Iba viendo cada una de las foto que había tomado hasta ahora, las pinturas, del palacio, e incluso de una librería. ¿Quién le toma foto a una librería? ¡Pues claro que yo!. Me colgué la cámara en mi cuello.

Cuando estaba a punto de salir del lugar, una voz me llamo

-¡Hey! ¡Hey!, chica de nombre raro- Voltee para ver de quien provenía dichosa voz, suspire al ver quién era. Nombre raro, el raro será el si no se aleja de mi. Seguí mi camino, saliendo del Palacio de Bellas Artes. Cuando baje las escaleras el me tomo del hombro

-Oye…- Respiraba agitadamente – No… puedes… ignorar… a…- Tomo una bocada de aire – a alguien que te está llamando-

¿Qué? ¿Hablaba enserio? ¡Ni siquiera me estaba llamando! No se le dice a alguien: “Tipo del nombre raro” y voltean todos automáticamente

-¿Qué? ¿Me hablabas a mí?- Parpadee como si no comprendiera nada

-Que chistosita- Carraspeo mientras su respiración se iba estabilizando

-¿Qué quieres?- Solté de golpe, escabulléndome de su agarre. Por su reacción en su cara pude notar que se molesto

-Toma- Extendió su mano para mostrarme una de las fotos. La mire detenidamente y sentí como mi rostro se ponía de todos los colores rojos posibles. Iba a quitarle la foto de prisa cuando el alzo su brazo en lo alto en donde no pudiera alcanzarlo. Salte y salte pero no logre arrebatarla.

-¡Dame eso!- Gritaba como loca mientras saltaba

-No, eres una chica de pocos modales- Sonrío de lado, ¡Lo sabia!, el mismo se daba cuenta de cuan irresistible es. Pero para su mala suerte no funcionaba en mí. Bueno no al cien porciento

¡Carajo!, porque tenía que ser diez centímetros más alto que yo. Una vez más salte pero por desgracia mi bolsa donde cargaba la cámara se cayó haciendo que todas las fotos se saliera y con el aire volaran no muy lejos.

No…puede… estar… pasándome

-¡Carajo!- Volví a maldecir pero en voz alta, corrí por las fotos que cada vez se alejaban de mí. Recogí una por una pero me hacían falta otras seis, busque desesperadamente sobre el suelo, hasta que subí mi vista a las manos de Alex… ¡Oh!. Metí las fotos en la bolsa esta vez asegurándome de cerrarla y corrí hacia él intentando quitárselas pero como un inicio no cedía.

-¡Dámelas!- Estiraba mis manos hacia donde el tenia las fotos, que él estaba viendo.

-No- Dijo divertido – Espera un momento, se acerco una de las imágenes y se quedo boquiabierto ¿Qué foto vio? ¡¿Qué foto vio?!

Empezó a reír

-Sales realmente linda en esta- Volteo una de las fotos en el aire, me quede quieta analizando la imagen. Sentí que los colores rojos regresaban a mi cara. En la foto salgo yo con mis tres gatos, pero eso no es lo vergonzoso si no que traigo mi pijama, mis pantuflas de conejos y con el cabello alborotado.

¡Lo iba a matar!, No me conoces y me trata como si lo hiciera de años

-Maldi…-Me detuve en seco. No podía ofenderlo otra vez - ¿Puedes devolverme mis fotos?- Dije fríamente con la cabeza agachada

-Con una condición- Aclaro el

-¿Cuál?- ¿Ahora qué quiere?, ¿qué le pida una disculpa por decirle idiota? Podría ser eso

-Que me regales esta- Dijo moviendo la foto que causaba mi vergüenza

¿Qué le regalara? ¿Qué? Claro… Se la iba a dar a un desconocido.

-¡NO!, no, no, no!- Dije desesperadamente mientras subía un escalón para tratar de alcanzar su mano pero fue imposible

-¿Por qué no? Sales bien- Me miro a los ojos, mientras yo intentaba quitárselas.

Sigo confundida ¿Su ojos son cafés claro o son grises verdosos? No tengo la menor idea.

-Porque no pienso dársela a una completo desconocido- Murmure mientras me paraba de puntitas

-¡Oh! Que tonto soy- ¿No, enserio?- Me llamo Alex Kleiber, diecisiete años.- Dijo con una sonrisa radiante. Sus dientes eran perfectos color blanco parecían que fueron pulidos

¿Kleiber? Y se queja de mi nombre, el suyo está más raro. Empecé a reír como boba. El me miro desconcertado

-¿Por qué te ríes?- Preguntó confundido

-Tienes un apellido completamente raro y te quejas del mío- No paraba de reírme, vi como tensaba su quijada levemente

-¿Y?, Yo ya me presente, te toca a ti y ya veremos quién ríe al último- Me reto con voz divertida

-¿Hmm?, ¿El que ríe al último, ríe mejor? ¿Esa es tu defensa?- Reí una vez mas – Kerem Lehner- Dije al fin

Nos miramos mutuamente. Bajo su mano, y parecía que estaba distraído así que aproveche el momento intentando quitárselas, pero fue un error haber hecho eso. Tropecé con el escalón haciendo que mi cuerpo se inclinara a punto de darse un gran golpe con el mármol, pero él me tomo de la cintura atrayéndome hacia él.

Aun con la vista perdida en el suelo, vi su mano que estaba distraída con las fotos así que con un ágil movimiento se las arrebate. Sonreí triunfante. Hasta que me di cuenta de su brazo en mi cintura que me atraía más hacia su cuerpo. Inmediatamente me separe. Metí las fotos en mi bolsa y cuando me ya me iba nuevamente el me tomo de la muñeca

-¿A dónde vas?- Pregunto sin ninguna emoción

-A donde tenga que ir- Aclare, me zafe de su agarre y camine ágilmente mientras guardaba la cámara en su lugar

-Enserio, ¿A dónde vas? ¡Yo te llevo!- Me ofreció mientras caminaba para ponerse a mi lado

-¿Por qué tanta “amabilidad” de tu parte?- Lo mire a los ojos

-Porque puedo, y tengo la posibilidad te llevarte a cualquier lugar que desees- ¿Qué? De donde salieron esas palabras. Me detuve en seco.

-¿Qué?- Pregunto el

-¿Por qué haces esto?- Lo mire aturdida

Él suspiro y se llevo una mano a su cabello.

No quería que un desconocido me llevara a cualquier lado, así que camine casi corriendo hacia la estación del “metrobus”.

Supe que estaba a salvo cuando el transporte público ya estaba delante de mí. Justo cuando iba a pagar mi pasaje, una mano me jalo.

Iba a decir algo pero cuando me di cuenta ya estaba en el asiento trasero de una moto. ¿Qué?  Mire a Alex atónita.

-¡Que te sucede!- Justo cuando iba a bajarme el arranco.  ¿Intentaba secuestrarme? ¡Oh! En estos momentos escucho la voz de mama diciéndome –Ten cuidado con los chicos con motos, tatuajes, o que saben bailar, pero más de los que traen moto suelen ser un caso perdido- Hmm… ahora como apreciaría poder bajarme pero… ¡Estaba conduciendo como loco!, ¿A qué velocidad íbamos?

-¡Bájame!- Exclame asustada

-No- Murmuro él. ¿Qué ganaba con subirme así? No le he hecho nada, al menos decirle idiota pero… ¡Que le pasaba! Está loco

-¡No sabes a donde iba!- Exclame pero al notar aun con más atención a la velocidad que íbamos, a regañadientes lo tome por la espalda aferrándome a su chaqueta de cuero ¿Cuándo tenia puesto la chaqueta?

El Idiota De Mi Vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora