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Un rato después del conflictivo almuerzo
"La vida es una caja de bombones, nunca se sabe lo que te va a tocar" decía la madre de Forrest Gump, y cuánta razón tenía esta mujer. Para Mina la vida al lado de Chaeyoung era una caja de bombones, de bomboncitos diría Momo, bombones que la rubia probaba gustosa, deseosa y segura de que, sea el relleno que sea que le tocara, lo iba a disfrutar. Al lado de Chaeyoung conoció el verdadero significado de amar, conoció el placer del sexo desenfrenado, conoció la pasión por una persona, el asqueroso sabor de los celos, la desesperación por sentir la piel de otra persona, la tristeza de las peleas, en fin, Chaeyoung era su caja de bombones. Y ahora estaba allí, con la caja en sus manos, teniendo que elegir uno de los chocolates para llevarse a la boca, y Mina no quería hacerlo, no quería hacerlo porque sabía que fuese lo que fuese que tuviera adentro, a la rubia no le iba a gustar. Mina había ido demasiado lejos, había hecho que su morena se alejara de ella en la mesa, su morena, la mujer que en las primeras citas corría su silla para ponerla al lado de Mina, la mujer que tiempo después le confesó la razón de porque provocaba esos contactos, y la rubia lo había echado a perder. La rubia había empujado a su esposa a un lugar donde su mujer no quería estar, había hecho que su mujer explotara, que saliera corriendo, y por sobre todas las cosas, por primera vez no la había podido frenar. Le sostuvo la cara, la miro a los ojos, dijo las palabras claves, pero no pudo, Mina dejó de ser el lugar de Chaeyoung, Mina dejó de ser la debilidad de Chaeyoung, definitivamente la rubia no quería saber cuál era el relleno de ese bombón.
- Mamá – Mina estaba sentada en el escalón de la puerta de la casa esperando a su mujer. Levantó la cabeza porque sintió la voz de su hija mayor llamándola, efectivamente Olivia junto a los demás habían llegado del almuerzo improvisado que ordenó Chaeyoung.
Lucas traía a Hana dormida en sus brazos, Lia hacía lo mismo con Ryujin y encima de Olivia descansaba Yuna. Por detrás de ellos caminaban Mako y Heejin, y más atrás, saltando, venia Chaeryeong que arrastraba a Hyunjin de su mano.
- ¿Las ponemos en su cama? – preguntó Olivia a su madre con un susurro. Mina asintió y los tres jóvenes entraron
- ¿Podemos ir a la casita? – preguntó Heejin llegando a su madre
- Si cariño, vayan tranquilas – Mina esperó a que Chaeryeong se dejara caer encima de ella
- ¡MAMA! ¿NO SABES LA HAMBURGUESA CON QUESO QUE ME COMI? – Preguntó emocionada - Olivia dijo que no iba a poder comérmela entera porque era muy grande, pero yo le dije que sí y ME LA COMI MAMA... ENTERITA – era todo un acontecimiento – Me duele un poco la panza ahora, pero no importa ¿Cierto Hana? Bueno Hana está durmiendo ahora, pero cuando se despierte me va dar la razón ¿Podemos ir a la casita? – Cuando su hija respiró, Mina se tranquilizó.
- Por supuesto Chaery, trata de no pelear tanto con Heejin – por las dudas avisaba
- Pero mami dice que si no peleo con Heejin no soy yo misma – contestó hábilmente
- Bueno trata de ser menos tú misma por hoy ¿Si? – la niña debe haber notado la cara de abatida de su madre, porque asintió sin dar batalla y con Hyunjin en su mano, se fue a trepar el árbol, pero inmediatamente volvió hacia su madre soltando la mano del pequeño.
- Mamá – Mina la miró - ¿Por qué está el tío Soobin tirado en el pasto? – después de la trompada de Chaeyoung nadie se había preocupado por levantarlo, se aseguraron que siguiera respirando y lo dejaron allí.
- Está durmiendo cariño – le respondió simplemente evitando la parte de la borrachera y de la pérdida de conocimiento por culpa del golpe.
- ¿Puedo dormir en el césped? – Chaeryeong examinaba sus opciones
- Claro cariño, pero en otro momento – contestó
Chaeryeong miró detalladamente a su madre, pero en vez de decir algo, dio media vuelta y siguió su rumbo anterior. La cara de Mina había dejado sin palabras a su hija más elocuente
Aprovechando que había sacado su cabeza de entre sus manos, dio un vistazo al parque. En un lugar no muy alejado pudo ver como Momo se abrazaba con sus padres. Después de todo lo que Chaeyoung dijo, Momo envalentonada por la actitud de la deportista, aprovechó para decirles a sus padres todo lo que pensaba y después de disculpas cruzadas ahora tocaba la parte de las disculpas y de las muestras de afectos. Algo parecido pasaba con la familia Minatozaki. En otro rincón del jardín Sana se había encargado de contarles a sus padres todo lo relativo a su decisión laboral y a su próxima maternidad, los señores Minatozaki escucharon atentos y no hicieron ningún comentario fuera de lugar, ahora Sana les estaba mostrando todos los estudios que se había hecho y les explicaba la dieta a la que el doctor la había sometido. Mina sacudió la cabeza, todos estaban en el lugar que querían, todos menos ella. La fotógrafa seguía esperando a su esposa en el escalón de la casa.
Mina estaba tan metida en sus pensamientos que no sintió a Olivia a su lado, solo hasta que la universitaria puso su cabeza en el hombro de su madre, la rubia apoyó su cabeza en la de su hija. – Tengo algo para decirte – anunció el cangurin
- Dios... Dime que estás embarazada y voy firmando los papeles de divorcio – comentó sarcásticamente haciendo que Olivia se riera.
- No... no es eso – rio un poco más – Pero mami Chaeng tiene dos fanáticos más – anunció.
Mina giró los ojos, el club de fan de su esposa era enorme – Déjame adivinar – le dijo a su hija – Lucas y Lia – tiró sabiendo que no iba a fallar
Olivia se rio y levantó la cabeza del hombro de su madre – Lucas no paraba de decir... "¿Viste como los calló a todos?" "¿Viste como pensó ahí nomás en sus hijas?" – Contó – Y Lia decía "Ojalá que Chaeyoung les dé su merecido" Bla, bla, bla – se ve que Chaeyoung había sido un tema recurrente.
- Y espera a que se enteren el resto – Mina señaló el cuerpo de Soobin tendido en el césped
Olivia abrió la boca grande – No me digas que... - La jovencita hizo un gesto de golpe
Mina asintió – Derecho en la mandíbula – afirmó – No le dio tiempo ni a protegerse – agregó
Olivia levantó los hombros – Se lo merecía – dijo – Es un cerdo – opinó
- Nadie dice lo contrario cariño – Mina la apoyaba
- Imagino que la cara que traes y el hecho de que no veo a mami Chaeng por ningún lado son por la misma razón – el cangurin ya estaba en una edad donde se podía hablar de mujer a mujer.
Mina miró a su hija y no pudo evitar que empezaran a caer sus lágrimas – No frenó Olivia, no frenó – Eso había sido una estocada en el corazón de la rubia – Agarré su cara y la mire como siempre lo hago – Mina se estaba confesando – Mis ojos siempre la calman – Olivia asintió, todos lo sabían – Pero esta vez no, ni mis ojos, ni mi voz... la voy a perder – el miedo salía a flote
- Mamá...
- La voy a perder Olivia, lo sé – seguía – Le mentí, Chaeyoung odia que le mientan. No va a querer saber nada conmigo – Modo pánico on
- Mamá... - Olivia intentaba
- Agarró la moto y se fue. Tendrías que haberle visto la cara, nunca la vi tan enojada – Y nunca la quería volver a ver así – Los echó a todos de la casa y...
- ¿Qué? ¿Los echó? – Eso no sonaba como algo que podía hacer su madre
- Si – la fotógrafa tampoco lo creyó cuando lo escuchó salir de la boca de su mujer – Le prometí que iba a ser distinto Olivia, se lo prometí, no va a volver a creerme – el llanto era incontrolable
- Mamá – Olivia la abrazó por los hombros – Lamento decir esto, pero tal vez es mejor que lo hiciera – opinó logrando que su madre la mirara – Es decir... ¡Mira! – Señaló al jardín – Los Hirai aprendieron, los Minatozaki aprendieron, incluso la tía Momo y la tía Sana aprendieron. Y el resto... ¡míralos! – Los demás amigos estaban disfrutando de la piscina – Mami Chaeng libero la tensión de la casa – concluyó – Sin contar con que le dio su merecido al cerdo – era un punto fuerte ese.
- Todavía quedan papá y mamá – era otra cosa que le preocupaba a Mina – Chaeyoung les dijo que la esperaran que ella iba a hablar con ellos... a mí no me miró... a ellos – resalto
Olivia reflexiono – Bueno pues... déjala que lo haga – aconsejó a su madre
Y eso Mina lo sabía, no hacía falta que se lo dijera, ella iba a dejar a Chaeyoung hablar con sus padres... pero porque Chaeyoung no quería hablar con ella.
- Mina – Ryuji y Alice Hirai los padres de Momo se frenaron enfrente de la chica. La rubia se secó las lágrimas y se paró – Sólo veníamos a despedirnos, no sabemos a qué hora volverá Chaeyoung, pero Momo dijo que tal vez falta mucho así que...
- Solo queríamos – Alice interrumpió a su marido – Pedirte disculpas por los problemas ocasionados y... nos encargaremos de disculparnos con Chaeyoung cuando nos quiera ver de agregó victimizándose un poco
- Muchas Gracias por todo – Cada uno saludó a la rubia para luego pasar a despedirse del resto.
Los señores Minatozaki hicieron lo mismo y luego de una hora en la casa había menos gente, inclusive habían podido librarse de Soobin, ya que el doctor Hirai se ofreció a llevarlo para la ciudad, aun inconsciente claro. El resto de sus amigos disfrutaban las últimas horas de piscina que creían que les quedaban.
- Minari... - Sana llegaba al lado de su amiga, Momo la seguía – Perdónanos – De alguna manera todos sabían que la rubia era la más perjudicada.
- No te preocupes, yo voy a hablar con el bomboncito antes de que nos vayamos – todos habían asumido que les quedaban pocas horas en la casa de campo – Lo único que me queda es cancelar la fiesta, pero eso prefiero hacerlo desde casa – dijo la abogada
Mina se agarró la cabeza, la fiesta, se había olvidado de la fiesta de mañana a la noche... y si la fiesta era mañana, significaba que hoy tenía que venir... ¡Timbre! Lo que faltaba, la organizadora.
- Debe ser Florence – Su hija había pensado lo mismo
- Voy yo – anunció Momo – le digo que se canceló todo y listo – anunció
- Deja Momo – Mina se paró – No voy a perderme el gusto de echar a esa mujer – algo para levantar el ánimo no venía mal. La rubia rumbeo hacia la cuatrimoto que iba a llegando a llevarla a la puerta.
Apenas abrió la puerta, desplegó su mejor sonrisa de perra, detestaba a la organizadora que se babeaba por su esposa – Buenas tardes Florence – saludó fríamente
- Buenas tardes señora Myoui - nunca pronunciaba su apellido de casada
- Es Son Myoui y déjame ahorrarte tiempo – la frenó, basta de hipocresía, ya había tenido bastante de eso – la fiesta se canceló, no son necesario tus servicios – sentenció – hasta luego – intentó cerrarle la puerta en la cara
Florence la frenó – No he recibido llamado o mensaje alguno de Chaeyoung...
- Señora Son Myoui para ti – la corrigió Mina
- No he recibido ningún aviso de ella – provocó – por lo tanto, hasta que no hable con ella de aquí no me muevo – no se dejó achicar.
- Chaeyoung no está y yo no te voy a hacer pasar – dijo
- La espero aquí entonces – Florence era persistente
- Perfecto – sin dudarlo Mina le cerró la puerta y volvió a la casa.
- ¿Qué pasó? – le preguntaron sus amigos al ver la cara que traía
- Nada... detesto a esa mujer – les dijo – Que se deshidrate esperando – agregó
- Será mejor que vayamos a empacar – dijeron los chicos
Mina no dijo nada, su esposa lo había dejado bien claro, quería a todos afuera. De hecho, Mina dudo si no la quería a ella afuera también.
- ¿Nos vamos? – Mako había sido llamado por sus madres
- Si cariño – contestó Sana
- ¿Porqué? Yo no me quiero ir... la tía Chaeng prometió que hoy dormía con nosotros en la casita para que no nos agarraran las alemanas – peleó el leoncito
- No discutas Mako...
- Déjala Momo – saltó Mina – No sé a quienes se refería Chaeyoung, pero estoy segura que, a ninguno de ellos, lo mismo para Hyunjin – les dijo a Han y Minho.
-¡SIIIIIII! – festejaron los chicos – ¡Estamos adentro! – Mako chocó su mano con Heejin – Chau mami, chau mamá nos vemos luego – saludó y se fueron a seguir jugando
- Rata traicionera – murmuró Momo, murmullo que no alcanzó a escucharse por el ruido de una moto. Chaeyoung regresaba, y no regresaba sola precisamente.
- Detesto a esa mujer – Mina identificó a Florence como la acompañante que venía aferrada a su mujer.
- Vamos a hacer la maleta Momorin – cada uno salió para su habitación, no querían agregarle más problemas a Mina
Chaeyoung dejó la moto en su lugar y ayudo a bajar a Florence de la misma. Los señores Myoui y Yeji se habían agrupado junto a Mina, Chaeyoung y la organizadora caminaron hacia ellos. Mina buscaba los ojos de su mujer todo el tiempo, pero la morena solo hablaba con la organizadora.
- Florence – Mina sintió a su mujer dirigirse a la organizadora – ¿Me puedes esperar un momento? – preguntó – tengo algo importante que hacer, ponte cómoda – la deportista señaló las mesas y sillas del jardín – Olivia... - miró a su hija
- Yo me encargó mami – el cangurin iba a atender a Florence
- Akira, Sachiko – Ahora si – Vamos adentro por favor – ordenó abriendo la puerta de su casa y dejando pasar a sus suegros. A pesar de que no las nombró, Yeji entró detrás de sus padres y Mina la siguió, excepto que la rubia se frenó enfrente de Chaeyoung provocándola – ¿Entras o te quedas afuera? – le preguntó la morena mirándola fríamente. La rubia finalmente entró.
- ¿Cuánta plata debe señor Myoui? – volvían a las formalidades
- Quinientos mil dólares – contestó el hombre, sabía que era mejor no dar vueltas.
- ¿Tiene alguna fecha o algo pactado? – preguntó
Akira negó – Ya se venció, por eso me persiguen y amenazan – le dijo
Chaeyoung respiró – Yo le voy a dar el dinero – soltó para sorpresa de todos
- Chaeyoung – Mina no estaba de acuerdo
- Estoy hablando yo – la silenció – Le voy a dar el dinero, pero con condiciones para usted, y tres condiciones para su esposa – no existían los nombres ya.
- Lo que quieras Chaeyoung – contestó la sumisa de Sachiko
- El dinero lo va a entregar mi abogado, así que de alguna manera usted va a tener que contactarse con estos hombres para quedar en algo – esa era la primera condición Akira aceptó – siempre y cuando usted entre en un programa de ayuda a las adicciones – concluyó – y allí es donde entra usted señora Myoui – miró a la mujer – Le voy a dejar la tarea de controlar que su esposo cumpla con esto, y créame que esta vez no me voy a des entender de la situación como lo hice con el primer préstamo. ¿Puedo contar con que lo van a hacer? - ambos accedieron
- También quiero que la devolución del dinero, lo vayan haciendo en la cuenta que voy a habilitar como fondo escolar para las niñas – anunció – no hay requisitos ni montos, ni tiempos, solo quiero que mes a mes vaya creciendo un poco ¿de acuerdo? – otro requisito que aceptaron.
- Y, por último – este era el mejor – Esta es la última vez que Mina recibe estas noticias de su parte, la próxima, todo lo relacionado a dinero o a esas cuestiones me lo consultan a mí. Mina es mi esposa – De alguna manera escuchar a Chaeyoung decir esto a Mina le movía todo el cuerpo – prometí cuidarla y protegerla y eso es lo que voy a hacer, no quiero este de responsabilidades sobre ella ¿Entendido? – Nadie se iba a atrever a contradecirla – Les voy a pedir que después de hacer la llamada que tiene que hacer – miró a Akira – se vuelvan a su casa – sentenció – No quiero que ni mis hijas, ni mi esposa estén bajo riesgo alguno. Aun no puedo creer como expusieron a mis hijas a esto – resaltó – Eso es todo – dijo la morena
- Chaeyoung yo – Yeji hablaba – Quiero pedirte disculpas por todo. Por el dinero, por mi conducta, por la conducta de mi ex esposo...
- Me alegro que sea ex – le dijo Chaeyoung sonriendo, y Mina no pudo evitar la rabia de que esa sonrisa no fuera para ella – Espero que de ahora en más tomes mejores decisiones
- Gracias, por todo – para aumentar la rabia de Mina, Yeji abrazó a Chaeyoung – Me voy a hacer la valija, hay cosas que tengo que arreglar – No podía dejar a su ex desmayado con el doctor Hirai.
Mientas Akira hacía su llamada, Chaeyoung intentó salir al jardín – Chaeyoung... ¿No piensas hablarme? ¿No piensas mirarme? – Mina le puso una mano en el pecho para frenarla
- No quiero hablar contigo Mina – sentenció la morena tratando de moverse
- Claro... quieres irte rápido al jardín para hablar con la estúpida esa ¿cierto? – era más fuerte que ella, tenía que buscar a su mujer.
Para peor Chaeyoung no contestó, al contrario, trató de esquivar de nuevo a su mujer con éxito y Salió al jardín
- No hablas porque tengo razón ¿Cierto? – la provocó Mina desde su espalda
Chaeyoung se giró para contestar, pero algo la detuvo - ¿Qué haces? – preguntó mirando por sobre el hombro de su esposa
Mina se dio vuelta y vio a sus amigos con sus bolsos listos. Momo encabezaba la fila
- Chaeyoung yo... - Se tenía que disculpar – Quería disculparme por traer mis problemas acá, y quería darte gracias por ayudarnos, hiciste lo que no nos animamos a hacer... Gracias finalizó – Ahora nos vamos... voy a extrañar la envidia de mis compañeros de trabajo por mi bronceado... Voy a extrañar la piscina... el sexo campestre con Sana... e inclusive la caminata a la laguna -Siempre terminaba a caballito de Chaeyoung – en fin – suspiró – Sana dile adiós a la buena vida... dile adiós a...
- ¡Momo! – Chaeyoung giró los ojos – no tienes que irte –miró a los demás – ninguno de ustedes tiene que irse – Mina se alegraba por sus amigos, pero no pudo evitar pensar ser la única a la que su mujer no había perdonado.
En un abrir y cerrar de ojos la abogada había tumbado a Chaeyoung y ahora estaba abrazada a ella – Gracias bomboncito... gracias – la besó por todos lados
- ¡Momo! – Mina la frenó
- Vamos a desempacar – anunció la abogada
- Lo haces después Momo – le dijo Chaeyoung – Florence está esperando – le dijo
- Y tú no la puedes hacer esperar ¿cierto? – Mina no daba más, necesitaba algo, un grito, una mirada algo de su esposa. Nuevamente Chaeyoung la ignoró y siguió su camino
- No te preocupes Minari – Sana la abrazó – Todo se va a solucionar – le dijo
- Eso espero Sana, eso espero – la rubia aguantaba las lágrimas como podía
Día siguiente – en la mañana
Chaeyoung y sus siete enanitos, estaban trabajando en sus respectivas motos cerca del garaje.
- Mami – Una Ryujin toda engrasada aparecía enfrente de su madre
- Dime perezocito – le dijo la morena sin dejar de hacer fuerza para tratar de sacar la tapa de la gasolina
- ¿Estás enojada con mamá? - le preguntó incisivamente
Chaeyoung escuchó la pregunta, pero no dejó de hacer lo que estaba haciendo - ¿Por qué lo preguntas? – desvió la respuesta
- Pues...
- Porque... - Heejin llegaba al lado de su melliza para apoyarla en el interrogatorio – porque ayer mamá estuvo toda la tarde trompuda porque estuviste con Florence...
- Y – Chaeryeong no se podía perder la conversación. Se montó a la moto que estaba mirando Chaeyoung – anoche dormimos en el sillón, pero mamá no había escrito nada en la lista, con Hana la miramos ¿cierto Hana? – La más pequeña de las Hirai aparecía a montarse en la moto con su prima.
- Mi mamá dice que los abuelos y ellas te hicieron enojar – habló el patito avergonzada
- ¿Sigues enojada con mamá? – Mako le preguntaba por Momo – Yo también me enojo mucho con ella – comentó
- Eso es porque eres un leoncito – le dijo la morena acariciando su cabeza – Y no, no estoy enojada con tu mamá – aclaró
- Entonces con la nuestra si – sentenció Ryujin aguantando sus lágrimas
A Chaeyoung no le gustaba mentirles a sus hijas, pero tampoco meterlas en la relación de adultos.
- Seguro nos dices que son problemas de bultos – habló Chaeryeong
- Estoy un poquitito enojada con su mamá – admitió
- ¡Vaya! – Olivia le pasaba el lobito a su madre – menos mal que un poquitito – habló la mayor – porque si mamá lleva más de dos horas girando en bikini por la piscina solo para des bola – Chaeyoung ya se había dado cuenta de eso y no crean que no tuvo ganas de ir hasta su esposa y demostrarle que el bikini estaba demás, pero se contuvo.
- Ryu... no llores – la calmó Chaeyoung
- Mamá y tú se van a separar como los padres de nuestro compañero Steve – dijo llorando
- No cariño...
- ¿COMO QUE SE VAN A SEPARAR? – gritó Chaeryeong en pánico – YO NO QUIERO QUE SE SEPAREN – la facilidad que tenía el lechucín para fabricar lágrimas era increíble
- Lechucín cálmate...
- Steve es el chico más triste de la clase – comentó Heejin derrumbada -Seguro ahora todas nosotras vamos a estar más tristes que él y...y... - el pececito se derrumbo
Chaeyoung miró a Yuna, la pequeña ya había empezado con los pucheros – No...No...no niñas. Su madre y yo nunca nos vamos a separar...
- ¿EN SERIO? ¿ESCUCHASTE HANA? ¡BIENNNN! – chau lágrimas, bienvenida la felicidad. - Su madre y yo somos inseparable – siguió – yo me muero si no la tengo cerca, me muero si no la veo, si no despierto con ella, sino la miro.... Yo amo a su madre – les dijo
- ¿Y si la amas porque dejas que esté triste? – fue el comentario de Ryujin
Chaeyoung miró a Ryujin, después miró a el resto de las niñas, suspiró y miró hacia la piscina donde una Mina ya dada por vencida de mostrarse para llamar la atención de su esposa estaba tirada en una de las reposeras junto a sus amigas. Volvió a suspirar – No lo sé Ryu... No lo sé – dijo sin sacarle la vista de encima a su mujer
A la noche en la fiesta
"La vida es una caja de bombones" Si claro – se susurró para sí misma Mina – Estúpida mamá de Forrest Gump - La rubia llevaba sentada en la misma silla mirando como sus amigos bailaban y se divertían más de media hora – Maldita caja de bombones y sus rellenos sorpresa – se quejó Mina – Deberían de venir etiquetados o con avisos tipo "no comer ese bombón porque le arruinará la vida" o algo así – se dijo mientras bebía de su copa de vino blanco – Estoy segura de que Forrest también mando al carajo la caja de bombones cada vez que Jenny lo dejó, y eso que fueron muchas – seguía hablando para ella misma.
