CORALINE WEASLEY[HARRY POTTER...

By HCMontse

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Que sucedería si existe otra Weasley, que por razones aún desconocidas no estudia precisamente en Hogwarts y... More

Un poco del todo
Capitulo 2
ULTIMOS MESES EN SALEM.
Nuevas noticias y una mision
La historia de mi familia
Compras y mas compras
CONOCIENDO A FROILAN
MIS PODERES...
Capitulo 9. Maraton 1/3
De vuelta a "La Madriguera"
El traslador.
Ilvermorny o Salem
Campeonato de Quidditch Parte 1
Feliz Año Nuevo
Acampando, Mundial de Quidditch PARTE 2/?
Mundial de Quidditch(Parte 3/?)
Necesito de su ayuda
Mundial de Quidditch 4/4
Capitulo 16
La Marca Tenebrosa
Una Platica Interesante
Callejon Diagon
Ultimo Dìa En La Madriguera
Anden 9 y 3/4 y Expreso a Hogwarts
Conociendo a Malfoy y más...
Coraline Weasley
Banquete de bienvenida (1/2)
Presentación en el Gran Comedor
Segunda Temporada y Nuevo Regreso
T2/C.1
T2/C2
T2/C3
T2/C3 Real
Diggory lo sabe
Llegada de Durmstrang y Beauxbatons
El Cáliz de fuego.
¿Cuatro Campeones?
Yujuu.
Ambiente tenso
Primera prueba a la vuelta.
Primer Prueba
El peso de la Corona
¿Quieres ir al baile conmigo?
Importante
Baile de Navidad
Pidiendo, ¿Disculpas?
Se cancela la fic.
Aviso urgente.
Zanahoria y Tejón.
Tercer Prueba
Página
LA NUEVA ERA/THEY WHISPER AS I WALK
VINCULO ROTO
AVISO

Segunda prueba

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By HCMontse

Después de mucho tiempo fuera les traigo la nueva actualización, realmente hace mucho que no reviso Wattpad que ni cuenta me di de los cambios de diseño y demás, en fin, disfruten de este capítulo que terminé de escribir desde el punto máximo de la aflicción.

No olviden comentar, las quiere.

Montse
____________________________________________________

El trío de oro se encontraba en la biblioteca, durante los últimos días no se habían despegado de inmensos libros, la segunda prueba sería al día siguiente y Harry aún no tenía idea de cómo aguantaría por lo menos una hora bajo el agua sin respirar, Coraline al verlos echó a correr hacía ellos, volvía de su sesión de prácticas con Dante, últimamente eran muy cercanos, era evidente que Froilán y Alice se estaban ocupando de asuntos delicados como para no venir a ayudarla con sus prácticas.

–¡Chicos! –exclamó cuando estuvo cerca de ellos, los tres volvieron a verla

–Cora, hola, te hemos buscado en los pasillos y no estabas– mencionó Hermione mientras tomaba un nuevo libro de la torre que tenía al lado y lo abría con apuro.

–Eh, sí, estaba con Cedric– les sonrió– ¿de qué hablan? – evadió el tema, fue un alivio que los chicos estuvieran tan absortos en la búsqueda que no se percataron de nada, hasta la meticulosa de su amiga castaña ni siquiera lo notó.

–De cómo Harry planea pasar la prueba. –soltó con sarcasmo su hermano pelirrojo, al parecer se había cansado de buscar en los libros pues jugaba con aburrimiento su pluma de escribir, pasándola entre sus dedos con movimientos rápidos.

–¿Alguna idea, Harry? – cuestionó al chico que mantenía la vista en el libro que tenía en manos sin despegarla de ahí.

–Ninguna hasta el momento, Cora. – levantó la mirada para verla y le sonrió, pero fue más una mueca lo que la pelirroja pudo percibir.

–Bueno, podrías convertirte en carpa, o en una rana, Harry– opinó Ron bastante serio.

—Lleva unos cuantos años convertirse en animago, y después hay que registrarse y todo eso —dijo Hermione vagamente, echándole un vistazo al índice de Problemas mágicos extraordinarios y sus soluciones.

—Estaba hablando en broma, Hermione —le aclaró Harry cansinamente—. Ya sé que no me puedo convertir en rana mañana por la mañana.

