Capítulo 1.

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Mallacht”.

“Bheirear comhairle seachad ach cha toirear giùlan“

Marzo 10, 2011

Se dice que el primer sentido en despertar era el auditivo, y que certero era. El beep de las máquinas a su alrededor fue lo que le despertó, y luego, le asaltó un aroma que detestaba.

Despertar, en medio de la estéril habitacion blanquecina ya no era novedad. Había despertado en tantas ocasiones que ya había perdido la cuenta. Y no era que pudiera conciliar el sueño, todo lo contrario, este parecía rehuirle.

Lapsos no mayores a veinte minutos en los que cerraba y abría los ojos, lapsos llenos de imágenes de lo que podía considerarse una tragedia, repitiéndose una y otra vez frente a sus ojos.

Los orbes violeta quedaron fijos en el techo, contando las divisiones circulares de este. Podía escuchar el goteo, la sensación del paso del líquido a través de la branula, y la pesadez en el pecho ante los hechos que le llevaron a estar en ese lastimero estado.

Casi ríe amargamente. Supuestamente se había preparado para situaciones así, y no podía dejar atrás la sensación de fracaso.

Por un segundo solo pudo rememorar la manera en que la filosa guadaña atravesó el cuerpo de Brighid, un hada terrestre de la región de Gales, y el de Laeticia, un hada bajo el mando de Sybilla, ambos cayendo con pesadez en el suelo y ella, herida de gravedad,  escabulléndose de la manera más patética luego de perder a dos de su escuadrón.

Roxy LeFay, 18 años... Princesa de las hadas terrestres del Estado mágico de Tir Na Nóg... casi graduada de la academia Alfea... huyendo como una cobarde del campo de batalla para salvar el pellejo. Enviando una señal de alerta en lo que casi jura, su último aliento.

—Ha despertado...

La voz de un hombre llamó su atención y está volteó con pereza. Era de los pocos druidas que todavía quedaban, de los pocos que habían accedido a dejar el mundo atrás para vivir en Tir Na Nóg, quizás siguiendo a alguna de las hadas, quizás por voluntad propia. Difícil saberlo a primera vista. Este se retiró, seguramente a informar de esto a su madre. Estaba segura que Morgana estaba en la zona. Y ella...

Por la estructura que tenía el techo sobre su cabeza, estaba segura que estaba en la zona de enfermería del palacio en Tir Na Nóg, solo eso diferenciaba a la habitación de una habitación de hospital. Eso y el silencio. Agradecía no escuchar el escándalo que en ocasiones se puede escuchar en emergencias.

Aún recordaba el bullicio en el hospital de Gardenia cuando Klaus sufrió un esguince. También la mortificada expresión de su padre al ver el costo.

Su madre entró con parsimonia, como tratando de no hacer ningún ruido a su andar, para acercarse con cuidado y sonreír de felicidad. Podía notar la felicidad, y ella no podía regresar el gesto.

—Mathair...

La palabra salió por reflejo. Había pasado los últimos meses intentando aprender el lenguaje hablado en Tir Na Nóg, y parecía que al menos las palabras más comunes ya no le eran difíciles. Al menos eso lo vería como algo positivo.

—Estabamos tan preocupados...

Su madre pasó sus pulgares por sus mejillas. Hizo un gesto con su mano y luego suspiró aliviada, por alguna razón. Una pequeña pantalla flotante al lado de la otrora reina de las hadas terrestres, revelaba el rostro de su padre, Klaus.

AimhrialtachtWhere stories live. Discover now