—Hasta luego, Nabil —dijo Alek levantando la mano.

La parejita se miró mutuamente y sonrieron para el otro, entraron al restaurante que estaba a sus espaldas. El menor se encargó de hablar con los empleados y de traducir para el mitad y mitad. Una empleada los llevó hasta el pequeño apartado que había sido reservado para ellos, les dio las indicaciones sobre la ubicación del menú y el botón que debían pulsar para que algún miembro del personal les atendiese.

Agradecieron y tomaron asiento uno al lado del otro. Estaban solos.

—¿Recuerdas lo que te pregunté ayer?... —empezó Kai.

—¿Sobre cuánto tiempo estaré aquí? —El chico asintió—. Cinco días, sobaka.

—Y este es el segundo —susurró desanimado, pero no iba a dejar que eso arruinara la noche—, me encanta tu pelo.

—¿Si? Mamochka me ayudó, dijo que merecías un nuevo Alek.

—Estas muy guapo —susurró Kamal y dejó un beso en los belfos rosas del mayor, que pasó un brazo sobre sus hombros y lo atrajo hasta su cuerpo.

Se quedaron así por unos minutos, solo sintiendo la cercanía del otro mientras estaban en silencio.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó Alek mirando los ojos del castaño.

—Yo debería preguntarte eso ¿no crees?

—Bueno sí, pero me refiero a nosotros, nuestros planes a futuro —explicó mirando el rostro de Kai—. Hemos estado juntos durante mucho tiempo, nos conocemos prácticamente de toda la vida, trabajamos de lo mismo... somos jóvenes, pero en realidad siento que podría ver tu rostro toda la vida sin aburrirme.

—¿T-te refieres a casarnos?

—Ya sabes que en Rusia es imposible, Estados Unidos, podríamos mudarnos allí y estabilizarnos.

—¿Cuándo cumpla 18?

—No, no, sobaka —dijo y atrapó ambas mejillas en sus manos—. Quiero que nos unamos cuando estemos listos, cuando tengamos una casa que nos pertenezca y tengamos formas de mantenernos a nosotros. No quiero que seamos un desastre, yo apenas sé cocinar.

Ambos rieron y Alek acarició la mejilla de Kai antes de dejar un beso en ella.

—Está bien, pero debes prometerme que seguirás pintando tu cabello por mitades.

—Lo prometo sobaka.

'☁️'

El día de la despedida llegó. Alek debía tomar su vuelo y toda la familia Huening había acompañado para despedirle. La terminal tenía el mismo número de personas que solía tener.

Alek abrazó a cada miembro de la familia, los cuales se turnaron para despedirse. Primero Nabil, que le dio un fuerte abrazo y le deseo un buen viaje. Lea que le dijo que se cuide y que le escriba más seguido, resultaron tener gustos muy similares. Bahiye que estaba algo decaída, iba a extrañar presumir al guapo novio de su hermano y maquillarlo. Luego estuvo la madre de Kai, que ya se encontraba entre lágrimas mientras besaba sus mejillas y le decía que lo quería muchísimo.

—Se va mi Alek —lloriqueo la señora entre los brazos de su esposo.

—Ni cuando yo viajo lloras así —reclamó.

Y por último estaba Kai, que se aferraba al suéter que decidió robar del bolso de viaje de su novio bicolor. Se acercó a él y se unieron en un abrazo suave y que ambos necesitaban, Alek lo apretó contra sí y sintió el aroma del shampoo que su querido chico usaba.

Besó la frente del menor y se separaron de a poco y miraron las pupilas brillantes del otro. Kai miraba con adoración el azul brillante de los hermosos ojos de Alek y Alek el café de Kai.

Se unieron en un beso y volvieron a abrazarse.

—Estuve pensando en tus vacaciones, puedo enviarte un boleto para que vayas a Berlín —susurró y miró a Kai.

Emocionado, comenzó a asentir sin detenerse, quería saltar y chillar por el detalle de su novio. Besó su rostro cientos de veces antes de que el llamado para el vuelo de Alek saliera por los parlantes de la terminal.

—Te quiero, te quiero, te quiero.

—Yo también, sobaka, te quiero demasiado. Nos vemos el próximo año.

Alek besó los belfos de Huening Kai por última vez y comenzó a caminar sonriente hacia el andén que le correspondía. La amable azafata verificó su boleto y pasaporte para finalmente dejarle entrar al túnel que conducía al interior del avión.

Buscó su asiento en la fila que le correspondía y espero allí con una sonrisa en el rostro.

Estaba feliz, demasiado feliz, sentía que podía ir corriendo al Palacio del Senado, golpear a Putin y obligarle a firmar la ley del matrimonio igualitario y adopción homosexual.

Cerró sus ojos y visualizó a sobaka diciéndole cuánto lo amaba.


F I N

¡Hola a todes! Como habrán leído este es el fin, pero no se preocupen, en los próximos días estaré publicando un epílogo

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¡Hola a todes! Como habrán leído este es el fin, pero no se preocupen, en los próximos días estaré publicando un epílogo.
También quería decirles que estoy organizando un sorteo para las personas que voten en este capítulo,  la ganadora o ganador recibirá un documento pdf de esta historia en formato de libro, así que si votan en este capítulo automáticamente estarán participando. Se anunciara el ganador/a el día que publique el epílogo 
🥰.
¡Eso es todo, les amo!

Streamers | Huening KaiWhere stories live. Discover now