-cierto, la verdad... vine a buscarte- Tao volteo a verlo con los ojos como platos
-enserio?- Kris asintio- y para que?- oh' se quedo en blanco
-y de que trataba el libro?- buena manera de esquivarlo no? estupida mente que se quedo en blanco, Tao suspiro y sonrio
-es sobre una chica que se enamora de un principe encantado y se vuelve una bestia, él era malo y egoista asi que una bruja lo castigo convirtiendolo en eso, pero sabes?, bella pudo conocer realmente su alma y se enamoro de él convirtiendolo en una mejor persona y rompiendo el hechizo, linda historia no?- Tao sonrio y pego el libro a su pecho
Ciertamente sentia que esa historia los identificaba a él y a Kris, él al igual que bella le tuvo miedo en un principio a Kris pero ese dia en el parque pudo conocer otro lado de él, uno que le encantaba, al igual que bella él queria enamorarse de Kris y convertirlo en una persona sensible que muestra sus sentimientos, sí... esa era su fantasia
-creo que... sí- Kris lo habia estado mirando todo ese tiempo, el como sonreia y sus ojos brillaban mientras narraba un pequeño resumen de la historia, él queria ver siempre esa sonrisa y ese brillo en sus ojos y deseaba que algun dia fueran provocados por él y no por un libro
-Kris?...- Tao agacho la cabeza nerviso- crees que algun dia yo pueda descongelar tu corazón?
-empezaste hace mucho- y lo sabia desde el primer dia que lo vio, como lo procuraba siendo que él nunca se habia preocupado por otra persona que no fuera él mismo- y tu eres él unico que pudo lograrlo- y sin nisiquiera proponerselo...
Kris respiro hondo y empezo a acortar la distancia entre sus rostros, Tao cerro sus ojitos sintiendo el aliento de Kris chocar contra su piel hasta que pudo sentir los labios de él sobre los suyos, sus labios se movian lentamente conociendose entre ellos, sintiendo su calides y su dulce sabor, entonces se dio cuenta que desde el inicio ellos habian escrito su propia historia, una que jamas habia existido y que solo ellos conocerian, ambos corazones latian desenfrenados amenazando con saltar de sus pechos
-Tao... permiteme enamorarte, dejame conoser tu corazón- pero si era eso lo mismo que deseaba el pelinegro, dejar que el rubio lo dejara entrar y adueñarse de su corazón
Kris volvio a besarlo e inclino su cuerpo tomando a Tao de la cintura dirigiendolo hasta dejarlo acostado sobre el calido piso sosteniendose con su mano izquierda para no caer, Tao aparto el libro empujandolo a un lado y enrollo sus brazos en el cuerpo del mayor atrayendolo más cerca, Kris seria delicado, queria que la primera vez de su pelinegro fuera unica y llena de ternura, lo poseeria como si de una figura de porcelana se tratara, Tao gimio entre él beso cuando la mano que estaba en su cintura se metio por debajo de su playera acariciando su vientre con suma delicadeza
Capitulo 27: El conipanda y su principe
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