Dejando mi mundo atrás

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Era una noche de mucho frío. Yo
estaba recostada en mi cama escuchando caer las pequeñas gotas en mi tejado, segura de que pronto se avecinaba una gran tormenta.
Mientras tomaba una taza de café, leía mi novela favorita "Secreto en la montaña'.
Un relámpago alumbró mi habitación, y en segundos la lluvia caía intensa e incesante. Me quedé profundamente dormida.

A la mañana siguiente, mi celular no paraba de sonar, me levanté de la cama media dormida, intentando agarrarlo. pero caí patéticamente haciendo que el golpe me despertara totalmente.

-Hola?? _ dije con voz ronca mientras me levantaba del suelo.
-Susan? soy yo Lucas! necesito tu ayuda cuanto antes.
¿Puedes viajar?

No sabía si aún estaba dormida o que pero la voz me dejó en shock, no podía reconocer quién era y por un instante creí que alguien se había equivocado de número, aunque sabía mi nombre eso era algo confuso. en fin traté de Recomponerme e intenté saber quién era el que hablaba.

-¿Quién habla?
-Susan no hay tiempo para bromas, la señal aquí apesta, soy Lucas!!

Lucas! Mi hermano, no podía creer no recordaba la última vez que escuché su voz, estuvimos hablando por unos minutos y me explicó lo más rápido que pudo lo que estaba sucediendo, resulta que estaba en una pequeña reserva de elefantes al otro lado del mundo, algo así como en una pequeña aldea remota, totalmente lejos de todo y que pronto dejaría de existir.

Tenía algunos problemas económicos y cada vez más elefantes que cuidar, intentaba ayudar lo más que podía pero no alcanzaba el dinero para contratar más veterinarios, y él quería que yo viajara hacia su encuentro.

Pensaba en que no tenía mucho que hacer últimamente, estaba de vacaciones por lo cual no podría volver a estudiar hasta dentro de unos meses, no tenía muchos amigos que digamos, mi vida era totalmente aburrida y sin sentido y la verdad me hacía falta un cambio radical.
mis deseos por fin se iban hacer realidad podría ser alguien, dejar una marca al  igual que mi madre quien fue una increíble veterinaria y ayudo a cientos de animales, muchas personas le tenían admiración y un gran respeto.
pero ahora era mi momento de brillar tenía la posibilidad de cambiar totalmente mi vida.
No lo pensé demasiado y acepté ir, solo tenía que hacer maletas y todo listo sin ataduras.

Ya en viaje me encontraba demasiado emocionada, me imaginaba como sería el lugar, y todas las aventuras que viviría allí con Lucas, siempre me pareció un héroe mi hermano, dedicó toda su vida a los animales, al decir verdad toda mi familia dedico su vida en eso, siempre han intentando hacer un mundo mejor donde sea que vayan.
Me encantaba saber que pronto sería parte de todo eso y que incluso sería una ayuda importante para todos.

El viaje duró aproximadamente unas 22 horas, ya estábamos llegando al último aeropuerto de África donde me encontraría con un amigo de Lucas, el cual me llevaría hasta la aldea en donde estaba.
Solo tenía que encontrar un cartel con mi nombre escrito, no habría problemas.

En cuanto baje del avión, sentí un alivio total, el aire fresco chocaba con mi rostro, y el Murmullo de la gente me hacía recordar nueva York, solamente que era totalmente diferente, habían personas buscando, guías, ofreciendo sus servicios e incluso personas que vendían recuerdos de África, medallas, pulseras y animales hechos de madera. Todo era tan hermoso que daban ganas de comprar todo aunque recordé que no podía gastar ni un centavo todavía.

De tanto revuelo que había en el aeropuerto, me costó un poco encontrar al hombre que mi hermano había enviado buscarme, hasta que salí hacia la salida y ahí estaba frente a un viejo Jeep se encontraba un hombre alto grande y una estupenda sonrisa blanca, sosteniendo el cartel con mi nombre.

Una Aventura En La Gran Reserva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora