INCOMPLETOS | AMEL_CHOI

1.0 | Psycho in love

The umbrella academy

PROLOGO | CAPÍTULO CERO:

" Había mejores formas de despedirme "

Como ángel abandonado por el cielo. De luces azules que iluminaron momentáneamente aquel callejón cayó una joven de aparentemente dieciséis años con un maletín en su mano, había caído de espaldas y tenía la respiración agitada como si le hubieran hecho correr un maratón en un minuto. Cerró los ojos eh intentó regular su respiración al tiempo que buscaba levantarse del suelo, sus piernas estaban temblorosas al igual que sus manos.

—Oh carajo— Murmuro abriendo los ojos viendo su ropa, ropa que por alguna razón le quedaba grande.
—No. . . No, no ¡No!— Repitió.

Soltando el maletín sin cuidado, con ambas manos empezó a palpar su cuerpo por encima de la ropa, cada toque solo provocaba más pánico en su rostro al mismo tiempo que un ligero enojo empeza a crecer en su joven ser. Un cuerpo joven y un tanto más bajo del de antes, la piel más clara y sin marca de cicatrices, delgada y como parecía sentirse, más sana.

Un comentario ofensivo ya estaba en la punta de su lengua cuando un pequeño estallido se escuchó al lado de ella asustandola, era ese maletín de porquería que le habían dado. Con cuidado aquella joven tocó ligeramente con punta de su bota aquel maletín que empezaba a echar humo, una vez se percato de que no iba a estallar (todavía) se agacho para poder observarlo mejor, a simple vista parecía estar bien, lejos del humo que soltaba y el pequeño estallido que soltó.

—Maletín de porquería— Murmuro tocando con la punta de sus guantes el maletín intentando ver la razón de su fallo.

Palpando un poco por el objeto y tosiendo un poco por el humo finalmente encontró algo, una parte que no parecía ser perteneciente del objetivo, una cinta pintada de negro que cubría una parte del maletín, con cuidado y duda la ahora joven pelinegra retiró la cinta que parecía cubrir un pequeño mensaje.

—Disfruta tu retiro— Leyó, le habían despedido. Una risa nerviosa escapó de sus labios, risa que empezó a crecer a carcajadas nerviosas eh histericas.
—Despedida— Dijo riendo con una mueca extraña.

Ríe cuando el mundo te da la espalda, valla extraña forma de llevarlo a cabo tiene esta joven.

—¡Estoy despedida!— Cantó a la par que pateaba el maletín y lo hacía estrellarse en un muro, rompiendo más lo que ya estaba roto.
—¡Estoy despedida!— Volvió a exclamar al aire de la noche y el alumbrado público que le iluminaba.

¡Ya cállate! Se escuchó a alguien regañarla a lo lejos. Valla forma de empezar una nueva vida, molestando a la gente que solo busca dormir.

—¡Perdón!— Se disculpo recobrando la compostura del momento.

Mirando a los lados y aspirando el aire de su nuevo hogar y año la ahora joven se dispuso a marchar hacía delante, hacía su nueva vida, posiblemente llena de problemas, falta de dinero, delitos y amor, pero ¿Quién le puede decir como vivir a esta joven?

Aquí inicia la vida de la nueva y joven Cassandra Milán C.
La ex trabajadora de la comisión.