- ¿Quién crees que lloré primero?.- Preguntó Lisa mientras conducía.

- Obvio Rosé, a Jisoo no le sacadas una lágrima ni golpeandola.- Afirmó la castaña entre risas.

Continuaron charlando hasta que llegaron al centro de la ciudad y ambas bajaron del coche con prisa. El edifico blanco y pulcro las deslumbró a ambas mientras se adentraban. Adentro, ya había varias personas esperando. Jennie corrió hasta los padres de Jisoo y los saludo con emoción, antes de volver con Lisa.

Sé sentían ansiosas. Y del otro lado del edifico, detrás de unas pequeñas puertas, en ambiente no era diferente. La pelinegra volteaba una y otra vez frente al espejo, mirando ansiosa su cabello, sus uñas, sus ojos, se quito el velo de la cara y cogió aire con nerviosismo.

Finalmente alguien llamó a la puerta y anunció que todo estaba listo. Las manos de la estilista cubrieron sus hombros y los apretó con delicadeza para aminorar sus nervios.

Hace unos meses atrás, en Seúl se hizo eco la noticia de que pronto el país legalizaria oficialmente la unión entre parejas del mismo sexo. Desde aquel jueves, Rosé le prometió a Jisoo que a penas la ley fuera promulgada, ella la llevaría al altar.

Por supuesto, Jisoo no creyó ni de lejos aquella promesa. Ni siquiera ahora, una semana después de haber sido aprobada, Rosé ya tenía todo listo. No espero ni siquiera a ahorrar para una fiesta, ella quería su boda cuánto antes. ¿Quién era Jisoo para decirle que no a tanta emoción?

Y ahora, finalmente estaba aquí.

Su padre paso al cuarto para buscarla, contuvo el aliento para no dejarse llorar frente a su hija y la abrazo con mucho cariño. Ella se colgó de su brazo y le dedico una mirada repleta de confianza, ambos salieron por un pasillo adyacente para ir hasta la entrada del templo.

Rosé, unos minutos antes, ya había dejado a todos los invitados con la boca abierta y los ojos humedecidos. Hermosa. Ambas lo estaban. Cualquiera que las conociera, sabían que esto estaba destinado.

Las puertas de madera que separaba a su novia de ella, finalmente se abrieron y todos volteando a verla. En ese momento, nadie más importaba. Sus ojos se encontraron repletos de emoción y Jisoo creyó por un instante, que lloraria en ese momento. No lo hizo.

Mantuvo su sonrisa radiante durante todo su desfile hasta llegar frente a su prometida, quien la tomo de las manos y la ayudó a subir el pequeño escalón.

- Te ves tan hermosa..- Murmuró sin aliento la rubia.

Jisoo le sonrió con timidez y se contuvo de darle un beso.

Una vez que la ceremonia comenzo, la pareja frente al altar estuvo impaciente y nerviosa. Cada frase les pareció una eternidad, Jisoo estuvo a punto de soltar un suspiro cuando finalmente llegaron a la parte que más ansiaban.

Leyeron sus votos concentrándose sólo la una en la otra, ignoraron los cientos de ojos que las observaban, y se sumieron en su propia burbuja. Rosé le hablo con la misma dulzura que uso desde el comienzo, y Jisoo dejó salir cada gramo de su más sentido amor en unas poca palabras.

Una vez que terminaron, y ambas tuvieron sus anillos adornando uno de los dedos de sus manos. El sacerdote procedió a la etapa final.

"LA NOVIA DE MI PRIMO" | JENLISAWhere stories live. Discover now