Una llama en medio del invier...

By Daicesha

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Esta historia pertenece al mismo universo que mi anterior historia, aunque la protagoniza un pequeño rubio fi... More

Capítulo 1: ¿Los Nordic 5?

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By Daicesha

Muy decidido, atravesé el umbral de los cuartos, me arrepentía mucho de no haberme registrado como mujer, a pesar de claramente no serlo, pero tendría muchas consecuencias entre ellas en mi propio orgullo, claro que el gran beneficio de que no tendría que estar rodeado de chicos de mi edad o mayores, lo cual no me apetecía y me aterraba bastante. Pero, ninguna de las dos opciones me gustaba sinceramente.

Sea como fuese, aquí estaba por fin, por fin salí de aquel horroroso lugar para tener una mejor vida y un mejor futuro alejado de personas que no me quieren ni me aprecian.

Entré en la sala con la sonrisa más grande que en mi vida he llegado a tener solo para encontrarme con una almohada en la cara y una caída gratis.

- Ni dos segundo y ya te lo cargaste.

- ¿¡Me estás diciendo que lo he hecho yo?!

- ¿Quién tiro la almohada?

-¿Q-quién...? ¡Solo ganas por esta vez que conste!

La almohada ya había caído desde hace rato y yo ya me había levantado mirando atónito la escena. Delante de mi estaban dos chicos rubios bastante altos y ¿peleaban? No parecía una pelea ya que uno estaba totalmente calmado y algo risueño, mientras el otro parecía alterado pero no llegaba ha estar enfadado, solo como frustrado.

El chico calmado se me acercó y me saludo

- Hey, ¿buenas?

- Ah, b-buenas...

- Lukas- Me llamo Lukas Bondevik y ese pelo piña de allí es Mathias Densen.

- Mathias- ¡Hey, mi pelo no tiene forma de piña!

El chico más alto se quejó mientras acariciaba su pelo, y el otro le miraba con una risa burlona.

- Lukas- Sino, le puedes llamar tu asesino.

- Mathias- ¡Déjame presentarme a mi mismo!

Mathias se acercó y me agarró de la manó para proceder a darme un abrazo de oso, lo que me resultó un pelín incómodo a decir verdad, intenté huir pero me fue imposible.

- Tino- E-encantado. Soy Tino Väinämöinen.

- Lukas- Con un apellido así y en el apartamento compartido de los alumnos nórdicos, debes ser Finlandés, ¿no?

- Tino- ¡Vaya qué agudo!

- Mathias- ¡Ese es mi Nor!

Miré confundido, porque me acababa de decir que se llamaba Lukas y ahora le llamaban Nor. Mi confusión debió ser evidente porque Lukas no tardó en explicarme el apodo.

- Nor- Nor, porque soy Noruego, es muy avispado como ves.

- Tino- Ahhhh...

- Nor- Nos pusimos apodos porque ese mendrugo dijo que nos haría coger confianza más pronto.

- Mathias- ¡Y lo hace! ¡No es ninguna tontería!, ¿Y si te parece un tontería porque aceptaste, eh?

- Nor- Porque sino no me dejarías en paz. Y porque llamar Icy a Emil me hace gracia.

- Mathias- Eres cruel...

Después de quejarse a su compañero, Mathias se giró hacia mi, risueño.

- Den- Yo soy Den, por que me apellido Densen. Y tú serás...

Me miró fijamente con sus grandes ojos, desde la distancia de su metro ochenta, lo que a la vez que intimidarme un poco, me hizo sentir chiquito.

- Den- ¡Tú puedes ser Väi!, No espera, no me gusta, ¿Qué tal Tin? Pero apenas hay cambio... ¿Fin?, ¡Sí, Fin me gusta! ¿Qué te parece?

- Fin- ¿Fin?

- Nor- Por Finlandia supongo, tampoco tienes porque seguir lo que te diga-

- Fin- No, Fin está bien, es simple y suena bien, también me gusta.

Den se giró hacía Lukas con una cara de superioridad moral, como chuleándose de su fortuita victoria.

- Nor- Como sea, tú habitación es la del fondo a la derecha, el baño tiene turnos de 30 minutos repartidos entre nosotros cinco a lo largo de todo el día, y por lo demás, eres libre de hacer lo que quieras, pero lo que rompas lo pagas de tu bolsillo.

¿Cinco? ¿Cómo que cinco?, ¿Si quiera cabemos cinco personas?

- Fin- Gracias, lo tendré en cuenta. Ah y, ¿Cuántas personas has dicho que somos?

- Nor- Som-

Lukas pretendía hablar cuándo Mathias le silenció chistándole. Carraspeó y procedió a hacerme una presentación de los miembros. Realmente Mathias era de lo más peculiar, pero no parecía mala persona, intentaría ser majo con él.

Se fue de la sala y a continuación trajo a dos personas más junto a él.

- ¡Puedo ir por mi mismo, no hace falta que me arrastres!

- Ahhh...

- Den- Anda dejar de quejaros y saludar, que ya a venido el último.

A continuación, Lukas pegó fuertemente a Mathias en la nuca, y este quejándose le miró mal.

- Nor- Deja en paz a mi hermano, que sabe caminar.

- Por una vez estoy de acuerdo contigo, Nor.

- Den- Vale, pero no me pegues...

- Nor- Trato hecho.

Mientras discutían, miré a las dos nuevas personas que tenía en frente.

La primera, y la que por lo que escuche, parecía ser el hermano de Lukas, era algo bajito, lo que me alegraba, no me gusta destacar en ese ámbito. Se parecía muchísimo a Lukas, era rubio cenizo también y con ojos azules alilados, pero era algo más vergonzoso, se notaba ya que se escondía detrás de la gente. Llevaba también unos cascos de música rojos con dragones asiáticos dorados plasmados, ¿Le interesaría la cultura china?

L-la segunda persona era todo lo contrario a la primera. Era alto como un roble, y parecía muy fuerte, aparte también debía de estar bastante enfadado, o eso aparentaba. Era intimidante cuanto menos. También notaba como si vigilase cada paso que doy y eso me asustaba enormemente. Era como un personaje sacado de una novela de terror, irradiaba un aura terrorífica.

Ya había tenido malas experiencias en el pasado con gente como esa, y realmente lo último que quería era vivir con alguien que me las recuerde. Con suerte, no tendría que socializar mucho con él.

- Den- Bien, a ver, como ya sabes ese de allí es Lukas Bondevik, alias Nor.

- Nor- ¿Tenías que montar todo este teatro solo para volver a presentarnos?

- Den- Pues sí, no me juzgues. Ese de allí con cascos es Emil Bondevik, el hermanito pequeño de Nor, alias Icy. Porque son mitad Islandeses aunque hayan venido para representar a Noruega.

- Icy- B-buenas...

- Den- Bien, ese espanta personas de allí, es mi hermanito, Berwald Oxenstierna, alias Sve. Lo de los apellidos es una larga historia, luego te lo cuento.

Berwald se me acercó y extendió su largo brazo hacia mi, sin decir una sola palabra, como esperando a que respondiese, y aunque me aterrorizaba, no quería ser descortés y extendí el mío también.

- Fin- E-encantado, Berwald.

- Sve- ...

Solo asintió y alejó su brazo. Podría haber respondido al menos.

- Den- Bueno, y último, pero no menos importante, ¡YO!, el líder del grupo, el grandioso, el honorable, el magnífico-

- Icy- ¿Por qué tenemos que aguantar esto?

- Nor- Porque su orgullo lo necesita.

Después de escuchar como Emil y Lukas susurraban, Mathias se deprimió con la misma facilidad con la que vuelve a estar feliz.

- Den- Soy Mathias Densen, alias Den...

- Nor- Anda, no te deprimas, hay una ínfima posibilidad de que en el muy muy muy muy muy muy fondo te apreciemos.

- Icy y Sve- Habla por ti.

Al volver a alegrarse al instante me empecé a preguntar si era así realmente o si rozaba la bipolaridad.

- Den- Da igual, jeje. Ahora cuéntanos algo sobre ti, que solo sabemos tú nombre y procedencia.

- Nor- Eso, pídele al chico que te diga hasta su cuenta bancaria.

Cuándo el sarcasmo acabó, todos se giraron a escuchar lo que diría.

- Fin- Emm...M-me llamo Tino. T-tino Väinämöinen. Soy Finlandés y tengo aproximadamente de 13 a 14 años.

- Den- ¿Aprox-

De repente noté como mi gorro comenzaba a moverse, lo cual no era buena señal, como se enterasen me quedaba de patitas en la calle, así que les agradecí por la bienvenida y diciendo que tenía que deshacer mi maleta fui a mi nueva habitación apresuradamente.

Cerré la puerta de la habitación, asegurándome bien de que estaba bien cerrada. Después me quité mi gorro blanco, y de dentro de él salió una pequeña bolita blanca, que aunque recién despertada, estaba lo suficientemente activa como para lamerme toda la cara nada más salir.

- Fin- Hanatamago, stop, stop, haha. Se saa minut kutittamaan. (Hanatamago, para, para, jaja. Me haces cosquillas.)

- Hanatamago- ¡Hurff!

- Fin- Ei, ei, shhh, älä hauku. (No, no, shhh, no ladres)

- Hanatamago- Hurf...

- Fin- Parempi niin. (Así mejor)

Hanatamago es mi pequeña perrita, creo que es un bichón maltés, pero no estoy muy seguro, ya que la encontré en la calle. Siempre ha estado junto a mi, incluso estando prohibido tener mascotas dónde vivía antes. A decir verdad aquí también lo está. Pero no podía dejarla ahí, así que me la traje en secreto.

Le puse una almohada para que se tumbase y le coloqué agua en un bol de plástico para viajes que compré en el aeropuerto con el poco dinero que tenía. Ella bebió un poco y se tumbó en su nueva camita para dormir de nuevo, después del largo viaje en mi gorro debía de estar cansada, y eso que iba constantemente al baño del avión para que tomase el aire...

Después miré mi habitación, tenía unos colores muy fríos, entre azules y blancos, me recordaba a los largos inviernos de mi antigua casa. Deshice la maleta, en la que no es que llevase muchas cosas y me senté en mi nueva cama. ¡Era tan blandita! Nada que ver con esas piedras que teníamos por camas en el orfanato. Nada mas tumbarte daban ganas de dormirse.

Por fin había conseguido seguir con mi vida, irme a un instituto prestigioso por mis notas y esfuerzo y cambiar mi vida, no tenía que desperdiciar esta gran oportunidad que me habían dado, así que desde hoy mismo, trabajaré para conseguir todo lo que me decían que no podría conseguir. ¡Verás la cara que se les queda!

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Fin del capítulo 1.

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