- Tengo malas noticias- dice Ethan entrando a mi habitación.
-¿Qué ocurre?- pregunto mientras continúo metiendo ropa en la maleta.
- No puedes volver mañana a Estados Unidos - contesta un tanto nervioso.
- ¿Cómo? Pero si tengo el billete desde hace días. Además, ya hemos hablado esto.
- No es por mí - dice rascándose la nuca con nerviosismo - sentémonos.
Ambos nos sentamos en dos butacas que había en un rincón de la habitación junto con una pequeña mesa.
- En tres días es la fiesta nacional. Este año habrá un acto muy importante junto con el presidente del país. Como herederos tenemos que asistir.
- No me jodas...- digo llevándome una mano a la frente.
- Están intentando tumbarme. Hay muchos partidos políticos a los que no les interesa que yo suba al trono.
- Lo entiendo... me necesitas - suspiro - está bien, pero necesito volver antes del viernes, tengo un examen.
- Hecho - sonríe y me da un beso en la mejilla.
Aquel gesto me pilla totalmente por sorpresa.
- Entonces... ya que te quedas, ¿te apetece dar una vuelta por los jardines?
Yo sonrío y asiento.
Ambos nos dirigimos al exterior del castillo. Cuando llegamos a la puerta me detengo.
Ethan al darse cuenta, se detiene a mi lado.
-¿Qué sucede?- pregunta confuso
- ¿Puedes llevarme al lago al que solías ir de pequeño?
- Claro, pero...¿puedo preguntar por qué tienes tanto interés en ir a ese sitio de repente?
- Necesito alejarme un rato de todo esto- digo abriendo los brazos en alusión al castillo.
- Dicho y hecho, vamos a por mi moto - dice sacando las llaves de la moto del bolsillo y tendiéndome el brazo.
Yo cruzo mi brazo alrededor del suyo agarrándome a él y nos dirigimos juntos hacia el garaje.
Una vez dentro me tiende un casco y él se pone el otro.
Se sienta y arranca la moto y me hace un gesto con la cabeza indicándome que suba, tras abrir la puerta con el mando de su llavero.
Yo me siento en el hueco trasero y me agarro a él.
Cuando nota que me he acomodado arranca la moto saliendo por el camino principal el cual cruzaba los jardines.
Harry, el cual se encontraba en la puerta sentado nos mira sorprendidos cuando pasamos a su lado a toda velocidad.
- Ve más despacio o nos mataremos - le grito por encima del ruido del motor.
Él hace caso omiso y acelera bruscamente con intención de asustarme.
- ¡Ethan!- exclamo golpeándole en el brazo para que frene.
Él hace caso omiso y sigue acelerando.
- Para, por favor - le ordeno sin resultado.
Oigo una carcajada por su parte
- Relájate princesita de Suecia, la carretera está libre de coches sino no iría tan rápido.
- Nos pueden...- de repente un sonido de coche de policía me interrumpe - Ethan, no me jodas frena, que es la poli.
- Mierda, no los había visto - dice frenando - no digas nada, déjamelo a mi.
Yo me río nerviosa.
- Tampoco podía ayudar mucho, se te olvida que no se sueco.
Cuando frenamos el coche se pone delante nuestro.
- Quítate el casco cuando yo me lo quite- me susurra Ethan.
- Vale - susurro de vuelta.
El policía de unos cuarenta años comienza a hablar con Ethan. Este se quita el casco y le contesta.
El policía se sorprende y me mira fijamente tratando de confirmar sus sospechas.
Yo me quito el casco y él me mira incrédulo.
El hombre continúa hablando con Ethan, el cual contesta con tono calmado. De repente el policía sonríe ante un comentario que Ethan pronuncia.
Oigo coches de fondo y me giro buscando la procedencia del ruido. Una furgoneta negra con el logo de una cadena de televisión se apresura.
- ¡Ethan!- Grito tambaleando - Ponte el puto casco - digo mientras yo me lo coloco de nuevo.
- ¿Qué...?- dice mientras se lo arrebato y pongo rápidamente.
La furgoneta pasa por nuestro lado a toda velocidad, pero no se detiene.
El policía me mira y sonríe.
- Es usted muy lista, princesa - dice con un notable acento al darse cuenta que nos trataba de proteger a ambos de la prensa - posiblemente esa furgoneta les seguía a ustedes, de hecho, sobrepasaban el límite de velocidad también.
Yo lo miro nerviosa.
- Por esta vez les dejaré ir, pero de ahora en adelante, circulen con cuidado. Esa gente- señala con el dedo hacia la furgoneta - se va a lleva una buena multa
Yo sonrío.
- Gracias señor, no se preocupe me encargaré de que vaya a la velocidad correcta.
- Debería hacer más caso a su mujer, es una jovencita muy sensata y si me disculpan, tengo una furgoneta a la que perseguir. Ha sido un placer
- Igualmente agente, gracias - digo con cortesía.
Él se apresura al coche, cierra la puerta y arranca a toda velocidad con las sirenas.
- "Debería hacer más caso a su mujer, es una jovencita sensata"- dice imitando la voz del policía.
Yo me río.
- Me ha sonado raro lo de mujer
- Sí bueno, si él supiera... - dice con tono divertido mientras arranca de nuevo.
Tras unos minutos llegamos al parador frente al lago.
Dejamos la moto aparcada y, como la vez anterior que vinimos, Ethan se aproxima a un arbusto del que saca un banco viejo en el que sentarnos.
