—Orale con tu mujersita.

—No es mi mujersita —me acerque a ella, la tome de la cintura y la acerque a mi con fuerza —solo tu eres mi mujersita, nadie mas —la bese con posesión, hundí mi lengua hasta el fondo de su boca, mis manos fueron de su cintura hasta sus nalgas y las apreté con fuerza atraiéndola mas a mi, quería que sintiera mi erección, solo ella me pone así de duro en tan solo segundos.

—Tu y yo tenemos algo pendiente cariño —le dije sobre sus labios y sentí como sonreía.

—Soy toda tuya… haz conmigo lo que se te plazca.

—Mide tus palabras que no sabes todo lo que puedo hacerte.

—Mmm, quiero verlo —eso fue suficiente. Me esta retando y ahora sabrá de lo que soy capaz de hacerle.

La tome con más fuerza de su trasero y la cargue, rodeo mi cadera con sus piernas y subí las escaleras rumbo a la habitación, sin dejar de saborear sus hermosos labios. Ella se aferraba con fuerza a mis hombros y en ocasiones jalaba mi cabello. La quiero la necesito ya, pero justo me están pasando por mi mente imágenes de la vez que me castigo en casa de mis padres apenas el sábado pasado. Es momento de cobrarme esa que me tenía guardada.

Entramos a la habitación, cerré como pude la puerta y me acerque a la cama. Hice que se hincara sobre ella, y con ardientes besos le quite su ropa, la quiero completamente desnuda.

—Te amo Tn___

—Yo también Ross, te amo mucho —Volví a besarla con desesperación hasta que por fin termine de quitarle toda su ropa, le pedí se acostara y fui a mi closet, saque un pañuelo de seda color rosa. Recuerdo que fue ella quien me lo regalo, y nunca lo he usado, creo que esta ocasión amerita que lo estrene. Me acerque a ella y le mostré el pañuelo.

—Yo conozco ese pañuelo —dijo con una sonrisa coqueta. Le pedí juntara sus manos y la ate de las muñecas juntandolas, le pedí se acostara y levante sus manos por encima de su cabeza y la amarre a la cabecera de la cama —Mmm así que de esto se trata tu juego ¿ehh?

—Es solo el comienzo cariño —Le dije juguetón y me quite el pantalón de la pijama quedando completamente desnudo ante ella. Vi como recorría con su mirada todo mi cuerpo deteniéndose a mirar con detalle mi miembro mucho más que hinchado. Lo tome con una mano y comencé a acariciarlo arriba y abajo sin dejar de mirarla, ella se retorció jadeante, me desea y esta demasiado excitada, y es justo el efecto que quería conseguir en ella.

Me subí a la cama y ella abrió sus piernas para darme paso entre ellas. Me acerque a su rostro y volví a adueñarme de sus labios, esta vez la bese mas lento y al final tire de su labio inferior. Bese su mentón, su cuello y baje hasta el valle de sus senos, lo recorrí con la lengua y después tome uno entre mis labios y jale haciéndola gemir, después fui al otro y repetí, al terminar dibuje la areola con la lengua y volví a meterlo todo en mi boca, jugué con el, lo chupe, lo succione y lo jale. La respiración de Tn___ cada vez iba mas y mas rápido y se retorcía con desesperación, quiere que me hunda en ella, su cuerpo la delata pero esta vez la voy a hacer sufrir a ella.

Termine de jugar con sus pechos y continué bajando con besos hasta que llegue a su humeada vagina, tome sus piernas e hice que se abriera mas, quería verla, quería admirar esa hermosa feminidad, mi hermosa Pucca.

—Pucca es preciosa.

—¡Ah! Ross…

—No, no… Ya sabes como me gusta que me digas.

—¡Tío!

—Buena chica —me incline y acerque mi rostro a su pucca, inhale y su delicioso aroma me invadió, es simplemente exquisita, deliciosamente exquisita. Repartí algunos besitos ahí hasta que llegue a mi destino, sin pensarlo hundí mi lengua hasta el fondo, acaricie sus paredes lentamente y sentí como se cerraban alrededor de mi lengua. Quería retenerme, quería disfrutarlo mas pero la saque de inmediato, volví a hundirla, fuera, dentro, fuera, dentro, fuera. Sentí como su clítoris se hinchaba y aproveche para morderlo y jalarlo un poco.

Levanto sus caderas, buscando más placer pero ejercí mas fuerza en sus piernas, obligándola a que no se moviera. Continué jugando con su vagina, mordía su clítoris y sus labios y cada que tiraba de ellos ella temblaba y gritaba… estaba por venirse pero me detuve. Que sienta ahora la condenada lo que es querer venirse pero que no te lo permitan.

Abrió sus ojos como platos, le sorprendió mucho que me detuviera, sin duda.

—No pares…

—Tranquila cariño —sonreí y fui hasta su boca para besarla. Gimió al sentir y saborear su propio sabor, el sabor mas rico que pueda haber.

Baje de nuevo hasta sus pechos y comencé a jugar con ellos. Con la palma de mi mano comencé a acariciar su vagina que seguía chorreando, hundí 3 dedos dentro de ella con fuerza, ella grito de nuevo, con mi pulgar jugaba con su clítoris mientras mis dedos saqueaba una y otra vez su intimidad. Tome uno de sus pezones y lo mordí y volvió a gemir.

—¡Ross!

—¡Tío! Soy tu tío —la corregí.

—Si, tío… mas, por favor —Acelere el ritmo de mi mano mientras, mi pulgar tomaba su clítoris y lo estimulaba mas y mas. Cada que mis dedos entraban, yo hacia círculos dentro de ella para acercarla mas y mas.

—¡Ah! Tío… así, me encanta.

—Así como... —la penetre de nuevo con los dedos con fuerza — ¿Así? O Así… —Entre lentamente y acaricie su punto exacto con el que se ella explota.

—Así… Así tío, mas… mas.

Continué e hice lo que ella quería, una, esta cerca, dos, ya casi y retire mis dedos.

—¡Ay! No... no pares tío.

—¿Estabas cerca?

—Si, por favor me quiero venir.

—Se siente feo querer venirte pero que no te lo permitan ¿cierto? —Clavo sus ojos en los mios y me miro divertida pero aun excitada.

—¿Esto es una venganza acaso?

—Algo así… ademas me retaste, yo solo te demuestro de lo que soy capaz.

—Me encanta de lo que eres capaz… Ya aprendí la lección, ademas quiero tocarte, necesito tocarte.

—Escoge… Tocarme o venirte.

—No tío, por favor…

—Elije.

—Venirme…

—¿Prefieres tu placer que el mio? —le pregunte divertido pero ofendido mientras enarcaba mis cejas.

—La verdad si… Ya me hiciste sufrir mucho, necesito venirme más de lo que crees.

—Umm, esta bien. Te daré lo que quieres hermosa —Abrí mas sus piernas y de una fuerte envestida la penetre. Ella se arqueo llena de placer y comencé a bombear una y otra vez, la tome con fuerza de las caderas, y aumente mi ritmo, ella quiere llegar y yo también.

—¡Ah! Dios, tío, lo tienes tan grande.

—Y es todo tuyo.

—Si, mio, solo mio.

—¿Y el señor pinky? —ella me miro confundida mientras seguía gimiendo.

—En mi casa… ¡Ah!

—Tu y yo vamos a jugar con el… Así que para la próxima, lo traes.

—¡Si! Si tío… —Una, dos, tres, cuatro y cinco profundas y posesivas embestidas…

—¡Tn___! —grite cuando llegue al orgasmo.

—¡Tío! Dios… Te amo —Grito al mismo tiempo cuando también había alcanzado su orgasmo que tanto anhelaba. Caí rendido a un lado de ella y solo mirábamos al techo mientras nuestras respiraciones se normalizaban. Una estúpida sonrisa cruzo por mi rostro y aunque acabamos de terminar, no veo la hora para jugar con nuestro amigo el señor Pinky.

TERRENO PELIGROSO // ROSS LYNCH Y TU // HOT //Where stories live. Discover now