Lo cierto era que desde que Florence se fue, Chaeyoung no le había dirigido la palabra, no le había dirigido ni una mirada, o eso era lo que ella creía. Después que la morena y Momo organizaron todo, la deportista se fue con sus propias hijas y sobrinas a preparar todo para la acampada en la casita del árbol, acampada que dejó a la rubia en la cama sola, sin su esposa. Cuando Mina se levantó esa mañana, lo primero que vio fue a sus hijas durmiendo en el sillón de la sala, por supuesto que Chaeyoung se había ido a dormir al sillón, y por qué sus hijas no habían podido aguantar solas en esa casita y por supuesto que la morena se había ido a correr sin darle su acostumbrado beso. No solo que no la beso, sino que cuando llegó, desayunó con Yuna y después sus hijas la secuestraron para jugar a las mecánicas diría Chaeryeong. No crean que la rubia se quedó de brazos cruzados, hizo de todo para llamar atención de la morena, se puso su bikini negro, se puso en el camino de la visión de su esposa y fue todo lo más sexi que pudo, pero nada. Su mujer parecía inmune a ella.
- Minari – Sana llegaba a su lado – ven a bailar con nosotras – insistió
- Ahora no Sana – Mina no estaba de ánimo. Llevaba toda la fiesta mirando como su mujer, su sexi mujer charlaba con gente que ni siquiera la misma fotógrafa conocía
- ¡Mina! – la rubia se dio vuelta cuando sintió una voz de hombre llamándola
- ¿Doctor? – El doctor que había atendido a Yuna aparecía a su lado
- ¿Qué hace usted aquí? – se sorprendió de que el hombre la besara para saludarla.
- Pues, una amiga me trajo como su invitado –explicó – Déjame decirte que estás hermosa – El hombre la miro de arriba abajo.
- Muchas gracias – la rubia agradeció que su esposa no estuviera para escuchar el alago
- ¿Quieres bailar? – no había entendido nada del beso que Chaeyoung le había dado a su mujer en la clínica.
Mina estuvo a punto de rechazar amablemente la oferta del Doctor, pero algo le llamó la atención. A lo lejos pudo percibir la mirada de Chaeyoung sobre ella – Con que eso es lo que necesitas morena – susurró ideando un plan
- ¿Qué dijiste? – le preguntó el hombre
- Eeee, no nada... Que me encantaría bailar contigo – Esto podía salir bien, como muy mal.
Sin dejar pasar el momento, el rápido doctorcito agarró la mano de la rubia y la adentró a donde la gente se estaba moviendo al ritmo de la música.
La fotógrafa tiró la carnada. Mina no dejó paso de baile sin hacer, mientras más sentía a su mujer mirándola, más sexy los hacía... solo necesitaba un clic, una pequeña ayuda del doctorcito y sabía que su mujer iba a picar. Fue cuando sintió las manos del hombre en su cintura cuando en su cabeza pudo sentir los pasos de la morena acercándose.
- Disculpen – Chaeyoung le sacó las manos al doctor de su mujer bruscamente. Acto seguido agarró a Mina de la mano y se la llevó para el muelle.
- Suéltame Chaeyoung – pidió Mina simulando lo que en realidad era excitación con un falso enojo, la morena no le hizo caso – ¡Que me sueltes te digo! – se frenó en la entrada del muelle y logró soltarse.
Chaeyoung la dejó ir y caminó hasta el muelle, Mina la siguió - ¿Acaso no la estabas pasando bien charlando con esa gente? – le preguntó - ¿Por qué yo no puedo bailar con el doctor? - provocó
- No estabas bailando – la morena se giró para enfrentarla – te estabas fregando en el Mina – le dijo lo más calmada posible
La rubia se rio - ¿Algún problema? – estaba tocando todos los botones juntos
- Muchos problemas Mina, muchos. Detesto a ese doctor y más detesto que haya puesto sus manos sobre ti – dijo acercándose a ella
- Si tú no las ponías, alguien tenía que hacer...
Chaeyoung no la dejó terminar porque ya la había agarrado de la cola y la había traído hacia ella - ¡Nunca, pero nunca, vuelvas a decir eso! – le dijo con rabia bien cerquita de su boca
- Tu no me hablas, no me miras, no me tocas... ¿Por qué no lo puede hacer él? – esto último supero las barreras. Chaeyoung con rabia ya estaba comiéndole la boca. Mina sabía que su esposa estaba lastimándola a propósito, todo lo hacía fuerte, apretaba su trasero con fuerza, mordía sus labios con fuerza... y a ella le gustaba, no la pensaba parar.
Pero Chaeyoung si paró, paró de repente y se separó de su esposa para caminar hasta la punta del muelle. Mina no dudó en seguirla, sea como sea iba a conseguir que su chica se sacara todo de adentro - ¿Qué pasa Chaeyoung? Perdonaste a todo el mundo, ¿no puedes perdonarme a mí? – presionó
- No es lo mismo Mina – le dijo dándole la espalda
- ¿Por qué no es lo mismo? ¿Acaso yo no te importo? ¿Acaso la amistad de Momo y Sana es más fuerte que ser tu esposa? ¿Acaso te pone más feliz ayudar a mi hermana que a mí? - Mina tenía que ir mas allá - ¿Acaso ya no me amas? – esto fue lo que necesitaba
Chaeyoung se dio vuelta de inmediato y volvió a acercarse a su esposa, pero no llegó a tocarla, al contrario, la apuntó con el dedo – No vuelvas a decir eso – indicó
- Pues eso parece – siguió la rubia – yo ya no te importo... a mí no me puedes perdonar... no me amas...
- ¡CALLATE MINA! ¡CALLATE! ¿ACASO NO TE DAS CUENTA? ¿ACASO NO TE DAS CUENTA DE QUE SI A TU PADRE LO SEGUIAN ESOS HOMBRES AQUÍ TU Y MIS HIJAS IBAN A ESTAR EN PELIGRO? – le dijo – ACASO NO TE DAS CUENTA QUE YO JURE Y PERJURE EN PROTEGERTE Y QUE SI TE PASA ALGO ME MUERO – se frenó y respiró hondo – Casi trece años juntas llevamos Mina y todavía no aprendes que soy yo la que tiene que protegerte – los ojos de la morena fueron de rabia a ternura en un segundo – Yo te amo más que nada en este mundo Mina... te amo... y lo único que quiero es amarte cada día como te mereces – le aseguró – Pero tú no me dejas, tu no confías en mi...
- No digas eso – era Mina la que se acercaba a ella esta vez y con sus manos tomaba la cara de su chica – No hay nadie que confié más en una persona que yo en ti – afirmó – me equivoqué, quise protegerte, quise protegerme y me equivoqué, rompí mi promesa, pero no aguanto más. Necesito que me mires, que me hables, que me hagas el amor, que me beses en la mañana – Mina suspiró – Te necesito amor de mi vida, te amo y me muero si te pierdo – aseguró haciendo silencio.
La imagen que el final del muelle proyectaba era toda una imagen de película romántica, la Luna se reflejaba sobre el lago, y había dos mujeres abrazadas bajo ella mirándose.
- ¿Qué haces? – de repente Chaeyoung alzó a su esposa y la acercó al lago – Ni se te ocurra Chaeyoung... Ni se te ocurra soltarme... bájame ya mismo – pidió
- De acuerdo cariño... tú lo pediste – y la bajó, el tema es que la bajó sobre el agua.
- ¡CHAEYOUNG! – Mina salía de abajo del agua y nadaba para agarrarse del borde del muelle. Al rato veía como su mujer saltaba al lago - ¡ESTAS LOCA! ¿ME OYES? ¡LOCA! – la acuso
La morena apareció al lado de ella por debajo del agua – Loca por ti – le dijo apretándola más contra la parte baja del mulle – Y voy a estar más loca aun porque ya mismo te voy a hacer el amor – anunció
- ¿Y tú crees que yo me opongo a eso? – Por si le quedaban dudas rodeo la cintura de su novia con sus piernas - ¡DIOSSSS! – La morena ya tenía las manos de sus pechos – Este bombón es mi preferido – dijo cuándo la boca de su chica la dejo.
- Se crea una nueva leyenda... "la bestia del lago" – fue lo último que escuchó Mina en forma de palabras. El resto fueron gritos, gemidos y pedidos.