—¡Ah, esto no sirve de nada! —se quejó Hermione cerrando de un golpe los Problemas mágicos extraordinarios—. Pero ¡quién demonios va a querer hacerse tirabuzones en los pelos de la nariz!

—A mí no me importaría —dijo la voz de Fred Weasley—. Daría que hablar, ¿no?

Harry, Ron, Coraline y Hermione levantaron la vista. Fred y George acababan de salir de detrás de unas estanterías.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —les preguntó Ron.

—Buscarlos —repuso George—. McGonagall quiere que vayas, Ron.

–Y tú también, Hermione. – terminó Fred.

—¿Por qué? —dijo Hermione, sorprendida.

—Ni idea... pero estaba muy seria —contestó nuevamente Fred.

—Tenemos que llevarlos a su despacho —explicó George.

—Nos veremos en la sala común —le dijo Hermione a Harry al levantarse con Ron. Los dos parecían nerviosos—. Llévate todos los libros que puedas, ¿vale?

—Bien —asintió Harry, incómodo.

–Vayan con calma, intentaré ayudar a Harry– les tranquilizó Coraline, ambos chicos salieron de la biblioteca algo preocupados por dos cosas, pero confiaban en que Coraline pudiera ayudarles.

Pasaron las siguientes horas en la biblioteca hasta que, en punto de las ocho, la señora Pince apagó las luces y les pidió que se retiraran, cargados de libros a más no poder, se dirigieron a la Sala Común, en donde tan pronto llegaron, dejaron caer los libros sobre una mesa del rincón en donde continuaron buscando.

La sala común se fue vaciando poco a poco. No paraban de desearle suerte para la mañana siguiente con voces tan alegres y confiadas, todos parecían convencidos de que estaba a punto de llevar a cabo otra sorprendente actuación como la de la primera prueba. Harry no les podía contestar; sólo movía la cabeza de arriba abajo, Coraline lo miraba con preocupación, parecía que en algún momento el chico estallaría, así que, le pidió a los estudiantes que aún quedaban en la sala común que le dieran algo de calma a Harry, cosa que obedecieron pues al retirarse únicamente les dirigían miradas animadas y sonrisas, pero ningún otro comentario.

Cuando faltaban diez minutos para las doce de la noche, se quedaron en la sala a solas, todos los libros habían sido consultados, ninguno con éxito.

–Volveré a la biblioteca– anunció después de un largo silencio.

–¿De qué hablas?, ya está cerrada– respondió Coraline restregándose los ojos con una mano.

–Iré por mi capa y volveré, puedes ir a la cama, ya es muy tarde, Cora– sugirió.

–Tú estás loco, Potter, pero, no te dejaré ir solo, ve por tu capa, yo iré por una frazada y volveré, andando– ordenó.

Cuando estuvieron preparados salieron rumbo a la biblioteca.

–Hermione no estaba en la habitación– se atrevió a decir Coraline después de haber terminado un libro más de la fila interminable.

–Ronald tampoco, discutamos eso mañana, justo ahora necesito encontrar respuestas, lo siento Cora– se apresuró a zanjar el tema.

–¿Ok? – respondió en forma de pregunta.

Tomó otro libro y siguió en la búsqueda, las horas volaron más rápido que poder decir Quidditch, eran las cuatro de la madrugada y los ojos comenzaban a pesarle, las letras de aquel libro se notaban borrosas y hasta distantes, intentaba con todas sus fuerzas leer una página más, pero, pronto se hizo la oscuridad.

—¡Harry Potter debe despertar, señor! – una voz la despertó, al abrir los ojos se encontró con un elfo que reconoció como Dobby– Harry Potter, despierte señor – recobró la noción del tiempo y se percató que ya el sol había salido, la prueba, recordó, así que se unió a Dobby para despertar al chico.

–¡Harry, despierta! – movió al chico hasta que este empezó a despertar.

—¡Harry Potter tiene que darse prisa! —chilló Dobby—. La segunda prueba comienza dentro de diez minutos, y Harry Potter...

—¿Diez minutos? —repitió Harry con voz ronca—. ¿Diez... diez minutos? Miró su reloj.

Dobby tenía razón: eran las nueve y veinte. Un enorme peso muerto le cayó del pecho al estómago, Coraline entendía la desesperación por la cual Harry estaba pasando, pero estaba segura de algo, aquel comentario que ella misma de forma sugerente le había dado a Dobby una semana antes no podía pasar inadvertida, o por lo menos esperaba que así lo fuera, aunque ella había tenido la esperanza que Hermione, Ron y Harry encontraran una respuesta antes que recurrir al último medio.

—¡Aprisa, Harry Potter! —lo apremió Dobby, tirándole de la manga—. ¡Se supone que tiene que bajar al lago con los otros campeones, señor!

—Es demasiado tarde, Dobby —dijo Harry desesperanzado—. No puedo afrontar la prueba, porque no sé cómo...

—¡Harry Potter afrontará la prueba! —exclamó el elfo con su aguda vocecita—. Dobby sabía que Harry no había encontrado el libro adecuado, así que Dobby lo ha hecho por él.

–¿Qué has hecho qué? – arrugó el ceño, miro a Harry y a Dobby a la vez, nada le cuadraba.

—¿Qué? Pero tú no sabes en qué consiste la segunda prueba.

—¡Claro que Dobby lo sabe, señor! Harry Potter tiene que entrar en el lago, buscar su prenda...

—¿Buscar mi qué? —... y liberarla de las sirenas y los tritones.

—¿Qué quiere decir prenda?

—Su prenda, señor, su prenda. ¡La prenda que le dio este jersey a Dobby! Dobby tiraba del encogido jersey de color rojo oscuro que llevaba encima de los pantalones cortos. –La chica cerró los ojos por unos segundos comprendiendo y dejó escapar un suspiro, claro que sentía culpa, ella sabía sobre la segunda prueba, guardó silencio porque le ordenaron mantenerse al margen del torneo, y por callar ahora se habían llevado a Ron y posiblemente a Hermione, culparse de todo se le estaba haciendo una mala costumbre, le carcomía la conciencia.

—¿Qué? —dijo Harry con un hilo de voz—. ¿Tienen... tienen a Ron?

—¡Lo que Harry Potter más puede valorar, señor! —chilló Dobby—. Y pasada una hora... —... ¡negras perspectivas! —recitó Harry, mirando horrorizado al elfo y después a Coraline—; demasiado tarde, ya no habrá salida... ¿Qué tengo que hacer, Dobby?

—¡Tiene que comerse esto, señor! —dijo el elfo, y, metiéndose la mano en el bolsillo de los pantalones, sacó una bola de algo de aspecto dudoso y de color gris verdoso—. Justo antes de entrar en el lago, señor: ¡branquialgas!

—¿Para qué? —preguntó Harry, mirando las branquialgas.

—¡Gracias a ellas, Harry Potter podrá respirar bajo el agua, señor!

–No nos queda tiempo, Harry, debemos irnos– le recordó Coraline.

—Dobby —le dijo Harry frenético—, escucha... ¿estás seguro de eso?

—¡Dobby está completamente seguro, señor! —contestó el elfo muy serio—. Dobby oye cosas, señor. Es un elfo doméstico, y recorre el castillo encendiendo chimeneas y fregando suelos. Dobby oyó a la profesora McGonagall y al profesor Moody en la sala de profesores, hablando sobre la próxima prueba... ¡Dobby no puede permitir que Harry Potter pierda su prenda!

Las dudas de Harry quedaron despejadas. Poniéndose en pie de un salto, se quitó la capa invisible, la guardó en la mochila, Coraline se apresuró a tomar la mochila y colgársela al hombro, el chico cogió las branquialgas y se las metió en el bolsillo, y luego salió a toda velocidad de la biblioteca seguido de su amiga pelirroja, con Dobby pisándole los talones.

—¡Dobby tiene que volver a las cocinas, señor! —chilló Dobby al entrar en el corredor—. Si no, se darán cuenta de que no está. ¡Buena suerte, Harry Potter, señor, buena suerte, hasta luego señorita!

—¡Hasta luego, Dobby! —gritó Harry.

–Nos veremos después, y gracias– finalizó Coraline, ambos echaron a correr lo más aprisa que podían por el corredor, y luego bajaron los peldaños de la escalera. Cruzaron el Castillo corriendo, tanto que casi arrollan al pobre Collin Creevey hasta por fin salir al exterior, bajaron por la explanada y vieron que las tribunas antes usadas para la primera prueba, ahora rodeaban las orillas del lago, parecía no haber lugar para nadie más de lo llenas que estaban.

–Hasta acá te acompaño, no me permitirán pasar hasta donde están los campeones ahora, pero prometo que en cuanto pueda, iré hasta donde estarán los campeones, mucha suerte Harry, por favor, cuídate. –le tomó de las manos, se puso de puntillas y depositó un leve beso sobre su mejilla, después se soltó de él y con ambos brazos rodeó la cintura del chico. Harry Potter podía ser un idiota, pero, se preocupaba por él.

Ambos se separaron y con un leve asentimiento con la cabeza el chico volvió a correr rumbo al tribunal donde se hallaban los demás campeones, Coraline se apresuró a dirigirse a las gradas y buscar sitio.

Ludo Bagman se acercó a Harry, intercambió un par de palabras y luego se retiró a la mesa del tribunal, apuntó a la garganta con la varita para después decir «¡Sonorus!», y su voz retumbó por las oscuras aguas hasta las tribunas.

LA SEGUNDA PRUEBA HABÍA INICIADO.

—Bien, todos los campeones están listos para la segunda prueba, que comenzará cuando suene el silbato. Disponen exactamente de una hora para recuperar lo que se les ha quitado. Así que, cuando cuente tres: uno... dos... ¡tres!

El silbato sonó en el aire frío y calmado. Las tribunas se convirtieron en un hervidero de gritos y aplausos. Coraline encontró sitio al lado de Neville Longbottom y los gemelos, quienes le hicieron una seña incitando a que se acercara a ellos.

Observó a Harry que era el único que aún se encontraba a la vista, pudo percibir como temblaba de frío, el agua debía estar helada, afligida esperaba que las branquialgas funcionara, el chico parecía desorientado, los Slytherin también lo notaron y comenzaron a abuchear.

–¿Qué le sucede? – preguntó Fred.

–¿Por qué no entra al agua? – cuestionó esta vez George– Más le vale ganar, he apostado demasiado por él.

–¡Anda Harry!, ¡Tú puedes! – animó Neville y una oleada de alumnos de Gryffindor le siguieron.

–Él lo hará, claro que lo hará– intentó calmarse.

Entonces fue cuando notó que algo ocurría, las branquialgas hicieron efecto y como si de un pez se tratara, Harry se lanzó al agua y desapareció nadando. Fueron largos minutos de espera en lo que las tribunas se sumieron en silencio, todos intentaban sin éxito ver a través del agua, uno que otro comentaba acerca de quién creían que llegaría antes.

Pasó algo de tiempo hasta que, creyó ver a alguien acercarse a la superficie, observó con mayor detenimiento, algo no andaba bien, parecía que ese alguien intentaba a toda costa llegar a la orilla, de repente Fleur emergió del agua, tocía estrepitosamente y se agarraba con ambas manos las costillas, todos se acercaron a ver qué había sucedido, al parecer las criaturas que habitaban las profundidades del lago le atacaron sin razón, o eso logró comprender de los balbuceos que emitía la estudiante de Beauxbatonssin, sin embargo, su hermana no estaba con ella, la chica lloraba mientras intentaba hablar, pasó otro lapso de tiempo hasta que el segundo en parecer fue Cedric Diggory, llevaba sobre su espalda a una pálida y desmayada Cho, en cuanto salió a la superficie todos empezaron a gritar y festejar, Coraline sin poder esperar, comenzó a descender de la tribuna con rumbo a su amigo, nadie le impidió el paso y en cuanto llegó se acercó para ver si ambos estaban bien.

–¡Cedric! – exclamó.

–¡Zanahoria!, estás aquí.

–¿Estás bien?

–Perfectamente– le respondió con una sonrisa, entonces posó su mirada en la acompañante de Cedric que se aferraba a una toalla que le cubría el cuerpo en búsqueda de calor.

–¿Te encuentras bien, Cho?

–Solo tengo algo de frío, pero, estoy bien, gracias Coraline– respondió amable.

–¿Has visto a alguien más allá abajo? – indagó.

–Tranquila, pelirroja, tu chico de las gafas está bien, solamente estaba esperando a que llegaran por tu amiga, vendrá después de mí, no te preocupes.

–Confiaré en tu palabra, pero, toma– le extendió una de las toallas que estaban cerca– hace bastante frío.

Pasaron varios minutos hasta que apareció Viktor Krum junto con Hermione, quien empezó a toser en cuanto salieron a la superficie, después de hablar con ambos y comprobar que estuvieran bien se alejó un poco y continuó esperando, solo faltaba Harry y Ron, sin darse cuenta comenzó a morderse las uñas de ansiedad, ¿qué había pasado?, deberían haber salido ya.

Cuando por fin estaba por darse por vencida y pedirle al mismo Dumbledore que enviara a alguien a buscarlos notó como el agua comenzó a moverse con ferocidad, de pronto tres personas fueron expulsadas del agua, eran Harry, Ron y la pequeña hermana de Fleur, Desde las tribunas, la multitud armaba muchísimo jaleo: todos estaban de pie, gritando y chillando. Parecía ser que creían que Ron y la niña habían muerto, pero se equivocaban: tanto uno como otro habían abierto los ojos. La niña parecía asustada y confusa, pero Ron simplemente echó un chorro de agua por la boca, parpadeó a la brillante luz del día y se volvió hacia Harry.

Entre Harry y Ron cargaron a la hermana de Fleur para sacarla del agua, con la compañía de veinte sirenas y tritones, que hacían de guardia de honor cantando sus horribles cánticos que parecían chirridos, desde la orilla los observaban los miembros del tribunal.

Coraline notó como se armaba el barullo alrededor de Harry y sus acompañantes, Dumbledore, Madam Maxime y Bagman se encontraban allí también, lentamente todos se acercaron a los recién salidos, la misma Fleur hablaba animada con Harry y Ron, su hermano parecía estar en el cielo, sonrió dispuesta a avanzar hacía ellos, sin embargo, presenció como Harry inmediatamente buscaba con la mirada a alguien, sonrió aún más al esperar que se topara con ella pero eso no pasó, en cuanto Harry se topó con Cho sonrió de forma inmediata y algo más calmada regresó su vista a Ron y Fleur.

No espero a que dieran los puntajes o anunciaran algo más, simplemente se dio vuelta y prefirió retirarse, aquel gesto en el chico le había formado un inmenso nudo en la garganta.

(–dime, más bien, niégame, ¿Te gusta Cho Chang?

–Yo... yo... eh – balbuceó)

Para la cena todos parecían felices, se había enterado que tanto Cedric como Harry compartían el primer lugar, al parecer el salvar a la hermana de Fleur fue una prueba de sus buenos valores morales por lo cual decidieron premiarlo con una favorable puntuación. Hermione comenzaba a sospechar que algo malo ocurría entre sus dos amigos, no era nada tonta, hasta ella se había percatado de las miradas que Harry le hacía a la chica Ravenclaw, se sentía triste por su pelirroja e indomable amiga, podía intuir sus sentimientos hacía Harry aunque no calculaba la magnitud del problema.

Algo que los tomó desprevenidos a todos fue la repentina actitud de Coraline, quien había optado por separarse del trío de oro, en un principio los tres mantuvieron sus mentes ocupadas en diferentes asuntos, Ron en jactarse de ser el centro de atención y sacarle provecho lo más posible a la segunda prueba, Hermione en cuestionarse la razón por la cual Krum la consideraba la persona más importante en su vida, y Harry, Harry en pensar cómo compensar a Dobby por su ayuda.

Con el paso de las semanas fue más evidente el desapego de Cora hacía sus amigos que fue inevitable que algunos de su misma casa comenzaran a rondar rumores sobre la razón, algunos iban desde una pelea por ser Coraline la más irrelevante del grupo de amigos, ella era la única que no había estado involucrada en la segunda prueba, o al menos eso es lo que todos sabía, otros rumoraban que existía una enemistad entre Hermione y Coraline por lo cual Harry y Ron al elegir por cual bando optar no había dudado en elegir a la inteligente Hermione, en cuanto la misma se enteró de esto último fue cuando verdaderamente se preocupó.

No ayudaba mucho que en Salem las cosas no estuvieran tan bien, las últimas cartas de su abuela eran preocupantes, parecía ser que el coronarla era una de las máximas preocupaciones del Ministro de la Corte, incluso Froilán había dejado de escribirle y responder sus cartas, era demasiado peso para una chica de su edad, Dante y Cedric parecían ser el rayito de paz entre tanto barullo, deseaba poder contarle a sus hermano y amigos, guardar el secreto la había convertido en una buena mentirosa con cargas de conciencia que no la dejaban ni dormir. 

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