-¿Cómo…?

-Te sorprenderás… ¿tú crees que de verdad estas muerto? –comenzó a teclear unos números en un teclado en la pared.

-¿Estoy soñando?

-Tampoco… estas en una simulación todo lo que ves es una, todos “sueñan” una, todos piensan una… así controlamos a la gente y los vigilamos manteniendo un margen, cuando algo “falla” tratamos de buscar una solución y predecir sus decisiones aunque estúpido suene jugamos a ser adivinos.

-Y si esto es cierto… tu…

-¿Los vigilo? En efecto –señalo una puerta- ¿sabes que hay detrás?

El nombre en la misma estaba borroso y tachado de mala gana con marcador negro.

-Alexander… -lo adivine por lo deteriorado de la misma nunca me conto su vida y según el estaba podrido como todo su pasado- no quiero… no quiero meterme en su mente…

-¿No quieres ver lo que paso? ¿O quieres hacerte el santo como lo haces siempre? Vamos Stewart –Abrió la puerta y me empujó hacia adentro.

La mire perplejo entrecerrando los ojos con el ceño fruncido, no había luz en la habitación, estaba oscura pero pude reconocer algunas manchas rojas en la pared y el insistente olor a amoniaco y sangre en el aire.

-¿Que pretendes con esto? ¿por qué quieres ayudarme?

-Estoy harta, cansada de estos juegos de niños y creo que ya viví mucho esta vez –agacho la mirada y prendió la luz.

En efecto Alexander tenía razón, todo estaba devastado oscuro y el olor de amoniaco revuelto con el de la sangre hacia que mis fosas nasales se irritasen, lo que veía tampoco era muy agradable… fotos colgaban de lazos desde el techo de escenas pocos agradables, sangre en el piso y Alexander con muchos moretones en diferentes partes del cuerpo.

-Era un monstro su padre y yo había sufrido mucho en ese entonces… el me produjo un aborto –acaricio su vientre yo seguía viendo atónito la pared del frente.

Una grabación… hacía falta para que mi cabeza se revolviera en asco y repugnancia… mostraban a Alexander más joven como metían su cabeza en un cubeta llena de orina y trataba de gritar, como él se agitaba nervioso y los ojos tornaban de un color rojizo.

-Por eso el amoniaco –susurre y lleve una mano a mi boca- ¿Por qué permitiste esto…? –me levante y camine hacia la pared con algo de torpeza y toque la misma tratando de callar los gritos de la cinta.

Ella solo se acercó y apago el reproductor- Quería que fuera fuerte solo eso que no necesitara de una figura materna, que seguramente lo hubiese protegido.

-Eres una vil perra… ¿y ahora quieres volver a verle y tratarlo como un hijo? –la ira se desbordaba de mi quería lanzarme a atacar.

-No porque a pesar que trate él no me vera como una y no quiero eso, seria hipócrita de mi parte aunque ¿sabes? Lo extraño… aún recuerdo sus manitas cuando era pequeño, cuando nadábamos juntos, cuando éramos una familia –acaricio su vientre y  miro la pantalla- pero todo empeoro…

-Bueno y que paso con el –señale con ira el rostro del padre de Alexander.

-Murió, no más bien yo lo mate –sonrió con aire triunfoso.

-Es irónico ¿no crees? Dices no importarte y terminas matando a su propio padre

-Solo quiero lo mejor para el

-¿Y qué es lo mejor para él?

Mis ojos se abrieron y estaba en una habitación, de un hospital o lo que parecía uno el olor a alcohol y café caliente era reconfortante a comparación del olor a sangre y amoniaco de hace rato, el hombro me pesaba y me ardía como si me clamaran hierro caliente en él.

-Stewart… -era Alexander que de inmediato se acercó abrazarme con fuerza- soy un idiota… -repetía esto una y otra vez.

Aguantaba las ganas de llorar del dolor que el ejercía con el abrazo- no lo eres…

-SI, debí recibir ese disparo, yo, no tú, he perdido mucho en esta vida y lo último que quiero es perder al chico que amo –agarro mi mano y la beso delicadamente como si se tratara de un pedazo de tela delicada.

-No digas esas babosa… -trate de levantarme pero el dolor era algo fuerte y corto mi habla.

-Descansa tengo que decirte algo –se levantó y me acomodo en la cama finalizando por un cálido beso- estaré fuera de este lado de la ciudad una semana,  hay asuntos que debemos solucionar… -saco un paño y se limpió algo de polvo que tenía en el rostro, se veía agotado y el rojo de sus ojos no le favorecían, recientemente abra llorado, su voz sonaba débil.

-Quiero ir…

-No, tu te quedas esta vez –trago saliva  y tomo un poco del café- hay muchas cosas que hay que hacer de este lado, escuche que necesitan manos en el hospital y en la comisaria, tal vez te guste ver a Micela y a tu amiga ¿Veronica? Escuche que está embarazada…

-¿Eso es malo?

-Claramente no lo es, pero sabes los problemas que es cuidar un hijo solo y mas en un mundo como este… la comida puede acabarse ¿tu le darías tu ración de comida a la pequeña criatura?

Tenía razón pero tampoco era para exagerar tanto teníamos comida de sobra y no había escases de suministros.

-¿Murió alguien ayer?

-Si… muchos murieron después de aquel incidente –el agacho la mirada a sus zapatos.

La puerta se abrió y era Spencer que traía unos libros y un pedazo de pastel de manzana.

-¿Interrumpo algo? –su sonrisa de oreja a oreja era algo reconfortante.

Alexander se levante del asiento y por un instante pensé que iba a romperle esa sonrisa que traía consigo pero en cambio le devolvió una sonrisa, mas bien era falsa y de burla, abrió la puerta y salio de ella con aun rabia contenida.

-Wow no está feliz de verme ¿no? –al menos su humor reconforta todo.

-Gracias –agarre el pedazo de pastel dándole un mordisco dejando que el delicioso sabor de la manzana jugara con mis papilas gustativas.

-¿Harás algo esta tarde? –dijo el abriendo un libro y sentándose a mi lado- escuche que te darán de alta esta tarde, no fue tan grave las heridas, me lo dijo jessica

Tosí algo ahogado y con los ojos abiertos como platos- ¿Jessica?

-Si… ella está encargada de ti, si vieras como se puso cuando te trajeron aca en camilla con el hombro y piernas cubierta de sangre, hecho en llanto –suspiro y cambio la página del libro-  te envidio… me gustaría ver que alguien se preocupe tanto como lo hizo Jessica ayer contigo…

Eso explicaría por qué tengo otro tipo de ropa mas ligera- Bueno… tengo que ir a visitar a Veronica ¿pero tienes algo en mente?

-Si si tengo… tu noviecito no va a estar durante una semana y quiero pasarla a tu lado y conocer el vecindario –rio el y me guiño el ojo… se en que acabaría esto

-No será una cita que quede claro –dije frunciendo el ceño y acabando la tarta.

-En efecto no pero tampoco era el plan, te veo abajo ¿vale? Mi hermanita debe estar preocupado por mi –cerro el libro de tajo y beso mis labios atrevidamente- adiós chico guapo –guiño el ojo y salio de la habitación con pequeños brinquitos.

Idiota…

Daylight; 2050Where stories live. Discover now