- Et voilà - dice señalando el mismo
Yo sonrío y ambos nos sentamos mirando al lago. Permanecemos en silencio hasta que decido interrumpir nuestro momento de silencio.
- Si alguien te preguntara si te consideras una persona fuerte en la vida, ¿qué le contestarías?
Él me mira extrañado.
- ¿Qué tomaste en la cita de ayer? Te ha afectado.
- No seas tonto, contesta - digo apoyando mi cabeza en su hombro.
- Supongo que diría que no - dice pasando su brazo por mi espalda.
-¿No?- digo confusa - yo te considero una persona fuerte.
- Quizás en ciertas situaciones, en otras no - dice él con decisión.
- Justo lo que contesté - le indico.
- ¿Contestaste?- pregunta sin entender de lo que hablo.
- Sí, era un cuestionario para una entrevista de trabajo. Me sorprendieron las preguntas porque eran muy personales y me di cuenta de que no me conozco a mi misma.
- Supongo que en cierta medida a todos nos pasa lo mismo
- No lo creo - contesto yo con decisión - en Estados Unidos mis amigas tienen muy claro cómo va a ser su vida de aquí a unos años. Yo no sé ni siquiera si estoy estudiando lo correcto, algo con lo que pueda tener una vida normal. Pero... por otro lado, no quiero deshacerme de mi vida aquí.
- Bueno... es una situación difícil. Yo solo espero que optes por quedarte, porque ya me había hecho a la idea de lidiar contigo muchos años - contesta acercándome más a él.
Yo alzo la cabeza para mirarlo y sonrío.
- Una cosa no implica la otra - digo mirando sus ojos
- Me encantaría poder decir lo mismo, pero sabes que eso no es cierto - dice separándose - no puedo dejar a todos tirados, tengo un compromiso con mi país.
- Lo sé - digo asintiendo triste.
De repente se levanta y comienza a bajar por un sendero hacia el lago bajo mi mirada.
- ¡¿Qué haces?!- chillo para que me escuche.
- Hace calor, ¿no?- dice llegando a la orilla del lago.
Yo miro a mi alrededor y veo que el lugar está solitario.
- ¡Oye!- grito mientras desaparece tras los arbustos - no me dejes sola
Me apresuro a bajar por el mismo sendero. Me cuesta un poco debido a que tiene una gran inclinación y yo... tengo pánico a las alturas.
Cuando llego a la orilla veo que Ethan se encontraba a unos metros hacia la derecha. Se había quitado el pantalón y se apresuraba a quitarse la camiseta.
- Mierda - susurro mientras me acerco.
Me siento en una roca próxima y el me lanza su ropa para que la guardara.
- ¡Ethan! - exclamo al ver que ha amago de quitarse la ropa interior.
-¿Qué? No es nada que no hayas visto.
Me tapo los ojos mientras él se aproxima a la orilla totalmente desnudo.
De repente oigo su risa y me destapo los ojos comprobando que ya se ha metido completamente en el lago.
- ¿De qué te ríes imbécil?- pregunto.
- De que en el fondo eres una cría.
- ¿Yo? ¿Y eso quién lo dice?- pregunto con tono alterado - El mismo que hace un rato casi sale en las noticias por ser un gilipollas mientras conducía su motito de cien mil euros.
Él se comienza a reír a carcajadas.
- Esa es la Rachel que conocí el primer día- dice sin parar de reírse.
Yo niego con ma cabeza.
- ¿Te da vergüenza venir pequeña Rachel? - pregunta burlándose de mi
Yo aprieto los puños conteniéndome. Me levanto y dejo su ropa a un lado.
- Te espero arriba - añado mientras me encamino hacia el sendero.
- ¡Qué aburrida! - exclama a mis espaldas mientras se oye el sonido del agua - ¡Ya voy!
Yo suspiro subiendo por el sendero. No quería acercarme demasiado a él, sino volver a Estados Unidos sería un problema.
Me apoyo en la moto y saco mi móvil para mirar mis redes sociales. Veo que mis amigas me han mandado fotos en la universidad.
Liz: "Te echamos de menos"
Rachel: " Y yo chicas, nos vemos el viernes"
Bloque el móvil y lo guardo en mi bolsillo.
De repente, alguien me tapa la boca y aproxima una pistola a mi cabeza.
Ni una palabra o le vuelo la cabeza, majestad.
Mi corazón se detiene cuando veo a Ethan aparecer entre los arbustos.
- ¿Qué coño haces, Robert?- dice Ethan aproximándose.
- ¡Quieto!
Ethan se detiene y levanta las manos.
- Déjala, ella no tiene nada que ver- dice tratando de defenderme- me quieres a mi.
Él quita el seguro de la pistola mientras yo derramo una lágrima.
- El trono será mío o tu querida novia, mujer o lo que sea que seáis, morirá - dice mientras da un tiro al aire.
- Robert, tranquilízate - dice Ethan manteniendo la calma y acercándose lentamente.
- Tu padre subió injustamente al trono- dice con desorecio- El rey era mi padre y tras su muerte me correspondía a mi.
- Tienes razón, pero aún podemos solucionarlo - dice Ethan ante lo que yo me sorprendo - baja el arma.
Robert me rodea la cintura con su brazo y me arrastra con la pistola en la cabeza hacia su furgoneta.
Ethan se presura y Robert le dispara a la pierna.
- ¡Ethan, vuelve a Palacio y no hagas nada más!- grito antes de que me ponga un paño en la nariz con el que comienzo a perder el conocimiento.
- ¡Rachel!- oigo antes de que todo se vuelva negro.