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Lo nombraron Lucifer incluso antes de su concepción, mancharon su reputación desde el primer momento que vio la luz; su primer destello al abrir los ojos, no fue dorado sino escarlata, fue intenso, fúnebre... hermoso.

Las largas piernas del demonio corren por un sendero de brasas casi extintas, el crepitar de cada pedazo anuncia la muerte de la esperanza, de una de las cuantas para volver a encender. El carbón se está desvaneciendo, las zancadas del maligno no dejan nada tras su paso, no tiene piedad, está loco, desesperado por encontrar una salida.

Pues él está solo, atrapado e indefenso. Nadie le cree que está incompleto, que nació roto y que si no busca a su otra mitad quizá no vuelva a contemplar el ardiente atardecer y como no, el mortuorio crepúsculo que hasta ahora, ha sabido reconocer como su hogar.

SIETE NOTAS (KuroKura)Where stories live. Discover now