013 I La torpe venganza de Cupido

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Domingo, 27 de enero

Sintió como su piel empezaba a arder y una luz fulgente empezó a incomodar sus ojos cerrados, murmuró unas palabras que no se entendieron para después apretar sus párpados con fuerza. Así que giró su cuerpo bocabajo, en un vago intento de cubrir su rostro. Suspiró con pesadez al no lograr consolidar el sueño, después de unos minutos de estar intentando.

—Estúpida luz —farfulló, aún con la cara entre las manos, sobre la misma posición—, ¿por qué no cubrí la malla?

¿Su sobrina ya estaría despierta?

Abrió un pequeño hueco en los dedos para entreabrir su ojo izquierdo y no había absolutamente nadie ¿Cómo que no había nadie? El sueño desapareció por completo para levantarse de lugar, cruzando las piernas en frente de ella. No había nadie en la tienda de campar. Con pasos torpes llenos de nerviosismo, abrió el zíper de la puerta para salir.

Lo primero que logró visualizar fue a Logan quien sostenía a Steven en brazos.

—¡Logan! ¿¡Dónde está Key!? —vociferó, creando una sombra con la mano para cubrirse del tórrido sol.

—¡Está en nuestra cabaña con el resto de los niños y Mishka; están jugando! —respondió con una voz más fuerte, pero sin perturbar a su hijo.

Finalmente sintió que pudo respirar, ¿por qué fue tan irresponsable de tener un sueño pesado cuando estaban en un lugar público? Arrastró sus pies hacia su mejor amigo, quién mordió su labio inferior para evitar que una carcajada traicionera escapase.

—¿Tengo changos en la cara o qué? —preguntó malhumorada.

No era él, sencillamente quería seguir durmiendo cual oso invernando. Además, sintió por un segundo que se le había bajado la presión al no saber de la niña.

—No, pero estás toda despeinada. —Logan sujetó con fuerza a Steven en un solo brazo mientras que con el disponible lo acercaba a la melena descontrolada de la chica.

Keylin con sorpresa, abrió sus ojos de par en par para empezar a palmear su cabello, confirmando que su pelo era un completo desastre, parecido a la melena de un león. Esa era la razón porque siempre usaba el pelo corto, era menos complicado de cuidar.

—No pudo hacer mucho, amiga ¿No tienes un peine o algo? Tu galán no puede verte así.

Keylin quién había agachado un poco la cabeza para que su moreno amigo pudiera peinar detrás de la nuca, alzó la cabeza con una mirada fulminante.

—¿Qué galán, Logan? No entiendo —Pestañeó frenéticamente, esperando ansiosa— ¿Qué galán? —repitió, a falta de respuesta de su mejor amigo.

—Pues hoy amaneciste sobre él —respondió con picardía, alzando las cejas.

¿Cómo dijo? Golpeó su mano para que él dejase de estar tocándole el pelo, por lo que se hizo un moño mal hecho con la liga negra que llevaba en la muñeca.

—¿Cómo que amanecí sobre él?

—No te hagas la desentendida —insistió con el mismo tono de voz—. Todos vimos cómo estaba una de tus piernas sobre él y tu brazo sobre su cabeza, así como diciendo: "no lo miren; es mío" no te conocía ese lado tuyo posesivo. —Codeó las costillas de su amiga con delicadeza.

Ella nada más sentía vergüenza.

—Hasta tu sobrina estaba enojada contigo, ¿no sentiste que te estaba jaloneando? —rió Logan, sacudiendo la cabeza—. Ya sabes que Leyla es la loca de la cámara, si quieres pídele su teléfono para que revises.

El capricho de cupido [CD #1]Where stories live. Discover now