Extras de Rosas|| libro #3.2

Av Rina_garcia

3.2K 680 366

Las rojas son rosas... Las margaritas blancas... Si creías que era el final de la historia Aguarda, que ahora... Mer

Notita de autora
Extra #1 (Parte 1)
Extra #1 (Parte 2)
Extra #2
Extra #3
Extra #4
Cuaderno de canciones de Rubí Carlton
Extra #5
Extra #6
Extra #7

Cuaderno de canciones de Rubí Carlton

222 43 31
Av Rina_garcia

Perfectly Wrong 
Autor: Caleb Carlton

Género: R&B 

Álbum: Nice to meet you. 

🎼🎼🎼

9:30 pm

La única razón por la que tenía esa canción en su cuaderno favorito era porque había ayudado con ciertos arreglos...Bueno, y también porque debía admitir que la primera canción escrita totalmente por su hermano entraba entre sus canciones preferidas de todo el universo.

Pero no se lo diría en voz alta, para eso tenía a las millones de fanáticas gritando su nombre fuera del estudio de grabación de ese programa de entrevistas. Ya no subiría más su ego.

—Tengo la canción escrita en mi cuaderno —le comentó en cierto punto, cuando las estilistas encargadas dejaron de arreglarlo y él se acercó a la ventana para saludar a la gente. Caleb volteó de inmediato a verla —. Te lo digo por si quieres repasar la letra antes, tarado.

—Gracias, pero no hace falta —él le sonrió con esa carisma tan típica suya —. Esta canción me la sé de memoria, no hay forma en que falle la letra.

Ella no se perdió la forma en la que la mirada bicolor de su hermano mayor viajó a Elise Blake, su publicista. Tampoco se perdió la sonrisa de Eli, ni el pequeño rubor en sus mejillas. Claro, es que ella había sido la musa de esa canción, el gatillo que llevó a Caleb a disparar su hasta entonces apagada creatividad.

Ella era parte de la razón por la que Caleb había decidido reinventarse y conocerse a sí mismo.

Eli y Leb aún mantenían su relación secreta para los medios, todos habían acordado que eso era lo mejor para evitar escándalos. Sin embargo, al ver la sonrisa de bobo enamorado en su hermano, Rubí comenzó a dudar que eso sería secreto por mucho tiempo. Rodó sus ojos, muy tentada a decir: idiotas enamorados. Si se contuvo fue porque Avi estaba ahí; revisando unas cosas en su teléfono, pero aún ahí. No quería que su tío le dijera que no debía molestarlos.

Sobre todo cuando él se encargaba de molestarlos el triple.

—¿Si sabes que tienes que disimular, no? —le preguntó Rubí a Caleb —. Confío en Elise, ella disimula bastante bien cuando hay varias personas cerca. Tú me preocupas más. Vas a tener que tragarte esa sonrisa bobalicona cuando la entrevistadora te pregunte sobre tu vida amorosa.

—Por favor, hermanita, sabes que soy bastante bueno en esto, y no lo digo por presumir —aseguró él, haciendo que ella rodara sus ojos. Si lo decía por presumir —. Si me preguntan sobre mi vida amorosa diré que, luego de mi ruptura con Silene, me estoy tomando un tiempo para disfrutar de mi soltería. Que ella y yo seguimos siendo amigos, muy buenos amigos, y que todo el amor que necesito ahora es el de mi familia, mis seres queridos y, por supuesto, el de mis fanáticas.

La verdad, Caleb si era muy bueno en eso. Le salía natural responder de esa forma, con confianza y comodidad. Las entrevistadoras y entrevistadores lo amaban por agregar carisma y encanto a sus programas.

Ella sonrió, satisfecha con la respuesta de su hermano. Eli se mostró igual de orgullosa, aplaudiendo antes de anotar algo en su pizarra para añadir un par de cosas. Esa entrevista saldría de maravilla y, con la actuación en vivo de Perfectly Wrong en el programa, seguro que Leb saldría en más de un periódico a la mañana siguiente.

La gira del álbum ni siquiera había comenzado aún—la primera actuación sería en una semana —y aún así ya les estaba yendo de demasiado bien para ser real.

Sin embargo, la sonrisa de Rubí se esfumó cuando recordó la propuesta que la disquera le había hecho una hora antes de dirigirse al estudio de grabación: un álbum para ella. Le dijeron que, tras haberla visto cantar en Los Angeles, ahora la gente quería más de su música y los de la discográfica estaban dispuestos a invertir en su talento. Rubí jamás quiso convertirse en una estrella, pero ahora que la posibilidad estaba puesta justo frente a ella y al alcance de sus manos solo podía preguntarse si ella seria capaz de hacer lo que Caleb hacia a diario.

No se imaginaba a sí misma recibiendo a fanáticos y paparazzi con sonrisas amables, más bien se imaginaba dando sonrisas tímidas o intentando huirles. No era tan buena para improvisar respuestas en entrevistas, ni tan carismática como Leb para agradable a todos. Ella era sarcástica y directa, ¿eso encajaba con una estrella?

Observó las calles desde las ventanas, repletas de fanáticas y fanáticos que querían ver a Leb. Estaban en Londres, su hogar y primer país que visitarían en una gira corta por unas partes de Europa y Estados Unidos. Pensar que ella una vez estuvo en las calles que ahora esa gente llenaba, solo que hambrienta, drogada y sola, le hizo sentir un escalofrío. Esa chica no tenía material de estrella...

Pero Rubí no era más esa persona.

—Oye, enana —levantó la mirada al escuchar a Aviv llamarla. Vio que tenía el entrecejo fruncido y que observaba cierto punto en el cuarto —. ¿Quién es la mujer que se está acercando a nosotros?

Rubí volteó hacia el mismo lugar que él, encontrando a una mujer en sus treintas caminando hacia ellos con una amplia sonrisa. Era hermosa, de piernas largas, figura envidiable y cabello rubio muy bien cuidado. Solo por su aspecto supo reconocerla.

—Es Christine Reyerta —le dijo ella —. Ya sabes, la conductora del programa.

—Oh, mierda —él empalideció al instante, confundiéndola. Luego, le susurró —. Aún no entiendo muy bien la profundidad. Dime si hay tiempo para correr lejos de ella.

Pero en cuestión de segundos, la mujer ya estaba frente a ellos, sonriendo en dirección a Aviv. Rubí ni siquiera sabia que ellos se conocían, pero debió suponerlo. Después de todo, su tío tenia una larga lista de contactos famosos que incluso a ella la impresionaba.

—¡Avi! —exclamó ella, su voz sonaba tan bien como en televisión —. Que alegría verte de nuevo. Te extrañamos por este lado del charco.

Aviv era tan bueno improvisando respuestas y sonrisas como lo era Caleb. Su expresión amistosa no flaqueó aun cuando había confesado minutos atrás querer correr de la hermosa mujer frente a él. La saludó con amabilidad e incluso preguntó por alguien, un conocido en común. Rubí miró a su hermano, quien también estaba extrañado porque ellos dos se conocieran tan bien; más extrañado aún por lo tenso que parecía estar juntó a ella, a pesar de lo buena que estaba siendo su actuación.

Elise, por su parte, solo estaba intentando contener una sonrisa divertida.

—Me alegra ver que tus ojos ya funcionan —continuó Christine. Rubí frunció su entrecejo ante eso, lo hizo sonar como si Avi hubiese estado descompuesto antes y no fue así —. Lo había escuchado, pero me alegra haber comprobado que se trata de más que solo un chisme pasando de boca en boca.

—Sabes que eso de los chismes no va conmigo. A mi me gustan las cosas claras —aseguró él, su sonrisa no se esfumó en ningún instante —. Por eso hice un comunicado formal. Soy casi una figura pública y no quiero que mis representados se vean afectados por chismes en mi nombre, sean de la índole que sean.

—Que suerte tienen tus representados de tenerte —continuó Christie. Aviv no hizo más que encogerse de hombros, no iba a fingir modestia —. Bueno, ahora que ves, supongo que puedes comprobar lo que tanto dicen de mi ¿Qué opinas?

La mujer dio una vuelta y Rubí pudo jurar que su voz de repente sonó más...seductora. La miró con desconfianza y buscó los ojos de su hermano para confirmar que no era la única que pensaba lo mismo. Tanto Caleb como ella habían notado que Christine no estaba llamando la atención de Aviv simplemente por ser un representante, y que lejos de ser amistosa estaba buscando algo más. Si su tía Sanne hubiese estado ahí para verla, le habría arrancado las extensiones de un solo golpe.

Pero ella no estaba, así que les tendría que bastar ver como él la rechazaba a su manera.

—Opino lo que siempre he opinado de ti, Christine —continuó él, colocando ambas manos en sus bolsillos —: eres una mujer joven y muy talentosa. No necesito ver para opinar eso.

—Otros también dicen que soy hermosa —aseguró ella, sonriendo con más que amabilidad —. Tú lo dijiste en algún momento ¿Tampoco necesitaste ver para comprobarlo?

La mandíbula de Rubí cayó abierta ante la sorpresa. Con que así se conocían ellos dos...

—Claro que no. No tengo que verte para saber que eres hermosa, porque lo eres —aclaró él, con más educación que otra cosa —. Pero ahora que veo, debo decir que mi gusto sin duda se inclina más hacia las morenas.

—Ah, ese es otro chisme que escuché —ella se cruzó de brazos y sonrió aun más. Si Rubí tuviese que escribir una canción sobre esa sonrisa, la habría llamado "ataque de víbora" —. Sanne Coleman y tú siempre fueron muy unidos, a veces creía que me buscabas solo para ponerla celosa.

Aviv no respondió, solo se mantuvo en un silencio tranquilo. Quizá, solo quizá, si la había buscado para ponerla celosa un par de veces, pero lo de Avi y Christine nunca fue serio. Él se aseguró de dejar claro eso en todo momento las pocas veces que salieron.

—Me alegra que el chisme entre tú y la nadadora olímpica haya salido a la luz —continuó, observando sus uñas para fingir desinterés —. Me hacía falta ver tu cara en revistas y periódicos. Te ves bien, claro que ahora lo puedes comprobar por tu cuenta, ¿no?

—Y cuando no lo comprueba por su cuenta, se lo recuerda mi tía Sanne —interrumpió Rubí, acercándose a la mujer sin ánimos de lucir agradable. Esbozó una sonrisa tan retadora como la de Christine y extendió su mano para que la estrechara —. Soy Rubí Carlton, la sobrina de Aviv.

Un tanto anonada por la interrupción, Christine Reyerta estrechó la mano de la chica y le devolvió una sonrisa igual de tensa. Rubí sabía que no debía decirle en la cara todo lo que pensaba de ella, lo muy desagradable que le estaba resultando escucharla indagar en la vida de su tío o lo patética que le parecía. Si lo hacía, arruinaría la entrevista de Leb y eso era lo que menos quería. Ese programa era popular en todo el mundo, si lo arruinaban ahí, su reputación tendría una mancha demasiado grande como para arreglarlo.

Así que hizo algo mucho menos peligroso: intimidarla.

—Me encanta tu programa, lo veo desde que era niña —comenzó, alejando su mano de la mujer.

—Muchas gracias, dulzura.

Dulzura. ¡Ja! Pero que equivocada estaba.

—Un consejo, cuando quieras hablar de mis tíos en televisión, porque por lo visto es un tema que te interesa bastante, asegúrate de recordar que su relación no es un chisme. Es una realidad —dijo, sin perder la sonrisa —. Y puedes usarme como fuente cercana que lo confirma: son muy, muy felices en su lado del charco ¿Cierto, Leb?

—Muy cierto —concordó su hermano, sonriéndole a su hermana antes de observar a Christine —. Por cierto, muchas gracias por invitarme a tu programa. Es un placer trabajar con una amiga de mis tíos, se siente casi como estar en casa.

—Sin duda le diremos a la tía Sanne que le mandaste saludos —siguió Rubí —. Porque la conoces, ¿no? Digo, como ella siempre ha sido tan unida a Avi...Aunque tú no eres muy unida a él, por lo que veo.

—Éramos cercanos —habló Christine, comenzando a estar incómoda.

—¿En serio? Que raro, él jamás te mencionó. Seguro lo olvidaste, tío —Rubí observó a Avi y negó con la cabeza mientras reía, como si fuera algo sin importancia. Christine se sonrojó —. En fin, igual le daré tus saludos a mi tía. Veremos si ella te recuerda.

—¿Debería ir preparándome, no? —habló Leb —. Mi equipo y yo empezaremos a afinar los instrumentos. Ya sabes, queremos que todo salga bien, más si eras tan cercana a mi tío. Odiaría meter la pata aquí.

—Si, no queremos que eso suceda ¿Cierto, Elise?

Elise tuvo que ocultar su sonrisa divertida tras la carpeta con documentos que cargaba. Asintió con la cabeza y volvió a bajar la mirada, sin querer arriesgarse a estallar en carcajadas. Christine estaba realmente avergonzada, pero no sabía decir exactamente porqué. Sentía que la estaban atacando, sobre todo Rubi, pero entre tantas sonrisas y amabilidad...¿cómo podía quejarse ante esa actitud tan pasiva-agresiva? No habría sido profesional.

Observó a Aviv, quien sonreía ampliamente en dirección a sus sobrinos. Él leyó el grito de auxilio en los ojos verdosos de la presentadora.

—¿Qué te puedo decir, Christine? Son bastante trabajadores —aseguró él —. No solo tienen suerte de que los represente, sino que yo tengo suerte de representarlos.

—Seguro que sí...—dijo ella, para luego mirar a Caleb—. Primero viene la entrevista, pero si quieres ir afinando instrumentos puedes hacerlo ¿Qué canción cantarás?

Perfectly Wrong —Rubí quiso aplaudir al ver que su hermano no dirigió su vista a Elise tras decir el nombre de la canción, pero se contuvo —. ¿Te parece bien?

—Si, si, lo que te parezca mejor. Iré a acabar con mi maquillaje, luego nos vemos en el set.

—Adiós, Christine —soltó Aviv. Ella le dedicó una sonrisa un tanto incómoda.

—Adiós, Aviv.

Y, sin más, la entrevistadora se fue hasta los camerinos para colocarse otra capa de maquillaje. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, Rubí extinguió su sonrisa y soltó un bufido. No sabía que le molestaba más de ella: el que hubiese sugerido que Avi estuvo defectuoso durante su ceguera, el que se le hubiese insinuado aún cuando sabía que él tenía novia, o el que la hubiese llamado dulzura.

Odiaba admitirlo, pero hasta ahora el apodo resultaba lo más irritante—y eso que lo otro ya lo era bastante.

—Yo los amo siempre —habló Aviv, soltando una carcajada —, pero hoy ese amor se multiplicó por mil. Les agradezco eso, de verdad. Conseguí esta entrevista considerando que podría evitarla si llegaba a aparecer, como hice las otras veces que me la he encontrado. No consideré que es la primera vez que veo su rostro y no la reconocí, pero ustedes me salvaron.

—Aja, aja, somos tus salvadores y eso —habló Rubí, ligeramente molesta —. Ahora explícanos porqué se te estaba insinuando y además hablaba de la tía Sanne con tanto odio.

En lugar de escuchar una respuesta por parte de Aviv, escuchó unos golpecitos que sabía eran de Elise. Así llamaba la atención. Volteó a verla y en su pizarra estaba escrita una clara explicación.

Aviv y Christine salieron mucho antes de que Caleb saltara a la fama. Entonces, ella solo era la presentadora de un concurso de canto y Avi uno de los productores del programa —leyó Leb en voz alta —. Bueno, salir no es la palabra adecuada. Ellos...¿congeniaron? El punto es que Aviv le aclaró que no quería nada serio y justo en ese momento comenzaron a surgir chismes sobre la reputación de su representante.

—Chismes muy, muy malos —continuó Aviv —. Chismes por los que su tía Sanne no me habló en días y por los que tuve que hacer un control de daños enorme. Fue su tía quien descubrió que "la fuente cercana" que había dado toda la información falsa era ella, Christine. La obligó a desmentirlo todo y mi reputación quedó limpia, a ella no le costó limpiar la suya cuando se convirtió en entrevistadora. Es perfecta para este mundo y la gente quedó encantada con ella.

》Hice las pases con Christine cuando Leb se convirtió en cantante, sabia que me serviría tarde o temprano tener contactos en este programa.  Soy muy cauteloso con ella, demasiado, porque la conozco y sé que es capaz de torcer palabras a su antojo. Si los traje aquí es porque sé que pueden manejarla, los dos son buenos con esto y me lo acaban de demostrar.

—Leb es el carismático en las entrevistas, yo no —opinó Rubí.

—No solo se trata de carisma, enana. Se trata de actitud. Si decides ser cantante al final, vas a tener que aguantar a personas como ella, que van a intentar traspapelar datos falsos en tu expediente. Necesitas mantenerte firme y segura, devolver golpes sin ensuciarte las manos. Tú sabes hacer eso.

》Este mundo del espectáculo no es perfecto, ¿pero qué mundo lo es? Sé que ambos aman cantar, lamentablemente la fama por hacerlo trae estas cosas no tan perfectas en el camino ¿Lo vale? Eso es lo que deciden ustedes. Como sea, sé que los dos pueden con esto.

Rubí se lo pensó. Visto de ese modo, el mundo como estrella era agotador. No obstante, se permitió pensar en la vez que estuvo en un escenario con su hermano. Eso se sintió perfecto, como tocar el cielo sin la necesidad de volar. Amaba componer, amaba cantar, amaba ver las calles de Londres y pensar: yo sobreviví a cosas horribles ahí, ahora merezco hacer lo que amo.

Y, aunque el mundo de lo que amaba era perfectamente incorrecto en ocasiones, lo valía. Valía intentarlo porque pisar un escenario la llenaba de vida.

Ella quería vivir.

—Ahora...—habló Aviv, carraspeando un poco —. Este incidente se queda entre nosotros. No le digan nada a su tía Sanne...por favor.

—¿Ella no hizo las pases con Christine? —cuestionó Rubí, casi segura de que la respuesta era negativa.

—Solo digamos que si se entera de que me dirigió la palabra, ella nadará hasta este lado del charco a arrancarle la lengua y nos quedaremos sin entrevista.

—Y eso seria tan horrible...

—No seas tan mala —carcajeó su hermano, al notar cierto cinismo en su voz. Luego, observó a su novia con curiosidad —. Yo quiero saber cómo es que sabías de esto antes que nosotros, musa.

—Ah, eso es porque Elise es una chismosa...pero de las buenas —aclaró Aviv —. Ella sabe estar enterada de todo y de todos, incluyéndome. Eso la hace increíble en este trabajo ¿O qué, Leb? ¿Acaso creíste que la convertí en mi mano derecha solo porque te gusta?

—No, pero es bastante conveniente el hecho de que me guste una chismosa ¿No?

—Disimula, Caleb. Disimula —habló Rubí, rodando sus ojos. Luego, miró a Elise —. A este paso, el secreto durará menos que la dignidad de Christine luego de que yo comenzara a hablar. Mejor vete preparando para todo ese escándalo, Elise.

Elise soltó una carcajada, aún cuando Caleb se defendió y le hizo saber que sí sería capaz de disimular. Le creían, claro estaba, pero tanto Aviv, como Rubí, parecían disfrutar haciéndole creer lo contrario solo pata conseguir enojarlo. 

Minutos después, Leb estaba demostrándole a ellos lo bueno que era para improvisar respuestas en la entrevista y para mantener secretos sin perder la calma. Carisma y astucia se mezclaban mientras hablaba, toda una estrella que sabía lidiar con lo difícil de su carrera para así poder disfrutar lo que en verdad amaba: cantar y hacer música.

¿Sería Rubí capaz de hacer eso? 

Mientras la entrevista terminaba y su hermano comenzaba a entonar una de las más hermosas canciones que había escuchado en su vida, ella se acercó a la ventana. Encaró las calles en las que alguna vez estuvo perdida, ahora repletas de gente. Ya no era la niña hambrienta en las esquinas de Londres, ahora era...era Rubí. 

Una Rubí más segura, más agradecida de lo que tenía, más enamorada de la música que nunca...

No era una estrella perfecta, era más bien una chica promedio ¿Podría encajar en un mundo como ese? 

Observó a su hermano, cantando con su hermosa voz ronca aquella canción que significaba demasiado para él y para Elise. Eso era lo que quería ella, quería conmover con música del mismo modo en el que su hermano lo hacía. Quizá...quizá si podría hacerlo.

Y esa tarde, una vez terminó de escuchar a su hermano, Rubí Carlton atravesó las calles por las que alguna vez fue una indigente y caminó con la cabeza en alto hacia la disquera. 

Ahí, firmó un contrato para comenzar su primer álbum.

🎼🎼🎼

Lyrics: 

Last night I told my guitar about you,
She already knows about your shining eyes,
And about your delicious perfume.
She answered me back with this song just for you.

The piano knows that I hear your voice,
Even when your lips haven't spoke a word.
He told me that this is all wrong.
Then, why it sounds like a perfect song?

I love someone else, I whisper to the drums.
They called me a liar, I know I'm a liar.
Cause you're the only music I've ever loved.

And it sounds so good,
so delightful, so true.
The perfect song,
But the wrong muse.
Oh, what have I done?
Oh, sorry honey,
Forgive me for falling in love with you.
You've heard the piano,
He is right, playing his new lullaby.
This perfectly wrong song,
Is forbidden for you and I.

I can hear the bass judging me,
While I can only think in your eyes.
Hers ment the world to me one day,
But yours are a melody stuck in my heart.

My voice shakes every time I see you,
Ruining this perfect lullaby
I used to be a great singer,
But now I'm just a great liar.

And love never meant this to me.
My feelings are now a song,
A perfectly wrong song that is forbidden
For you and me.

Na, na, na, I can hear the melody as I sleep
Na, na, na, and your voice although is something I never heard.

And it sounds so good,
so delightful, so true.
It's the song that I want,
But not the one that I have.
Oh, what have we done?
Oh, we are in trouble,
Now that we fell in love with each other.
You've heard this song,
I wrote it with my heart.
It is perfectly wrong,
Just like you and I.

Na, na, na, I love you and it isn't that bad.
Na, na, na, I will sing this song for you and I...

🎼🎼🎼

TRADUCCIÓN:

La otra noche le conté a mi guitarra sobre ti.
Ella ya sabe de tus ojos brillantes,
Y de tu delicioso perfume.
Me respondió con esta canción que es solo para ti.

El piano sabe que escucho tu voz
incluso cuando no hablas.
Me dijo que todo esto está mal,
Pero si está mal, ¿por qué se escucha como la canción indicada?

"Amo a alguien más", le susurré a la batería.
Sabe que miento, sé que miento,
Porque tú eres la única música que alguna vez he amado.

Y suena tan bien,
Tan correcta, tan real.
La canción perfecta,
Pero la musa equivocada.
Oh, ¿pero qué he hecho?
Oh, perdón cariño.
Perdóname por enamorarme de ti.
Escuchaste el piano.
Tiene razón, tocando su nueva melodía.
Esta canción perfectamente imperfecta,
Esta prohibida para ti y para mi.

Puedo escuchar al bajo juzgándome,
Mientras yo solo puedo pensar en tus ojos.
Los de ella significaron el mundo para mi un día,
Pero los tuyos en mi corazón son una constante melodía.

Mi voz me falla cada vez que te veo,
Arruinando esta canción perfecta.
Antes era un buen cantante,
Ahora solo soy un buen mentiroso.

Y es que amar nunca significó tanto para mi.
Mis sentimientos ahora son una canción,
Una perfectamente incorrecta canción prohibida para ti y para mi.

Na, na, na, escucho la melodía mientras duermo.
Na, na, na, y tu voz aunque es algo que nunca he escuchado.

Y suena tan bien,
Tan correcta, tan real.
Es la canción que deseo,
Pero no la que tengo.
Oh, ¿pero qué he hecho?
Oh, estamos en problemas,
Ahora estamos enamorados el uno del otro.
Ya escuchaste esta canción,
La escribí con el corazón.
Es perfectamente incorrecta,
Así como tú y yo.

Na, na, na, te amo y eso no está mal.
Na, na, na, cantaré está canción para ti y para mi...

Fortsett å les

You'll Also Like

50.7K 4.2K 22
Jeon Jungkook, líder de la mafia más grande de Tokio, Japón, o se podría decir de toda Asia. "LOS YAKUZA" Es temido, odiado y codi...
40.2K 2.5K 28
después del último exterminio y ganar en la batalla contra los exterminadores el rey decide quedarse con su hija, haci empezando a convivir más con c...
102K 14.8K 27
El joven maestro Llyod es tan desagradable, tiene un rostro tan feo, una personalidad malvada. es un estafador, manipulador, un oportunista y un lame...
107K 3.8K 27
︵‿︵‿୨ • 🌔 •୧‿︵‿︵ • 𝘁𝗿𝗮𝗱𝘂𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻𝗲𝘀 𝘆 𝗵𝗲𝗮𝗱𝗰𝗮𝗻𝗼𝗻𝘀 𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗶𝗸𝘆𝘂𝘂. • 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀...