El baile [Drarry]

El baile

Harry iba tarde.

En su defensa había sido culpa de Hermione, quien trató, en vano, de peinar su cabello, lo que les había quitado mucho tiempo y al final la chica se rindió y salieron prácticamente corriendo para encontrarse con sus citas. Krum recibió a Hermione al final de la escalera de la torre Gryffindor, pero Harry tenía que llegar a las siete en punto al gran comedor, seguía en la torre y eran las siete.

Malfoy iba a matarlo. El pensamiento le pareció extraño y casi se le escapa una risa histérica, después de invitarlo al baile y que este aceptara lo evitó por casi media semana, hasta que el rubio lo acorraló y le echó en cara que no podía invitarlo y después evitarlo.

—Jamás te creí tan cobarde Potter, debí suponer que era demasiado para ti.

El ácido comentario lo golpeó justo donde debía: su orgullo.

—No te creas tanto Malfoy, cualquiera podría ir a un baile contigo.

El rubio sonrió con suficiencia, se acercó bastante al moreno y le dio un par de palmadas en la mejilla.

—Bien entonces te veo el sábado a las 7:00 p.m.

De eso hace dos días y Harry seguía sin saber cómo demonios una apuesta había terminado en una cita con su mayor rival.

Interrumpió su línea de pensamientos cuando llegó al gran comedor, un gran número de estudiantes ya se encontraba ahí, por lo que era un poco complicado no chocar con uno o con otro en su búsqueda del Slytherin.

Cuando lo vio sintió que su aliento se atoraba en su garganta, nunca se había sentido atraído hacia un hombre, apresar de saber que era algo totalmente normal y bien visto en el mundo mágico, le daba corte ese tipo de cosas; pero ver a Draco Malfoy con su túnica de gala haciéndolo ver fabuloso y varonil lo hizo dudar de eso.

El chico lo vio casi al mismo tiempo, lo repaso con la mirada de arriba a abajo y Harry enrojeció, estaba seguro que no se veía ni la mitad de bien que el otro. Camino hacia el chico y el otro lo recibió con un gesto impasible.

—Llegas tarde, —Reclamó, arrastrando las palabras con irritación.

Harry se sonrojo un poco más.

—Si, lo siento trate de peinar mi cabello per-

—Por lo visto no funcionó, sigue pareciendo un nido de pájaros, al menos tu túnica es decente. Entremos.

El moreno se dejó llevar por el más alto, sorprendido por lo que pareció un cumplido. Entraron al gran comedor, pero antes de poder avanzar más fueron interceptados por la profesora Mcgonagall que buscaba a Harry para llevarlo a la mesa de los campeones, si se sorprendió por su acompañante no lo hizo notar y los condujo hacia su mesa.

En la mesa ya estaban Krum, Fleur y Cedric con sus respectivas parejas y los directores de las tres escuelas. Harry se acercó para sentarse junto a su mejor amiga cuando Malfoy recorrido la silla para él, una muestra de caballerosidad que no había visto más que en las películas que a veces veía su tía Petunia.

Enrojecido y se sentó, cuando el rubio se sentó a su lado le dio las gracias en un susurro avergonzado. Él solo sonrió y saludo a los demás en la mesa.

Contrario a lo que creyó, la cena fue buena e incluso entretenida, lo mejor de todo fue que el rubio se estaba comportando de una forma educada y cortes que nunca le había conocido, charlo con Fleur, su acompañante y Krum, incluso fue amable con Hermione.

Todo iba tan bien que a Harry se le había olvidado lo nervioso que estaba por no saber bailar hasta la hora de abrir el baile. Se tenso y no supo cómo decirle a Malfoy que era probable que lo pisara y que por favor no lo matara por ello, pero antes de que entrara en pánico el rubio le coloco sus manos en sus hombros y lo tomo de la cintura, ambos se vieron a los ojos.