BABYSITTER

By Ara_YiZhan

240K 29K 33.4K

Xiao Zhan es contratado para cuidar a un lindo niño que cuyo hermano mayor ama a las niñeras, no hay una que... More

EPISODE 1
EPISODE 2
EPISODE 3
EPISODE 4
EPISODE 5
EPISODE 6
EPISODE 7
EPISODE 8
EPISODE 9
EPISODE 10
EPISODE 12
EPISODE 13
EPISODE 14
EPISODE 15
EPISODE 16
EPISODE 17
EPISODE 18
EPISODE 19
EPISODE 20
EPISODE 21
EPISODE 22
EPISODE 23
EPISODE 24
EPISODE 25
EPISODE 26
EPISODE 27
EPISODE 28
EPISODE 29
EPISODE FINAL

EPISODE 11

8.8K 958 1.2K
By Ara_YiZhan


Un día nuevo empezaba, fin de semana para ser mas exacto.

Toda persona dormiría unas horas extras los sábados, pero Xiao Zhan no, quien automáticamente abrió los ojos a eso de las siete de la mañana. Se removió en la cama no queriendo levantarse, estaba muy cansado, pero el propio estrés del día hacía que ya no pudiera pegar una siestita más.

Se sentó en la cama y miró detrás de él, Yibo aún dormía abrazado a la almohada que había servido de barrera entre los dos. Le pareció enternecedor de cierta forma, así dormido plácidamente, lo sintió indefenso y casi no pudo evitar acercarse con mucha cautela para darle un pequeño beso en la punta de su nariz. Lo vio poner una mueca y se alejó rápido para salir de la cama y cambiarse. Esperaba que Yibo no abriera los ojos mientras lo hacía y así pasó. Luego de estar vestido y a punto de salir de su habitación para asearse vio sobre el escritorio su proyecto de investigación ya casi terminado. Se acercó y lo abrió, su corazón comenzó a latir acelerado por lo que sus ojos veían. linda letra, lapiceros de colores para resaltar palabras, poner títulos y hacer los esquemas. Vio que le había dejado hojas en blanco en la parte de los anexos donde faltaba la entrevista y pensó en prioridades, Yibo le había dicho que podrían ir ese día a entrevistar al corredor de motos y eso sería perfecto para dar cierre a su proyecto. Suspiró seria mejor decirle a su padre que se tomaría la mañana para terminar su tarea y podría viajar en la tarde, o quizá no viajar esa semana.

Cuando quiso salir de su habitación, se percató de la mochila de Yibo, una negra de muchos bolsillos que estaba puesta sobre el escritorio y sintió curiosidad. No pudo evitar abrirla con cuidado percatándose que había ropa interior limpia y algunas camisetas, sonrió ante eso además porque vio cremas y perfumes, aún así no dejó de creerlo un cerdo, el se había bañado ayer antes de dormir y Yibo apenas se había levantado los pantalones y recostado en su cama con todo y ropa.

Metió su mano más al fondo y se topó con una bolsa de tela la cual sacó y abrió encontrando fajos de dinero. Se inquietó un poco porque sabía que no tenía dinero, ¿Cómo así andaba con fajos? Al sacar la bolsa logró también visualizar un par de fotos, eran la de sus padres y una de Jin solo, sonrió ante eso, pero luego se puso serio al ver una foto de él mismo, era una de hace dos años, ¿Cómo tenía una foto de él? Se cuestionó. Era una foto que estaba en el mueble de recuerdos que su madre tenía abajo en la sala, Yibo la había tomado secretamente porque su madre sería incapaz de regalarle una, él sabía eso.

Volvió a meter todo rápidamente cuando escuchó a Yibo suspirar y salió de la habitación muy rápido.

Yibo abrió los ojos y al encontrar aún la poca luz de la mañana supo que era demasiado temprano y solo tomó los cobertores de Xiao Zhan para cubrirse más. Pensó que el pelinegro había salido al baño y ya regresaría en minutos, ni se imaginó que para Xiao Zhan el día empezaba ya.

Abajo, Xiao Zhan vio a su madre preparar el desayuno cantando una canción mientras lo hacía y se le acercó.

—Bueno días —dijo con una sonrisa y ella le puso en la mesa huevos revueltos con pequeños panes caseros.

—Buenos días hijo. —Respondió ella seria y Xiao Zhan no sabía el porqué.

Hubo un silencio incómodo mientras desayunaban, Xiao Zhan quería decirle que planeaba no ir en la mañana a casa de su padre sino que haría el viaje en la tarde porque debía terminar su proyecto, pero también quería saber por qué estaba seria e inexpresiva.

—¿Y Yibo? —preguntó sin mirarlo.

—Duerme. —respondió nervioso al sentir el incómodo silencio de su mamá.

—Anoche te vi. —Al fin habló y Xiao Zhan sintió que le faltaba el aire, se puso rojo de vergüenza a lo que optó por bajar la cabeza.

Liu Ting no sabía cómo hablar de esas cosas con su hijo. sabia que tenía el mejor hijo, nunca le dio problemas de algún tipo, sabía que era responsable y desde pequeño, por ser hijo único era muy independiente, por eso tampoco pudo frenar sus deseos de trabajar. De lejos lo observaba hablar con las chicas y ver el interés de éstas para con él, pero casi nunca había visto que Xiao Zhan correspondiera a algún tipo de insinuación femenina, era por eso que ella tenía la sospecha de que sus gustos eran otros y lo confirmó cuando le presentó al apuesto Yibo, un poco menor que él y con una forma de ser educada y respetuosa, claro, lo poco que había podido ver, solo veía atracción mutua entre los dos y pensó en que siempre confiaría en Xiao Zhan y en sus buenas decisiones, ¿por qué desconfiaría justo ahora?

—No pasó lo que tú piensas —dijo con minúscula voz—. Si quieres que él ya no esté en la casa, lo entenderé. —Liu Ting suspiró hondamente.

—Hijo mío, jamás te juzgaría. Si lo haces acá o fuera, no es el problema. —Xiao Zhan alzó la vista y se topó con los ojos comprensivos de su mamá—. Tengo miedo que te rompan el corazón. —el pelinegro comprendió eso.

—Aún no tenemos nada —dijo serio—. Él... él no me quiere y yo no sé, estoy confundido en estos momentos. —Liu Ting se puso seria y se molestó por la respuesta de su hijo, porque Yibo le había dicho que sí lo quería, pero si Xiao Zhan le decía eso era porque en realidad no era así.

—Si busca algo contigo, debe ser algo tuyo, eso es lo correcto. —Xiao Zhan asintió—. Yo sé que te gusta, pero no por hacerte la tarea, comprarte ropa y llevarte al trabajo va a pensar que tiene derecho sobre ti sin antes tener las cosas claras.

Su madre tenía mucha razón y Xiao Zhan estaba serio analizando todo lo que le decía.

