Sana no supo a dónde se fue Tzuyu luego de eso.
Sólo sabía que no había aparecido en toda la noche, que volvió en la mañana, buscó las cosas de la universidad y se fué, ignorando sus súplicas para hablar.
Y fue cuando Sana se rindió.
Se había dejado llevar demasiado por los instintos de su loba, y los instintos no funcionaban para las personas, y menos para alguien tan poco loba como Tzuyu.
Mandó a la mierda a su loba interior, quién quería que la castaña le diera atención, y también mandó a la mierda a Tzuyu.
Acomodó las sábanas sobre la cama alrededor de ella, dejando una para cubrirse hasta tapar su cabeza, para sentirse más protegida, y sólo se quedó allí abrazando la almohada.
[ ... ]
-Wow, llegas temprano- dijo Nayeon al ver a la castaña entrar al supermercado, no había terminado de subir la reja de la entrada y Tzuyu sólo había entrado agachándose, sin disminuir su paso apresurado.
La castaña frunció un poco el ceño al no escuchar respuesta por parte de Tzuyu.
-¿Te pasa algo? - dijo, entrando a la sala de los empleados para ver a Tzuyu haciendo café en la cafetera con expresión seria pero con un dejo de enojo.
La chica se encogió de hombros, sin siquiera mirarla.
Nayeon notó las ojeras oscuras bajo los pequeños ojos de Tzuyu.
-Mira, no te he hecho nada para que estés enojada conmigo, así que te me calmas- el tono de Nayeon sonaba hartado, apenas había empezado el día y ella no estaba para soportar a una universitaria actuando como una niña ofendida.
-Justamente, Nayeon, no me has hecho nada- dijo, luego de unos segundos de mirarla con frialdad-. Y por eso no te importa cómo mierda esté, ya que no es tu culpa.
Nayeon se mordió el labio con fuerza, en un acto insignificante para calmar su enojo.
-Estás peor que una niña en su primer celo, Chou- dijo, alzando una ceja-
Y salió del lugar, más enojada de lo que había entrado.
Tzuyu no dijo nada el resto de la mañana, haciendo su trabajo en silencio y con la misma expresión seria, casi molesta, que cargó toda la mañana.
Nae no se molestó en hablarle, la chica también estaba ofendida por la actitud de mierda de Tzuyu hacia ella, no le había hecho nada para ser tratada así.
Pasó su turno y Tzuyu dejó su delantal y tomó sus cosas, sin decir nada ni despedirse, caminó hasta la universidad a paso apresurado, seguía molesta, por lo que llegó un poco más temprano a su destino.
Vio a la pelinegra bajar de una motocicleta, hablando por teléfono con una sonrisa, la que se borró rápidamente al ver la expresión seria con la que Tzuyu la miraba.
-¿Te pasa algo, Chou? - preguntó Mina, acercándose a la castaña.
Fue cuando Tzuyu se dió cuenta que había detenido su paso al cruzar a la alfa de ojos marrones.
Sin decir nada, continúo caminando.
Unos pasos apresurados la siguieron y la bibliotecaria apareció a su lado, fue cuando Tzuyu se dió cuenta que era más baja que ella.
-Tienes el mismo olor de ayer, un poco menos- comentó-, aunque un poco diferente ...
"No tomó los supresores" pensó.
Tzuyu no respondió.
-¿Está todo bien?
La castaña la miró, sin cambiar su expresión.
-Aunque estaba algo mal no debería por qué contarte.
-La puta madre, Chou- dijo la chica con un gruñido, aunque rápidamente se cubrió la boca con la mano ante semejantes palabrotas.
La expresión de Myoui hizo que Tzuyu riera en silencio, fue cuando por primera vez pensó que Nayeon y Mina era amigas, amabas insultaban igual.
-Tzuya-ah ..- esta vez, el tono de Mina era más suave, y ambos dejaron de caminar para mirarse-, tienes algo de olor a tristeza, pero se nota que no es tuyo, no tienes que darme detalles, pero. .. ¿Es esa omega?
Tzuyu hablar pensó en si respondedor o no un momento, pero antes de, la chica alfa se le adelantó:
-Escucha, debes cuidar de los omegas, ellos son más sensibles que otros, podría enfermar y luego ... empeorar...Y se nota que no sabes tratar a una omega, pero necesitas consejos siempre puedes contar conmigo.
Tzuyu asintió, con su orgullo un poco herido, por esas últimas palabras, ¿Quién era ella para decir que ella no sabía tratar a una omega?
-¿Es tu primera omega, Tzuyu-ah? - preguntó la chica.
Tzuyu recordó vagamente los ligues que había tenido tiempo atrás, cuando era una alfa hija de un hombre adinerado.
-Justamente, Myoui- dijo, sin ninguna intención de ser formal con la chica alfa-. No tengo que darte detalles.
Y se volteó para ir hacia la cafetería, a comer algo.
Escuchó el gruñido y los insultos de Mina.
Continuó de mal humor el resto del día, en un momento casi olvida el porqué estaba con esos humos y se molestó un poco más, pero luego volvió a recordar las palabras de Sana la noche anterior. ¿Quién se creía esa omega para hablar de ese tema? ¿Quién era ella para decir cómo se sintió? Había huido para alejarse de ese recuerdo, había empezado una nueva vida sin decir nada y le estaba yendo bastante bien, pero entonces había llegado esa cambiaformas para recordarle todo, con palabras bonitas como si eso suavizara las cosas.
Pero por más que estaba enojada con Sana, una parte de ella pedía tenerle piedad.
Una parte de ella se preocupaba omega, y se enojaba consigo misma por haberla tratado así.
Y fue esa segunda parte de ella misma que buscó en la biblioteca, en la parte de libros de autoayuda, uno de los tantos libros que consideraba estúpidos de cómo cuidar a una omega.
Y se sentó a leer, ignorando la mirada curiosa que le dedicó Mina desde su escritorio.
El libro resultaba un poco menos estúpido de lo que ella pensaba, y logró entretenerla bastante rato, leyendo unas cuarenta páginas seguidas, sin percatarse de la pelinegra que se acercó a ella, sorprendida al ver que Tzuyu estaba leyendo en serio, y no dormía.
-Que estés leyendo ese libro me hace pensar que rechazarse mí ayuda olímpicamente- dijo, haciendo que los ojos de Tzuyu se separaran de las palabras para mirar a la bibliotecaria-. Ese es el típico libro que lees cuando hay un problema y no tienes amigos para conversarlo.
-Es exactamente por eso que lo estoy leyendo- respondió con una sonrisa amarga.
-Por favor, Chou- dijo Mina-, somos amigas.
-¿Lo somos? - Tzuyu dramatizó su sorpresa- ¡Que cool! ¡Una amiga! ¿Cuándo hacemos una fiesta de pijamas, amiguis?
Mina alzó una ceja.
-Está bien, Tzuyu-ah, no somos amigas. La castaña sólo respondió con una sonrisa tosca.
-Pero mi oferta para serlos, y lo de que me cuentes lo de tu omega siguen en pie.
Tzuyu la miró unos segundos, Mina sonrió un poco al ver que se lo estaba pensando.
-Es más fácil hablar con una persona que con un libro- admitió la castaña-. Pero sólo si prometes no decirle nada a Nayeon.
Mina rió un poco, contenta por su logro, se sentó junto a la chica, esperando a que hable.
-¿Tu ... Crees en los predestinados? - la pregunta sonó casi tímida.
-Hmm...- Mina pensó la pregunta un momento-, no creo en el destino o cosas de esas, de que toda tu vida ya está escrita, pero creo que hay cosas que ocurren por alguna razón, y aunque no lo quieras ...Van a suceder todas las casualidades necesarias para que ocurra.
Tzuyu asintió, le pareció una reflexión bonita.
-Mi omega ...- dijo la castaña, sin darse cuenta de la posesividad de sus palabras-, vive conmigo, y está todo el día en mi departamento, sólo estoy con ella en la mañana y en las noches.
La chica adornó su rostro con una sonrisa cómplice, aunque no supo si la que estaba en el rostro de Tzuyu era una sonrisa consiente o no, así que decidió preguntar.
-¿Y te gusta?
El "No" automático se trabó en un "Sí", que no supo muy bien de dónde había salido.
O quizás sí, sintió a su loba inquieta en su interior, era la primera vez que la sintió sin estar con Sana.
Por unos segundos Tzuyu no pudo decir nada, y el rubor subió a su rostro.
En realidad, nunca lo había pensado.
Nunca se puso a razonar si ella misma quería a Sana, de esa forma tan especial, porque no tenía ninguna duda de que su loba amaba a la omega, y cada vez que estaba con ella, la calidez de su corazón lobuno llegaba un poco a su propio corazón.
-No lo sé- dijo, un poco más seria que antes-, nunca lo pensé.
Mina asintió.
-No tienes que pensar en los sentimientos, Tzuyu-ah- dijo la chica-, ellos están incluso si no te das cuenta, lo único que tienes que pensar es en cómo traducirías esos sentimientos al exterior, si es que quieres a esta omega como una pareja, sea tu predestinada o no, o si no la quieres de esa manera.
Tzuyu asintió, se siente un poco abrumada por esa charla de sentimientos.
-Y volviendo al tema ... Pues, al parecer está muy sensible, y está triste, y llora, y me necesita todo el tiempo y-
-¿Tuvieron relaciones?
La pregunta descoloca a Tzuyu, dejó de hablar de golpe, y quizás sólo fue por escuchar tener relaciones con Sana que su rostro se ruborizó.
Mina soltó una carcajada.
-No, no, no- Tzuyu se apuró a hablar-, no, nosotras sólo ... Dormimos juntas.
Mina alzó una ceja, no se la creía. -De verdad, sólo dormimos.
Mina suspiró, aún con una sonrisa.
-Iba a preguntarte si ya la habías marcado, pero...Recordé que eras una beta- dijo la chica.
Las palabras la golpearon un poco en su orgullo, pero no dijo nada.
No era que por ser una beta no podías marcar a tu pareja, varios betas lo hacían, pero el lazo que creaban entre su pareja era tan débil que hacía poco y nada de diferencia, al punto en que la mordida pasaba a ser un adorno, que tampoco duraba mucho tiempo.
-Entonces ...- dijo la bibliotecaria-, sigo sin ver el problema con esa omega, se escucha como una omega bastante normal.
-Tú porque no tienes que soportar a una sensible que se pasea por tu hogar pidiendo que le des atención y mimos, y que a veces se le pasa la lengua diciendo estupideces y cosas molestas- dijo la castaña, de forma rápida, algo enojada.
-Pues ... Sí he tenido que soportar esas cosas, Chou- la chica sólo obtuvo una mirada pidiendo un poco más de detalles-, no debes exagerar esas cosas, Tzuyu-ah, no te lo tomes enserio, además, apuesto lo que quieras a que esa omega te pidió perdón si dijo algo que te molestó.
Tzuyu no respondió, y por un momento se sintió de la misma forma de cuando su madre la castigaba.
-¿O me equivoco? - Mina habló con una sonrisa.
-Sí, lo hizo- murmuró Tzuyu.
-Y conociendo lo imbécil que eres, no aceptaste sus disculpas.
-Adivinaste- dijo la castaña-. Para no ser mi amiga me conoces bastante bien.
-No necesito conocerte profundamente para darme cuenta que eres una orgullosa de mierda.
Tzuyu se quedó sin palabras.
-Y si quieres un consejo de enserio, y no perder el tiempo con un estúpido libro- la joven alfa tomó el libro-, ve con tu omega, no te vayas nunca de su lado, hazle caso, y no tengas miedo de pedirle perdón tú misma ... Que siempre puede ser la mejor coincidencia de tu vida.