Pequeña Roma (CREPÚSCULO) Rosalie Hale y Emmett Cullen

Mi Hija

Habían pasado 3 "Hermosas" semanas, todo era perfecto, Roma estaba muy bien, por suerte mi leche la llenaba. Emmett, nuestra bebé y yo ya estábamos instalados en el pen-house, todo estaba muy bien. Sólo un pequeño problema, las chicas. Bella, Esme y Alice, venían todos los días sin falta, no me molestaba pero... eran muy aficciante. Yo necesitaba mi espacio, con Roma.

Era una hermosa mañana, un hermoso sol irrumpió en mi habitación, provocando una sonrisa en mi rostro aún con los ojos cerrados. Poco a poco fui abriendo mis ojos, para encontrarme con una bella vista y no del edificio, no. Me encontré con mi hija a mi lado durmiendo plácidamente, como si no hubiera un mañana giré un poco mi cabeza para ver a mi lado a mi esposo, esto de dormir a él también ya se le estaba haciendo costumbre, es que con una bebé de 3 semanas las energías se les agotan a cualquiera.

Bese la frente de mi hija para luego dirigirme a los labios Emmett. Quien de inmediato me correspondió el cálido beso.

-Buenos días Sra. Cullen- me saludó.

-Buenos días Sr. Cullen- seguí.

-¿dormiste bien?- preguntó mientras acariciaba mi espalda desnuda. Dormir sin sostén ya era algo normal para mi.

Sólo asentí con la cabeza.

-okey, tengo que hacer algunas cosas del trabajo, pero volveré antes del mediodía- me informó para volver a besar mis labios.

-tal vez salgo con Roma- dije mientras mi esposo salía de la cama -con casi un mes no a salido a ningún lugar- terminé.

-si es lo que quieres- aseguró.

Emmett fue hacia la oficina, en cuanto a mi, cuando mi hija desperto me dispuse a vestirla y hacer lo mismo conmigo. Me vestí con un conjunto deportivo y ya.

Al tener a mi hija lista al igual que yo la coloqué en su cochecito

Y abrí la puerta para encontrarme con...

-Buenos días- me saludó Esme, si, eran las chicas.

-Hola- dije fingiendo una sonrisa.

Todas entraron al departamento como si fueran las dueñas de casa o algo así.

-traemos desayuno- dijo Alice adentrándose a mi cocina.

-Ya desayuné chicas- dije, ellas siguieron hablando entre sí -estaba por salir con Roma- dije en un tono de voz elevado.

-perfecto- dijo Bella -podemos salir juntas- terminó con felicidad.

-de echo pensaba salir sólo ella y yo, una salida entre madre eh hija- dije marcando territorio, y obvio Bella y todas las demas entendieron el mensaje.

-oh... okey- dejó Bella trantando de cortar la tensión.

-estaremos aquí cuando vuelvas- habló Alice.

-Tal vez tarde mucho- le contesté. Quería que se dieran cuenta que esto de las visitas inesperadas no me estaba gustando, y menos que se quedasen todo el día encima de mi hija.

Sin decir más, salí con mi hija. A Roma le encantó salir, se fue riendo todo el paseo. Fuimos al parque, donde me senté con mi hija para que admirase un poco el sol y los árboles.