Bex y él intercambiaron una mirada antes de que ella tragara saliva y empezara a hablar sin mirar a nadie en concreto.

—Yo... tuve una visión. Anoche. Vi a Axel bajando al sótano.

—¿Y qué? —Caleb enarcó una ceja.

—No... no lo sé. Pero era algo malo. Muy malo —Bexley lo miró, dubitativa—. Quería hacer algo malo ahí abajo. No podemos dejar que baje.

—Ahora que lo pienso... —Victoria parpadeó, confusa—. El día que vino a mi casa me preguntó dónde estaba la puerta del sótano.

—¿Y no se te ha ocurrido mencionarlo hasta ahora? —Iver enarcó una ceja.

—¡Han pasado mil cosas, no me ha dado tiempo!

La conversación se interrumpió cuando el hombre atado se golpeó a sí mismo contra la pared al intentar ponerse de pie. Bexley soltó una palabrota y se acercó para ayudarlo a sentarse otra vez en el suelo.

Victoria, distraída, vio que Margo se alejaba de la mesa en dirección a la puerta trasera de la cocina, la que daba al patio exterior. Ni siquiera se había dado cuenta de que Brendan hubiera salido, pero estaba sentado en los escalones del porche con la cabeza entre las manos. Margo se sentó a su lado.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Iver, mirándolos.

—Ania está viva —soltó Caleb sin siquiera pensarlo.

—Muy sutil —murmuró Victoria.

—No tenemos tiempo para sutilezas. Tenemos que descubrir de qué va todo esto.

—Pero... —Daniela había estado mirando las fotografías—, aquí no hay información de nada, Vic. Solo hay fotos.

—Tenemos otra caja en el coche.

Caleb fue a por ella y la dejó en el suelo. El hombre atado empezó a balancearse cuando vio que lanzaban las libretas y los documentos sobre la mesa.

—¿Alguien puede hacer que se calle? —preguntó Iver, mirándolo.

Victoria lo ignoró, agarró la primera libreta, y empezó a leerla.

—Pensé que estarían en vuestro idioma —murmuró, confusa. Estaban en el de todos.

—Y no dicen nada interesante —señaló Bex—. Solo hablan de cuentas, fases, animales, números... es como si estuviera escrito en clave.

—Da igual —insistió Victoria—. Tenemos que revisarlo todo.

Una hora más tarde, Daniela ya se había quedado dormida con Kyran, que había bajado al sentirse solo ahí arriba. Estaban en una de las habitaciones de invitados con Bigotitos. Bex e Iver habían intentado ayudarlos durante un rato, pero Iver no dejaba de protestar por el dolor de cabeza que tenía por el golpe de la cabeza, así que Bexley no tardó en irse con él para mirarle la herida.

Brendan se quedó sentado en el porche, sin hablar con nadie. Margo al final tuvo que volver a entrar con ellos y, pese a que intentó ayudarlos, una hora más tarde se estaba quedando dormida sobre la mesa, así que terminó yendo a otra habitación de invitados.

Tres horas más tarde, solo quedaban Victoria y Caleb.

Él se había quitado la chaqueta, la pistola y todo lo demás, dejándolo en la encimera, y estaba de pie, revisándolo todo con expresión centrada. Victoria se había sentado, repasando el mismo texto por quinta vez sin encontrarle el sentido.

En menos de una hora amanecería y ella no había dormido nada, ni siquiera tras el día tan agotador que había tenido. Sintió que los ojos se le cerraban solos, pero se apresuró a abrirlos de nuevo y a seguir buscando.

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