Lies - Reader x Tendou (Yandere)

1

-"Satori... Satori por favor no me dejes aquí..."

-"Fuiste una mala niña, mereces un castigo"

Viste como tu pareja se alejaba y cerraba lentamente la puerta del lugar donde te encontrabas.

Todo se había vuelto oscuridad.
Todo era frío.

Una luz se encendió dejando ver distintos cuerpos esparcidos a tu alrededor que antes no se encontraban allí.

La mayoría eran de personas que conocías, y otros no se les notaba el rostro.
Aquellos que si conocías tenían sus ojos fijos en ti, lo que te ponía muy nerviosa.

El cuarto estaba casi hundido en sangre y voces en tu cabeza habían comenzando a resonar.

Es tu culpa.
Es tu culpa.
Es tu culpa.
Es tu culpa.
Es tu culpa.

...
...
...

Te levantaste de golpe respirando con dificultad y temblando.

Satori quien estaba recostado a tu lado se asustó por tu repentino gesto y casi se cayó de la cama.

-"Cariño! Estás bien?"

Dijo con preocupación, tomo tus manos y te observó preocupado, tu respiración aún era entre cortada y se te hacía difícil regular.

-"Tranquila, tranquila... Inhala... Exhala... Estoy aquí contigo, solo fue una pesadilla, solo fue un pesadilla, nada fue real, tranquila"

Mencionaba con una voz suave mientras te abrazaba y acariciaba tu espalda con suavidad.
Poco a poco tu respiración se fue regulando, te aferraste con fuerza a él y hundiste tu rostro en su cuello buscando confort.

Suaves besos cálidos llenaron tu rostro con delicadeza.

-"Todo está bien, aquí estoy contigo..."

La voz de tu esposo era relajante, él siempre sabía que decir y que hacer para hacerte sentir mejor.

Te separaste un poco de él y le dedicaste una leve sonrisa.

-"Gracias..."

-"No tienes que agradecerme"

Él dijo con una sonrisa y te dio un dulce beso en los labios mientras acariciaba tus mejillas.

Sentiste el frío por un momento en tu mejilla y tomaste su mano izquierda para observar durante unos segundos el anillo de oro que él tenía en su dedo anular, no pudiste evitar sonreír.

Dirigiste tu mirada al rostro de Tendou quien tenía la más dulces de las sonrisas mientras te miraba.

Él no es un monstruo.

Pensaste y besaste su mano con cariño.

-"Tuviste una pesadilla muy fea verdad?... Nunca antes te había pasado"

-"Solo 2 o 3 veces, pero no estabas conmigo cuando esas ocurrieron..."

Él volvió a abrazarte.

-"Son solo sueños, no son reales"

-"Lo sé" Dijiste con una pequeña sonrisa

Satori volvió a separarse para verte.

-"Qué soñaste?"

-"Ya no lo recuerdo...pero había un cuarto... Lleno de sangre...fue horrible"

-"Ya ya! No pensemos en eso mejor! Vamos a comer algo te parece?"

Dijo para levantarse dispuesto a buscar algo para comer.

-"Satori son las 2 am! No es momento de comer algo!"

-"Nunca es mal momento para algo de helado de chocolate!"

Reiste por su comentario y luego viste como llegaba con un pote con helado y su típica sonrisa alegre, se sentó a tu lado y te ofreció una cucharada.

-"Trabajas con chocolate, no te cansas a veces?"

Dijiste en broma y comiste el helado que te ofrecía.

-"Nunca!"

Respondió con alegría y continuó el comiendo el helado.

Pasaste su mano por su cabello.

-"Tenía ganas de matarte cuando llegaste a casa y te habias rapado, tu cabello era hermoso"

-"Pero yo sigo siendo hermoso"

Ambos rieron por sus propios comentarios, realmente eran felices.

-"Deberíamos dormir, mañana tengo que despertarme temprano para ir al trabajo..."

-"Tienes razón"

Satori respondió apoyando su cabeza en tu hombro para luego suspirar.

-"Qué sucede?"

-"Me gustaría que tengamos más tiempo para nosotros, nuestros horarios no nos dan mucho tiempo libre"

Ante su respuesta decidiste abrazarlo y mimarlo en manera de consuelo.

-"En vacaciones vamos a tener mucho tiempo para nosotros, no te preocupes"

Él te observó cuando dijiste aquellas palabras, se acercó a tu mejilla y le dio una suave mordida, reiste por su acción.

A veces el simplemente hacía ese tipo de cosas sin sentido.

Cuando te soltó te acostó en su pecho y sonrió.

-"Vamos a dormir, estoy seguro de que si dormimos así no vas a tener más pesadillas"

Te acurrucaste en su cálido pecho, sentiste las caricias en tu cabello, y a los momentos caiste completamente dormida.

Y otra vez ese cuarto rojo estaba frente a tus ojos una vez caíste en el mundo de los