Capítulo dieciséis

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El resto de la conversación fue un poco más tranquila, por lo menos hasta el momento en que Anastasia bajó y los acompañó a todos.

Anastasia había logrado causar una impresión buena en sus hermanos, al menos por parte de Kailani y Hunter. Quienes eran los que comentaban viejas anécdotas de cuando eran niños y animaban el ambiente, a su parecer no eran unas malas personas, sin embargo, estaba completamente segura de que la manera invasiva en la que preguntaban sobre ella y su pasado demostraba su desconfianza, confirmando así su hipótesis.

Ellos solamente estaban ahí para hacer averiguaciones sobre ella.

— Eres el más normal de tus hermanos. — Le comentó a Erick mientras los despedían en el umbral de la puerta, haciendo un ademán.

— Eso me dicen a menudo. — Fue lo que contestó. Por un momento le pareció ver algo imposible: El rostro de Erick con una media sonrisa, la cual desvaneció en cuanto se dio cuenta de que estaba siendo observado por ella. Carraspeó la garganta antes de darse vuelta. — Regresaré al trabajo.

— Sí, está bien.

Y nuevamente se quedaba sola.

Tenía las manos atadas mientras Erick la mantuviera cautiva dentro de la casa, no conocía a nadie que pudiera serle de ayuda, tenía la sospecha de que Emily había sido contratada al mismo tiempo en que ella llegó a la casa solo para que no tuviera la oportunidad de preguntarle nada, puesto a que tampoco lo sabría.

— Maldición, es más astuto de lo que esperaba. — Gruñó lanzándose a la cama y dando vueltas con enojo.

Fue cuando se dio cuenta de que necesitaba encontrar una manera de convencer a Erick para volver a trabajar.

Justo cuando estaba a punto de idear algún plan la puerta se abrió, sobresaltándola. Lo que más le sorprendió fue ver a Erick de pie en el umbral. Hasta donde llegaban sus recuerdos era la primera vez que la visitaba dentro de su habitación.

De no haber sido por Anastasia quien sabe cuánto tiempo habría permanecido ahí en silencio. — ¿S-sucedió algo?

— No... Sí, pero no. — Divagó, pensativo. — Necesito que me acompañes a un sitio. Ve a prepararte.

— Supongo que no me queda más que aceptar.

— Es tonto que siquiera pienses en negarte.

Sabía que diría algo así.

Gracias a Gael aún recordaba algunas de las técnicas para maquillarse que le enseñó, sin embargo, no quiso realzarse como se suponía que debía hacer por pertenecer a tan presuntuosa familia, fue vestida relativamente normal.

Vio la sorpresa en el rostro de Erick, era cada vez más divertido descubrir los gestos que podía llegar a hacer. A diferencia de ella estaba bien vestido y peinado, su aroma a perfume le llegó hasta donde estaba, de no ser por su horrible carácter seguramente ya habría caído a sus pies, además, Ana sabía que tenía ganas de preguntarle por qué estaba vestida así, y no lo dejaría con la duda.

— Ya te lo dije, no quiero nada de lo que puedas ofrecerme, ni siquiera la ropa. No pienso cambiar mi manera de vestirme solo para complacerte a ti y a los demás, aún si soy tu esposa ahora. Así que si no te gusta puedes pedirme el divorcio en cualquier momento. — Anastasia se puso de pie cuando terminó de peinarse.

Erick hizo una mueca disgustada, cosa que solo la hizo ensanchar más su satisfacción interna. — Como sea, ya vámonos.

— ¿Hacia dónde nos dirigimos? — Trató de igualar el paso de Erick, quien era de caminar rápido. — Ahora estamos casados ¡Ya no puedes arrastrarme a donde quieras sin decirme nada!

Esposa del CEOWhere stories live. Discover now