–¡Como si yo...! –Jordane cerró la boca, con fuerza–. Rayos, está bien. Vámonos.

Garrett reprimió una sonrisa de diversión y acompañó a su hermana hasta su habitación, esperó que cerrara y regresó con el guardia, pidiéndole que no se marchara de su puesto hasta que alguien lo relevara y que de ninguna manera dejara pasar a nadie.


***


Laraine no se permitió pensarlo más. Empujó la puerta y entró. La recibió un inusitado silencio y un fuego que estaba extinguiéndose en la chimenea. A pesar de que ella no sentía demasiado frío fue a reavivarlo, antes de acercarse hacia el lugar que llamaba poderosamente su atención. Solo una vez, antes, había estado en esa habitación y no había sido una experiencia que quisiera recordar. O repetir. Cielos, había sido incómodo. Y...

¿Podía ser que realmente Weston no lo recordara? Si los grandes esfuerzos lo agotaban, después de un largo viaje, ¿cómo había estado en condiciones para...? Probablemente no lo había estado, pero él no iba a negarse a cumplir su deber. Como ella no lo había hecho.

Se acercó y esperó, en cualquier momento, que él abriera sus ojos y preguntara qué hacía ahí. No sucedió. Weston estaba profundamente dormido, aunque lucía cansado y demacrado. ¿Era posible que estuviera más pálido que de costumbre?

No, no es que ella se hubiera fijado particularmente en él, pero a veces era imposible no hacerlo. Todos comentaban sobre su esposo, incluso lo habían empezado a llamar de alguna manera que no lograba recordar. ¿Aparición? ¿Espíritu? ¿Fantasma?

Colocó su mano en la frente de Weston. No, no tenía fiebre. Lo que significaba que solo había dolor. Era una dolencia extraña, sin duda, pero no una que ella no hubiera visto antes. Y... tratado con éxito. Candra era la prueba.

¿Podía ser que ella pudiera hacer lo mismo con Weston? ¿Tenía la respuesta?

Necesitaba más información. Para empezar, observar su reacción a la infusión que Arley había llevado en la mañana. Si la bebía y mejoraba, más de lo que normalmente lo hacía con lo que tomaba, podía existir un atisbo de esperanza en su eventual recuperación.

¿Sería posible? ¿Quería ella que fuera así? ¿Qué llegara el día en que él se recuperara por completo?


***


Wes se sentía exhausto, aunque una somnolencia muy particular le indicaba que había dormido durante horas, lo que únicamente podía significar que había vuelto a tener uno de sus episodios. Oh, le esperaba un regaño, suponía.

Por tanto, sin duda alguna, sería mejor no demostrar que había despertado y...

–Si cree que puede engañarme, está equivocado –Jordane soltó, en algún lugar cercano–. Despertó, ¿cierto?

Si no hacía ningún ruido, quizá tendría...

–Por supuesto que despertó, pero si le hablas así, naturalmente no admitirá que lo ha hecho –Garrett anunció, desde el otro lado de la habitación, al parecer.

–¿Cómo saben que desperté? –inquirió, finalmente, intrigado por este par de hermanos. Los dos clavaron sus ojos dorados en él, idénticos y asintió–. Sí, mi error preguntar. ¿Acaso existe algo que ustedes no sepan?

–No –fue la unísona respuesta.

–De acuerdo –Wes intentó incorporarse. Lo logró con la asistencia de Garrett–. Gracias. ¿Cuánto tiempo fue?

Cuatro Momentos (Drummond #4)Where stories live. Discover now