Te quiero a ti [Paul Lahote]

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Manipulación

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El camino fue tranquilo, había dejado que Paul fuera rápido un par de veces e incluso hiciera levantar la parte delantera de la moto a modo de juego porque ya le tenía confianza. Paramos cuando llegamos a un lado de la carretera donde las vías de señalización estaban ligeramente rotas. Paul alzó la moto como si de un juguete se tratara y la escondió entre los arboles para luego cargarme a mi adentrándome al bosque.

-Si sabes que tengo piernas ¿no?- pregunté acomodandome más en su pecho

-Seth ya dijo que te gusta que te carguen

-Que consentidor- me burlé pero deje que me cargara. 

Avanzó un par de minutos sin hablar mientras me dedicaba a mirar todo el bosque; si bien era de la reserva yo nunca llegaba a adentrarme mucho porque o era peligroso o tenía cosas más importantes que hacer. El sitio al que llegamos era muy bello, tenía un pequeño claro que al medio lo atravesaba un riachuelo y con un par de arboles caídos hacían de perfectas sillas para sentarse.

-¿Te gusta?- preguntó mirándome 

-Es hermoso- dije mientras me adelantaba un poco a ver más

Seguí observando al rededor deleitándome de la tranquilidad que presentaba este mini claro; ¿Cómo no sabía que estos lugares existían en la reserva? Camine otra vez a donde estaba Paul y me di con la sorpresa de que tenía una manta tendida en el piso y sacaba algunos aperitivos de su maleta. 

-Vamos muñeca, siéntate para comer algo

-Lo tenías todo planeado

-Algo así- me pasó un par de bebidas mientras que el sacaba panes envueltos

Conversamos para conocernos mejor, que cosas nos gustaban y que queríamos hacer al terminar el colegio. Al parecer Paul tenía un puesto asegurado en la reserva junto con todos sus amigos así que no tenía mucho de que preocuparse; me contó que tenía una linda casita en el bosque algo cerca de la casa de Sam y Emily que me prometió llevar a conocer si le preparaba otra vez mis "famosos" cupcakes.

P.O.V Paul

-Un dólar por tus pensamientos

Le dije juntando acercándola a mi y dando un pequeño toque en su nariz; después de conversar y conocernos más nos habíamos quedado en silencio disfrutando de la tranquilidad que emanaba este sitio, fue una de las razones por las que la traje acá. 

-Te acepto un cigarro- dijo señalando el bolsillo de mi pantalón 

-No creo que debas...

-Ahórratelo, si tu fumas no tienes derecho de decirme que no lo haga. Nos hace daño por igual ¿Cuál es la diferencia? 

La diferencia es que yo soy hombre lobo, prácticamente no me enfermaré así me fume 20 cajetillas al día 

-Vale, pero no lo haces seguido ¿cierto? - respondí con una sonrisa ladeada guardándome mis pensamientos 

-Solo en fiestas y a veces cuando salgo- se encogió al sentir una corriente de aire- además así no hace tanto frío 

-Si tenías frio solo debías decirme- dije mientras la tomaba de la cintura y la juntaba por completo dejándola literalmente entre mis brazos