios vehículos, un comedor familiar enorme, y una cocina con lo último en tecnología y aparatos eléctricos.
Definitivamente un lujo.
La pareja empezó su traslado de equipajes y demás por separado, mientras Donna se instaló y se adueñó de una de las habitaciones principales, no pensaba compartir habitación con máximo, por su parte ordenó su oficina privada y muy segura.
En la semana de instalarse en su nueva casa, no se encontró con su esposo, el por su parte envió su equipaje con su asistente Arthur, quien ordenó y acomodó todo por órdenes de su jefe, lo cual a Donna le causó gracia y asombro, pensando para sí misma lo inútil y arrogante de máximo al encargar a hacer ése tipo de cosas a su asistente ejecutivo, creyó que algo tan básico y sencillo lo podría haber hecho él mismo.
Terminada la semana, y aún evitando encontrarse con Donnatella, Maximiliano seguía en su departamento, sin que sus padres lo supieran, ése mismo día, su padre informó a máximo que había una reunión con unos inversionistas japoneses para adquirir una compaña publicitaria sobre sus hoteles en Asia, y debía presentarse el lunes a primera hora para hacer la presentación con la jefe de diseño y publicidad, y que era importante ya que era la primera adquisición que obtendría la fusión de las empresas D'ANGELO & MÜLLER COMPANY
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Llegado el día de la reunión, Maximiliano se dignó a llamar a Donnatella e informarle que se verían ése día en la noche para aclarar puntos relacionados con el matrimonio y que le exigía que no usara la sortija de bodas cuando fuera a la empresa, que de hecho preferiría que ni se le ocurriera presentarse en su oficina, y que procurara no mencionar que él está casado con ella, Donna por su parte le respondió muy educadamente y segura que a ella tampoco le gustaría que supieran quién él era su esposo, dándole a entender a máximo que se avergonzaba de que él fuera su marido.
Maximiliano controlando su ira para no gritarle a la niñita le dijo que él era quien se avergonzaba de estar casado con ella.
Donnatella le ignoró y le dijo, tranquilo en algo coincidimos.
Si más cortaron la llamada y cada quien seguía con sus actividades diarias.
Llegada la reunión Maximiliano pregunto a su padre quien había diseñado y desarrollando la campaña publicitaria, que le parecía muy buena y bien elaborada, su padre se regocijo por el comentario de su hijo y le dijo que era la nueva jefa de diseño, sin darle mas información sobre su nuera, para así empezar a darle un escarmiento a su hijo por menospreciar y humillar a Donna el día de la boda.
La sorpresa que se llevará Maximiliano sería digna de grabar, pensaba su padre.