Prefacio.

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Prefacio.






Tienes el poder de destrozar a los demás, tienes la habilidad de meterte a nuestra mente, jugar con nuestros sentimientos, he pasado años imaginando  lo fue que y no pudo ser.

¿Dónde estás?, nunca volviste a buscarme, estoy celoso del piso por donde caminas, estoy celoso por el hombre que te follas ahora, y que no soy yo.

—Leonard.

Todo daba vueltas en mi cabeza mientras la música subía en mis oídos, tenía la sensación de haberla visto, aquí, allá. El baile estaba rodeado de gente y esta no era la primera vez me sucedía, no era la primera vez que la veía entre la multitud, después era una ilusión, y ella ya no estaba.

—Cariño, ¿Estás bien? —pregunta Angeline con sus mejillas sonrojadas viéndome fijamente preocupada.

—Claro que sí, Angeline —le sonrío envitando que se alarmara. Me concentré de nuevo en ella para danzar con fluidez frente a los demás autores —¿por qué no habría de estarlo?

—¿Es ella otra vez, verdad? —arruga el ceño de su frente adolorida sin quitar sus ojos aceitunas de mí. Trago saliva incómodo, nunca lo admitiría no quería lastimarla, siempre fui muy claro con ella, y le dije que amaba a otra persona. Aún así Angelina y yo nos casamos luego de darnos cuenta que íbamos en el mismo sentido, era mi antigua editora, sin embargo. Pasamos mucho tiempo juntos sin necesidad de un ambiente laboral. Angelina sostuvo mi mejilla asustada suplicante —. Cariño, ella no volverá —sonrió dulcemente antes de añadir —: en unos días será nuestra boda en la Iglesia, ¿crees qué aparecería justo ahora que ya firmamos el acta de compromiso, y ya tenemos nuestros anillos?, es muy poco lógico. No me hagas sufrir, esperé todo este tiempo para casarme contigo.

—Tienes razón —digo ronco, mi garganta comenzaba a secarse. Miré la pista una vez más y solté a Angeline con un sabor amargo en mi boca —. Necesito un cigarrillo, ya vuelvo.

La solté sin previo aviso, mi nariz estaba roja por la fragancia que la inundaba todo el lugar, debo calmarme, necesito calmarme, esto quizás es porque le tengo mucho miedo al matrimonio, y no quería volver a ver la escena de la novia viniendo al altar lentamente, por alguna razón me asfixiaba, quería salir huyendo por eso no lo había hecho hasta ahora.

Angelina me conocía, sabía que yo me aburría de las personas fácilmente, pero se veía tan entusiasmada tratando de llegar a mí que me estremecido, se veía tan parecida a ella...

De todas formas yo no había cambiado mucho, sigo siendo el mismo infeliz de siempre.

Salí de la fiesta directo al auto maldiciendo a mi cabeza por sus alucinaciones, luego cerré la puerta del carro golpeándome contra el volante.

Eras la reina que no podía.

Nuevamente alzo mi cabeza en retrospectiva, la dejo caer sobre el asiento, acto seguido, mi ojos quedan encendidos contra el retrovisor. Joder, la veía de nuevo, me estoy volviendo loco.

Abrí la puerta enfurecido, dispuesto a enfrentar el dolor de todos estos años, es hora de decirte basta, y Adiós. ¿O acaso soy muy idiota cómo para ser tu juguete toda la vida?

Te odio.

Mis zancadas me llevaron a milímetros de distancia a ella, su cabello había sido tenido de rubio, sus labios tenían un rojo vino, y sus grandes ojos me miraban rencorosa, las comisuras de sus labios temblaron al encontrarse con lo turbio de mi mirada, no era un sueño, mi corazón latió tan fuerte que fue doloroso una vez que estaba frente a frente.

—Ilarien —pronuncié, su vista se iluminó al oír como mi voz susurraba su nombre. El aire frío de la media noche nos abrazó trayendo el brisa de alta mar, trayendome los recuerdos de aquellos días que fue mía, las noches en la playa, las llamadas de madrugada, yo a ella la amaba.

—¡Cariño! —Exclamó Angeline pasando al lado de Ilarien, mi piel se erizó trayendo nostalgia en mis ojos.

Ambas sonrieron, me era casi imposible reconocer a Ilarien, estaba muy cambiada, por lo tanto mi cerebro estaba en shock, mi corazón no dejaba de latir indicándome que algo malo iba a pasar, que algo malo se avecina entre el aire que alborota a nuestro cabello.

Traté de actuar normal, ella no debe darse cuenta que aún estoy tan jodidamente enamorado de ella, ¡Estoy harto!, ¡¿Por qué justamente ahora?!, TODO ES UNA MIERDA.


Día lunes 23 de junio.

Día de la boda.



«Todos te están esperando, ella está allá fuera con un vestido blanco esperando ser desposada por ti, no es hora de dudas y pensamientos del pasado».

Camina.

Camina hacía el altar.


Y aunque te lastime, no te alejes por favor... Porque esa es...

Mi única manera de amarte.










N/A:

Bueno, como leyeron en el otro apartado esta historia no la actualizaré hasta que llegue a 800k, ya casi llegamos a 200k y mientras llegamos a 800k me tomaré un tiempo para mis demás trabajos, universidad y eso.

Esta en la secuela y última de Mi Profesor descubre que escribo en Wattpad.

En esta parte Leonard está casado por el civil, aún no por la iglesia, pero se vuelve a reencontrar con Ilarien quien ahora era una modelo, el destino los junta nuevamente para afrontar el pasado. Aquí vemos claramente que Leonard nunca la superó, y en el epílogo de la primera parte vemos que ella tampoco a él.

Bueno, cuídense. Nos vemos en ocho mese xD o menos, dependera de cuen rápido lleguemos.

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2020 ⏰

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Mi Manera De Amarte |MPDQEEW 3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora