Fue mi pilar y mi pañuelo para esas noches pesadas.

Durante esos largos días fue cuando comencé a creer que efectivamente, el amor no era lo mío. Las únicas dos personas a quiénes realmente quería, no me correspondían de ningún modo.

Fue devastador.

La distancia no lo hizo más llevadero. No importaba cómo intentara escapar de mis sentimientos, de Jennie, de lo que pasamos juntas. Todo seguía allí. Ésta no era la solución pero con el correr de los días, no pude pensar en volver de nuevo a Seúl.

Por otro lado, Minnie supo que estaba de regreso, sospecho que fue Bambam quien se lo dijo, vino a casa seguido. Era incómodo al comienzo, después de nuestra última noche juntas.

Aquella en la que deje llevarme por sus deseos.

Luego se volvió más fácil, ella ayudaba a distraerme. Pasábamos algunas horas juntas, comencé a salir de noche otra vez. La idea de volver a mis viejos hábitos con los que escapaba de lo que me heria, se fue por el caño cuando la primera chica se acercó y un nudo terrible se formó en mi estómago.

Ella no era Jennie.

Nadie era Jennie.

No importaba cuánto lo intentará, nadie podría hacerme sentir así.

Como era de esperarse, el cumpleaños de Bambam se acercaba, considere ir, sólo me engañaba a mi misma creyendo que habría alguna posibilidad de que en su relación las cosas hubieran cambiado.

Fue entonces que mi tía Wendy llamó para preguntarme si podría ir, quise decir que sí, pero su siguiente frase me hizo tragar mis palabras: "Jennie nos ayudó con todo. Ella es muy dulce, se la ve realmente emocionada." Ni siquiera dude en decirles que no.

Ingenua por creer que algo podría ser diferente, esa noche termine llorando y maldiciendome por todo esto.

Fue durante una mañana que me levanté con una pesadez demasiado grande en mi cuerpo que supe debía parar esto. No podía continuar de esta manera.

Y pensé en algo.

Salí con mi bolso, la cámara vieja que tenía en mi estante - la misma de aquel día- y me tome la tarde recorriendo uno a uno, cada lugar en el que habíamos estado.

Recorrí esa biblioteca, mirando las copias de los libros que Jennie se había llevado aquel día. Jennie Ruby Jane Kim. El lugar donde conocí el nombre completo de mi perdición.

Y cada lugar, luego de eso tenía su nombre grabado en él. Cada parque por el cuál paseamos. Todo. Jennie Ruby Jane estaba en cada parte de todo Bangkok, de mi casa, de mi mente.

Subí a mi cuenta secundaria, cada una de esas fotos. Nadie sabría jamás que significaban, ni siquiera Joy. Porque nadie sabía que esos lugares le pertenecían a ella. Sólo yo y ella. Ese sería el único secreto que compartiriamos.

- Lisa, ¿Puedes levantarte?.- Me regaña mi madre.

- Es sábado y son las nueve ¡¿Por qué quieres levantarme?!.- Gruño con la cara pegada a mi almohada.

- ¡Lisa! Ya sabes que las fiestas están cerca.- Me dice abriendo la puerta de mi cuarto.

- Todavía faltan unos días.- Murmuró sin ánimos.- Podemos limpiar más tarde.- Sugiero.

- No, tus tíos vendrán el martes y quiero tener todo limpio.

Mi corazón se detiene.

Levanto la cara de la almohada y veo a mi madre cruzada de brazos esperando a que me mueva. Me sonríe divertida mientras yo la observó perpleja.

"LA NOVIA DE MI PRIMO" | JENLISAWhere stories live. Discover now