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—Asegúrate de salir antes de casa para que no tardes mucho en la facturación de las maletas y todo eso que debes hacer en el aeropuerto... -Aconsejó sabiamente el castaño dando suaves toques de bálsamo a sus desgastados belfos, escuchó de fondo la ronca y mañanera voz de su amigo y esa chillante y escandalosa vocecita que le acompañaba siempre- Dile a tu trasto que mis gatos no son de peluche y que si vuelve a tocarles la cola con esas intenciones pagará las consecuencias -Musitó ardido de rabia al recordar al pequeño azabache decorar la cola de uno de sus mininos con cinta roja adhesiva que estaba destinada a los regalos, se quedaron sin cinta y en cambio tuvieron a un gato calvo de cola.

—Mi bebé estaba pequeño y no sabía lo que hacía -Excusó a su pequeño cachorro riendo suavemente cuando él mismo rió pícaro a un costado- Asegúrate tú de tener todo fuera del alcance de mi bebé -Devolvió el consejo alzando las comisuras de sus labios en una geométrica y característica sonrisa.

La indignación nació en el de voluminosos labios, entre gruñidos chasqueó su lengua, recogiendo sus largos cabellos con una diadema para poder maquillarse con más comodidad.

—Perdóname pero en mi acogedora casa no viven cachorros revoltosos y llorones, soy feliz con mis dos gatos -Sentenció pasando un algodón con un producto líquido y transparente por sus párpados- Además, ¿no deberías estar listo ya? -Preguntó cambiando el tema, girándose un poco para asesorarse de la hora correctamente en el reloj que servía de decoración en una de las paredes de su amplia habitación.

—De hecho estamos listos pero alguien decidió comer antes de salir... -Con una mueca de asco, JiMin sintió cada vello de su cuerpecito crisparse al escuchar aquello.

—Si tener cachorros conlleva abrir mis pezones para alimentarlos por más de dos años, prefiero adoptar más gatos... -Soltó con simpleza acercándose al espejo para asegurarse de que su delineado quedara a su gusto- ¿Sigues sin poder darle de amamantar fuera?

—¡No le estoy amamantado! -Dijo exaltado el azabache Omega- Está comiendo pastel, tiene cuatro años, no uno, JiMin...

—En mi defensa, no tengo ni idea a qué edad se deja de dar el pecho a un cachorro y menos si quien lo alimenta es un Omega macho -Aplicando una sombra no muy llamativa y sutil escuchó a su amigo remedarle en un tono infantil- Te dejo, no llegues tarde o no te abro la puerta y tú y tu niño maltratador de animales dormirán en recepción... —Haciendo un mohín en el espejo se permitió tomar su teléfono para colgar.

El azabache vio con recelo el móvil en su mano después de escuchar el pitido que le informaba el corte de la llamada, alzándose de hombros llevó su mirada al cachorrito azabache que bebía leche de plátano con una pajita verde, muy concentrado en los dibujos de la televisión, sus piecitos se balanceaban suavemente al no llegar al suelo y sus labios estaban en un tierno pucherito.

—¿Estás listo, Beomy? -Preguntó al azabache, mismo que asintió dejando el recipiente vacío en la mesa y le vio con una sonrisa- Ponte el abrigo, iré a por las maletas...

Los pasitos del menor resonaron por el departamento y esa risilla picarona se escuchó más alegre que antes yendo al perchero de su habitación para tomar con dificultad su abrigo rojo de Tata, regresando con el para que se lo pusieran. Estaba emocionado por viajar en navidad a casa de JiMin y en otra ciudad, ama mucho a su papá pero las navidades con su tío HoSeok no son muy entretenidas si solo son ellos tres.

Amaba ir a casa de JiMin en vacaciones de verano y que este año TaeHyung accediera a pasar también navidades allí era un lujo que el pequeño azabache aprovecharía al máximo, no es que JiMin sea demasiado agradable con él pero ama la casa, su casa.

Tiene un gran espacio para jugar dentro y fuera con el enorme patio que goza el Omega, en navidades aquel frondoso lugar se envuelve en un manto blanco de nieve y Beom ama la nieve con todo su corazoncito.

Dando saltitos de emoción alzó la prenda roja acolchonada y el mayor negó con una sonrisa.

—¿Estás emocionado? -Inquirió poniéndose de cuclillas para vestirle, con sus luceritos brillantes asintió eufórico, ya listo para viajar.

TaeHyung sin embargo se encontraba con los ánimos desperdigados por el suelo, añoraba mucho a su mejor amigo y la emoción de su pequeño eran sus motivos para emprender el viaje, pero debía trabajar desde Icheon así que sus vacaciones se resumían en estar sentado en un escritorio acelerando sus informes y enviando documentos, el tiempo con su pequeño sería escaso.

Arrastrando dos maletas por el pasillo del edificio, TaeHyung siguió a su pequeño osito saltarín, podía percibir esas energías desde que su alarma sonó en la mañana, aquel azabache había llegado a su lado sacudiéndolo y zarandeándolo de un lado a otro, incluso pensó que estaba en un terremoto.

Sus cabellos despeinados y en punta, aquellos ojitos hinchados de dormir y esa expresión de "es hoy" le hizo levantarse.

Al tomar el taxi BeomGyu parecía un niño bueno y bien comportado pero Tae conocía a los de su sangre, se estaba preparando para escucharle llorar y patalear en el avión, había comprado tapones para los oídos para este viaje. Beom no es un niño malcriado pero son casi cuatro horas de viaje y no las soporta demasiado bien.

Sólo esperaba que estas vacaciones fueran tranquilas y sin mucho drama con los mininos de JiMin y su hijo.

















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feeling blue | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora