- Oye, Ginny. ¿Tú qué tal con Dean? Hace mucho que no os veo juntos - pregunté.

Vi como las dos chicas se miraban un monento de manera cómplice antes de contestarme.

- Lo dejamos en el verano, se me olvidó contártelo.

- Ah, bueno. Lo siento... no sabía.

- No, da igual - respondió ella. Gin no era de las que lloraba por un chico.

- Ahora está terriblemente enamorada de Harry - soltó la otra.

- ¿Y cuándo no lo ha estado?

Cuando bajamos al campo, muchos de los asientos ya estaban ocupados y había un cúmulo de gritos y vitores de integrantes de las otras casas. La gran mayoría del colegio estaba obsesionada con el deporte mágico y aprovechaba cualquier oportunidad que tenía para dejar sus estudios a un lado y gritar el nombre de su equipo favorito. Gin se despidió de nosotras con un beso y se fue a la parte de abajo, donde su hermano temblaba como un flan y Harry intentaba poner un poco de orden.

Hermione y yo subimos a los asientos de arriba y nos quedamos charlando, envueltas en nuestros abrigos para intentar ignorar el tiempo horrible que hacía. El viento era más fuerte a esa altura, y las dos no pasábamos de quitarnos el pelo de la cara.

- Oye, Herms... - me dio por preguntar en un silencio incómodo. La gente iba llegando y cada vez parecía haber más personas dispuestas a llevarse el puesto de Ron - ¿No te parece que Gin está un poco... ausente? No sé, la noto lejana, ya casi no hablamos y se pasa el día con Neville y los de su curso.

La chica se giró hacia mí y me miró directamente con una expresión que podría catalogar de pena. Era raro, pero en la semana que llevaba allí con ellos sentía que todo el mundo me miraba siempre con ese matiz de lástima poco bien escondido.

- Bueno, entiéndelo, Nat. Te has pasado todo el verano lejos, ha sido raro para todos. No digo que sea tu culpa, pero ella también necesitaba estar con alguien. Tú no te preocupes, será cuestión de tiempo que volváis a estar como antes.

Me puso una mano encima y eso de alguna forma me tranquilizó un poco. Tenía razón, ese verano había sido demasiado extraño para mí y supongo que también para mis amigos. Me sentía estraña todo el tiempo, no solo con Ginny, pero suponía que dadas las circunstancias, era algo normal.

Las dos miramos hacia el campo. Allí, un chico alto y atractivo hablaba con Ron como si fueran amigos de toda la vida, pero él no hacía más que girar la cabeza hacia donde estábamos. En una de esas veces, el otro chico también desvió la mirada hasta dar con la de Hermione y después esbozó una de esas típicas sonrisas de seductor que podían volver loca a cualquier chica con las hormonas muy alborotadas.

- ¿Ese es...?

- Cormac Mclaggen, y te acaba de sonreír - afirmé.

Volvimos a mirarle justo en el momento en el que hacía un movimiento muy rápido y atrapaba algo en el aire, todo bajo la atenta mirada de Ron que lo observaba con una mezcla de miedo y repulsión.

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Si decides querer (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now