—Cuando tenía dieciséis años conocí a tu padre —confesó ella y Xiao Zhan solo la miraba atento—. Un hombre apuesto además ya estaba terminando la universidad, y yo apenas el colegio. Me enamoré como en los cuentos, perdidamente y no quería que nadie me dijera que eran niñerías, estaba segura que era amor puro, mi primer amor... —Ella suspiró—. Y era correspondido, ¿sabes la felicidad que se siente cuando crees que has encontrado la persona con la que pasarás el resto de tu vida? Es increíble. Pero mis padres se oponían, en especial mi madre, ella me decía que Han era mujeriego, y bueno, la verdad es que había tenido muchas enamoradas para cuando lo conocí, pero conmigo era especial. Es extraño pero algunos hombres buscan divertirse con muchas mujeres y cuando encuentran una que será solo para ellos, la ven como la futura madre de sus hijos y por eso se casan con buenas mujeres. —Xiao Zhan bajó la cabeza imaginándose todo eso, su padre habiendo escogido a su mamá solo por ser una buena mujer, futura madre de sus hijos, pero luego de haberse divertido con quien sabe qué tipo de mujeres—. Un día... —suspiró—. Cuando tu abuelo no quiso dar mi mano en matrimonió, Han me propuso escapar. Tuve mucho miedo, porque si no escapaba con él lo perdería, él tenía muchas mujeres para escoger y yo solo lo tenía a él, entones, en la noche, armé mis maletas y bajé por la ventana de mi habitación para irme con él. Y ya sabes el resto, meses después tu abuelo me mandó a buscar, me encontró embarazada, golpeó a tu padre y luego le dio mi mano. Para ese entonces ya tenía veinte y era una mujer hecha y derecha.

—¿Él te amó de verdad? —Liu Ting dudó en contestar por algún momento.

—Yo me sentí amada, es la verdad, si fue mentira o no, no lo sé, pero me sentí así y cuando le di un hijo, o sea a ti, él cambió un poco, se centró en nosotros dos, quizá quiso cambiar por su familia, quizá fuiste tú el que logró mantenernos unidos todos estos años hasta que ya no se pudo más.

—No me quejo de la familia que tengo. Te amo a ti y a papá. —Liu Ting bajó la vista y Xiao Zhan se desesperó cuando vio descender una lágrima—. No llores, mamá, no te pongas así —pidió angustiado.

—Prométeme que serás cuidadoso y que no te pasará lo mismo que a mí. —Xiao Zhan sintió que se le encogía el corazón. Sabía el porqué de la conversa sobre el pasado—. Ese chico llegó con su rostro bonito y amables palabras, ¿pero qué hay de sus sentimientos? Caras vemos, hijo, caras y nada más pero ¿su corazón? Prométeme que nada malo te pasará si te enamoras. —Xiao Zhan entendió ambas manos y tomó la suya cobijándola y acariciándola.

—Te lo prometo, nada malo me pasará, sabré cuidarme.

Xiao Zhan no pudo más con sus sentimientos y se levantó para abrazarla. Podía entender a su madre y ahora, deseaba poder hablar con su padre de muchas cosas, entonces pensó en sus prioridades, debía cumplir la tarea e ir de viaje sí o sí.


—&—


Yibo despertó cuando Xiao Zhan le lanzó un almohadazo, ya eran las nueve de la mañana.

—Se pasa la hora —reclamó Xiao Zhan—. Debo viajar en la tarde y es ahora o nunca para lo de la entrevista. —Yibo se removió en la cama pesadamente.

—Es muy temprano —dijo y luego bostezó—. Media horita más.

—¡No! Ya te di mucho tiempo. Vamos Yibo. —Se subió a la cama, se puso sobre él con ambas piernas a ambos lados y como era de esperarse, Yibo terminó de despertar enseguida y tomó su cintura.

—Sexo en la mañana —dijo con una sonrisa pícara y Xiao Zhan saltó sobre él de manera violenta causándole dolor en su entrepierna —. ¡Por la mierda Xiao Zhan! —gritó quejándose.

—Será mejor que mantengas controlado esto. —Posó una mano sobre su pene por encima de los cobertores y Yibo abrió mucho los ojos—. Si crece, lo haré pedazos, ¿entendiste?

— ¿Qué pasa contigo? —Miró asustado, no creía que era este el Xiao Zhan dulce.

—Es una advertencia nada más, para evitar problemas después.

—En serio, ¿Qué demonios te ha pasado?

—Nada, Yibo, nada. —Se levantó rápido antes que Yibo lo tomara de sus brazos—. ¿Iremos a la entrevista o no? Necesito saber eso para de una vez viajar o esperar a la tarde.

—Espera... —Yibo no salía de su asombro, se levantó de la cama y comenzó a estirarse—. Algo te pasa, no sé, no es posible que me digas todo eso.

—¿Ah? —Hizo una mueca de disgusto—. ¿Por qué no? Siempre intentas sobrepasarte, ¿Por qué no poner mis límites?

—Lo de ayer te gustó mucho —reclamó Yibo.

—Sí, mucho, me encantó, pero no quiero más de eso.

— ¡Por qué! —Parecía un niño reclamando.

—Porque tú y yo no somos nada, ¿entiendes eso? No besaré a nadie que no sea mío.

Yibo casi se cae sobre la cama, ¿Qué pasó con Xiao Zhan y la relación libre que tenían?

—Pero Xiao Zhan...

—La entrevista sí o no.

—No te pongas así.

—La entrevista sí o no —repitió sin mirarlo.

— ¿Acaso no podemos tener una relación moderna?

— ¡La entrevista sí o no!

— ¡Joder, sí! Espero que me expliques por qué mierda dejaste de ser el de ayer.

—Estaré esperando abajo, no tengo todo el día —dijo para luego salir de su habitación.

Yibo estaba ofuscado y otra vez se le pasó por la mente hacer trizas el proyecto de investigación. Le había puesto todas sus ganas, había dibujado con meticulosidad y Xiao Zhan le gritaba y mandaba para ir a la entrevista, ¿Qué se creía? ¿Por qué hacía eso? Nada de besos de gratitud, ni una insinuación, ¡nada! Todo lo contrario.

Fue a bañarse y se cambió en la habitación para huéspedes y luego sacó su ropa de los cajones, ¿Qué hacía metido en esa casa? Suspiró muy molesto, había llegado la hora de mudarse y así quizá se olvidaría del pelinegro, si no podía conseguir lo que quería, Cuando regresara a casa se llevaría todas sus cosas.

Se puso la mochila y bajó. Liu Ting le dio los buenos días y le pasó un emparedado de esos que le gustaban. —Xiao Zhan está impaciente —dijo ella con una sonrisa.

—Lo sé —contestó con una sonrisa fingida. Xiao Zhan estaba en la sala esperando por Yibo quien tomaba un jugo de naranja antes de ir con él.

—Gracias Yibo por llevarlo a la entrevista. —este se quedó pensando en la extraña amabilidad de Liu Ting, pero se sintió bien, ella le agradecía, al menos eso.

Yibo terminó el corto desayuno y encontró a Xiao Zhan en la sala viendo el mueble de fotos y adornos de su madre, se paralizó un poco porque él había tomado una foto de ahí sin decirle a nadie, suspiró y disimuló una sonrisa, habían tantas fotos que pensaba Xiao Zhan no se daría cuenta.

—Es extraño pero creí que había una foto mía de hace dos años por acá, ¿raro, no? —Miró a Yibo y éste se puso serio.

—¿Nos vamos? Creí que estabas apurado.

—Sí —contestó con una pequeña sonrisa—. Ah, y... creo que tu mamá me puede acusar de ladrón si sabe que trajiste esto. —Tomó un grupo de elefantes de piedras preciosas que sabía que eran de la casa de Carman.

—A tu mamá le gusta.

—Pero son de tu mamá.

—Mi mamá ni tiene tiempo para apreciarlos en la casa Xiao Zhan, ¿nos vamos? —dijo ya ofuscado.

Xiao Zhan se giró en sus talones y asintió para ir. Yibo llamó rápidamente a su amigo y confirmó que estaban yendo en camino.

Se subieron a la moto y manejó por la carretera principal. Xiao Zhan estaba muy bien abrazado a Yibo, se enderezó un poco y extendió sus brazos a sus costados, cerró los ojos y sintió como si volara.

—¿Te pasa algo? —preguntó Yibo al escucharlo gritar—. Me romperás los tímpanos. —Luego sintió a Xiao Zhan abrazarlo fuerte por la cintura y reír como loco.

—Me siento libre —dijo agitado—. Libre, libre...

Yibo no sentía eso y aceleró la moto causando que Xiao Zhan se aferrara más a él. Se molestó un poco al tener que hacer todo eso por el pelinegro, ¿Qué pasaba? ¿Por qué simplemente no podía bajarlo de su moto y dejarlo?

Llegaron a un club enorme y estacionó la moto. El pelinegro se quedó impresionado del lugar, no sabía de su existencia, claro, no era de frecuentar esas zonas, Yibo rió un poco ante su expresión de sorpresa.

Lo jaló de la muñeca y lo llevó hacia la puerta, sacó de su billetera una tarjeta de socio y el recepcionista la pasó por una pequeña maquinita.

—¿Joven Wang?

—¿Sí?

—Su tarjeta está restringida, lo sentimos mucho.

—¿Qué? —dijo molesto, nunca antes le había pasado algo semejante.

—Debe haber un error, además yo antes corría aquí —le extendió una credencial.

—Lo sentimos, está vencida y su tarjeta de membrecía también lo está o quizá fue bloqueada por quien se la tramitó. —Su madre, nadie más que ella pudo bloquearlo hasta de los clubs donde solía frecuentar.

—Yibo... —Xiao Zhan puso una mano sobre su hombro, pero Yibo se sacudió, lo que menos quería eran palabritas de ánimos, él odiaba eso.

—¿Cuánto quiere?

—Bueno, joven, si quiere pueden entrar como particular, noventa dólares cada uno.

—Es demasiado —dijo Xiao Zhan, pero Yibo abrió su mochila y sacó un fajo de dinero fanfarroneando tener mucho ante el hombre de la recepción

—Dos boletos.

Ambos entraron, pero Xiao Zhan estaba serio. —Yibo, no debiste, eso fue demasiado dinero para solo una entrevista.

—Ya estamos dentro y punto.

Caminaron por un hermoso camino lleno de árboles, piletas y estacionamientos lujosos hasta llegar a un estadio de carreras de motos, era gigantesco y Yibo parecía saber hacia dónde ir.

Fueron hacia unos camerinos por dentro del estadio y cuando no lo dejaron entrar, Yibo tuvo que llamar a su amigo.

—Malditos, ya no me recuerdan —dijo entre dientes. Xiao Zhan bajó la cabeza mientras esperaban en la entrada de los camerinos.

Pronto, un hombre alto, de tes blanca y guapo salió sonriendo al ver a Yibo.

—¡Yibo! qué sorpresa —rió un poco y le lo abrazó golpeando su espalda, Xiao Zhan lo miró y sonrió.

—Zheng, él es Xiao Zhan mi amigo y Xiao Zhan, él es Yin Zheng, uno de los mejores corredores de moto de la historia, amigo de mi infancia...

Siguió hablando y Yin Zheng miro a Xiao Zhan con curiosidad, pensó en esa carita que tenía era muy bonita, Yibo tenía buenos gustos, lo sabía.

—Es un placer —dijo Zheng extendiendo la mano y Xiao Zhan sonrió ampliamente.

—El placer es mío, espero que tengas unos minutos de tu tiempo para una entrevista.

—Por supuesto que sí —contestó con grave voz y luego miró a Yibo y le guiñó un ojo.

Yibo frunció el ceño, él no pensó que su amigo gustaría del pelinegro, ni lo había imaginado, lo confirmó cuando este jaló a Xiao Zhan y posó una mano sobre su cintura para escucharlo más mientras se adentraban a los camerinos. Xiao Zhan parecía no sentir las insinuaciones del otro, solo quería proseguir con la entrevista.

—Maldito Zheng... quita esa mano —murmuró entre dientes comenzando a acercarse.

Yibo se les acercó por detrás para sacar a Xiao Zhan de los brazos de su amigo, pero Yin Zheng supo hacerlo a un lado, y el pelinegro ya lo entrevistaba y anotaba todo lo que decía.

—... tengo varias carreras ganadas, si quieres puedo mostrarte algunos de mis trofeos que los tengo aquí, vamos.

—De acuerdo —contestó Xiao Zhan con una sonrisa.

Yin Zheng se lo llevó por un pasillo, y Xiao Zhan giró para ver si Yibo estaba por ahí, y efectivamente caminaba detrás, serio y molesto. Xiao Zhan se inquietó un poco y no esperó que Yibo dejara de verlo y se desviara por el pasillo al ver a una mujer caminar.

—¡Yibo! —chilló ella, una rubia de grandes pechos, muy bonita. A Yibo no le gustaba porque era muy hueca y no era su tipo, pero vio conveniente saludarla así se despejaba.

Se abrazaron y apenas Xiao Zhan pudo ver la escena, Yin Zheng lo llevó al fondo, a una habitación iluminada, había muebles de cuero blanco y alfombras. Desde una de las ventanas se podía ver el estadio, tenía una vista preferencial y claro, era uno de los mayores accionistas para las carreras de motos además de uno de los favoritos, no era cualquier hombre y eso comenzaba a gustar a Xiao Zhan, debía ser serio en su entrevista, vio a Yin Zheng servirle un trago de algo mientras terminaba de anotar lo último que le dijo.

Se había sentado en el blanco sofá y Yin Zheng fue a su lado pasándole una copa. Este aceptó y luego miró hacia atrás donde estaba la puerta por si Yibo aparecía o no, seguro se había ido con esa chica, siento ese leve ardor en su pecho.

—Sigamos —dijo Yin Zheng con voz seductora—. Dime, Xiao Zhan ¿sales con Yibo? o Tienen una relación abierta, ¿no es así? —Xiao Zhan no pudo evitar enrojecer, ¿Qué le pasaba a ese tipo? Él no quería hablar de ese tipo de cosas, quería centrarse con terminar la entrevista. 

—Es mi amigo nada más. — Yin Zheng rio por su expresión tímida.

—Vaya amigo, por cómo te has puesto diría yo que son amigo con derechos; conmigo no tienes que disimular, sé muy bien quién eres y no es un problema para mí. —Xiao Zhan frunció el ceño, sin embargo, tuvo curiosidad.

— ¿Quién soy?

—Oh, vamos. —Posó una mano en su pierna y Xiao Zhan tragó saliva—. Una de sus conquistas. —Xiao Zhan se sintió dolido y eso que Yin Zheng no usó una palabra más directa para englobar lo que creía que era.


Yibo, afuera, decidió pensarlo dos veces antes de entrar con la mujer al camerino de Yin Zheng. Se despidió como pudo y entró sin ella viendo a su amigo sentado muy cerca de Xiao Zhan.

—¿Terminaron? —preguntó serio y acercándose cada vez más, fue cuando notó las mejillas sonrojadas de Xiao Zhan y no supo qué hacer—. ¿Qué pasa Zheng? —encaró serio.

—Tranquilo, solo quise conocerlo un poco más. —Alzó ambas manos en señal de rendición.

Xiao Zhan estaba sobresaltado, minutos antes, Yin Zheng había tocado su pierna de manera sexual y casi logra besarlo para así intentar romper la tención que se había formado por sus insinuaciones, pero Xiao Zhan lo había empujado y no sabía cómo salir de ahí, el maldito proyecto esta en juego.

Yibo extendió una mano y Xiao Zhan se la tomó. —Hey, no te lo lleves así, deja que decida, además no ha terminado.

—Yo... —Xiao Zhan estaba paralizado, jamás imaginó que otro hombre aparte de Yibo, iba a tener esas malas intenciones para con él apenas al conocerlo. Por un lado quería terminar la entrevista, y por otro simplemente salir de ahí lejos de los dos.

—Vamos —determinó Yibo muy serio.

—Deja que el chico termine de hacerme preguntas, ¿no quieres una foto para tu trabajo? ¿Cómo te creerán que estuviste conmigo?

—Es verdad —dijo Xiao Zhan muy bajito y sacó su celular, Yibo también hizo lo mismo, la cámara que tenía en el suyo era mucho mejor.

—¿Lo ves? Quiere quedarse. —Lo jaló y lo pegó a su costado pasando una mano por su cintura.

—¡Zheng! —reclamó Yibo quien iba a tomar la foto. Zheng rió y abrazó más fuerte a Xiao Zhan quien comenzó a disimular una sonrisa para la foto—. Ya está, suéltalo.

—Qué celoso resultaste, antes sabías compartir, ¿Qué pasó contigo? —dijo muy alto y eso fastidió a Yibo.

Era cierto, antes compartían mujeres, aunque nunca había pasado con un chico, para Yibo era nuevo que tuviera esos gustos, pero de Yin Zheng se podía esperar de todo, era muy liberal y atrevido.

Xiao Zhan no sabía qué más hacer, si bien era cierto que le faltaban algunas preguntas, cuando Yibo le indicó con la vista que debían irse, él fue a su lado.

—Tenemos otras cosas qué hacer —mintió Yibo—. Gusto de verte, estamos en contacto para las competencias.

—Por supuesto y tráelo más seguido —dijo Yin Zheng refiriéndose a Xiao Zhan— Se acerco y antes de que Yibo y Xiao Zhan pudieran reaccionar, poso un beso en los labios del pelinegro. — Es tímido, pero está muy bueno. —termino por decir para alejarse rápidamente de Yibo al ver su mueca de disgusto.

Yibo lo saco de ahí a jalones, Xiao Zhan tuvo que reclamar porque algunas hojas donde había tomado sus apuntes se cayeron en el camino.

— ¿Quieres esperar un poco más? —Se quejó soltándose de Yibo y levantando las hojas caídas.

—Me ausento unos minutos y te encuentro muy junto a Zheng y permites que te bese, no era que nadie te besaría si no era nada tuyo, vaya sorpresa que resultaste. —Xiao Zhan lo miró furioso.

—No puedo creer que pienses eso. No creí que tu amigo se fijaría así en mí, no creí que había dos como tú en este mundo.

—¡No me compares con él!

—No veo la diferencia Yibo, me miraba como tú lo haces cuando estás en plan de cerdo.

—¡Y de seguro te gustaba! Porque le permitiste que te besara joder. —Reclamó preso de los celos, Xiao Zhan abrió la boca de indignación y caminó rápido alejándose de Yibo—. ¡Espera!

Yibo iba detras bastante molesto y se puso a pensar si alguna vez en su vida había sentido y hecho algo parecido. La respuesta fue que no, nunca había corrido tras alguien para aclarar las cosas, tampoco sentido celos porque siempre tuvo lo que había deseado. Entonces se detuvo, si Xiao Zhan se iría, ¿por qué correría por él? —¡Vete a ver si logras salir de aquí! —gritó.

Xiao Zhan se detuvo en el pasillo y giró, Yibo se sintió mal al verlo así, entre asustado, solo, desprotegido y confundido. Apretó sus manos y no se movió, Xiao Zhan se giró para darle la espalda y seguir andando.

Xiao Zhan estaba muy dolido, luego del la incomodidad con Yin Zheng solo quería salir de ahí. estaba molesto con Yibo por dejarlo así a la deriva, pero tenía su orgullo y no iba a buscarlo sabiendo que lo maltrataría por sus estúpidas creencias que fue él quien se buscó el acoso de Yin Zheng.

Salió de lugar y se sintió perdido, así que comenzó a caminar con paso lento mirando a todos lados en busca de a quien preguntar para llegar a la salida principal. Llevó una mano a su bolsillo, solo diez dólares para regresar a casa, ¿Cómo lo haría? Debido prevenir para no depender de Yibo. Se lamentó mentalmente.

—Oye niñero—escuchó la voz de Yibo detrás y giró para verlo. este estaba serio y en cierta forma confundido también—. ¿No sabes cómo regresar? —Xiao Zhan negó con la cabeza—. Ya ven, te llevo —dijo como si nada hubiera pasado.

—No puedo creer que me creas capaz de algo con alguien que acabo de conocer —reclamó Xiao Zhan serio en cuanto Yibo estuvo a su lado—. Me molestó mucho. —Yibo suspiró.

—¿Quieres dejar eso atrás? —Sabía que Xiao Zhan tenía razón—. ¿Quieres un helado? —preguntó cuando llegaron a un sector comercial en donde habían tiendas muy caras.

—No sé...

—Vamos te gustara.

Xiao Zhan se sentía un poco extraño pero accedió, total, parecía que las cosas se habían arreglado por sí solas. Se sentaron en unas mesitas teniendo una buena vista del lugar exclusivo. pidieron dos helados en copas.

Estaban serios y mudos y ninguno se miraba. Xiao Zhan trató de pensar en todo lo que debía hacer, había hecho la entrevista y tenía una foto.

— ¿Puedes pasarme la foto? —pidió rompiendo el silencio. Eso molestó un poco a Yibo, pero sacó su celular del bolsillo y se lo tiró por la mesa. Xiao Zhan lo tomó con cuidado y buscó la reciente fotografía, bajó los hombros desilusionándose, era una foto atrevida, Yin Zheng tenía una mano en su cintura y lo tenía muy junto y el estaba incomodo y sonrojado, algo así no podía presentarlo como prueba, sería una vergüenza—. No puede ser... esto está mal. —Yibo tomó el celular para ver.

—Te lo buscaste, parecen una maldita pareja.

—Deja de hablar así, yo no sabía que él se portaría así.

— ¿Qué pasó con tu discurso de los límites? No pudiste recitárselo.

—Eres despreciable Yibo, además eres el menos indicado para reclamarme porque no eres nada mío.

—Creí que éramos algo, pero veo que no. —Xiao Zhan levanto una ceja ante esas palabras.

— ¿Crees que por dejarme besar ya eres algo mío? Entonces tú tendrías algo con todo el mundo porque el que anda besando gente eres tú —dijo Xiao Zhan con voz firme y Yibo golpeó la mesa.

—¿Le hago los proyectos de investigación a todo el mundo? ¿Los llevo y traigo a casa y al trabajo? Contesta, ¿les compro ropa y además hago compras para su madre?

—Yo no te pedí nada de eso Yibo, tú lo sabes, lo hiciste porque querías, no porque te lo he pedido.

—Esta mañana me trataste como si fuera tu empleado, no veo la hora de cobrar mis intereses. —Yibo hablo muy molesto y Xiao Zhan pudo notar eso. No podía creer lo que le decía y era obvio saber de qué intereses se refería.

—No busqué nada de esto, ¿por qué no puedes ser como las demás parejas? ¡Por qué! —Se exasperó un poco y Yibo lo miró atento—. Mira esos de allá. —Señaló una mesa en donde una pareja compartía un solo helado—. Se quieren, se aman, se nota que sí.

—¿Qué te hace pensar eso? Lo que pasa es que crees en los prototipos sociales, crees que las relaciones deben ser como en las películas esas, en donde el príncipe jamás piensa en follarse a la princesa y la quiere solo porque sí. El mundo no es así, todos nos guiamos de intereses, Xiao Zhan. Esa pareja de allá se ve que la pasan bien, mira —señaló debajo de la mesa—, se acarician con los pies, ¿eso es amor? No lo es, se ve que han follado más de una vez, ella le da lo que él tanto busca y viceversa, no está con ella sin recibir nada a cambio.

—Pues yo no lo veo así. Creo que un sentimiento los une capaz de solo privarlos del mundo y centrarse solo en ellos dos, que así ella no decida acostarse con él, ese chico la querrá por encima de eso porque la ama más allá de su físico, de lo que sexualmente pueda darle. —Yibo intentaba comprender eso, pero no lo lograba. Esas cosas para él eran cursis y más falsas.

—El amor, los sentimientos, ese tipo de cosas no existen, solo son inventos para hacer del hombre más bueno y distinto a su naturaleza. Somos animales, más inteligentes y desarrollados sí, pero al final, animales. —Xiao Zhan estaba totalmente desilusionado de esa forma de pensar de Yibo.

—No soy un animal Yibo, en verdad me molesta todo esto, no puedo creer que pienses así de las relaciones, no es lo que quiero. —Su helado se había derretido y ya su corazón no latía como antes, aún pensaba qué es lo que le atraía de Yibo, comenzó a creer que nada, estaba totalmente desilusionado.

—Es algo difícil de creer, pero así es la realidad.

—No, así es tu realidad, capta bien eso, solo tú lo ves así, no quiere decir que lo sea. ¿Nunca has sentido amor? ¿Alguna vez te has enamorado?

—Nunca. —Miró serio y fijo a los ojos de Xiao Zhan—. Si alguien me gustaba iba y le pedía algo más, accedía y compartíamos algo, al día siguiente igual y al otro día, ¿eso no es tener una relación? Salir, pasarla bien...

—En vano es hablar contigo —dijo haciendo a un lado su helado y ya ni quería verlo a los ojos.

—¿Tú? ¿Te has enamorado? —preguntó con una curiosidad extraña, no quería que se levantara de ahí y dejaran el tema. Xiao Zhan lo miró serio y no supo qué decir.

—Creo que no, no aún, pero siento que sí existe el amor y ese sentimiento que une a dos personas mucho más allá que algo carnal, o como lo dices, pasarla bien. —Yibo suspiró aliviado, no quería complicaciones de ese tipo y saber que Xiao Zhan no tenían esos sentimiento para él era tranquilizador—. Hace segundos creí quererte como algo más. —Yibo se puso serio—. Pero veo que no, no somos absolutamente nada compatibles y ahora más que nunca, tomaré mi distancia.

Yibo apretó sus puños, estaba muy molesto.

—¿Sabes lo que pienso? Que debí mentirte desde el inicio, eso pienso, quizá así tú creerías tener tu príncipe azul y yo tenerte en mi cama, los dos felices y sin complicaciones, eso me pasa por ser claro desde que te conocí, ahora entiendo que decir la verdad, ser real y auténtico no ayuda en nada, siempre debo camuflar mi ser a lo que dice esta puta sociedad. —Se levantó ofuscado y dejó unos billetes por los helados.

—Espera. —Xiao Zhan se angustió un poco. Sabía lo que intentaba decir, tampoco deseaba que pensara que había hecho mal por mostrarse tal y como era. Yibo se adelantó y Xiao Zhan lo siguió a paso apurado, tomando su brazo. —Solo busco no ser dañado —dijo Xiao Zhan a su lado.

—¿Qué te hace pensar que sería capaz de hacerte daño?

—Que no me quieras, eso, solo soy un objeto para tu placer. —Yibo sonrió ante esa imagen y abrazó a Xiao Zhan por el cuello atrayéndolo más a su lado, y este se puso nervioso.

—¿Quién dice que no te quiero? Te quiero Xiao Zhan, te pienso, te deseo, ¿eso no es querer? ¿Cómo dañar a quien se quiere? Si buscaría hacerte daño ya te hubiera violado, ¿no crees? Y luego te hubiera dejado o silenciado, qué se yo, pero no lo he hecho. —Otra vez reinó la confusión en la cabeza de Xiao Zhan.

—En la noche me dijiste que no te quiera, fuiste claro. —Yibo se puso serio.

—No con tu forma de querer, esa que se ilusiona a pensar que estamos atados en uno al otro, que nos casaremos, o como la sociedad manda, esa forma de querer no es lo que siento.

—Porque no sabes lo que es, nada más por eso.

—No lo compliques Xiao Zhan, no hagas esto más difícil. —Se detuvo a la salida, rápidamente Xiao Zhan se puso en alerta y se alejo.

—No me besarás más, no besaré a quien no es nada mío.

— ¿Quieres ser mi novio? —Xiao Zhan se sorprendió.

—Solo lo dices para tener derecho sobre mí, no porque lo quieras ser.

— ¿Te das cuenta? Lo complicas todo, yo busco soluciones, trato de ponerme en tu lugar y si quieres un novio lo seré, de lo contrario no, pero tú siempre sales con cosas como esas que me hacen sentir mal. —Dramatizó Yibo y Xiao Zhan tuvo que ser muy calculador para darse cuenta, Yibo no era para nada tonto.

—No te pongas en plan de víctima que sabes que no lo eres y mejor dejamos esto para otro día o nunca pararemos.

— ¿Lo pensarás?

— ¿Pensar qué?

—En ser mi novio.

— ¿Lo dices en serio? Tú no crees en ese tipo de relaciones Yibo, ya me lo has dicho, crees que somos animales, ¿ves animales de novios?

—Sabes muy poco de animales —dijo y luego soltó una risita que impacientó a Xiao Zhan—. Piénsalo. —Miró serio y Xiao Zhan no dijo nada.

Sin pensarlo Xiao Zhan tomó su mano disimuladamente y así caminaron hacia la salida. Era ya casi medio día y sabía que debía viajar. Yibo, por su lado, estaba como enjaulado, sentía que perdía el poco orgullo que le quedaba accediendo a todo lo que el pelinegro le pedía sin recibir nada a cambio y aún seguía haciéndolo. Se subió a la moto y Xiao Zhan fue detrás apoyando su cabeza en su espalda.

Llegaron a casa y empacó una mochila, iría donde su padre. Yibo, en el cuarto de huéspedes, terminó de empacar sus cosas y bajó a la sala.

—Eres siempre bienvenido —dijo Liu Ting con una sonrisa.

—Muchas gracias. —Ella le guiñó un ojo y Xiao Zhan bajó.

Se puso un poco nervioso por ver la mochila de Yibo, era claro que se iría y no sabía a dónde. Liu Ting abrazó a su hijo y le dio la bendición, regresaría mañana domingo por la noche.

Xiao Zhan salió junto a Yibo de la casa y antes de subir la moto lo detuvo para que lo mirara.

—Puedes quedarte, de verdad puedes, a mi mamá le simpatizas. —Yibo trató de sonreír pero negó con la cabeza.

—No, siento que debo irme.

— ¿Te veré? —preguntó mirándolo firmante y Yibo asintió.

—Buscaré la forma.

Xiao Zhan tomó su mano y le pasó un paquete de galletitas de animalitos, a Yibo le pareció un bonito gesto de su parte y mientras sonreía viendo la bolsita en sus manos Xiao Zhan se le acercó un poco lo besó en los labios, sabía que hacía mal y que todo su discurso, de que no besaría a nadie que no era suyo, se caía por los suelos en ese instante, pero no pudo evitarlo, lo iba a extrañar por ese fin de semana y vio conveniente besarlo.

Yibo no se movió, se quedó quieto ante eso, Xiao Zhan pasó sus manos en su cuello y luego se separó juntando su frente a la suya. —Gracias por todo lo que has hecho por mí, nunca antes alguien ha hecho tanto. Gracias.

Y aunque Yibo buscaba otro tipo de recompensa, ese beso y las galletitas lograron llenar sus expectativas por ese momento.

Besó la frente de Xiao Zhan y luego se dejó abrazar por él.

Luego de dejarlo en el aeropuerto, Yibo manejaba de regreso a su antiguo hogar. Había prometido a Xiao Zhan que iría por Jin, sabía que el pequeño lo necesitaba porque los problemas allá habían aumentado.

—¡Yibo! ¡Hermanito! —gritaba el niño cuando lo vio entrar a la casa. Yibo se agachó un poco para recibir su abrazo y luego lo alzó cargándolo.

—Te extrañé, campeón —dijo riendo y terminando de entrar a casa con su mochila y el pequeño encima.

—¡Yibo, al fin en casa! ¿Te quedarás? —Yibo tragó saliva y Jin lo miraba sonriente, además había visto la mochila llena, eso indicaba que volvía.

—No, pero bueno, no hablemos de eso, vine para quedarme hoy, eso sí. —Jin rió emocionado y se dejó llevar adentro en sus brazos.

En la entrada de la sala, Arthur, salió desesperado por los gritos de Jin, y miró serio a Yibo quien bajó a Jin.

—Hola Arthur, vaya la cara que traes, ¿Qué pasó? ¿Acaso no soy bienvenido en esta casa? —preguntó socarrón y luego Jin hizo lo que estaba empezando a hacer hace días, se acercó al señor Arthur y le propicio una fuerte patada en la pierna que sobresaltó a ambos mayores.

—¡Jin! —reclamó el señor Arthur. Yibo, atónito, tomó su brazo para jalarlo lejos del hombre mayor.

—Jin, ¿Qué pasa? —Yibo estaba asombrado de esa reacción y al ver al señor Arthur muy molesto prefirió llevarse a su hermanito lejos de ahí, se adentró con él hacia la cocina.

—Te miraba feo, ahora ya no lo hará —fue lo que le dijo el pequeño.

—¿Qué pasa contigo? Así no eras antes, no puedes golpear las personas mayores.

—¿Por qué?

—Porque no, eso no se hace.

—¿Por qué no se hace?

—Porque se debe respetar, porque así son las reglas.

—¿Qué reglas? —Exacto, ¿Qué reglas?, fue lo mismo que pensó Yibo en ese momento y no tuvo más argumentos.

—Sabes Jin, debes tener cuidado, si Arthur no fuera de la familia te hubiera dado una patada más fuerte y hubieras estado en el hospital.

—Con papá y mamá —dijo con una sonrisa.

—No, no, quizá estarías muy herido con la pierna rota como yo una vez.

—Y estaría con papá y mamá en casa.

Yibo sabía cuál era su punto y discutiría con él por mucho, así que lo dejó de hacer ni bien entró a la cocina. — ¿Sabes si hay comida? ¿Papá y mamá están?

—Hay comida sí, y creo que vendrán más tarde para cocinar, mamá cocina hoy. —Yibo torció la boca, no quería estar para cuando llegaran sus padres.

Abrió el refrigerador, no era como antes lleno de comida hasta descomponerse poco a poco, ahora todo lo habían puesto en ese mueble con llave y solo estaban algunas carnes y leches y frutas rancias. —Mierda, lo hacen por mí, que se jodan.

Jin lo observaba y solo pudo ir hacia la alacena y abrir un cajón de dónde sacó galletas de chocolate. —Ten esto. —Se las pasó y Yibo sonrió.

—Tú sí sabes dónde esconden todo. —Jin rió y lo abrazó mientras Yibo se comía algunas de esas galletas—. ¿Vamos a pasear?

—¡Sí! —gritó tan fuerte.

—Espera que me cambio de ropa y salimos.

El ex cuarto de Yibo era un desastre, las cosas estaban tiradas por todas partes. Vació su mochila y se cambió de ropa llenándola de ropa limpia para cuando tuviera que irse. Salió y Jin lo esperaba en la puerta de su habitación con una enorme sonrisa.

Lo tomó de la mano y bajó con él, el señor Arthur los interceptó a la salida de la enorme sala.

—Es mi hermano, Arthur, no pueden impedir que me lo lleve.

—¡Quiero irme con Yibo!

—Joven Yibo, su madre se molestará.

En ese instante llegó Qi Rene y Yibo sonrió un poco. Su papá era el ser más pasivo del universo, su opuesto por así decirlo, nunca había congeniado con él, siempre fue distante y ensimismado en sus negocios.

—¿Yibo? —miró sorprendido y sonrió, este también lo hizo, su padre era como un Santa Claus a veces.

—Me llevo a Jin a pasear.

—Qué bueno —dijo con una sonrisa y Yibo vio al señor Arthur—. Pero... ¿tu madre lo sabe?

—No lo sabe —contestó Arthur.

Los tres se pusieron a pensar, menos Jin, para él las cosas eran simples, Yibo quería sacarlo y era su hermano, podría salir con él, ¿Qué problema ante eso?

—Tu mamá está por llegar.

—¡Papá! —gritó Yibo—. Ella no querrá, ¿acaso no tienes decisión en esta casa? Jin quiere salir.

—Papá —gimoteó Jin comenzando a impacientarse.

—No sé Yibo, luego no te quejes. ¿Dónde irán? Quizá Arthur los pueda llevar.

—No —reclamó Yibo—. Iremos al zoológico, no lo llevaré a un lugar malo.

Al final de la larga discusión Yibo terminó por sacar a Jin. Decidió no ir en moto por la seguridad del pequeño y junto toda el esfuerzo para tomar un taxi, esto lo hacia por su pequeño hermano, Jin estaba muy contento en especial por ser sacado por su hermano favorito, el único que tenía.


—&—

Xiao Zhan cenaba con su padre una comida rápida mientras éste hablaba por teléfono con una mujer, al parecer discutía mucho, Xiao Zhan casi podía adivinar que era Clara, la embarazada. El hambre que tenía desapareció y se levantó de la silla para guardar su comida.

—... llama luego, ¿sí? Adiós. —Colgó y se dirigió a su hijo—. ¿Y cómo va todo? ¿Qué novedades?

—Hay cuentas por pagar, se las están cobrando a mamá, ella no tiene por qué pagar deudas que hicieron los dos. —Han se llevó una mano hacía el rostro y comenzó a estresarse.

—¿Te dijo qué deuda era? Pagué muchas, solo le dejé una que fue el préstamo de la operación de su madre hace años, ¿debo pagar esa también? —Xiao Zhan lo miró indignado.

—¿Y quién lo hará?

—¡Tu madre! Es asunto de ella no mío, pagué muchas cosas hijo, debería agradecerme por mantenerla tantos años y haberle dado una casa propia, ella no tenía nada...

—¡Nada porque no la dejaste estudiar! ¿Crees que no sé la historia? Tú fuiste un profesional y ella solo la que veló por ti y por mí, dependiente totalmente. —Han se quedó sorprendido por la forma de hablar de su hijo y Xiao Zhan tenía cada vez las cosas más en claras, nunca tuvo una familia perfecta aunque no podría quejarse porque no sufrió alguna carencia, sus padres siempre lo quisieron desde que llegó a este mundo.

—Así que ahora ella te pone en mi contra luego de haberte dado una niñez sin estas complicaciones, ¿te das cuenta? Sabía que ella no iba a poder criarte sola por eso aún te ofrezco vivir aquí. —Xiao Zhan bajó la cabeza, lo que menos quería era mudarse.

—No entiendes nada e insisto que debes pagar esa deuda. Mamá y yo nos matamos por sobrevivir allá y tú aquí, ¿Qué haces? Gastas tu dinero en mujeres.

—Te recuerdo que trabajo y me doy mis gustos porque tengo derecho.

Xiao Zhan dio por terminada la discusión dándole la espalda para ir a su habitación, deseaba abstraerse de seguir escuchando a su padre y su forma de ver las cosas, deseaba no llegar a ser como él aunque no podía negar que lo quería con la misma fuerza de cuando era un niño.

Su padre se sentía dolido y pensó que Liu Ting tenía mucho que ver en ese cambio de actitud. Ella le había dado lo único que quería en esta vida y ahora no solo se lo había quitado sino también su cariño.


—&—

—Es hora de irnos, pequeño —dijo Yibo cuando ya estaba oscureciendo. Jin estaba casi sin voz luego de tanto gritar, todo su rostro estaba sudoroso hasta su espalda, tenía la camiseta empapada de sudor luego que Yibo le permitiera correr a donde desee.

—¡No! No, quiero ir. —Salió corriendo hacia rumbo desconocido por todo el inmenso parque. Yibo volvió a ver su celular intentando otra vez llamar a Xiao Zhan.

Había estado llamándolo un par de veces pero éste no había contestado, estaba un poco molesto por eso, ¿tantas cosas hacía allá donde su padre? ¿Tan pronto se había olvidado de él? Así que intentó otra vez y al no obtener respuesta apagó su celular.

—¡Jin! —gritó llamándolo y fue cuando lo vio correr por entre las piedras cerca del pequeño lago de patos que en el zoológico había. Jin volteó a verlo y se tropezó contra una piedra y cayó de cara estrepitosamente—. ¡Jin! —Yibo corrió hacia él tan rápido como pudo.

El niño comenzó a llorar, gritando de dolor porque había algo incrustado en su frente, era una piedrita filuda.

—Mierda, te dije que era hora de irnos, ven acá. —Lo jaló del brazo y luego se arrodillo a su altura para verlo—. Los viejos me prohibirán verte ahora que te has herido —dijo mirando la herida que la piedra había hecho. Jin lloraba, pero ante esas palabras contuvo el llanto mirando a los ojos a su hermano. Yibo chupó uno de sus dedos y luego lo llevó a la herida abierta e hizo presión.

—¡Ahh! —Jin gritó y llevó las manos hacia la mano de Yibo que hacía presión ahí—. Me duele —lloró.

—Sí y te aguantas. —Inmovilizó a su hermanito presionando la herida—. ¿De qué vale llorar? ¿Eh? Dime, ¿ganas algo con eso? —Jin apretó sus labios, pero sus lágrimas salían a borbotones de sus ojos—. Hay cosas que te dolerán más que esto, llorando solo atraerás pena, nunca busques eso. —El pequeño suspiró y frunció el ceño, ahora el dolor le daba cólera, Yibo notó eso en su rostro—. Al menos con la cólera sabrás hacer algo mejor que con la pena o tristeza.

Una enseñanza nada buena, sin embargo, quedaría dentro del corazón del pequeño en ese momento. Apretando los puños soportó en dolor y se tragó su llanto.

—Así me gusta —dijo Yibo luego de llevarlo a un baño público para lavar su herida.

—¿Mamá se molestará? —Yibo asintió con pena, entonces Jin supo que debía mentir.

Regresaron en silencio y como era de esperarse, Carman gritó a Yibo y hasta amenazó con denunciarlo si sacaba a Jin otra vez. Por más que el pequeño trató de defender a Yibo no fue posible, Carman no aceptó contemplaciones.

Yibo subió, entre gritos y reproches, a su ex habitación, debía sacar su mochila para irse, ¿a dónde iría? A cualquier lado menos quedarse.

Arthur subió y lo encontró a punto de salir de su habitación.

—¿Qué quieres? —preguntó airado.

—Solo decirle que seguí a Xiao Zhan el viernes por órdenes de la señora.

—¿Qué dices? —Se encrespó un poco, no podía creerlo.

—El joven perderá su trabajo si digo que vive con usted.

Yibo jaló a Arthur al interior de su cuarto y cerró la puerta tras sí. Arthur reclamó, pero Yibo lo miró suplicante. —Por lo que más quieras, no le digas nada. Arthur, yo no vivo más allá, puedes seguirme o lo que quieras, pero no vivo más con él.

—La señora me va a pedir información hoy para confirmar si eran verdad o no sus sospechas. —Yibo cerró los ojos conteniendo su rabia.

—¿Y qué le dirás? ¡Habla! —El señor Arthur tragó saliva, justamente se lo contaba a Yibo para que esté advertido.

—Nunca he traicionado a su familia, joven Yibo.

—Maldita sea... —Le dio la espalda—. Hazlo por Jin, él quiere mucho al niñero, no permitas que le cambien de niñeras todo el tiempo.

—Eso debió pensarlo usted. —Fue frío.

—¿Entonces lo harás? Abrirás tu bocotá y dejarás al mejor niñero que ha tenido Jin sin trabajo, ¿harás eso? ¡Entonces no sé para qué mierda me lo dices!

—Es una advertencia nada más, no diré que vivía con usted, pero debe prometer que no se meterá más con él. —Yibo apretó la mandíbula, quería contradecirle, pero por otra parte estaba en desventaja.

—Está bien.

—Si me entero que lo acosa, lo viene a buscar o algo, diré la verdad.

Yibo murmuró algunas cosas más, sin embargo, tuvo que irse.

Frustrado y con mucha rabia, salió de casa escuchando los gritos de su mamá a la que prefirió ignorar. Se subió a la moto y manejó sin rumbo.

Mientras conducía por la congestionada carretera, la imagen de Xiao Zhan estuvo en su mente como una piedra en el zapato. Quería despejarse, quería dejar atrás tanto a su familia como al embrollo de sentimientos que sentía por el pelinegro, no quería complicar más todo.

Giró en una esquina y se enrumbó a la casa de Wen Han aun amigo de sus antiguas conquistas. Estaba muy molesto con él rubio porque había dejado de visitarlo y llamarlo para las fiestas o salidas locas que antes tenían, así que decidió verlo.

Al llegar a su casa extraña fue su sorpresa de encontrar el jardín con mala hierba crecida y las flores descuidadas. Tocó el timbre y Wen Han fue a recibirlo. A Yibo le sorprendió verlo todo desmarañado y con poco ánimo al recibirlo.

—¿Yibo? Qué sorpresa.

—Lo mismo digo, luces extraño.

—Si supieras. —Yibo pasó y dejó su moto en la entrada de la casa, era una muy bonita y lujosa como la suya. Wen Han vivía solo y por esa razón usaban su casa para el centro de las mejores fiestas.

Cuando entró se percató que Wen Han estaba en las mismas que él y se sintió extraño. Wen Han comenzó a explicarle que se había terminado el dinero de su herencia y que debía pensar qué hacer con su joven vida, no había pensado que todo se acabaría así de rápido y estaba furioso.

—... la maldita empleada quiere demandarme y mira, ya no está, solo mandó una carta de esas de abogados, ¿con qué le pagaré?

—¿No tienes ni para pagar a una empleada?

—No Yibo, y si viniste a reírte de mi desgracia por favor la puerta está allá.

—No, no —alzó las manos—. Wen, estamos igual.

—¿Qué?

—Me han echado de casa...

Los dos hicieron una conexión en ese momento y fue fácil para Yibo pasearse por la casa como si fuera la suya. Wen Han le preguntó si tenía dinero y Yibo sacó de la mochila un fajo. El chico sonrió ampliamente y tomo el fajo y salió de la casa.

Yibo entró a una de las habitaciones del segundo piso y encendió la luz. Era un desastre total, pensó que mejor hubiera pagado un buen hotel en vez de confiar en el estúpido de Wen Han, pero ya estaba ahí y de seguro llamaría a sus amigas y podría pasar un buen sábado por la noche como debe ser.

La habitación apestaba. Tuvo que sacar todas las sábanas de la cama y buscar cambiarlas por otras. Había polvo y mucha basura, la empleada hace tanto que se había ido.

Se sentó en la cama y vio la hora en su celular, eran casi las once de la noche y Wen Han había salido sin decir a dónde iba, así que se sintió solo en esos momentos y lo único que deseaba era tener a Xiao Zhan entre sus brazos para pasar un buen rato, sin pensarlo marco una vez mas el numero del pelinegro.

—Yibo —contestó rápido—, lamento no responder antes, hablaba con mi padre y no tenía el celular a la mano.

—Quiero que estés aquí —fue directo.

—¿Qué?

—Que desearía tanto poder tenerte aquí —recalcó y escuchó un profundo suspiro de Xiao Zhan.

—Mejor dime cómo estás. —Yibo apretó sus puños en la cama, ¿Qué cómo estaba? Ni sabía cómo explicarlo.

Se sentía desplazado, sin un rumbo. Muy bien pudo haber regresado donde Liu Ting, pero no quería más estar metido en esa casita pequeña sin poder aprovecharse de su hijo porque sabía que no era cualquier descuidado, tenía una buena base familiar y eso no sabía cómo procesarlo. Quería que Xiao Zhan dependiera de él en todos los sentidos, que no fuera difícil tenerlo a su lado buscando más de él. Y eso comenzaba a desesperarlo.

—¿Yibo?

— ¿Has pensado en lo que te dije? —preguntó, ocasionando que Xiao Zhan se removiera en la cama y se sentara.

— ¿Te pasa algo? —Xiao Zhan comenzó a creer que algo pasaba por la extrañeza de la conversación.

—Quiero una respuesta ahora.

—Yibo, creo que es muy pronto, yo no sé qué decirte, ya hablamos...

—Dime.

Xiao Zhan cerró los ojos y se angustió, él quería decir que no, debía decirle que no, pero en esos momentos se sintió intimidado.

—Yibo...

—Si no me respondes no volveré a buscarte más.

— ¿Por qué me haces esto? No me presiones.

—Me cansé de esperar.

Xiao Zhan se recostó en la cama con los ojos cerrados, suspirando muchas veces e imaginándose la sonrisa de Yibo, sus ojos, su mirada en especial, sintiendo sus besos. Se tocó los labios mientras Yibo esperaba por una respuesta.

— ¿Quieres ser mi novio? —volvió a preguntarle.

—Yibo yo...

—¡Maldición, quiero una respuesta! —Xiao Zhan llevó una mano hacia sus ojos, suspiró hondo y se mordió el labio.

—Humm... sí —respondió con mucha duda. — Quiero ser tu novio Yibo.

Continue Reading

You'll Also Like

45.5K 7.4K 59
⿻↬𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫ᵎ ˖ ˙ Ϟ ˑ ˑ Ꜥ꧖┋ 𝐴𝑢𝑡ℎ𝑜𝑟𝑖𝑧𝑒𝑑 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑡𝑖𝑜𝑛𓂅 ♡ ☁︎Mᴘʀᴇɢ. ☁︎Tᴇᴍᴀs ᴅᴇʟɪᴄᴀᴅᴏs. ...
45.5K 7.4K 38
Xiao zhan y su amigo Yang Yang se encontraban en una reunión en un conocido y exclusivo café. Llevaba vario rato con sus ojos puesto en un atractivo...
49.4K 8K 32
Mamá Wang quiere que sus hijos aprendan que el mundo va más allá de fiestas, libros y motos... ah y además quiere ser abuela... ¿Qué harán los herman...
3.1K 266 6
Advertencia +21 La tranquila vida de Xiao Zhan con su nueva familia llega a su fin con la aparición de alguien de su pasado, ese alguien es Wan...