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No sirve de nada que ponga esto si igual lo van a leer XD
Queda bajo consentimiento
Tzuyu no pudo evitar reír un poco ante esas palabras.
Colocó sus manos bajo al trasero de Sana, levantándola para girar sus cuerpos, apoyando a Sana de espaldas, despacio, lentamente, sin romper sus unidas miradas.
Se deshizo de las blusas de ambas, comenzó a dejar besos por el cuello de Sana, escuchándola jadear, descendió por su pecho hasta uno de sus pezones, para también besar y succionar mientras pellizcaba el otro, sintiendo a la omega retorcerse un poco ante su tacto.
Bajó los pantalones y ropa interior de Sana, aún con sus labios ocupados, separándose únicamente para hacer lo mismo con los propios.
Ya completamente desnudas, Tzuyu volvió a besar a Sana, primero dejando besos cortos, cariñosos, hasta hacerlos más húmedos, mientras recorría la piel de su omega con sus manos, descendiendo de la cintura de la otra, yendo hacia su espalda y tocar su trasero, permitiendo que Sana hiciera lo mismo con ella, tocando su pecho, su abdomen, para terminar rodeando su pecho mientras mantenía una mano en la nuca de su alfa, manteniendo el beso.
Sintió a Sana sonreír bajo sus labios, ahogando una risa con sus besos cuando apretó una de sus nalgas de forma juguetona.
Alzó las caderas de la omega, apretándola contra si, sintiendo el placer de Sana recorrer su abdomen por la fricción y escuchando un leve gemido que la hizo recordar lo hermosos que eran.
Sana sintió cómo su lubricante natural comenzaba a gotear hacia su pierna, como si Tzuyu sintiera cómo la entrada de su pareja estaba necesitada, su mano se movió hacia su entrada, preparando sus dedos.
Sana alzó la cadera, dándole paso, y una nueva fricción, ocasionó un gemido bajo por parte de Tzuyu que la hizo sonreír, mordiendo sus labios.
Sintió el primer dedo entrar en sí y un gemido escapó de su garganta.
Se sorprendió un poco por estar tan sensible.
Tzuyu continuó moviendo su dedo, sintiendo el placer de la omega, hasta que su entrada estuvo dilatada lo suficiente para meter el segundo, escuchando a Sana gemir más fuerte.
Aún con los dedos dentro de su omega, penetrándola, moviéndolos en su interior, Tzuyu se inclinó hacía su omega, besándola de forma húmeda.
Mordió un poco el labio inferior de la chica, separándose, yendo hasta el oído de Sana.
-Voltéate.
Sana gimió, sintió una corriente eléctrica al escuchar la voz ronca de Tzuyu en su oído recorriendo todo su cuerpo.
La mayor retiró sus dedos, dejando a la omega girarse, alzando su entrada hacia ella, con las piernas flexionadas y el pecho apoyado sobre las sábanas.
Tzuyu acomodó su mano en la cintura de Sana, tomando su miembro con la otra, acomodando su punta en la entrada de la omega, sintiendo la necesidad de Sana en entrar en ella.
Así que vio venir cuando Sana tiró su cuerpo hacia atrás, haciendo que la cabeza del falo de Tzuyu entrara completamente en ella, ocasionando un gemido en las dos.
Tzuyu se inclinó hacia adelante, Sana comenzó a gemir suave por el movimiento.
La mayor besó su cuello, cerca de la marca, haciendo sonreír a la omega.
Comenzó a moverse más hacia su interior, en movimientos lentos, escuchándola gemir cada vez más, con respiración errática y apresurada, acelerando el corazón de ambas.
Con la mitad de su miembro en el interior de la omega, Tzuyu terminó de meter todo de golpe, sintiendo el éxtasis bajar por su abdomen como una corriente eléctrica.
Sana gimió más fuerte, arqueando su espalda, haciendo que su trasero rozara la pelvis de su alfa, Sana jadeó ante esto.
Comenzó a mover sus caderas, haciendo que su miembro se moviera en el interior de la otra también.
Ni siquiera estaban cerca del clímax, pero sentían que sus pechos podrían explotar al llegar, sintiendo el placer, las ganas, de la otra y propias.
Tzuyu se retiró un poco del interior de la otra, volviendo a entrar rápidamente, repitiendo lo mismo varias veces, haciendo gemir alto a Sana con cada embestida, y ocasionando jadeos mientras pedía más.
Golpeando en el interior de la omega, tocando su punto, los gemidos aumentando en volumen, cada vez más agudos y erráticos.
Tzuyu comenzó a embestir con fuerza, escuchando aquel sonido característico con cada penetración, confundida por los apresurados gemidos de su omega, saliendo de ella completamente, golpeando su punto más dulce al volver a entrar.
Sana apretaba con fuerza las sábanas con sus manos, temblando por el placer, su respiración se agitó aún más, mezclada con sus gemidos, una última ola de éxtasis la recorrió por completo al acabar.
Tzuyu sintió lo mismo, tirando su cabeza hacia atrás, sintiendo el orgasmo de Sana, seguido del suyo.
Sana gimió profundamente de nuevo, con su alfa acabando en su interior, llenándola por completo.
Sintió el pecho de Tzuyu sobre su espalda, la chica volvió a colocar sus dientes sobre la marca del lazo, volviendo a abrirla, haciendo que Sana jadeara, levemente, todavía no había recuperado el aire.
Respirando pesadamente, aún cargando con el placer de acabar de ambas, el nudo de Tzuyu se fue, saliendo de la omega.
Sana se giró de nuevo, sólo para mirar a Tzuyu y sonreír.
Su alfa se recostó a su lado, acarició sus mejillas, sonriendo.
No sabían si era por el agobio de emoción y sensaciones de la otra, sumadas a las propias, pero ambas estaban bastante agotadas.
La omega se acercó más a ella, frotando su rostro en el cuello de Tzuyu.
-Te extrañé- murmuró.
Tzuyu asintió, totalmente de acuerdo.
-Yo también.
-Creo que bautizamos las sábanas- dijo Sana, bajito, mirando lo que habían hecho, Tzuyu rio, divertida por esas palabras.
-Esa Somi no tendrá problemas para lavarlas, cachorra ... O comprar otras. Somos nosotras que tenemos que irnos que aquí antes de nos diga algo al respecto.
Esta vez, fue Sana quién rio.
-Tomemos un baño y vamos- la omega se separó un poco, a Tzuyu unos centímetros mirando alejada-. Juntas.
Al terminar, ya vestidas, ambas bajaron por las escaleras, tomadas de las manos.
Tzuyu vio el cabello naranja rojizo de su hermano, quién parecía dormir tranquilamente en el sillón de la sala, si bien seguía sentado, su cuerpo estaba ladeado.
Supuso que se había quedado dormido por esperarlas, y le pareció algo tierno y considerado.
-Tae ...- lo llamó, moviéndolo hasta que comenzó a parpadear varias veces, hasta despertarse, sentándose y mirándola con rostro cansado.
Vio las manos unidas de ambas, luego subió hasta el cuello de Sana, viendo un poco la mordida por el amplio cuello de su blusa, junto con marcas de chupetones.
Tzuyu suspiró, volvió la vista hacia su hermana.
-Quiero hablar contigo- dijo, con la voz cansada del sueño.
-¿Podríamos hablar en otro lado? Quiero irme de aquí ...
TaeHyun volvió a suspirar, se inclinó para colocarse sus zapatos, para luego levantarse, tomando su saco y su abrigo, para protegerse del frío de la madrugada invernal.
En un momento, el frente de la mansión de había llenado de cámaras y paparazzi, para intentar obtener algo más de información acerca del porqué Jeon Somi ya no marcaría a Minatosaki Sana, pero se rendido horas después, cuando nadie se asomó de la casa, dejando al frente despejado, para irse con tranquilidad.
Caminaron hasta el exterior de la casa, donde el auto de TaeHyun estaba estacionado, con la pareja sentándose atrás y el dueño del auto al volante.
-Lo voy a decir una sola vez- TaeHyun las miró a ambas con seriedad-. Ya hicieron mellizos en la mansión de Jeon. No quiero que hagan trillizos en mi auto.
Ambas lo miraron con algo de confusión.
-¿Qué carajo dices, TaeHyun? - habló Tzuyu-. No salen mellizos o trillizos por la cantidad de veces que...
-¡Ya lo sé! - la cortó el pelirrojo-. Pero ya entendieron a lo que me refiero.
TaeHyun se volteó, arrancando el auto, saliendo del terreno de Jeon y comenzando a andar por la calle.
Encendió la pantalla interna del auto, seleccionando el GPS, solicitó la dirección de hacia dónde querían ir, con lo que Sana dijo la dirección de su casa.
Pasaron varios minutos en silencio, hasta que TaeHyun volvió a hablar.
-Me ofenderé mucho si no me pides ser padrino, Tzuyu.
La otra tardó unos segundos.
-¿Qué?
-Serás madre y yo seré el padrino, punto.
Se miraron un momento, preguntándose quién le había dicho, aunque ambas negaron.
-¿Quién te dijo? - preguntó Sana.
TaeHyun se lo pensó un momento, no quería comprometer a Jihyo diciendo lo de su espionaje obsesivo, y que posiblemente la chica las podría haber visto.
-Instintos de tío- respondió simplemente.